Las nuevas añadas de los vinos de la colección Antología Miquel Torres. Los vinos más emblemáticos de la Familia Torres

Famil­ia Tor­res, que des­de hace 150 años elab­o­ra vinos de gran reconocimien­to nacional e inter­na­cional, pre­sen­tó a pren­sa espe­cial­iza­da el pasa­do 21 de sep­tiem­bre, las nuevas añadas de los vinos más icóni­cos de esta bode­ga familiar. 

Loa cin­co vinos de la colec­ción Antología Miguel Torres

Los vinos que com­po­nen esta selec­ta colec­ción Antología Miguel Tor­res del 2020 son: Mil­man­da 2017, Mas La Plana 2016, Reser­va Real 2016, Grans Muralles 2016 y la nue­va incor­po­ración a esta exclu­si­va selec­ción de Mas de la Rosa 2017. Estos vinos se car­ac­ter­i­zan por su elab­o­ración cuida­da, proce­dentes de viñas ecológ­i­cas y con una per­son­al­i­dad propia que rep­re­sen­ta al ter­ri­to­rio, el paisaje al cual pertenecen y a la uva que ha servi­do de base. 

Miquel Tor­res Maczassek es la quin­ta gen­eración de Famil­ia Tor­res que cumple 150 años en este 2020

Miquel Torres Maczassek hablando en la presenteación
Miquel Tor­res Maczassek 

Miquel Tor­res Maczassek, quin­ta gen­eración de Famil­ia Tor­res que cumple 150 años en este 2020, fue el encar­ga­do de explicar uno a uno los vinos de la colec­ción Antología, y lo que rep­re­sen­tan cada uno de ellos para la Famil­ia Tor­res, y que se resumen en sus pal­abras: “son vinos naci­dos en viñas sin­gu­lares, fin­cas históri­c­as o elab­o­ra­dos con var­iedades recu­per­adas”. A su lado estu­vo acom­paña­do de Josep Sabarich, direc­tor téc­ni­co, que se encar­gó de detal­lar las car­ac­terís­ti­cas tan­to de las uvas, del sue­lo y de la cli­ma­tología de los años en cuestión. Ele­men­tos que dan carác­ter a cada uno de los vinos porque cada año es difer­ente al otro. 

Josep Sabarich explicando las características técnicas de los vinos Antología Miguel Torres
Josep Sabarich

Los vinos de la Con­ca de Barberà

Mil­man­da 2017 en la DO Con­ca de Bar­berà está lig­a­da a la recu­peración del castil­lo de Mil­man­da por Famil­ia Tor­res, ya que for­mó parte en la Edad Media de la ruta de castil­los que servían de cobi­jo a los cris­tianos en los tiem­pos de la Recon­quista. Se cul­ti­va la uva chardon­nay en sue­lo de car­bon­a­to cál­ci­co con gran capaci­dad para reten­er agua, y que por ser fres­cos suavizan los rig­ores calurosos del cli­ma mediterráneo. 

Grans Muralles 2016 de la DO Con­ca de Bar­berà, se elab­o­ra a par­tir de las uvas gar­nacha, car­iñe­na, monas­trell, y las var­iedades recu­per­adas gar­ró y querol. El nom­bre de este vino hace ref­er­en­cia a las mural­las que pro­tegían el Monas­te­rio de Poblet de las guer­ras y mer­ce­nar­ios de épocas pretéri­tas. En la actu­al­i­dad se pueden apre­ciar ese gran muro jun­to a las viñas de Famil­ia Tor­res como recuer­do de su pasa­do defen­si­vo. Grans Muralles 2016 está situ­a­do entre los 50 mejores vinos del mun­do según los pre­mios Decanter con 97 pun­tos. Reval­i­da por segun­do año con­sec­u­ti­vo el títu­lo de “Best in Show” en el may­or cer­ta­men inter­na­cional de vinos y que se ha cel­e­bra­do en la cap­i­tal del Táme­sis. Es uno de los 4 vinos españoles en con­seguir la máx­i­ma dis­tin­ción entre las 16.500 ref­er­en­cias de todo el mundo. 

Los vinos más emblemáti­cos en el Penedès

Mas La Plana 2016 en la DO Penedès es un mono­va­ri­etal de caber­net sauvi­gnon. Su vino ante­cesor Gran Coro­nas Eti­que­ta Negra 1970 supu­so pon­er una pica en Flan­des, mejor dicho en París, ya que en las Olimpiadas del vino de 1979 cel­e­bradas en la cap­i­tal del Sena, con­sti­tuyó un antes y un después al con­seguir impon­erse al resto de vinos galos que com­petían en este pres­ti­gioso con­cur­so orga­ni­za­do por la revista Gault Mil­lau, destruyen­do el mito imper­ante de la época de que la uva caber­net sauvi­gnon sola­mente se desar­rol­la­ba cor­rec­ta­mente en Bur­deos. En la fin­ca que se cul­ti­va este vino mar­avil­loso se están real­izan­do acciones para aumen­tar la bio­di­ver­si­tad con un corre­dor biológi­co, cubier­ta veg­e­tal, insec­tario, trac­tor eléc­tri­co, labran­za a cabal­lo, zona para las tan ben­efi­ciosas abe­jas, etc. Este vino pasa por bar­ri­c­as de roble francés nuevas durante 18 meses. 

Reser­va Real 2016 de la DO Penedès. Se elab­o­ra con los mejores raci­mos de caber­net sauvi­gnon, caber­net franc y mer­lot de la viña Les Arnes que son sola­mente 4 hec­táreas. Este exclu­si­vo vino nació en 1995 coin­ci­di­en­do con la visi­ta real a la bode­ga coin­ci­di­en­do con el 125 aniversario. 

El vino icono del Priorat

Mas de la Rosa 2017 de la DOQ Pri­o­rat. Se elab­o­ra con las uvas car­iñe­na y gar­nacha proce­dente de una históri­ca fin­ca en Por­rera, recien­te­mente propiedad de la Famil­ia Tor­res. Viñas con más de 80 años plan­tadas en sola­mente 1,86 hec­táreas hace que sea un vino de edi­ción muy lim­i­ta­da. Se con­ser­va den­tro de la fin­ca la casa dónde se hacía el vino antiguamente. 

Proyec­tos y objetivos

Tras la pre­sentación el Sr. Miquel Tor­res explicó los nuevos proyec­tos de la bode­ga como plan­tar viña en El Tossal, en la zona más alta del Pri­o­rat porque han encon­tra­do ves­ti­gios de que aquí se hacía vino antigua­mente. Los obje­tivos para la próx­i­ma déca­da son la reduc­ción de un 55% de la emsiones de CO2 por botel­la con respec­to al 2008, colab­o­ran­do con los provee­dores para que sigan este camino, insta­lación de foto­voltaica, caldera de bio­masa, arqui­tec­tura bio­climáti­ca, mejo­ra del ais­lamien­to y la efi­cien­cia energéti­ca, proyec­to de refor­estación, etc. Obje­tivos muy ambi­ciosos pero que son posi­bles, si quer­e­mos con­seguir un mun­do mucho más sostenible. 

Famil­ia Tor­res es miem­bro de la exclu­si­va aso­ciación Pri­mum Famil­i­ae, for­ma­da por 12 famil­ias de vitic­ul­tores que lle­van más de 100 años elab­o­ran­do pres­ti­giosos vinos. Además es la fun­dado­ra de la Inter­na­tion­al Winer­ies for Cli­mate Action, fomen­tan­do la ped­a­gogía de la descar­bonización del sector. 

Más infor­ma­ción de Famil­ia Tor­res en su web https://www.torres.es/es/somos/la-familia

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Jean Leon Xarel.lo 2019 de la gama Nativa, es la última incorporación a la bodega que rinde tributo a la historia de su fundador

La bode­ga Jean Leon ha crea­do Nati­va, una nue­va gama de vinos elab­o­ra­da con var­iedades autóc­tonas cata­lanas,. Esta colec­ción se estre­na con Jean Leon Xarel.lo 2019, un mono­va­ri­etal de la uva que le da nom­bre, y que sin duda es la que mejor rep­re­sen­ta el carác­ter del Penedès, para con­seguir un vino fres­co y joven pero con mucho aro­ma, todo un trib­u­to a la tier­ra que eligió su fun­dador en los años sesen­ta del siglo XX para elab­o­rar su pro­pio vino.

JEAN LEON_Xarel.lo_2019_Gama Nativa

Fotografía gen­tileza de Jean Leon

 

Nota de cata

  • visu­al: col­or amar­il­lo bril­lante con ribete verdoso.
  • nar­iz: aro­mas cítri­cos, de hino­jo y nuez mosca­da para dejar sen­tir de fon­do a fru­ta blanca.
  • boca: su ele­gante acidez nos da fres­cu­ra en toda la boca. Por su cri­an­za en lías finas nos apor­ta un final suave y endulza­do por el vol­u­men y la untosidad.

Mari­da­je

Este vino de pro­duc­ción ecológ­i­ca cer­ti­fi­ca­da está pen­sa­do para acom­pañar ensal­adas, “xató”, arro­ces, ver­duras asadas, que­sos, carnes blan­cas y platos orientales.

Eti­que­ta

Botel­la de col­or verde con eti­que­ta seri­grafi­a­da de 4 bal­dosas cata­lanas, donde están rep­re­sen­tadas en las esquinas motivos veg­e­tales y en el cen­tro de cada una de ella, una estrel­la de 8 pun­tas que rep­re­sen­ta a la rosa de los vien­tos con sus cua­tro rum­bos lat­erales. Viene a rep­re­sen­tar la impor­tan­cia de la fuerza del dios Eolo y la cli­ma­tología para la viti­cul­tura. Este azule­jo está fecha­do entre los sig­los XVII y XIX, coin­ci­di­en­do en el tiem­po con la expan­sión del viñe­do y la com­er­cial­ización de los vinos en el Penedès.

La his­to­ria de Jean Leon

Una his­to­ria emo­cio­nante y de pelícu­la, la de Jean Leon, un vision­ario de su tiem­po, hecho a sí mis­mo, y todo un ejem­p­lo de lucha con­tinúa ante la adver­si­dad, que como ave fénix se lev­anta­ba de sus propias cenizas, y que con­fir­ma que el sueño amer­i­cano se cumple. Una exis­ten­cia que bien se podría incluir en el catál­o­go de “Vidas ejem­plares” para leer y aprender.

Jean Leon, o mejor dicho, Ángel Ceferi­no Car­rión, así es como lo bau­ti­zaron en San­tander en 1928, cono­ció des­de muy pequeño la trage­dia y el ten­er que rein­ven­tarse con­tin­u­a­mente. Su ciu­dad de nacimien­to que­ma­da por un desvas­ta­dor incen­dio, la dramáti­ca muerte de su padre y de su her­mano may­or cuan­do ape­nas tenía 13 años, la hui­da a Fran­cia para evi­tar su incor­po­ración al ser­vi­cio mil­i­tar oblig­a­to­rio, sien­do declar­a­do prófu­go en nue­stro país. Sus 7 inten­tos fal­li­dos de mar­charse de Fran­cia como polizón en bar­co direc­ción Guatemala, y cuan­do lo con­sigue a la octa­va vez el bar­co no lle­ga a ese país cen­troamer­i­cano sino a Esta­dos Unidos. Escon­di­do por el bar­co lo aca­ba des­cubrien­do un marinero negro que le da de com­er y además le enseña pal­abras en inglés, con­vir­tién­dose en su ángel de la guar­da durante toda la trav­es­ía. Una vez en la ciu­dad de los ras­ca­cie­los entra a tra­ba­jar como fre­gaplatos en el bar de un pari­ente de su padre, tra­ba­ja pluriem­plea­do como taxista con la licen­cia 3055 (número que dará nom­bre a uno de sus renom­bra­dos vinos), una vez le roban su doc­u­mentación aprovecha y decide inscribirse en USA con el nom­bre de Jus­to Ramón León, y que más tarde lo con­vir­tió en Jean Leon . Un cúmu­lo de vicisi­tudes más y por fin una alien­ación de plan­e­tas, una de esas con­jun­ciones mág­i­cas que hay que aprovechar sí o sí, hizo que su des­ti­no cam­biara de ter­cio y conociera a Sina­tra, y a James Dean con quién se aso­ció para abrir un restau­rante has­ta que el acci­dente de coche truncó la car­rera del actor pro­tag­o­nista de la pelícu­la Al este del Edén. Final­mente se decidió a abrir La Scala por su cuen­ta. Muy bue­na coci­na ital­iana, mucha dis­cre­ción, y una bue­na bode­ga de vinos lo con­vir­tió en el epi­cen­tro de Hol­ly­wood, el lugar donde ver y ser vis­to, donde todas las estrel­las de la época querían ir a cenar.

Pero para un restau­rante de cam­panil­las como el suyo falta­ba ten­er su pro­pio vino, y en esta labor se puso en 1962 has­ta que encon­tró en el Penedès 150 hec­táreas dónde susti­tuyó las cepas autóc­tonas y les injertó var­iedades de caber­net sauvi­gnon, caber­net franc y chardon­nay. En 1963 plan­tó las cepas del viñe­do “La Scala” con el mis­mo nom­bre que su restau­rante cal­i­for­ni­ano. En 1967 le llegó el turno a las cepas de chardon­nay en el viñe­do denom­i­na­do “Vinya Gigi”, y en 1968 plan­tó en la “Vinya Le Havre”. En 1969 llegó la primera cosecha de caber­net sauvi­gnon en “La Scala” con­vir­tién­dose de esta man­era en la primera cosecha de esta uva en España y que una vez con­ver­tido en reser­va se sirvió ínte­gra­mente en el restau­rante La Scala de San­ta Móni­ca Boule­vard. A par­tir de aquí fue con­sigu­ien­do grandes reconocimien­tos en el mun­do viní­co­la. Otro infor­tu­nio, esta vez de salud, en 1994 con un diag­nós­ti­co de cáncer avan­za­do le vino a agri­ar toda su ale­gría. Con­sciente de su fatal des­ti­no pasó su lega­do a la Famil­ia Tor­res como dig­no seguidor de su filosofía.

Jean Leon en la actualidad

Des­de el 2010 está dirigi­da la bode­ga por Mireia Tor­res y ha con­segui­do que ten­ga el primer reconocimien­to de “Vino de Fin­ca” en el Penedès a 4 de sus vinos. Se tra­ta de la máx­i­ma dis­tin­ción con­ce­di­da por la Gen­er­al­i­tat de Catalun­ya a vinos proce­dentes de un úni­co viñe­do, de un tipo de sue­lo con­cre­to y micro­cli­ma para con­seguir la máx­i­ma expre­sión. Todos los vinos tienen la cer­ti­fi­cación de orgáni­cos des­de el año 2012. Actual­mente expor­tan a 40 países.

Más infor­ma­ción en la web de Jean Leon y para com­prar este vino en la tien­da online sin gas­tos de envío has­ta el próx­i­mo 29 de mar­zo de 2020 intro­ducien­do el códi­go ENVIOGRATIS

© 2020 José María Toro. All rights reserved

Abadal Picapoll y las propuestas de Vinoteca Origen

La picapoll es una var­iedad local y tradi­cional de la zona del Bages, donde se está recu­peran­do su cul­ti­vo. Una uva que expre­sa el ter­roir, que dicen los france­ses, mejor que ningu­na otra, dónde está plan­ta­da des­de hace siglos.

La var­iedad picapoll se fue aban­do­nan­do por su gran pro­duc­tivi­dad pero con poca con­cen­tración de aro­mas. En el caso del Bages y conc­re­ta­mente entre 1899 y 1890, era la var­iedad más exten­sa de la comar­ca. Des­de 1930, en esta comar­ca así como en el resto de Catalun­ya se entró en un pro­ce­so de reduc­ción del cul­ti­vo viní­co­la quedan­do un cul­ti­vo resid­ual de picapoll en todo el ter­ri­to­rio catalán, que por otro lado y gra­cias a sus condi­ciones de adaptación está es la zona más ópti­ma para su cul­ti­vo y donde mejor se expresa.

Vinya Abadal

Viña Abadal

 

La uva picapoll pro­cede de raci­mos pequeños y com­pactos, con bayas esféri­c­as pequeñas que sue­len pre­sen­tar mar­cas o “pic­a­das” en la piel, de donde le viene el nom­bre. Sus vinos tienen un col­or verde-dora­do, con un buen cuer­po y sabor a limón.

Abadal, la emblemáti­ca bode­ga famil­iar del Bages, no ha para­do por recu­per­ar esta uva, la picapoll, como seña de iden­ti­dad de esta comar­ca cata­lana y que está adheri­da a la D.O. Pla de Bages, has­ta pre­sen­tar uno de sus vinos enseña bajo el nom­bre de Abadal Picapoll y elab­o­ra­da 100% con esta var­iedad de uva.

 

Abadal Picapoll

Abadal Picapoll

 

La nota de cata de la propia bode­ga define este vino como “sin­gu­lar, ele­gante y seduc­tor, com­bi­na las notas cítri­c­as, la fru­ta blan­ca (piña y albari­coque) y las notas flo­rales del entorno boscoso (hino­jo, lavan­da y men­ta). La fer­mentación y cri­an­za de 3 meses sobre lías, le con­fieren vol­u­men y com­ple­ji­dad al vino”.

La críti­ca inter­na­cional y nacional ha cal­i­fi­ca­do Abadal Picapoll 2018 con 90 pun­tos en la pres­ti­giosa Decanter, 92 por James Suck­ling, el críti­co esta­dounidense de vinos y cig­a­r­ros y ex edi­tor senior de la ofic­i­na euro­pea de Wine Spec­ta­tor, y con 91 por la guía Peñín de nue­stro país.

Para tomar en cualquier momen­to del día, y por supuesto para acom­pañar platos de pas­ta, arro­ces y pesca­do. Mi prop­ues­ta de mari­da­je es con unos berbere­chos y con cala­mares a la romana, sus notas cítri­c­as acom­pañan a los berbere­chos y limpian nues­tra boca del exce­so de grasa de los cala­mares invitán­donos a seguir dis­fru­tan­do de estos boca­dos proce­dentes del mar.

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Abadal Picapoll armo­niza­do con berbere­chos y cala­mares a la romana

 

La bode­ga famil­iar Abadal bus­ca elab­o­rar vinos que exp­re­sen la sin­gu­lar­i­dad de su paisaje de la zona cen­tro de Catalun­ya, con sus viñe­dos en ter­raza para com­pen­sar los desnive­les del ter­reno, rodeadas de bosques que le apor­tan sus notas tan par­tic­u­lares de soto­bosque y de bal­sámi­cos, sobre el sue­lo de arcil­la con abun­dante piedra y usan­do las var­iedades tradi­cionales picapoll y mandó que for­man parte de los cul­tivos históri­cos de este territorio.

Bodega Abadal

Bode­ga Abadal

 

Abadal fue fun­da­da en 1983 por Valen­tín Roque­ta, alrede­dor de la masía Roque­ta. Una his­to­ria famil­iar de vitic­ul­tores que se remon­ta has­ta el siglo XII, más conc­re­ta­mente en 1199, aunque exis­ten ves­ti­gios de tra­ba­jos rela­ciona­dos con la vid ya en la época romana. Los doc­u­men­tos que con­fir­man estos tra­ba­jos de viti­cul­tura se sitúan en la Masía Roque­ta, situ­a­da en San­ta María d’Hor­ta d’Avinyó, donde se encuen­tran pren­sas, depósi­tos de piedra, lagares y otros instru­men­tos de esta época pretéri­ta. El ini­cio de la activi­dad com­er­cial de la famil­ia fue cuan­do Ramón Roque­ta Tor­ren­tó en 1898 se trasladó a Man­re­sa y fundó la bode­ga Ramón Roque­ta, perteneciente a la D.O. Catalun­ya. Ya en 1983 se son­sti­tuyó Abadal, de la D.O. Pla de Bages. Más ade­lante ven­drían otros proyec­tos de la famil­ia Roqueta.

Den­tro de la web Vinote­ca Ori­gen podemos encon­trar vinos de 3 DO difer­entes: Pla de Bages, Ter­ra Alta y  Catalun­ya. Las difer­entes mar­cas del grupo como son la propia Abadal que nos ocu­pa, Lafou, Ramón Roque­ta, Sagristía, Mas­salu­ca, La Picos­sa, Vinya Nos­tra, Syn­era y el Aceite Mas Oliv­eras. El elen­co de var­iedades de uvas tam­bién es amplio como: caber­net franc, caber­net sauvi­gnon, chardon­nay, gar­nacha blan­ca, gar­nacha negra, macabeo, mandó, mer­lot, more­nil­lo, picapoll, sam­só, sauvi­gnon blan­co, syrah, sumoll, tem­pranil­lo y xarel.lo. Edi­ciones lim­i­tadas y en cajas para regalar porque siem­pre hay una bue­na excusa para obse­quiar vino, ya sean las fies­tas de Navi­dad, un aniver­sario, una cel­e­bración o como gen­erosa mues­tra de agradecimiento.

Códi­go espe­cial de des­cuen­to de un 10% en la web Vinote­ca Ori­gen con el códi­go HEDONISTA10

© 2019 José María Toro. All rights reserved

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cata de Cavas y Vinos de Castillo Perelada

El pasa­do 8 de mar­zo, el emblemáti­co Hotel W Barcelona, fue el esce­nario per­fec­to para la extra­or­di­nar­ia pre­sentación y cata de cavas y vinos del Grup Per­al­a­da (D.O. Empordà) a manos de Ale­jan­dro Rodríguez.

Hablar de los cal­dos del Castil­lo de Pere­la­da es hablar de his­to­ria, de tradi­ción famil­iar y de arte.

Si bien la elab­o­ración de vinos en dicho enclave data de la Edad Media, no sería has­ta 1923   en el que Miquel Mateu, políti­co, apa­sion­a­do del arte y la cul­tura, e hijo del que fuera cofun­dador de His­pano-Suiza Damián Mateu, com­prara el con­jun­to mon­u­men­tal del Castil­lo de Pere­la­da para con­ver­tir­lo en un ref­er­ente artís­ti­co y, por supuesto, para revi­talizar una impor­tante tradi­ción vitiv­iní­co­la pre­sente en la zona del Empordà.

En 1972, Arturo Suqué, yer­no de Miquel Mateu, lid­er­aría una trans­for­ma­ción enfo­ca­da en la cal­i­dad y en la meta de hac­er de Pere­la­da una de las más pres­ti­giosas bode­gas del país. A parte, jun­to a su esposa Car­men Mateu, inau­gu­raría el recono­ci­do inter­na­cional­mente Fes­ti­val del Castell de Pere­la­da por el que han pasa­do infinidad de grandes artis­tas y músicos.

Hoy en día, Javier Suqué Mateu se encar­ga de diri­gir el rum­bo de este gran navío apo­s­tan­do por vinos de cal­i­dad, plan­tan­do y adquirien­do nuevos viñe­dos y enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia del I+D medi­ante una con­stante inves­ti­gación en tier­ras ampur­dane­sas con la final­i­dad de aprovechar esas cual­i­dades geofísi­cas y cli­ma­tológ­i­cas que ofrece este ter­ri­to­rio tan ama­do por Sal­vador Dalí.

En cuan­to a la D.O. Empordà, se car­ac­ter­i­za por una het­ero­genei­dad en la tier­ra en la que pri­man la tex­tu­ra arenosa y la pobreza en mate­ria orgáni­ca. Sue­len ser sue­los áci­dos que se sitúan des­de el niv­el del mar has­ta una altura cer­cana a los 260 met­ros. El cli­ma dis­fru­ta del vien­to de tra­mon­tana, que con­tribuye de man­era acti­va a la bue­na salud de las viñas. Con invier­nos suaves y ver­a­nos calurosos pero tem­pla­dos por el Mediter­rá­neo, la tem­per­atu­ra se sitúa entre los 14 y los 16°C, per­mi­tien­do el cul­ti­vo de var­iedades de ciclo medio y largo. Ref­er­ente a los viñe­dos, son de antigua implantación, si bien en los últi­mos años se ha ido ren­o­van­do para adop­tar cier­tos cam­bios vari­etales. Las uvas que pre­dom­i­nan son prin­ci­pal­mente car­iñe­na y gar­nacha negra en tin­tos, y gar­nacha blan­ca y roja jun­to a  macabeo en blancos.

vinos y cavas de Castillo de Perelada

Para esta cata se pre­sen­taron los sigu­ientes cavas y vinos:

-Cava Stars Touch of Rosé 2014 (90% gar­nacha y 10% pinot noir): sien­do un hom­e­na­je a todas esas estrel­las que han pasa­do y pasarán por el Fes­ti­val Castell de Pere­la­da, este cava elab­o­ra­do a par­tir de uvas selec­cionadas bajo la D.O. Cava, ofrece un col­or páli­do y rosáceo, así como finas bur­bu­jas con for­ma­ción de coro­na. Mod­er­no y agrad­able, se mues­tra muy flo­ral en boca, seco, pero con vida áci­da. La pres­en­cia de fru­ta blan­ca es más que notable.

-Només Gar­natxa Blan­ca 2016 (100% gar­nacha blan­ca): con uvas proce­dentes de viñe­dos de entre cin­cuen­ta y sesen­ta años situ­a­dos en la fin­ca Pont de Molins, se obtiene este mono­va­ri­etal com­ple­jo y con alma de man­zana. A la vista, pre­sen­ta un col­or amar­il­lo páli­do con ligeros toques ver­dosos. En boca ofrece cier­to amar­gor y un gran recor­ri­do. Un claro ejem­p­lo de lo que es un vino con personalidad.

-Col­lec­tion Blanc 2015 (64% chardon­nay y 63% sauvi­gnon blanc): este joven de cabel­lo rubio bril­lante, rebelde e inten­so debe bue­na parte de su per­son­al­i­dad a un 5% de chardon­nay que durante el 2015 vivió inten­sa­mente en bar­ri­ca de aca­cia, adquirien­do un ligero y pecu­liar toque de madera que se sumaría a un per­fume de fru­tas dul­ces y trop­i­cales. En boca es redon­do y fres­co, con un ligero pun­to carbónico.

-Fin­ca Espol­la 2012 (50% syrah, 30% monas­trell, 8% caber­net sauvi­gnon, 6% gar­nacha y 6% sam­só): con una exten­sión de 21 hec­táreas, Fin­ca Espol­la se sitúa en Les Alberes, cer­ca de los Piri­neos, y tiene como prin­ci­pal car­ac­terís­ti­ca un sue­lo negro, áci­do y pizarroso. Este leal escud­ero de las carnes “cor­tas” (pies, car­rilleras…) desta­ca por un col­or rojo rubí de capa alta. Encon­tramos abun­dantes aro­mas de fru­tas rojas, así como a bal­sámi­cos. En boca es ele­gante y con una acidez propia de la tier­ra de la que procede.

-Fin­ca Malaveï­na 2013 (46% mer­lot, 21% caber­net sauvi­gnon, 12% caber­net franc, 11% syrah y 10% gar­nacha): uno de los buques insignia de Pere­la­da, esta «bue­na veci­na» nace de 19 hec­táreas de arcil­la rojiza y de can­tos roda­dos. Mues­tra en su ros­tro un bel­lo col­or rojo cereza y desprende un aro­ma a fru­tos negros con toques tosta­dos. Sus besos son redon­dos, carnosos, casi cre­mosos, y lig­era­mente áci­dos, son besos que per­du­ran. Esta veci­na enve­je­cerá, por supuesto, pero lo hará de la mejor for­ma, enam­oran­do de nuevo.

-Aires de Gar­bet 2013 (100% gar­nacha): De una con­jun­ción dada por el Mediter­rá­neo, la calidez del sol, la tra­mon­tana y el sue­lo pizarroso de la fin­ca Gar­bet surge este esplen­di­do tin­to pla­ga­do de recuer­dos a hier­bas mediter­ráneas, bal­sámi­cos, tor­refac­tos, min­erales y fru­tos rojos. Pre­sen­ta unos tani­nos maduros y sedosos, así como un paso por boca agrad­able y exten­so. Igual que Fin­ca Malaveï­na, pre­sen­ta un enve­jec­imien­to con buen potencial.

-Cava Gran Claus­tro 2012 (45% pinot noir, 45% chardon­nay y 10% xarel·lo): elab­o­ra­do arte­sanal­mente, se cri­a­ba en su ori­gen en las bode­gas del claus­tro situ­a­do jun­to al Castil­lo Pere­la­da. Se tra­ta de un cava bas­tante acham­pana­do, de apari­en­cia col­or amar­il­lo paja con refle­jos ver­dosos y bril­lantes. Su bur­bu­ja es fina y con­tin­ua, y su sabor, seco y suave, deja ves­ti­gios afrutados.

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