Las nuevas añadas de los vinos de la colección Antología Miquel Torres. Los vinos más emblemáticos de la Familia Torres

Famil­ia Tor­res, que des­de hace 150 años elab­o­ra vinos de gran reconocimien­to nacional e inter­na­cional, pre­sen­tó a pren­sa espe­cial­iza­da el pasa­do 21 de sep­tiem­bre, las nuevas añadas de los vinos más icóni­cos de esta bode­ga familiar. 

Loa cin­co vinos de la colec­ción Antología Miguel Torres

Los vinos que com­po­nen esta selec­ta colec­ción Antología Miguel Tor­res del 2020 son: Mil­man­da 2017, Mas La Plana 2016, Reser­va Real 2016, Grans Muralles 2016 y la nue­va incor­po­ración a esta exclu­si­va selec­ción de Mas de la Rosa 2017. Estos vinos se car­ac­ter­i­zan por su elab­o­ración cuida­da, proce­dentes de viñas ecológ­i­cas y con una per­son­al­i­dad propia que rep­re­sen­ta al ter­ri­to­rio, el paisaje al cual pertenecen y a la uva que ha servi­do de base. 

Miquel Tor­res Maczassek es la quin­ta gen­eración de Famil­ia Tor­res que cumple 150 años en este 2020

Miquel Torres Maczassek hablando en la presenteación
Miquel Tor­res Maczassek 

Miquel Tor­res Maczassek, quin­ta gen­eración de Famil­ia Tor­res que cumple 150 años en este 2020, fue el encar­ga­do de explicar uno a uno los vinos de la colec­ción Antología, y lo que rep­re­sen­tan cada uno de ellos para la Famil­ia Tor­res, y que se resumen en sus pal­abras: “son vinos naci­dos en viñas sin­gu­lares, fin­cas históri­c­as o elab­o­ra­dos con var­iedades recu­per­adas”. A su lado estu­vo acom­paña­do de Josep Sabarich, direc­tor téc­ni­co, que se encar­gó de detal­lar las car­ac­terís­ti­cas tan­to de las uvas, del sue­lo y de la cli­ma­tología de los años en cuestión. Ele­men­tos que dan carác­ter a cada uno de los vinos porque cada año es difer­ente al otro. 

Josep Sabarich explicando las características técnicas de los vinos Antología Miguel Torres
Josep Sabarich

Los vinos de la Con­ca de Barberà

Mil­man­da 2017 en la DO Con­ca de Bar­berà está lig­a­da a la recu­peración del castil­lo de Mil­man­da por Famil­ia Tor­res, ya que for­mó parte en la Edad Media de la ruta de castil­los que servían de cobi­jo a los cris­tianos en los tiem­pos de la Recon­quista. Se cul­ti­va la uva chardon­nay en sue­lo de car­bon­a­to cál­ci­co con gran capaci­dad para reten­er agua, y que por ser fres­cos suavizan los rig­ores calurosos del cli­ma mediterráneo. 

Grans Muralles 2016 de la DO Con­ca de Bar­berà, se elab­o­ra a par­tir de las uvas gar­nacha, car­iñe­na, monas­trell, y las var­iedades recu­per­adas gar­ró y querol. El nom­bre de este vino hace ref­er­en­cia a las mural­las que pro­tegían el Monas­te­rio de Poblet de las guer­ras y mer­ce­nar­ios de épocas pretéri­tas. En la actu­al­i­dad se pueden apre­ciar ese gran muro jun­to a las viñas de Famil­ia Tor­res como recuer­do de su pasa­do defen­si­vo. Grans Muralles 2016 está situ­a­do entre los 50 mejores vinos del mun­do según los pre­mios Decanter con 97 pun­tos. Reval­i­da por segun­do año con­sec­u­ti­vo el títu­lo de “Best in Show” en el may­or cer­ta­men inter­na­cional de vinos y que se ha cel­e­bra­do en la cap­i­tal del Táme­sis. Es uno de los 4 vinos españoles en con­seguir la máx­i­ma dis­tin­ción entre las 16.500 ref­er­en­cias de todo el mundo. 

Los vinos más emblemáti­cos en el Penedès

Mas La Plana 2016 en la DO Penedès es un mono­va­ri­etal de caber­net sauvi­gnon. Su vino ante­cesor Gran Coro­nas Eti­que­ta Negra 1970 supu­so pon­er una pica en Flan­des, mejor dicho en París, ya que en las Olimpiadas del vino de 1979 cel­e­bradas en la cap­i­tal del Sena, con­sti­tuyó un antes y un después al con­seguir impon­erse al resto de vinos galos que com­petían en este pres­ti­gioso con­cur­so orga­ni­za­do por la revista Gault Mil­lau, destruyen­do el mito imper­ante de la época de que la uva caber­net sauvi­gnon sola­mente se desar­rol­la­ba cor­rec­ta­mente en Bur­deos. En la fin­ca que se cul­ti­va este vino mar­avil­loso se están real­izan­do acciones para aumen­tar la bio­di­ver­si­tad con un corre­dor biológi­co, cubier­ta veg­e­tal, insec­tario, trac­tor eléc­tri­co, labran­za a cabal­lo, zona para las tan ben­efi­ciosas abe­jas, etc. Este vino pasa por bar­ri­c­as de roble francés nuevas durante 18 meses. 

Reser­va Real 2016 de la DO Penedès. Se elab­o­ra con los mejores raci­mos de caber­net sauvi­gnon, caber­net franc y mer­lot de la viña Les Arnes que son sola­mente 4 hec­táreas. Este exclu­si­vo vino nació en 1995 coin­ci­di­en­do con la visi­ta real a la bode­ga coin­ci­di­en­do con el 125 aniversario. 

El vino icono del Priorat

Mas de la Rosa 2017 de la DOQ Pri­o­rat. Se elab­o­ra con las uvas car­iñe­na y gar­nacha proce­dente de una históri­ca fin­ca en Por­rera, recien­te­mente propiedad de la Famil­ia Tor­res. Viñas con más de 80 años plan­tadas en sola­mente 1,86 hec­táreas hace que sea un vino de edi­ción muy lim­i­ta­da. Se con­ser­va den­tro de la fin­ca la casa dónde se hacía el vino antiguamente. 

Proyec­tos y objetivos

Tras la pre­sentación el Sr. Miquel Tor­res explicó los nuevos proyec­tos de la bode­ga como plan­tar viña en El Tossal, en la zona más alta del Pri­o­rat porque han encon­tra­do ves­ti­gios de que aquí se hacía vino antigua­mente. Los obje­tivos para la próx­i­ma déca­da son la reduc­ción de un 55% de la emsiones de CO2 por botel­la con respec­to al 2008, colab­o­ran­do con los provee­dores para que sigan este camino, insta­lación de foto­voltaica, caldera de bio­masa, arqui­tec­tura bio­climáti­ca, mejo­ra del ais­lamien­to y la efi­cien­cia energéti­ca, proyec­to de refor­estación, etc. Obje­tivos muy ambi­ciosos pero que son posi­bles, si quer­e­mos con­seguir un mun­do mucho más sostenible. 

Famil­ia Tor­res es miem­bro de la exclu­si­va aso­ciación Pri­mum Famil­i­ae, for­ma­da por 12 famil­ias de vitic­ul­tores que lle­van más de 100 años elab­o­ran­do pres­ti­giosos vinos. Además es la fun­dado­ra de la Inter­na­tion­al Winer­ies for Cli­mate Action, fomen­tan­do la ped­a­gogía de la descar­bonización del sector. 

Más infor­ma­ción de Famil­ia Tor­res en su web https://www.torres.es/es/somos/la-familia

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Enoturismo en El Bierzo (León). Sus bodegas y sus uvas más representativas

La mencía y la godel­lo son las uvas reinas de esta comar­ca leonesa

Cruce de caminos de pere­gri­nos en la comar­ca leone­sa del Bier­zo. Allí se unen al francés, la del man­zanal, el olvi­da­do y la de invier­no. Una zona que reúne monas­te­rios, castil­los tem­plar­ios de Pon­fer­ra­da, pueb­los de piedra de mon­taña, bosques de rob­les y cas­taños cen­te­nar­ios que son un espec­tácu­lo visu­al en el roji­zo y ocre otoño. Esconde el para­je de Las Médu­las, una antigua explotación min­era de oro a cielo abier­to de la época de los romanos. Fue declar­a­da por la UNESCO en 1997 como Pat­ri­mo­nio de la Humanidad. Por su parte, Los Ancar­es es Reser­va de la Bios­fera por la UNESCO des­de el 2006. Todo esto, jun­to con sus vinos de mencía y godel­lo, es El Bier­zo, con mucha his­to­ria vivi­da y aún más que contar. 

Se trata de hummus de garbanzo, rábanos, espárragos, zanahorias, empanadas y dos botellas de vino.
Hum­mus de gar­ban­zo de Pro­duc­tos La Huer­ta de Fres­no y vinos Tilenus La Flori­da y Godelia selec­ción godello

El Bier­zo, al oeste la provin­cia de León, ha sido una zona tradi­cional­mente min­era e indus­tri­al. De ese pasa­do minero de Las Médu­las y tras ago­tar sus exis­ten­cias de oro, los romanos nos dejaron como lega­do un paisaje irre­al pero úni­co, con canales que encauz­a­ban el tor­rente del agua ero­sio­n­an­do las mon­tañas para deshac­er­las y extraer su min­er­al dora­do. A par­tir de aquí surgieron espon­tánea­mente lagos como el de Car­ruce­do o el de Somi­do que recogían las aguas sobrantes dan­do lugar a humedales espon­tá­neos que crearon un eco­sis­tema pro­pio. Hay que cam­i­nar por la sen­da de las Val­iñas entre un bosque de cas­taños cen­te­nar­ios, picos de las mon­tañas, galerías y los restos de la explotación romana. Subir al Mirador de Orel­lán nos per­mite ten­er una vista panorámi­ca priv­i­le­gia­da de Las Médu­las.

Sigu­ien­do con la escapa­da a la nat­u­raleza los Montes Aquil­ianos nos harán reflex­ionar sobre nosotros mis­mos por su car­ga de espir­i­tu­al­i­dad. Su cer­canía al cielo lo con­vir­tió en el lugar preferi­do para refu­gia­rse del mun­danal rui­do por ermi­taños y ana­core­tas des­de el siglo V has­ta la Edad Media. El Valle del Silen­cio con el Monas­te­rio de San Pedro de Montes y la igle­sia mozárabe de San­ti­a­go de Peñal­ba son la prue­ba pétrea de su pasa­do reli­gioso. El Cam­po de las Dan­zas donde los veci­nos astures cel­e­bra­ban sus ances­trales ritos y algún que otro aque­larre. La Cum­bre del Morredero es la preferi­da por los esquiadores cuan­do el man­to níveo la cubre en el severo invier­no leonés. 

Y la vida sal­va­je de uro­gal­los, osos, lobos y cor­zos se esconde entre los bosques de Los Ancar­es, donde tam­bién encon­tramos las pal­lozas que son edi­fi­ca­ciones ante­ri­ores a los romanos donde vivían las per­sonas y el gana­do com­par­tien­do espa­cio. Impre­scindible recor­rer el Hayedo de Bus­may­or a través de una ruta de 7 kilómet­ros des­cubrien­do cas­cadas de agua. Segu­ra­mente el otoño sea la época más poéti­ca para vis­i­tar este hayedo. 

Gra­cias a la pro­mo­ción del pop­u­lar peri­odista y locu­tor de radio Luis del Olmo (nat­ur­al de Pon­fer­ra­da) cono­ce­mos los españoles el botil­lo, como el pro­duc­to más pecu­liar y pro­tag­o­nista de la gas­tronomía berciana. Recono­ci­do con el sel­lo de Indi­cación Geográ­fi­ca Pro­te­gi­da (IGP) se elab­o­ra con por­ciones de cos­til­la, rabo, espina­zo, pale­ta, car­rillera y lengua. Los pimien­tos asa­dos del Bier­zo son tam­bién IGP y el per­fec­to acom­pañamien­to de platos de carne y pesca­do, además de pro­duc­to impre­scindible de las empanadas. La tern­era del Bier­zo está recono­ci­da como Mar­ca de Garan­tía. Cerezas, cas­tañas, man­zanas reine­tas y peras con­fer­en­cias son tam­bién parte del pat­ri­mo­nio gas­tronómi­co de cal­i­dad del Bier­zo.

La Orden del Císter fue la encar­ga­da de exten­der el cul­ti­vo del vino y su elab­o­ración des­de su base en el Monas­te­rio de San­ta María de Car­race­do. Se ha man­tenido en el tiem­po gra­cias a su micro­cli­ma por su situación priv­i­le­gia­da rodea­da de mon­tañas que la han pro­te­gi­do del frío y húme­do vien­to del Atlán­ti­co por el oeste, así como de los rig­ores de la mese­ta castel­lana por el este. Unido a su sue­lo de pizarra, gran­i­to y are­na ha per­mi­ti­do que en sus tier­ras se cul­tiv­en uvas como mencía y gar­nacha tin­ta para los vinos negros, y Doña Blan­ca, godel­lo, palomi­no y mal­vasía para lo vinos blan­cos. Jun­to a estas uvas autor­izadas por la DO Bier­zo, se acep­tan, pen­di­entes de aprobación por la Jun­ta de Castil­la y León, uvas exper­i­men­tales foráneas como la tem­pranil­lo, mer­lot y caber­net sauvi­gnon. La DO Bier­zo se con­sti­tuyó en 1989 para agru­par y cer­ti­ficar la cal­i­dad de los vinos de la zona. El últi­mo paso ha sido admi­tir la sal­i­da al mer­ca­do de los Vinos de Vil­la y Vinos de Para­je que expre­san la sin­gu­lar­i­dad de esos ter­ri­to­rios donde se cul­ti­va la viña. 

La mencía se uti­liza para la elab­o­ración de vinos aromáti­cos y afru­ta­dos, de inten­so col­or y que se puede usar para su cri­an­za en bar­ri­c­as por su capaci­dad de enve­jec­imien­to que en boca ten­drán un paso suave ater­ciopela­do. Raci­mos pequeños y com­pactos, de piel grue­sa. Los mostos tienen un col­or rojo granate, de ele­va­do azú­car y baja acidez. Sus vinos saben a cerezas, moras, arán­danos, regal­iz y grana­da. Ide­al para acom­pañar ver­duras, legum­bres, carnes rojas y que­sos curados.

La godel­lo nos dará vinos con una acidez y un niv­el de alco­hol tiran­do a ele­va­do. De sabor suave a miel y un amar­gor ele­gante. Si se fer­men­tan y crían en bar­ri­c­as de roble desar­rol­larán aro­mas más com­ple­jos de fru­tas, flo­res y de almendras. 

Dos bode­gas que son un ejem­p­lo de su labor para situ­ar la DO Bier­zo en el mapa nacional e inter­na­cional son. Bode­gas Godelia que elab­o­ran vinos con las var­iedades prin­ci­pales de la DO, com­ple­ta­da con prop­ues­tas de eno­tur­is­mo de vis­i­tas a las insta­la­ciones y degusta­ciones de sus vinos más rep­re­sen­ta­tivos o la tien­da online de ven­ta de sus vinos y packs donde el vino se une a la expe­ri­en­cia de dis­fru­tar­lo con una table­ta de choco­late que repro­duce los aro­mas de esos vinos seleccionados. 

Vinos de Bode­gas Godelia y Tilenus de Bode­gas Estefanía 

Bode­gas Este­fanía elab­o­ra difer­entes tipos de vinos con ambas uvas como pro­tag­o­nista en sus 40 hec­táreas de cepas cen­te­nar­ias. Su nom­bre com­er­cial es Tilenus que es el nom­bre del dios celta Teleno (Marte en la mitología romana) y es todo un hom­e­na­je a la época de los romanos cuan­do explotaron el yacimien­to aurífero de Las Médu­las y como reconocimien­to en sus eti­que­tas está graba­da una mon­e­da romana que fue encon­tra­da en uno de los viñedos. 

Más infor­ma­ción en gen­er­al (rutas, activi­dades, tien­das, alo­jamien­to y restau­rantes) en la web de eno­tur­is­mo del Bier­zo http://bierzoenoturismo.com

Ceci­na de León IGP, pimien­tos entre­callaos de La Huer­ta de Fres­no acom­paña­do de una copa de vino de Tilenus de Bode­gas Estefanía

Lista de Bode­gas que inte­gran el eno­tur­is­mo del Bier­zo: Bode­gas Adriá, Bode­ga Cua­tro Pasos, Bode­gas y Viñe­dos Cas­tro Ven­tosa, Bode­gas Peique, Vinos Val­tu­ille, Bode­gas Pit­tacum, Bode­ga Enci­ma Wines, Bode­gas Dominio de Tares, Bode­gas Gance­do, Bode­ga Pérez Caramés, Bode­gas Godelia, Bode­gas Losa­da Vinos de Fin­ca, Viñas del Bier­zo, Bode­ga Casar de Bur­bia, Bode­ga del Abad, Pala­cio de Cane­do y Bode­gas Este­fanía. Para más infor­ma­ción de las activi­dades de las bode­gas que for­man parte del eno­tur­is­mo del Bier­zo en http://bierzoenoturismo.com/organiza-tu-viaje/

Más infor­ma­ción de https://www.godelia.es Antigua Car­retera N‑VI, Km. 403,5. 24547 Pieros / Caca­be­los. (León) España. Telé­fono +34 987 54 62 79

Más infor­ma­ción de https://www.mgwinesgroup.com/bodegas-estefania/ Ctra. de Dehe­sas a Posa­da del Bier­zo, 24390 Pon­fer­ra­da (León) España. Telé­fono +34 987 420 015

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Jean Leon Xarel.lo 2019 de la gama Nativa, es la última incorporación a la bodega que rinde tributo a la historia de su fundador

La bode­ga Jean Leon ha crea­do Nati­va, una nue­va gama de vinos elab­o­ra­da con var­iedades autóc­tonas cata­lanas,. Esta colec­ción se estre­na con Jean Leon Xarel.lo 2019, un mono­va­ri­etal de la uva que le da nom­bre, y que sin duda es la que mejor rep­re­sen­ta el carác­ter del Penedès, para con­seguir un vino fres­co y joven pero con mucho aro­ma, todo un trib­u­to a la tier­ra que eligió su fun­dador en los años sesen­ta del siglo XX para elab­o­rar su pro­pio vino.

JEAN LEON_Xarel.lo_2019_Gama Nativa

Fotografía gen­tileza de Jean Leon

 

Nota de cata

  • visu­al: col­or amar­il­lo bril­lante con ribete verdoso.
  • nar­iz: aro­mas cítri­cos, de hino­jo y nuez mosca­da para dejar sen­tir de fon­do a fru­ta blanca.
  • boca: su ele­gante acidez nos da fres­cu­ra en toda la boca. Por su cri­an­za en lías finas nos apor­ta un final suave y endulza­do por el vol­u­men y la untosidad.

Mari­da­je

Este vino de pro­duc­ción ecológ­i­ca cer­ti­fi­ca­da está pen­sa­do para acom­pañar ensal­adas, “xató”, arro­ces, ver­duras asadas, que­sos, carnes blan­cas y platos orientales.

Eti­que­ta

Botel­la de col­or verde con eti­que­ta seri­grafi­a­da de 4 bal­dosas cata­lanas, donde están rep­re­sen­tadas en las esquinas motivos veg­e­tales y en el cen­tro de cada una de ella, una estrel­la de 8 pun­tas que rep­re­sen­ta a la rosa de los vien­tos con sus cua­tro rum­bos lat­erales. Viene a rep­re­sen­tar la impor­tan­cia de la fuerza del dios Eolo y la cli­ma­tología para la viti­cul­tura. Este azule­jo está fecha­do entre los sig­los XVII y XIX, coin­ci­di­en­do en el tiem­po con la expan­sión del viñe­do y la com­er­cial­ización de los vinos en el Penedès.

La his­to­ria de Jean Leon

Una his­to­ria emo­cio­nante y de pelícu­la, la de Jean Leon, un vision­ario de su tiem­po, hecho a sí mis­mo, y todo un ejem­p­lo de lucha con­tinúa ante la adver­si­dad, que como ave fénix se lev­anta­ba de sus propias cenizas, y que con­fir­ma que el sueño amer­i­cano se cumple. Una exis­ten­cia que bien se podría incluir en el catál­o­go de “Vidas ejem­plares” para leer y aprender.

Jean Leon, o mejor dicho, Ángel Ceferi­no Car­rión, así es como lo bau­ti­zaron en San­tander en 1928, cono­ció des­de muy pequeño la trage­dia y el ten­er que rein­ven­tarse con­tin­u­a­mente. Su ciu­dad de nacimien­to que­ma­da por un desvas­ta­dor incen­dio, la dramáti­ca muerte de su padre y de su her­mano may­or cuan­do ape­nas tenía 13 años, la hui­da a Fran­cia para evi­tar su incor­po­ración al ser­vi­cio mil­i­tar oblig­a­to­rio, sien­do declar­a­do prófu­go en nue­stro país. Sus 7 inten­tos fal­li­dos de mar­charse de Fran­cia como polizón en bar­co direc­ción Guatemala, y cuan­do lo con­sigue a la octa­va vez el bar­co no lle­ga a ese país cen­troamer­i­cano sino a Esta­dos Unidos. Escon­di­do por el bar­co lo aca­ba des­cubrien­do un marinero negro que le da de com­er y además le enseña pal­abras en inglés, con­vir­tién­dose en su ángel de la guar­da durante toda la trav­es­ía. Una vez en la ciu­dad de los ras­ca­cie­los entra a tra­ba­jar como fre­gaplatos en el bar de un pari­ente de su padre, tra­ba­ja pluriem­plea­do como taxista con la licen­cia 3055 (número que dará nom­bre a uno de sus renom­bra­dos vinos), una vez le roban su doc­u­mentación aprovecha y decide inscribirse en USA con el nom­bre de Jus­to Ramón León, y que más tarde lo con­vir­tió en Jean Leon . Un cúmu­lo de vicisi­tudes más y por fin una alien­ación de plan­e­tas, una de esas con­jun­ciones mág­i­cas que hay que aprovechar sí o sí, hizo que su des­ti­no cam­biara de ter­cio y conociera a Sina­tra, y a James Dean con quién se aso­ció para abrir un restau­rante has­ta que el acci­dente de coche truncó la car­rera del actor pro­tag­o­nista de la pelícu­la Al este del Edén. Final­mente se decidió a abrir La Scala por su cuen­ta. Muy bue­na coci­na ital­iana, mucha dis­cre­ción, y una bue­na bode­ga de vinos lo con­vir­tió en el epi­cen­tro de Hol­ly­wood, el lugar donde ver y ser vis­to, donde todas las estrel­las de la época querían ir a cenar.

Pero para un restau­rante de cam­panil­las como el suyo falta­ba ten­er su pro­pio vino, y en esta labor se puso en 1962 has­ta que encon­tró en el Penedès 150 hec­táreas dónde susti­tuyó las cepas autóc­tonas y les injertó var­iedades de caber­net sauvi­gnon, caber­net franc y chardon­nay. En 1963 plan­tó las cepas del viñe­do “La Scala” con el mis­mo nom­bre que su restau­rante cal­i­for­ni­ano. En 1967 le llegó el turno a las cepas de chardon­nay en el viñe­do denom­i­na­do “Vinya Gigi”, y en 1968 plan­tó en la “Vinya Le Havre”. En 1969 llegó la primera cosecha de caber­net sauvi­gnon en “La Scala” con­vir­tién­dose de esta man­era en la primera cosecha de esta uva en España y que una vez con­ver­tido en reser­va se sirvió ínte­gra­mente en el restau­rante La Scala de San­ta Móni­ca Boule­vard. A par­tir de aquí fue con­sigu­ien­do grandes reconocimien­tos en el mun­do viní­co­la. Otro infor­tu­nio, esta vez de salud, en 1994 con un diag­nós­ti­co de cáncer avan­za­do le vino a agri­ar toda su ale­gría. Con­sciente de su fatal des­ti­no pasó su lega­do a la Famil­ia Tor­res como dig­no seguidor de su filosofía.

Jean Leon en la actualidad

Des­de el 2010 está dirigi­da la bode­ga por Mireia Tor­res y ha con­segui­do que ten­ga el primer reconocimien­to de “Vino de Fin­ca” en el Penedès a 4 de sus vinos. Se tra­ta de la máx­i­ma dis­tin­ción con­ce­di­da por la Gen­er­al­i­tat de Catalun­ya a vinos proce­dentes de un úni­co viñe­do, de un tipo de sue­lo con­cre­to y micro­cli­ma para con­seguir la máx­i­ma expre­sión. Todos los vinos tienen la cer­ti­fi­cación de orgáni­cos des­de el año 2012. Actual­mente expor­tan a 40 países.

Más infor­ma­ción en la web de Jean Leon y para com­prar este vino en la tien­da online sin gas­tos de envío has­ta el próx­i­mo 29 de mar­zo de 2020 intro­ducien­do el códi­go ENVIOGRATIS

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Abadal Picapoll y las propuestas de Vinoteca Origen

La picapoll es una var­iedad local y tradi­cional de la zona del Bages, donde se está recu­peran­do su cul­ti­vo. Una uva que expre­sa el ter­roir, que dicen los france­ses, mejor que ningu­na otra, dónde está plan­ta­da des­de hace siglos.

La var­iedad picapoll se fue aban­do­nan­do por su gran pro­duc­tivi­dad pero con poca con­cen­tración de aro­mas. En el caso del Bages y conc­re­ta­mente entre 1899 y 1890, era la var­iedad más exten­sa de la comar­ca. Des­de 1930, en esta comar­ca así como en el resto de Catalun­ya se entró en un pro­ce­so de reduc­ción del cul­ti­vo viní­co­la quedan­do un cul­ti­vo resid­ual de picapoll en todo el ter­ri­to­rio catalán, que por otro lado y gra­cias a sus condi­ciones de adaptación está es la zona más ópti­ma para su cul­ti­vo y donde mejor se expresa.

Vinya Abadal

Viña Abadal

 

La uva picapoll pro­cede de raci­mos pequeños y com­pactos, con bayas esféri­c­as pequeñas que sue­len pre­sen­tar mar­cas o “pic­a­das” en la piel, de donde le viene el nom­bre. Sus vinos tienen un col­or verde-dora­do, con un buen cuer­po y sabor a limón.

Abadal, la emblemáti­ca bode­ga famil­iar del Bages, no ha para­do por recu­per­ar esta uva, la picapoll, como seña de iden­ti­dad de esta comar­ca cata­lana y que está adheri­da a la D.O. Pla de Bages, has­ta pre­sen­tar uno de sus vinos enseña bajo el nom­bre de Abadal Picapoll y elab­o­ra­da 100% con esta var­iedad de uva.

 

Abadal Picapoll

Abadal Picapoll

 

La nota de cata de la propia bode­ga define este vino como “sin­gu­lar, ele­gante y seduc­tor, com­bi­na las notas cítri­c­as, la fru­ta blan­ca (piña y albari­coque) y las notas flo­rales del entorno boscoso (hino­jo, lavan­da y men­ta). La fer­mentación y cri­an­za de 3 meses sobre lías, le con­fieren vol­u­men y com­ple­ji­dad al vino”.

La críti­ca inter­na­cional y nacional ha cal­i­fi­ca­do Abadal Picapoll 2018 con 90 pun­tos en la pres­ti­giosa Decanter, 92 por James Suck­ling, el críti­co esta­dounidense de vinos y cig­a­r­ros y ex edi­tor senior de la ofic­i­na euro­pea de Wine Spec­ta­tor, y con 91 por la guía Peñín de nue­stro país.

Para tomar en cualquier momen­to del día, y por supuesto para acom­pañar platos de pas­ta, arro­ces y pesca­do. Mi prop­ues­ta de mari­da­je es con unos berbere­chos y con cala­mares a la romana, sus notas cítri­c­as acom­pañan a los berbere­chos y limpian nues­tra boca del exce­so de grasa de los cala­mares invitán­donos a seguir dis­fru­tan­do de estos boca­dos proce­dentes del mar.

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Abadal Picapoll armo­niza­do con berbere­chos y cala­mares a la romana

 

La bode­ga famil­iar Abadal bus­ca elab­o­rar vinos que exp­re­sen la sin­gu­lar­i­dad de su paisaje de la zona cen­tro de Catalun­ya, con sus viñe­dos en ter­raza para com­pen­sar los desnive­les del ter­reno, rodeadas de bosques que le apor­tan sus notas tan par­tic­u­lares de soto­bosque y de bal­sámi­cos, sobre el sue­lo de arcil­la con abun­dante piedra y usan­do las var­iedades tradi­cionales picapoll y mandó que for­man parte de los cul­tivos históri­cos de este territorio.

Bodega Abadal

Bode­ga Abadal

 

Abadal fue fun­da­da en 1983 por Valen­tín Roque­ta, alrede­dor de la masía Roque­ta. Una his­to­ria famil­iar de vitic­ul­tores que se remon­ta has­ta el siglo XII, más conc­re­ta­mente en 1199, aunque exis­ten ves­ti­gios de tra­ba­jos rela­ciona­dos con la vid ya en la época romana. Los doc­u­men­tos que con­fir­man estos tra­ba­jos de viti­cul­tura se sitúan en la Masía Roque­ta, situ­a­da en San­ta María d’Hor­ta d’Avinyó, donde se encuen­tran pren­sas, depósi­tos de piedra, lagares y otros instru­men­tos de esta época pretéri­ta. El ini­cio de la activi­dad com­er­cial de la famil­ia fue cuan­do Ramón Roque­ta Tor­ren­tó en 1898 se trasladó a Man­re­sa y fundó la bode­ga Ramón Roque­ta, perteneciente a la D.O. Catalun­ya. Ya en 1983 se son­sti­tuyó Abadal, de la D.O. Pla de Bages. Más ade­lante ven­drían otros proyec­tos de la famil­ia Roqueta.

Den­tro de la web Vinote­ca Ori­gen podemos encon­trar vinos de 3 DO difer­entes: Pla de Bages, Ter­ra Alta y  Catalun­ya. Las difer­entes mar­cas del grupo como son la propia Abadal que nos ocu­pa, Lafou, Ramón Roque­ta, Sagristía, Mas­salu­ca, La Picos­sa, Vinya Nos­tra, Syn­era y el Aceite Mas Oliv­eras. El elen­co de var­iedades de uvas tam­bién es amplio como: caber­net franc, caber­net sauvi­gnon, chardon­nay, gar­nacha blan­ca, gar­nacha negra, macabeo, mandó, mer­lot, more­nil­lo, picapoll, sam­só, sauvi­gnon blan­co, syrah, sumoll, tem­pranil­lo y xarel.lo. Edi­ciones lim­i­tadas y en cajas para regalar porque siem­pre hay una bue­na excusa para obse­quiar vino, ya sean las fies­tas de Navi­dad, un aniver­sario, una cel­e­bración o como gen­erosa mues­tra de agradecimiento.

Códi­go espe­cial de des­cuen­to de un 10% en la web Vinote­ca Ori­gen con el códi­go HEDONISTA10

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La Familia Torres ha presentado las nuevas añadas Antología: Milmanda, Mas La Plana, Reserva Real, Grans Muralles y Perpetual

A car­go del Sr. Miquel Tor­res Maczassek, y en uno de los ele­gante espa­cios del Hotel Arts se pre­sen­tó el 18 de febrero de 2019, las nuevas añadas Antología de los vinos más rep­re­sen­ta­tivos de la Famil­ia Tor­res. La mar­ca de vino más admi­ra­da del mun­do y de la mano de la quin­ta gen­eración de esta famil­ia ded­i­ca­da por com­ple­to en cuer­po y alma a la elab­o­ración de vinos de pres­ti­gio, explicó uno a uno sus 5 vinos insignia de la casa, los que reco­gen el esfuer­zo y la ded­i­cación de esta famil­ia de bodegueros, la heren­cia que se remon­ta a  1870 como bodegueros unien­do tradi­ción e inno­vación en la elab­o­ración, siem­pre onde­an­do la ban­dera del máx­i­mo respeto al medio ambi­ente, y como vitic­ul­tores se tiene con­stan­cia históri­ca que data de 1678. Esta larga his­to­ria como vitic­ul­tores y bodegueros les per­mite ser miem­bro de Pri­mum Famil­i­ae Vini, la aso­ciación que inte­gra 12 de las famil­ias cen­te­nar­ias elab­o­rado­ras de vino más rep­utadas de Europa.

Si el Sr. Miguel A. Tor­res, 4ª gen­eración, rev­olu­cionó el mun­do del vino con la intro­duc­ción de la foránea uva caber­net sauvi­gnon en España, y el tiem­po le dió la razón con su recono­ci­do y pre­mi­a­do inter­na­cional­mente Mas La Plana, hoy en día su hijo Miguel, cogien­do el tes­ti­go a su padre, se ha vol­ca­do en la filosofía de elab­o­ración de vinos proce­dentes de viñas sin­gu­lares, con his­to­ria y en la pro­celosa recu­peración de var­iedades ances­trales cata­lanas, españo­las y chile­nas, con­tabi­lizan­do un total de 56 uvas rescatadas del olvi­do. Un proyec­to com­pli­ca­do pero que está comen­zan­do a dar sus resul­ta­dos con vinos úni­cos. Avan­za­do a su tiem­po esta recu­peración va unido a medi­das como el uso de energías ren­ov­ables, vehícu­los sostenibles y otras medi­das de efi­cien­cia energéti­ca que con­tribuya a reducir las emi­siones de CO2, has­ta con­seguir una dis­min­u­ción del 28% des­de que adop­taron estas com­pro­meti­das decisiones.

Nuevas añadas de vinos Antología de la Familia Torres

Nuevas añadas de vinos Antología de la Famil­ia Torres

 

Mil­man­da 2016

Estas viñas que pertenecen a la D.O. Con­ca de Bar­berà, están situ­adas jun­to al castil­lo pala­cio de Mil­man­da que rep­re­sen­tan 1.000 años de his­to­ria. Com­pra­da en los años “80” por el Sr. Miguel A. donde plan­tó la uva chardon­nay pen­san­do en el tipo de tier­ra por la gran capaci­dad de reten­ción de agua que le ayu­da a aguan­tar todo el seco ver­a­no y por la teoría de que si los mon­jes cis­ter­ciens­es planta­ban en Bor­goña esta var­iedad jun­to a sus monas­te­rios, esta­ba con­ven­ci­do de que ellos la plan­taron en su momen­to. Recogi­do a mano sus raci­mos y selec­cio­nan­do los mejores, el vino enve­jece durante 6 meses y después toda la cri­an­za en con­tac­to con las levaduras en depósi­tos durante 10 meses real­izan­do per­iódi­cos “bâton­nages” para acu­men­tar el contacto.

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Mil­man­da. Fotografía gen­tileza de Famil­ia Torres

 

Mas La Plana 2015

Recoge la heren­cia del “Gran Coro­nas Eti­que­ta Negra” que con­sigu­ió el reconocimien­to inter­na­cional,  para sor­pre­sa de todos, al ganar a los mejores vinos france­ses en las Olimpiadas del vino de París de 1979. El Sr. Miguel A. (4ª gen­eración) quería demostrar al mun­do que en España se hacían grandes vinos y para ello usó la Caber­net Sauvi­gnon a regaña­di­entes de su padre (3ª gen­eración) y de esta man­era con­sigu­ió que los vinos españoles fuer­an respeta­dos por los críti­cos y la  comu­nidad inter­na­cional. Se elab­o­ra den­tro de la D.O. Penedès con los mejores raci­mos selec­ciona­dos a mano. Después de la fer­mentación en depósi­tos de acero inox­id­able pasa 18 meses reposan­do en bar­ri­c­as de rob­les francés nue­vo (85%) de Tronçais y Nevers.

 

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Mas La Plana. Fotografía gen­tileza de la Famil­ia Torres

 

Reser­va Real 2015

Se elab­o­ra con uva proce­dente de una fin­ca de 4 hec­táreas con sue­lo de pizarra muy tro­cea­do, y de var­iedades plan­tadas de caber­net sauvi­gnon, mer­lot y caber­net franc. Pertenece a la D.O. Penedès. Enve­jece en bar­ri­c­as nuevas de roble francés nue­vo durante 18 meses.

Grans Muralles 2015

Debe su nom­bre a las mural­las que pro­tegían el monas­te­rio de Poblet de las guer­ras y de los mer­ce­nar­ios. La seña de iden­ti­dad per­son­al­iza­da de los vinos que aquí se elab­o­ran provienen de su sue­lo de pizarra y de las var­iedades plan­tadas: car­iñe­na, gar­nacha, monas­trell y las recu­per­adas querol y gar­ró. Por su local­ización pertenece a la D.O. Con­ca de Bar­berà.

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Grans Muralles. Fotografía gen­tileza de Famil­ia Torres

 

Per­pet­u­al 2016

Elab­o­ra­do con viñas de más de 75 años de edad de var­iedades car­iñe­na y gar­nacha en la DOQ Pri­o­rat. Sue­los de pizarra con baja capaci­dad de reten­ción de agua le aca­ban de dar su impronta per­son­al. De pequeñas parce­las pertenecientes a vitic­ul­tores de la zona y que se cul­ti­van en las pro­nun­ci­adas laderas. Es el claro hom­e­na­je al vino de guar­da del Pri­o­rat que aguan­ta per­fec­ta­mente el paso del tiempo.

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Per­pet­u­al. Fotografía gen­tileza de Famil­ia Torres

 

© 2019 José María Toro. All rights reserved.

 

 

 

 

La cata del siglo en Tribut by El Petit Celler de Barcelona rinde homenaje a tres centurias de grandes vinos históricos

Un paseo por el tiem­po a lo largo de tres sig­los de la mano de grandes vinos que se guardan en la memo­ria más poéti­ca y hedo­nista. Comen­zan­do en el siglo XIX y conc­re­ta­mente en 1830 con PX Alvear Sol­era pasan­do de pun­til­las por el siglo XX con Clos de l’Obac en 1993 y para finalizar en el actu­al siglo XXI, en el año 2011, con Mil­man­da de la Famil­ia Tor­res. Un recor­ri­do por los avatares de la his­to­ria de la humanidad que estos vinos han sido tes­ti­gos mudos de todo lo acon­te­ci­do en este tiem­po. Cata dirigi­da y comen­ta­da por Sebastià Lozano, propi­etario y  alma mater de El Petit Celler.

La Cata del Siglo en Tribut by El Petit Celler

La Cata del Siglo en Trib­ut by El Petit Celler

 

El PX Alvear Sol­era 1830 puede vana­glo­ri­arse que es ante­ri­or a la pla­ga de la filox­era que atacó a las viñas españo­las en la déca­da de 1870. Por otro lado, rep­re­sen­ta a un año con­vul­so en Europa con su rev­olu­ción bur­gue­sa o lib­er­al tam­bién lla­ma­da, y el cuadro tan­tas veces admi­ra­do y socor­ri­do de “La lib­er­tad guian­do al pueblo” de Delacroix. Volvien­do al vino que nos ocu­pa, esta sol­era es la más antigua de Alvear, y recoge toda la influ­en­cia de los rayos del astro rey con­cen­tra­do en una copa, una vez pasi­fi­ca­da la uva Pedro Ximénez al sol, ofre­cien­do una alta con­cen­tración de azú­cares y 15 gra­dos alco­hóli­cos como el que no quiere la cosa. Bode­gas Alvear está den­tro de la DO Mon­til­la Moriles, y es la decana de las bode­gas en Andalucía ya que data de 1729, elab­o­ra ese vino sigu­ien­do los pasos de la cri­an­za oxida­ti­va, por el sis­tema tradi­cional de sol­eras y cri­aderas propias del Mar­co de Jerez, acu­mu­lan­do añadas históri­c­as y sacan­do muy poca can­ti­dad cada año. Col­or mag­néti­ca­mente negro que atrae casi de la mis­ma for­ma e inten­si­dad que un agu­jero negro del espa­cio y her­mosos ribetes caobas. Notas de uvas pasas, dátiles, miel y cacao. Me lo puedo imag­i­nar en una sobreme­sa larga con una selec­ción de choco­lates y una bue­na com­pañía para con­ver­sar. Vino que no se com­er­cial­iza y que tiene un pre­cio, de 275 euros, ridícu­la­mente bajo para todo lo que representa.

PX Alvear Solera 1830

PX Alvear Sol­era 1830

 

Un solo rep­re­sen­tante del siglo XX y tenía que ser muy rel­e­vante para esta cata del siglo: Clos de L’Obac 1993. Año maldito, económi­ca­mente hablan­do, porque se ini­ció una rece­sión en España, y de esta cri­sis poca gente se acuer­da ¡Qué poca memo­ria históri­ca ten­emos! Veníamos de vivir exul­tantes los Jue­gos Olímpi­cos de Barcelona y la Exposi­ción Uni­ver­sal de Sevil­la, grandes motores de nues­tra riqueza y que fue entrar en este año y pararse de golpe como si les fal­tase la energía que los movía. Con­sid­er­a­do uno de los pri­o­ratos más val­o­rados a niv­el inter­na­cional, esta aña­da en con­cre­to es muy difí­cil de encon­trar. Este vino rep­re­sen­ta el esfuer­zo de dos soñadores Car­les Pas­trana y Mar­i­ona Jar­que que a finales de los años seten­ta creyeron en el gran poten­cial de esta zona y que el tiem­po les dió la razón. Pre­cio 2.990 euros.

Clos de L'Obac

Clos de L’Obac 1993

 

Ya entra­do en el siglo XXI el primer vino cata­do fue Barón de Chirel 2006, el pre­cur­sor de los vinos mod­er­nos de Rio­ja que en 1986 rompió una lan­za por acabar con los cánones estable­ci­dos en la DOCa Rio­ja. Elab­o­ra­do a partes iguales con uva tem­pranil­lo y caber­net sauvingnon fue acep­ta­do excep­cional­mente por el Con­se­jo Reg­u­lador como vino exper­i­men­tal ya que la foránea caber­net sauvi­gnon no es una var­iedad autor­iza­da en esta DO. La bodeguera Mar­qués de Riscal, la mis­ma del emblemáti­co e icóni­co edi­fi­cio van­guardista dis­eña­do por el arqui­tec­to Frank Gehry, sólo elab­o­ra este vino, ya un clási­co, en las grandes añadas. Aro­mas de cueros has­ta apare­cer fru­ta negra y roja. Pre­cio 75 euros. 

Barón de Chirel

Barón de Chirel 2006

 

Vega Sicil­ia Úni­co 2007, de la bode­ga míti­ca de la DO Rib­era del Duero, fun­da­da en 1864 se con­vir­tió en leyen­da cuan­do en 1915 las botel­las de esa aña­da se regalaron a ami­gos y aristócratas creán­dose el halo de exclu­si­vo porque el resto de mor­tales no podían com­prar­lo. Los pre­mios con­segui­dos le fueron dan­do alas al imag­i­nario colec­ti­vo sobre este vino, otorgán­dole el títu­lo de vino de cul­to.  A títu­lo de recorda­to­rio, la aña­da de 1970 con­sigu­ió la con­sid­eración de mejor vino de España de todos los tiem­pos. Aro­mas a fru­ta pasi­fi­ca­da y en boca exce­lente tex­tu­ra. Pre­cio 450 euros.

Vega Sicilia Único 2007

Vega Sicil­ia Úni­co 2007

 

Mil­ma­da 2011 de la Famil­ia Tor­res en la DO Con­ca de Bar­berà, pro­cede de unas viñas plan­tadas en 1980 y elab­o­ra­do como en la zona de Bor­goña y dán­dole el tratamien­to que se merece así como su per­ti­nente enve­jec­imien­to para con­seguir que la chardon­nay luz­ca en toda su ele­gan­cia y majes­tu­osi­dad. La viña rodea al castil­lo de Mil­man­da del siglo IX y está situ­a­do muy cer­ca del Monas­te­rio de Poblet. La Famil­ia Tor­res tiene una gran sen­si­bil­i­dad por recu­per­ar espa­cios que for­man parte de nues­tra his­to­ria y es todo un hom­e­na­je a los mon­jes cis­ter­ciens­es que en el siglo XII proce­dentes de Bor­goña plan­taron sus viñas en esta zona, por dos motivos prin­ci­pales: nece­sita­ban vino para la San­ta Misa y porque era una man­era de delim­i­tar el ter­ri­to­rio cris­tiano del musul­mán en la época de la Recon­quista de la Penín­su­la Ibéri­ca. Aro­mas a albari­coque y fru­tas exóti­cas. En boca a aro­mas lác­ti­cos de man­te­qui­l­la. Pre­cio 100 euros.

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Mil­man­da 2011

 

El orden de degustación fue el sigu­iente: Barón de Chirel, Mil­man­da, Vega Sicil­ia, Clos de L’Obac, Alvear PX 1830.

Esta cata del siglo se real­izó en Trib­ut by El Petit Celler. Lo que fuera en un tiem­po pretéri­to una tien­da de vinos y pro­duc­tos gourmet se trans­for­mó tiem­po atrás en un wine bar expe­ri­ence exclu­si­vo donde se sir­ven escogi­dos vinos de todo el mun­do, los mejores de toda España, y muy espe­cial­mente vinos muy bus­ca­dos de colec­cionista. Ofre­cen la posi­bil­i­dad de degustación a copas, gra­cias al inge­nioso sis­tema de Coravin, y que está com­puesto por un elen­co total de 250 ref­er­en­cias, de los cuales 60 son vinos gen­erosos y 20 añadas del leg­en­dario “Vega Sicil­ia”. Dispo­nen de 12 mod­e­los de copas difer­entes, entre Riedel y Zal­to, para lograr toda la expre­sivi­dad de cada vino. Los pre­cios ven­ta al públi­co son de bode­ga más 6 euros por el descorche si se con­sume allí. Diver­sos ambi­entes: ter­raza exte­ri­or, ter­raza inte­ri­or, bar­ra para el ver­mut, la tien­da propi­a­mente dicha con más de 3.000 ref­er­en­cias, la bib­liote­ca, la zona acrista­l­a­da donde reposan los vinos de cul­to con con­trol de tem­per­atu­ra y humedad, desta­can­do al final una caja fuerte en desu­so que recuer­da la ante­ri­or ocu­pación de este local, el almacén con ese aire de speakeasy entre cajas de vinos y bebidas espir­i­tu­osas, y el hall con cómo­d­os sofás y mesas para pedir tablas de selec­ciona­dos embu­ti­dos, que­sos y con­ser­vas, en ser­vi­cio de lunes a sába­do a media tarde. Algu­nas de las ofer­tas Wine Xpe­ri­ence ya preparadas para dis­fru­tar son: “Sé Gen­eroso”, “Vuelta por Catalun­ya”, “Vuelta por España”, “Los 5 Mag­ní­fi­cos”, y la últi­ma “Trib­ut” para tocar con los dedos de la mano el cielo más hedo­nista. Abier­tos a cualquier peti­ción, ofre­cen su equipo de sumilleres para vivir una expe­ri­en­cia más personalizada.

Más infor­ma­ción en la web de Trib­ut by El Petit Celler Car­rer Beethoven, 8 08021 Barcelona. Telé­fono 932 008 260.

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Cata de Cavas y Vinos de Castillo Perelada

El pasa­do 8 de mar­zo, el emblemáti­co Hotel W Barcelona, fue el esce­nario per­fec­to para la extra­or­di­nar­ia pre­sentación y cata de cavas y vinos del Grup Per­al­a­da (D.O. Empordà) a manos de Ale­jan­dro Rodríguez.

Hablar de los cal­dos del Castil­lo de Pere­la­da es hablar de his­to­ria, de tradi­ción famil­iar y de arte.

Si bien la elab­o­ración de vinos en dicho enclave data de la Edad Media, no sería has­ta 1923   en el que Miquel Mateu, políti­co, apa­sion­a­do del arte y la cul­tura, e hijo del que fuera cofun­dador de His­pano-Suiza Damián Mateu, com­prara el con­jun­to mon­u­men­tal del Castil­lo de Pere­la­da para con­ver­tir­lo en un ref­er­ente artís­ti­co y, por supuesto, para revi­talizar una impor­tante tradi­ción vitiv­iní­co­la pre­sente en la zona del Empordà.

En 1972, Arturo Suqué, yer­no de Miquel Mateu, lid­er­aría una trans­for­ma­ción enfo­ca­da en la cal­i­dad y en la meta de hac­er de Pere­la­da una de las más pres­ti­giosas bode­gas del país. A parte, jun­to a su esposa Car­men Mateu, inau­gu­raría el recono­ci­do inter­na­cional­mente Fes­ti­val del Castell de Pere­la­da por el que han pasa­do infinidad de grandes artis­tas y músicos.

Hoy en día, Javier Suqué Mateu se encar­ga de diri­gir el rum­bo de este gran navío apo­s­tan­do por vinos de cal­i­dad, plan­tan­do y adquirien­do nuevos viñe­dos y enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia del I+D medi­ante una con­stante inves­ti­gación en tier­ras ampur­dane­sas con la final­i­dad de aprovechar esas cual­i­dades geofísi­cas y cli­ma­tológ­i­cas que ofrece este ter­ri­to­rio tan ama­do por Sal­vador Dalí.

En cuan­to a la D.O. Empordà, se car­ac­ter­i­za por una het­ero­genei­dad en la tier­ra en la que pri­man la tex­tu­ra arenosa y la pobreza en mate­ria orgáni­ca. Sue­len ser sue­los áci­dos que se sitúan des­de el niv­el del mar has­ta una altura cer­cana a los 260 met­ros. El cli­ma dis­fru­ta del vien­to de tra­mon­tana, que con­tribuye de man­era acti­va a la bue­na salud de las viñas. Con invier­nos suaves y ver­a­nos calurosos pero tem­pla­dos por el Mediter­rá­neo, la tem­per­atu­ra se sitúa entre los 14 y los 16°C, per­mi­tien­do el cul­ti­vo de var­iedades de ciclo medio y largo. Ref­er­ente a los viñe­dos, son de antigua implantación, si bien en los últi­mos años se ha ido ren­o­van­do para adop­tar cier­tos cam­bios vari­etales. Las uvas que pre­dom­i­nan son prin­ci­pal­mente car­iñe­na y gar­nacha negra en tin­tos, y gar­nacha blan­ca y roja jun­to a  macabeo en blancos.

vinos y cavas de Castillo de Perelada

Para esta cata se pre­sen­taron los sigu­ientes cavas y vinos:

-Cava Stars Touch of Rosé 2014 (90% gar­nacha y 10% pinot noir): sien­do un hom­e­na­je a todas esas estrel­las que han pasa­do y pasarán por el Fes­ti­val Castell de Pere­la­da, este cava elab­o­ra­do a par­tir de uvas selec­cionadas bajo la D.O. Cava, ofrece un col­or páli­do y rosáceo, así como finas bur­bu­jas con for­ma­ción de coro­na. Mod­er­no y agrad­able, se mues­tra muy flo­ral en boca, seco, pero con vida áci­da. La pres­en­cia de fru­ta blan­ca es más que notable.

-Només Gar­natxa Blan­ca 2016 (100% gar­nacha blan­ca): con uvas proce­dentes de viñe­dos de entre cin­cuen­ta y sesen­ta años situ­a­dos en la fin­ca Pont de Molins, se obtiene este mono­va­ri­etal com­ple­jo y con alma de man­zana. A la vista, pre­sen­ta un col­or amar­il­lo páli­do con ligeros toques ver­dosos. En boca ofrece cier­to amar­gor y un gran recor­ri­do. Un claro ejem­p­lo de lo que es un vino con personalidad.

-Col­lec­tion Blanc 2015 (64% chardon­nay y 63% sauvi­gnon blanc): este joven de cabel­lo rubio bril­lante, rebelde e inten­so debe bue­na parte de su per­son­al­i­dad a un 5% de chardon­nay que durante el 2015 vivió inten­sa­mente en bar­ri­ca de aca­cia, adquirien­do un ligero y pecu­liar toque de madera que se sumaría a un per­fume de fru­tas dul­ces y trop­i­cales. En boca es redon­do y fres­co, con un ligero pun­to carbónico.

-Fin­ca Espol­la 2012 (50% syrah, 30% monas­trell, 8% caber­net sauvi­gnon, 6% gar­nacha y 6% sam­só): con una exten­sión de 21 hec­táreas, Fin­ca Espol­la se sitúa en Les Alberes, cer­ca de los Piri­neos, y tiene como prin­ci­pal car­ac­terís­ti­ca un sue­lo negro, áci­do y pizarroso. Este leal escud­ero de las carnes “cor­tas” (pies, car­rilleras…) desta­ca por un col­or rojo rubí de capa alta. Encon­tramos abun­dantes aro­mas de fru­tas rojas, así como a bal­sámi­cos. En boca es ele­gante y con una acidez propia de la tier­ra de la que procede.

-Fin­ca Malaveï­na 2013 (46% mer­lot, 21% caber­net sauvi­gnon, 12% caber­net franc, 11% syrah y 10% gar­nacha): uno de los buques insignia de Pere­la­da, esta «bue­na veci­na» nace de 19 hec­táreas de arcil­la rojiza y de can­tos roda­dos. Mues­tra en su ros­tro un bel­lo col­or rojo cereza y desprende un aro­ma a fru­tos negros con toques tosta­dos. Sus besos son redon­dos, carnosos, casi cre­mosos, y lig­era­mente áci­dos, son besos que per­du­ran. Esta veci­na enve­je­cerá, por supuesto, pero lo hará de la mejor for­ma, enam­oran­do de nuevo.

-Aires de Gar­bet 2013 (100% gar­nacha): De una con­jun­ción dada por el Mediter­rá­neo, la calidez del sol, la tra­mon­tana y el sue­lo pizarroso de la fin­ca Gar­bet surge este esplen­di­do tin­to pla­ga­do de recuer­dos a hier­bas mediter­ráneas, bal­sámi­cos, tor­refac­tos, min­erales y fru­tos rojos. Pre­sen­ta unos tani­nos maduros y sedosos, así como un paso por boca agrad­able y exten­so. Igual que Fin­ca Malaveï­na, pre­sen­ta un enve­jec­imien­to con buen potencial.

-Cava Gran Claus­tro 2012 (45% pinot noir, 45% chardon­nay y 10% xarel·lo): elab­o­ra­do arte­sanal­mente, se cri­a­ba en su ori­gen en las bode­gas del claus­tro situ­a­do jun­to al Castil­lo Pere­la­da. Se tra­ta de un cava bas­tante acham­pana­do, de apari­en­cia col­or amar­il­lo paja con refle­jos ver­dosos y bril­lantes. Su bur­bu­ja es fina y con­tin­ua, y su sabor, seco y suave, deja ves­ti­gios afrutados.

© 2017 Aarón González. All rights reserved 

Menú degustación modernista dentro de la Restaurant Lover Week en Restaurante Galaxó del Hotel Casa Fuster

«Per­fec­to Sr. Doménech, si ust­ed me con­fir­ma que ya tiene todos per­misos nece­sar­ios para la edi­fi­cación, pro­ce­da a ello. Avis­aré a la Sra. Fab­ra para que se per­sone en su despa­cho y puedan conc­re­tar los detalles de la obra.»

Así, tras col­gar su pecu­liar y rús­ti­co Gow­er-Bell, Mar­i­ano Fuster i Fuster, caballero de la alta sociedad mal­lorquina, pin­tor e indus­tri­al, segu­ra­mente habría dado el vis­to bueno al planteamien­to ofre­ci­do por el respeta­do arqui­tec­to barcelonés Lluís Doménech i Mon­tan­er para la con­struc­ción en 1905 de uno de los edi­fi­cios mod­ernistas más exclu­sivos y ele­gantes de la cap­i­tal cata­lana: La Casa Fuster.

Situ­a­do en el número 132 del con­cur­ri­do Paseo de Gra­cia, el Hotel Casa Fuster esconde bajo su sin­u­osa y mar­mórea arqui­tec­tura el restau­rante Galaxó. En claro hom­e­na­je a quién fuera el señor de la casa, Mar­i­ano Fuster, el local adquiere el nom­bre de la cum­bre mal­lorquina Puig de Galatzó dan­do a enten­der un carác­ter mediter­rá­neo que se aúna en per­fec­ta con­so­nan­cia con la van­guardia encar­na­da en el espíritu mod­ernista que rezu­ma cada rincón del hotel. En pal­abras de Ori­ol Canil­las (chef) y Mireia Pel­licer (maître som­me­li­er) «Nues­tra gas­tronomía apues­ta por el pro­duc­to mediter­rá­neo, mati­za­do con gus­tos exóti­cos. Pri­or­izamos el sabor tradi­cional y la min­u­ciosa com­bi­nación de gus­tos; además de una estu­di­a­da selec­ción cromáti­ca acorde con el peri­o­do mod­ernista al que pertenece este emblemáti­co edi­fi­cio».

Nada más atrav­es­ar la arca­da del Hotel Casa Fuster, la sen­sación de via­jar a otra época e inclu­so a otra dimen­sión, se apodera del espíritu de uno. Mobil­iario dota­do de vida gra­cias a sus for­mas orgáni­cas, pomos for­ja­dos que inspi­ran nat­u­raleza, jar­rones que bailan al son de tenues luces rega­lan­do mís­ti­cos reflejos…Todo ello da la bien­veni­da, invi­tan­do a aden­trarse en lo pro­fun­do de este bosque de már­mol, for­ja y madera. Ya en la plan­ta noble, Galaxó se deja ver tími­da­mente al final de un dis­tribuidor que lóbrego, como si fuera el momen­to en el que se besan los pár­pa­dos para ini­ciar un boni­to y oníri­co via­je, es el encar­ga­do de con­ducir al comen­sal a su des­ti­no. El Hada de Azú­car dan­za y danza.

Una vez en su inte­ri­or, un techo que evo­ca un ondu­lante mar de pla­ta acoge en su fon­do las mesas dis­pues­tas con bas­tante espa­cio entre sí para que cada expe­ri­en­cia sea úni­ca, ínti­ma e inolvidable.

Gar­gantuescos arcos de már­mol hacen la fun­ción de guardianes y de sep­a­rar las difer­entes sec­ciones del Galaxó. Mis­te­riosos espe­jos añe­jos y que­bra­dos pare­cen por­tales a uni­ver­sos de Car­roll. Amplios ven­tanales son cubier­tos por impo­nentes corti­nas moradas que como cataratas de vino, caen y se fun­den en un vacío que escapa a la vista de la per­sona ya sen­ta­da alrede­dor de unas mesas siem­pre acom­pañadas por escul­turas y motivos modernistas.

Tras un aper­i­ti­vo de bien­veni­da del chef con­sis­tente en un suave gua­camole con gam­bas y una selec­ción de sales: la sutil sal rosa del Himalaya, la Flor de Sal con hibis­co y la poderosa y oscu­ra sal vol­cáni­ca de Hawaï, acom­pañadas con pan blan­co y de nue­ces, y de un exce­lente AOVE como es el leri­dano y ecológi­co Uma­mi, se pro­cedió a la degustación de los sigu­ientes platos:

aperitivo

Aper­i­ti­vo mod­ernista. Fotografía de Aarón González

-Pica Pica Mod­ernista, ele­gante y col­ori­da com­posi­ción for­ma­da por:

      -Drac del Parc Güell (Canelón de cal­abacín rel­leno de mató y vina­gre­ta de pimien­tos de col­ores): un tren­cadís a base de vina­gre­ta de pimien­tos mul­ti­col­ores cubre a un dragón de suave cal­abacín que guar­da en su inte­ri­or una nube de ligero requesón.

    -Vidri­eres Mod­ernistes (Tar­tar de salmón con gelati­nas de pimien­to, pepino y tomate): un tar­tar de salmón fina­mente cor­ta­do, que evi­ta así la mal­ogra­da tex­tu­ra de puré, cobi­ja­do por un méz­clum de hojas jóvenes al que cada boca­do va son­sacan­do pequeños secre­tos de pal­adar. Las gelati­nas, difer­en­ci­adas y llenas de sabor, apor­tan ese aspec­to visu­al que le con­fiere el nom­bre al plato.

      -Sagra­da Famil­ia (pata­ta bra­va): unir dos con­cep­tos tan arraiga­dos como son las patatas bravas con uno de los sím­bo­los emblemáti­cos no solo del mod­ernismo catalán, sino de la propia iden­ti­dad barcelone­sa, es todo un acier­to. Más aún cuan­do se da la primera den­tel­la­da y la lava de este pequeño vol­cán empieza a vert­erse por sus costa­dos al mis­mo tiem­po que hace pres­en­cia en las papi­las del comensal.

Un primer pla­to dig­no de un mur­al de Mucha en el que col­ores y sabores vuel­ven a recor­dar que no se está en un restau­rante cualquiera. Se acom­paña con un Primer Brut Nature de Pere Ven­tu­ra (xarel.lo, par­el­la­da y macabeo), que apor­ta refle­jos dora­dos y brillantes.

-Mer­luza en suquet de choco­late con pas­tel de pata­ta y bole­tus: una cama de espon­josas patatas es tes­ti­go de este curioso idilio. No se sabe cuán­do el cacao empezó su relación con la sire­na, lo que sí es más que evi­dente es que recosta­dos en esos cojines de bole­tus, mantienen una relación de ensueño, casi pro­hibi­da, que sel­l­aron con un blan­co e inten­so Príncipe de Viana D.O. Navar­ra (chardon­nay). Shostakovich habría com­puesto una suite para esta pare­ja sin dudarlo.

-Frican­dó de tern­era al ver­mut con naran­jas fres­cas y oli­vas negras: o como el pla­to se trans­for­ma en un cam­po de batal­la por ver cuál de los ingre­di­entes per­manece más tiem­po en la mente y en el gus­to del comen­sal. La poderosa pero del­i­ca­da tern­era avan­za impa­ra­ble para ganarse el puesto de pal­adín mod­ernista, “lás­ti­ma” que una naran­ja que no se deja ame­drentar por una carne tan fina y dulce, desha­ga todo ese sabor para suplan­tar­lo por un fres­cor lig­era­mente áci­do. Esto provo­ca un tira y aflo­ja en el que el comen­sal está dese­an­do pro­bar otro boca­do de la primera para obligar al cítri­co a actu­ar. Has­ta aquí todo sería más o menos sen­cil­lo si no fuera porque otro ele­men­to entra en dis­cor­dia: de for­ma furti­va, las oli­vas negras hacen acto de pres­en­cia dan­do pequeñas esto­cadas tostadas en el pal­adar. Han venido, y lo hacen para quedarse. Un tin­to joven de Jardins Monas­trell D.O. Empordà (gar­nacha, mer­lot, syrah y caber­net suavi­gnon) es tes­ti­go de tan cru­en­ta batalla.

-Casa Fuster (semi­es­fera de mousse de choco­late con leche y baño de choco­late blan­co): líneas cur­vas mod­ernistas para pre­sen­tar un postre potente a la par que ligero y, por supuesto, dulce. Una pieza que se podría extrap­o­lar al cam­po de la arqui­tec­tura y enca­jar per­fec­ta­mente en cualquier obra de Josep Puig i Cadafalch.

postre,

Semi­es­fera de mousse de choco­late con leche y baño de choco­late blan­co. Fotografía de Aarón González

Tras esta degustación, se con­cluye que Galaxó es un uni­ver­so para­le­lo, un por­tal al pasa­do ¿o tal vez al futuro? En defin­i­ti­va, se puede decir que Galaxó es un lugar para soñar.

Galaxó for­ma parte de la Restau­rant Lover Week orga­ni­za­da por Atrá­pa­lo. Del tres al doce de mar­zo, una selec­ción de restau­rantes de Madrid y Barcelona ofre­cerán menús exclu­sivos a un pre­cio ase­quible e infe­ri­or al habit­u­al: 24 euros más IVA y un euro muy espe­cial que irá des­ti­na­do a colab­o­rar con la ONG Accem y ayu­dar así a refu­gia­dos y a las per­sonas más desfavorecidas.

Más infor­ma­ción y reser­vas en Atrá­pa­lo

© 2017 Aarón González. All rights reserved 

Intuición e imaginación en la Experiencia Verema BCN 2015

Una primera incur­sión en la expe­ri­en­cia Vere­ma Barcelona ante más de 100 bode­gas disponibles para catar, puede provo­car en el neó­fi­to a este tipo de even­tos un colap­so de tal mag­ni­tud que deshon­raría al mis­mísi­mo Baco…Así, y para no perder el norte, en el incom­pa­ra­ble mar­co de una de las salas de este mon­u­men­to civ­il de esti­lo góti­co que es el Museu Marí­tim de la Ciu­dad Con­dal, me dejé lle­var por la intu­ición, esa vir­tud no siem­pre desar­rol­la­da y tra­ba­ja­da, de escuchar el inte­ri­or de cada uno, y en este caso, percibir dónde debían diri­girse mis pasos ante tan­ta ofer­ta. Una vez más me rindo ante su innegable acierto.

De las 10 bode­gas degus­tadas con mod­eración, desta­co 2 de ellas porque tenían duende en sus pro­duc­tos,  y en defin­i­ti­va porque ofrecían vina­zos para descubrir.

La primera fue la mal­lorquina Es Fan­gar cuyo rep­re­sen­tante des­ti­l­a­ba autén­ti­ca pasión por sus vinos y su tier­ra. Orgul­loso como un padre de sus uvas autóc­tonas de la zona que tra­ba­ja­ba: man­to negro, cal­let, girò blanc y pren­sal. Degusté un mag­ní­fi­co blan­co “Sa Fita” con 4 meses en sus lías a base de pren­sal, chardon­nay y mus­cat. Sen­sa­ciones de fru­tas como el mem­bril­lo, seco en boca y un ligero final dulzón. De la mis­ma bode­ga “Lo Cortinel.lo”, el rosa­do “Twen­ty Twelve” y “El.lements” para acabar con su vino estrel­la,  el cor­pu­len­to “N’A­ma­rat”. Un vino elab­o­ra­do con man­to negro, cal­let y caber­net sauvi­gnon, con notas ahu­madas, en boca era ele­gante, exóti­co, para tomar en un atarde­cer de otoño en el mal­lorquín acan­ti­la­do de la playa Caló des Moro, cuan­do el hor­i­zonte se tiñe de col­ores roji­zos… Cier­ro los ojos y puedo via­jar men­tal­mente a esa pre­ciosa isla… ¡Umm!… ¡sólo pensarlo!…Lo resumo con las pal­abras de la bode­ga que usa para su etiqueta:

 “Faith will show you the way to reach the sacred N’A­ma­rat , you will find a King­dom, rich land and glow­ing heath”. 

“La fe te mostrará el camino para encon­tar al San­to N’Amarat, des­cubrirás un reino, una tier­ra rica y res­p­lan­de­ciente de salud “.

 

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Vinos de las Bode­gas San Alejandro

 

La sigu­iente que me llamó poderosa­mente la aten­ción fue la Bode­gas San Ale­jan­dro de la D.O.Calatayud. Una bode­ga que rinde trib­u­to a Bal­tasar Gracián, el gran escritor bar­ro­co autor de El Arte de la pru­den­cia -esa vir­tud tan poco teni­da en cuen­ta hoy en día y que bien val­dría su lec­tura en los cole­gios para los jóvenes y como libro de cabecera para más de un adul­to- y asimis­mo padre de la céle­bre y recur­ri­da sen­ten­cia “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Y en hon­or de este desta­ca­do paisano, naci­do a esca­sos 8 kms. de la bode­ga, toman presta­do su nom­bre y se lo han asig­na­do a una línea de vinos elab­o­ra­dos con uva gar­nacha. Vinos que expre­san su cli­ma con­ti­nen­tal, con grandes difer­en­cias tér­mi­cas entre esta­ciones y tam­biénde la noche al día, que le da carác­ter, lo que viene sien­do un vino de ter­roir. Sus vinos refle­jan el paisaje que rodea la bode­ga. La rep­re­sen­tante del estand, Vir­ginia, der­rocha­ba entu­si­as­mo al hablar car­iñosa­mente de su pro­duc­to.  Cuan­do pens­a­ba que los había cata­do todos, Vir­ginia me sugir­ió que  probase el últi­mo: la “Gar­nacha Náti­va 2011 “, un rega­lo para los sen­ti­dos … que la nat­u­raleza, si la tratas bien, te lo da gen­erosa­mente, y esos viñe­dos de más de 80 años a 900 met­ros de alti­tud te hacen lev­i­tar, casi tocar con la pun­ta de los dedos el cielo azul… Imag­i­naros allí, un mediodía solea­do de este veranil­lo de San Martín que pron­to se acabará, copa en mano …Y para expre­sarme mejor recur­ro una vez más al jesui­ta lit­er­a­to Bal­tasar Gracián: “Son los ímpe­tus de las pasiones deslizadores de la cor­du­ra, y allí es el ries­go de perderse”.

Escri­bo estas cua­tro líneas, ¿o quizás son algu­nas más?, de lo que fue mi expe­ri­en­cia en Vere­ma BCN. Una tarde mem­o­rable de un lunes cualquiera de noviem­bre, de esos difí­ciles de digerir, que hizo más agrad­able el comien­zo de sem­ana gra­cias a mi intu­ición e imaginación…

 

BSO :I don’t like Mon­days de Boom­town Rats. Tema que ni anil­lo al dedo para esos lunes que pasan de pun­til­las por nues­tras vidas y sobre todo por lo que mila­grosa­mente nos sal­van toda la semana.

© 2015 Jor­di Mon­toliu. Todos los dere­chos reservados

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