¡La vida actual es un chollo!

Según Rafael Santandreu “hay que dejar de quejarse por estupideces” 

Rafael Santandreu

Foto cor­te­sía de Rafael San­tan­dreu

Rafael Santandreu, psicólogo superventas y hombre libre y auténtico donde los haya, lo tiene claro: “está chupado ser megafeliz en esta sociedad”. “Nos basta con tener la comida y la bebida del día”, recuerda en sus intervenciones, convencido de lo sencillo que es renunciar a todo.  Mientras prepara su quinto libro, después de los exitosos  “El arte de no amargarse la vida”, “Ser feliz en Alaska”, “Las gafas de la felicidad” y  “Nada es tan terrible”, sigue disfrutando de cada  instante desde la alegría y la diversión. Lo importante ‑afirma Santandreu con desparpajo- “es saber darle un sentido chulo a las cartas que te reparta la vida en cada momento”. Lo que piensen los demás, por cierto, se la trae al pairo.

-Leí el otro día una fra­se del poe­ta Kar­me­lo Iri­ba­rren: “tan­to ame­na­zar y asus­tar y el futu­ro era esto”. Al final nada es tan terri­ble, ¿no?

Si tú quie­res, nada será terri­ble. Pero si te empe­ñas, todo pue­de ser un infierno. Como sólo depen­de de ti, hay para todos los gus­tos (o sis­te­ma de creen­cias). Lo esen­cial es que apren­das que las emo­cio­nes las pro­du­ce tu men­te con tus ideas, tus creen­cias. ¿Toda­vía no te has dado cuen­ta?

-Hace­mos mil cosas para encon­trar la paz inte­rior: pro­ba­mos méto­dos orien­ta­les, lee­mos libros de auto­ayu­da a man­sal­va, nos damos baños de agua helada…¿Tan com­pli­ca­do es vivir en esta socie­dad con un poco de tran­qui­li­dad?

Para nada. ¡Está chu­pa­do ser mega feliz en esta socie­dad! Es pre­ci­sa­men­te la creen­cia ésa de que “es difí­cil” la que te lo hace difí­cil. Pero es que es has­ta ridícu­lo pen­sar que esta vida “es difí­cil”. ¡Dios mío! ¿Pero no ves que es un cho­llo?

-Por cier­to, ¿los inge­nuos son más feli­ces?

Estar bien de la cabe­za y ser feliz no tie­ne nada que ver con la inge­nui­dad. Son dos con­cep­tos que ni se tocan. Hay gen­te inge­nua muy infe­liz y, al con­tra­rio, gen­te muy pers­pi­caz y pro­fun­da, mega feliz (como yo). Por ahí no va la cosa y repi­to: ” la vida actual es un cho­llo”.

-Y siguien­do con el tema: a muchas per­so­nas les moles­ta la gen­te feliz (o al menos los que no se que­jan con­ti­nua­men­te de sus pro­ble­mas). ¿Es mejor ser dis­cre­to en esto de la feli­ci­dad  para no levan­tar ampo­llas?  

Per­so­nal­men­te, toda esa gen­te me la trae al pai­ro. Yo inten­to rela­cio­nar­me solo con per­so­nas guays. Cuan­do me tro­pie­zo con ese tipo de per­so­nas neu­ró­ti­cas, pues nada, pacien­cia con ellos: pero yo no varío un ápi­ce mi ale­gría. La ver­dad es que es un tema que me afec­ta “cero”

-¿No es dema­sia­do pre­ten­cio­so inten­tar ser fuer­tes con­tra vien­to y marea? ¿Igual hay que per­mi­tir­se un poco de debi­li­dad de vez en cuan­do para lue­go vol­ver a la car­ga?   

Tú mis­ma. Su quie­res guar­dar­te una ración de neu­ras, sufri­mien­to, rabia, tris­te­za, ver­güen­za o ansie­dad, eres libre para hacer­lo. Yo, como ya sé que todo eso no es nece­sa­rio, pues me lo aho­rro. En mi opi­nión, la vida es dema­sia­do cor­ta para des­per­di­ciar­la con ese “poco de debi­li­dad (neu­ró­ti­ca)”.

 -Pues a mí me rela­ja mucho saber que, como leí en algu­na de tus obras, “pode­mos aspi­rar a tener una salud men­tal pero no com­ple­ta. Lo otro es un des­ca­la­bro”…   

A ver: pun­tua­li­ce­mos. Nun­ca sere­mos 100% no neu­ró­ti­cos por­que los huma­nos falla­mos, pero las neu­ras se pue­den redu­cir tan­to que la vida se con­vier­ta en un des­fi­le de ale­gría prác­ti­ca­men­te cons­tan­te. Para con­se­guir­lo: a) date cuen­ta pro­fun­da­men­te de que “tú” creas tus emo­cio­nes con “tu” diá­lo­go interno, b) deja de que­jar­te por estu­pi­de­ces, y c) fli­pa con lo que te rodea.

 ‑En las con­fe­ren­cias y cur­sos rela­cio­na­dos con el desa­rro­llo per­so­nal siem­pre hay más muje­res que hom­bres. ¿Los hom­bres están más satis­fe­chos con sus vidas, tie­nen mejor salud men­tal o es que pasan más del tema?

Mis datos me dicen que exis­te más o menos la mis­ma can­ti­dad de neu­ro­sis en hom­bres que en muje­res (aun­que varía un poco el tipo). Las muje­res acu­den más al médi­co, bus­can más ayu­da, lo hablan más, no se sien­ten mal por ser vul­ne­ra­bles… Solo eso.

-Nos damos dema­sia­da impor­tan­cia. A veces has­ta somos escla­vos de lo que pien­san los demás de noso­tros cuan­do los demás ni nos pien­san. ¿No debe­ría­mos ser un poco más cons­cien­tes de nues­tra insig­ni­fi­can­cia?

Sí, jeje. Eso es algo diver­ti­do: cree­mos que somos TAN impor­tan­tes. Mira, hace como un par de años, me hizo una entre­vis­ta Andreu Bue­na­fuen­te que no salió muy bien. Más bien fatal (se pue­de ver en you­tu­be). ¡¿Y qué?! Aquí estoy tan pan­cho en el Piri­neo, res­pon­dién­do­te a estas pre­gun­tas, más feliz que una codor­niz. Por los cas­cos escu­cho “A hou­se in the midd­le of the street” de Mad­ness y me acuer­do de cuan­do vivía en Ingla­te­rra y lo fli­po yo solo. ¿Qué nari­ces me impor­tan esas cosas: lo que pue­dan pen­sar de mí o hacer las cosas siem­pre bien o cum­plir con unos están­da­res socia­les u otros? Yo solo soy un ser humano que no pier­de el tiem­po en cho­rra­das por­que ahí afue­ra me está espe­ran­do la VIDA, el Piri­neo, mucha bue­na músi­ca y tan­tas cosas guays… ¿Para qué cara­jo que­rría ser impor­tan­te? ¿Para qué nari­ces nece­si­to la apro­ba­ción de los demás? Los que se quie­ran diver­tir com­par­tien­do con­mi­go la vida, aquí estoy. Los que no, ¿qué nari­ces tie­nen que ver con­mi­go? Sim­ple­men­te, no me intere­san.

¿ Y por qué hay tan­to odio en las redes socia­les? ¿Esto de insul­tar a des­ta­jo es    into­le­ran­cia, envi­dia, abu­rri­mien­to, mal­dad…?    

Un poco de todo eso pero hay que sub­ra­yar que casi todo el mun­do (el 98%) es mara­vi­llo­so, capaz de increí­bles mues­tras de gene­ro­si­dad y amor. Inclu­so de dar su pro­pia vida por los demás. Sim­ple­men­te, cuan­do hace­mos algo mal es por neu­ro­sis, igno­ran­cia de dón­de se encuen­tra la ver­da­de­ra fuen­te de feli­ci­dad: en el amor. Pero no es nada que no se pue­da arre­glar dán­do­les más amor.

-Me preo­cu­pan los niños y niñas de hoy en día. ¿Logra­rán ser feli­ces en medio de tan­to rui­do o ten­drán más herra­mien­tas de las que ha teni­do nues­tra gene­ra­ción?

No hay rui­do inven­ta­ble por el hom­bre capaz de impe­dir a nadie estar increí­ble­men­te genial. Así que no hay nada de lo que preo­cu­par­se.

 -Por cier­to, nos cuen­tas que “el esta­do natu­ral del ser humano es el ocio”. Eso no se lo diría nin­gún padre o madre a sus hijos. Gran error, ¿ver­dad?

Al con­tra­rio de lo que se pien­sa, los padres no tie­nen tan­ta influen­cia en sus hijos. Nues­tra filo­so­fía de vida es algo muy per­so­nal, con­for­ma­da por muchas influen­cias: pro­fe­so­res, ami­gos, pelí­cu­las, nove­las, nues­tra pro­pia lógi­ca, etc. Des­de niños vamos hacien­do un mega-revo­lu­tum con todo eso y al final sale un sis­te­ma de valo­res, una visión del mun­do úni­ca y, muy mayor­men­te, escul­pi­da por noso­tros mis­mos. Así que no hay de lo que preo­cu­par­se como padres.

 -Los cemen­te­rios de las mon­jas de clau­su­ra están lle­nos de nona­ge­na­rias. Siem­pre me ha lla­ma­do la aten­ción la lon­ge­vi­dad de estas seño­ras…   

Tie­nen una filo­so­fía de vida mejo­ra­ble pero mucho mejor que la media de la gen­te de la calle. Por eso viven tan­to y lo que es más impor­tan­te, son tan feli­ces. Pode­mos apren­der un mon­tón de cosas de ellas.

 -Dices que para hacer­se fuer­tes hay que saber crear paraí­sos en ver­te­de­ros. ¿Es posi­ble encon­trar la glo­ria ben­di­ta en todo tipo de ver­te­de­ros? ¿Inclu­so en los que hue­len peor?

Sí por­que la diver­sión, la ale­gría, el jue­go… depen­de de que no te que­jes nun­ca y sepas dar­le un sen­ti­do chu­lo a las car­tas que te repar­ta la vida en cada momen­to. Mi ami­go Jau­me San­llo­ren­te vive en un barrio cha­bo­lis­ta de Bom­bay y es mega feliz. No es tan difí­cil: abre tu men­te.

 -Esta­mos de acuer­do en que uno de los pri­me­ros y mejo­res “manua­les de auto­ayu­da” que se ha escri­to son las Medi­ta­cio­nes de Mar­co Aure­lio hace casi dos mil años. Mira que lle­va­mos tiem­po apren­dien­do a vivir…    

Sí. Era un tipo extre­ma­da­men­te inte­li­gen­te y, de hecho, es para muchos el mejor gober­nan­te que tuvo el Impe­rio Romano en todos los siglos de su his­to­ria.

 -¿ Y para cuán­do el pró­xi­mo libro de Rafael San­tan­dreu?

Espe­ro que antes de verano de 2020 apa­rez­ca mi nue­vo libro que será el mejor que he escri­to has­ta aho­ra. Estoy en ple­na redac­ción del mis­mo. Igual lo titu­lo: “Casi Magia: ni te ima­gi­nas el poder de tu men­te para hacer­te feliz”

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved

48 horas en Ibiza. ¿Qué ver y hacer? ¿Dónde comer y dormir?

Vistas de Ibiza desde la Catedral en Dalt Vila

Vis­tas de Ibi­za des­de la Cate­dral en Dalt Vila

 

Una visi­ta dife­ren­te a la Isla Blan­ca pue­de comen­zar con un agra­da­ble paseo por sus empi­na­das y estre­chas calles de Dalt Vila, que fue decla­ra­da en 1999 por la UNESCO Ciu­dad Patri­mo­nio de la Huma­ni­dad. Es todo un bille­te de ida y vuel­ta al pasa­do de Ibi­za en cuan­to se sube por su ram­pa y se tras­pa­sa la Puer­ta de Tablas con un gran escu­do nobi­lia­rio de Feli­pe II para entrar así en su recin­to amu­ra­lla­do. Duran­te el tra­yec­to nos encon­tra­mos con casas res­tau­ra­das recon­ver­ti­das en ele­gan­tes hote­les, salas de arte, res­tau­ran­tes y obvia­men­te tien­das de recuer­dos. La subidi­ta tam­bién es difí­cil de olvi­dar. Hay que lle­gar a la cima, has­ta la Cate­dral que como un vigi­lan­te per­ma­nen­te de la bahía des­de su pri­vi­le­gia­da ata­la­ya se divi­san boni­tas vis­tas. Ya de baja­da hay que pasear por La Mari­na con sus bulli­cio­sas calles cer­ca­nas al puer­to, su Mer­ca­do Vie­jo epi­cen­tro de su pobla­ción cuan­do sus para­das están abier­tas con el colo­ri­do del pro­duc­to local. Per­der­se por sus calles blan­cas casi labe­rín­ti­cas pero siem­pre encon­tran­do la tien­da de “las cere­zas” tan iden­ti­fi­ca­ti­vas de Pacha. Un desa­yuno a base de crua­sa­nes o cual­quie­ra de sus pas­te­les en Crois­sant Show (Plaça de la Cons­ti­tu­ció, 2) para coger fuer­zas en la subi­da a Dalt Vila, o recu­pe­rar­las a la baja­da. Sa Pen­ya en el extre­mo del puer­to es un anti­guo barrio de pes­ca­do­res y cen­tro de la vida noc­tur­na de la capi­tal de la isla, con sus casas blan­cas for­man­do un caó­ti­co y pin­to­res­co espa­cio urbano. La acró­po­lis mejor con­ser­va­da del Medi­te­rrá­neo, don­de vivie­ron feni­cios, car­ta­gi­ne­ses, roma­nos y por supues­to judíos que des­per­di­ga­dos en su par­ti­cu­lar diás­po­ra huyen­do de la temi­ble Inqui­si­ción encon­tra­ron cobi­jo entre sus casas blan­cas has­ta que se con­fun­die­ron con los cris­tia­nos del lugar.

Ibiza

Ibi­za

 

Mien­tras hay una Ibi­za que se divier­te como sino hubie­ra un maña­na, siguien­do al pide de la letra aquel men­sa­je de las vallas publi­ci­ta­rias de hace unos años paga­da por una bebi­da espi­ri­tuo­sa para que bebie­ras toda la noche y “Ya dor­mi­rás cuan­do duer­mas”, hay otra Ibi­za que reza,  una peque­ña comu­ni­dad de mon­jas en la capi­tal de la isla que sigue una vida mona­cal y con­tem­pla­ti­va resis­tien­do numan­ti­na­men­te a las mun­da­nas ten­ta­cio­nes, y que son las Cano­ne­sas de San Agus­tín o Mon­jas de Dalt Vila. Den­tro de su espi­ri­tua­li­dad y su rezos dia­rios por tod@s, tie­nen tiem­po para ela­bo­rar una serie de pla­tos sala­dos y dul­ces que se pue­den adqui­rir en el torno, siem­pre des­pués del con­si­guien­te salu­do de “Ave María Purí­si­ma”. Opcio­nes dul­ces dia­rias: ore­lle­tas, rubiols y pas­tas de San Agus­tín. Por encar­go: coca­rrois, empa­na­da de car­ne, coca de plá­tano, empa­na­da de pimien­to, coca de San Cris­tó­bal y coca de cho­co­la­te. En hora­rio de 10 a 15h y de 16:30 a 18h. Con­ven­to de San Cris­tó­bal en Carrer de Sant Ciriac, 2 Ibi­za.

Pero si bus­ca­mos entrar en la meca del hedo­nis­mo, tene­mos que mez­cla­mos con la gen­te de chan­clas, pareo y joyas de dise­ño para ir a algu­na de las siguien­tes direc­cio­nes, y algu­nas de ellas sola­men­te acce­si­ble por carre­te­ras secun­da­rias que le da mayor atrac­ti­vo y auten­ti­ci­dad.

  • Vivi’s Crea­mery C/ Mes­tre Juan Mayans, 6 de Ibi­za. Pro­pie­dad de Nico Ros­berg con­jun­ta­men­te con su espo­sa Vivian Sibold, que con­si­guió ser cam­peón de la Fór­mu­la 1 en el 2016, aun­que aho­ra ya está reti­ra­do del depor­te motor. Des­de enton­ces se dedi­ca a su otra pasión: esta hela­de­ría que ya tie­nes que ano­tar en tu agen­da como un impres­cin­di­ble. Las rece­tas de esta hela­de­ría ibi­cen­ca son del fran­cés Vicent Cro­vi­sier y se basa en pro­duc­tos loca­les. Opcio­nes para vega­nos, tam­bién sin glu­ten y sin azú­car.
  • Pas­sion Ibi­za tie­ne varios res­tau­ran­tes por toda la isla, todos con opcio­nes muy salu­da­bles para comer a cual­quier hora del día. En Ibi­za, en San­ta Eula­lia, San José de Sa Talaia, etc.
Hamburguesa de salmón con sus patatas fritas. En Passion Ibiza

Ham­bur­gue­sa de sal­món con sus pata­tas fri­tas. En Pas­sion Ibi­za

 

  • Cocoq Ibi­za Situa­do en una nave total­men­te dedi­ca­da a las últi­mas ten­den­cias en deco­ra­ción de vivien­da. Tam­bién refor­mas y cons­truc­ción de nue­vas. Carre­te­ra Ibi­za a San­ta Eulà­ria, km. 6,2 Telé­fono 971 090 186.
Interior de Cocoq

Inte­rior de Cocoq

 

  • SLUIZ. diver­ti­da tien­da mul­ti­es­pa­cio ambien­ta­da en un cir­co. Gra­cio­sas pla­cas de apar­ca­mien­to para coches: para clowns, para los doma­do­res, para los acró­ba­tas, etc. Sala de degus­ta­ción. En Ron­da Eivis­sa — Sant Miquel, km. 4 de San­ta Ger­tru­dis.
SLUIZ.

SLUIZ.

 

  • Es cucons tien­da mara­vi­llo­sa don­de te lo lle­va­rías todo: toa­llas, pareos, moda ibi­cen­ca, con apar­ta­do espe­cial para niños. Pul­se­ras y colla­res. En san­ta Ger­tru­dis. Tam­bién es hotel y res­tau­ran­te en San­ta Agnès.
Es Cucons

Es Cucons

 

  • L’a­te­lier nº 74 en Ven­da de Frui­te­ra, 4 de San­ta Ger­tru­dis, pri­me­ra tien­da físi­ca que abren. Ropa de chi­ca y niñas. Tam­bién para bebes y de casa, todo está hecho a mano por muje­res de Tai­lan­dia con algo­dón eco­ló­gi­co. Impar­ten cur­sos de yoga, pun­to de cruz y macra­mé. Res­tau­ran­te tipo bufé.
  • Bar Cos­ta de San­ta Ger­tru­dis. En un ambien­te tiran­do a bohe­mio. Jamo­nes y pale­ti­llas col­ga­dos del techo en la zona de barra. El come­dor tie­ne cubier­ta todas sus pare­des de cua­dros de clien­tes que qui­sie­ron pagar en espe­cie sus con­su­mi­cio­nes. Memo­ra­bles boca­di­llos gene­ro­sos de jamón ibé­ri­co con pan tos­ta­do y toma­te a 8,80 euros.
Bocadillo de jamón ibérico en Bar Costa

Boca­di­llo de jamón ibé­ri­co en Bar Cos­ta

 

  • Bar Ani­ta o Ca n’An­ne­ta es el sabor de lo autén­ti­co, don­de se mez­clan turis­tas des­pis­ta­dos o no, de esos que saben dón­de van, algún hippy tras­no­cha­do ya entra­do en años y luga­re­ños que salan al hablar y que ade­más de reco­ger sus car­tas (cada vecino tie­ne su buzón aquí) se reúnen para poner­se al día, tomar una cer­ve­za o comer jun­tos. Sar­di­nas en tem­po­ra­da. En Sant Car­les de Peral­ta. Impo­si­ble no encon­trar­lo por­que sí o sí pasa­rás por esa cur­va de 90 gra­dos don­de los clien­tes se sien­tan en la estre­cha ace­ra para ver la vida pasar len­ta­men­te.
Flaó en Bar Anita

Flaó en Bar Ani­ta

 

  • Wild Beets res­tau­ran­te espe­cia­li­za­do en coci­na cru­da, vega­na y basa­da en pro­duc­tos vege­ta­les. Abier­to des­de las 9 a las 23h en el blan­co pue­blo de San­ta Ger­tru­dis.
En Wild Beets

Radi­cal roots (delan­te) y Edi­ble Forest (detrás) en Wild Beets

 

  • Cer­ve­zas Ibo­sim. La úni­ca arte­sa­nal de la isla y con nom­bres pro­pios de la zona. Reci­be el nom­bre del que le die­ron en su tiem­po los car­ta­gi­ne­ses y sig­ni­fi­ca “isla del dios Bes”. En Carrer Valèn­cia, 4 de Port des Torrent.
  • Las Dalias el mer­ca­di­llo hippy por exce­len­cia que ya ha cum­pli­do 50 años de exis­ten­cia. Ropa ibi­cen­ca ad lib, san­da­lias, bol­sos de cue­ro y obje­tos de deco­ra­ción sobre todo tex­til. Aquí no hay imi­ta­cio­nes todo es ori­gi­nal, como su con­cep­to bohe­mio que sobre­vi­ve a lo lar­go de los años. Abier­to todos los sába­dos del año a par­tir de las 10h. Mer­ca­di­llo noc­turno los lunes de junio a sep­tiem­bre y los mar­tes de julio y agos­to de 19 a 1h de la madru­ga­da. En la Carre­te­ra de San­ta Eulà­ria a Sant Car­les jus­to a la entra­da de este pin­to­res­co pue­blo.
  • Hotel Me by Melia en S’ar­ga­mas­sa. Ade­más de los ser­vi­cios pro­pios de la mar­ca Me by Melia, se le aña­den los de tie­nen los ser­vi­cios de CODAGE Paris la fir­ma pari­si­na de cos­mé­ti­cos espe­cia­li­za­dos en ela­bo­rar pro­duc­tos según las nece­si­da­des de cada piel y el acla­ma­do inter­na­cio­nal­men­te Nik­ki Beach Ibi­za que a su ser­vi­cio dia­rio de res­tau­ran­te en tem­po­ra­da se le suman las fies­tas temá­ti­cas “Drink Pink” todos los sába­dos dedi­ca­dos a esta bebi­da rosa­da con tan­to gla­mour, y los jue­ves son los “Ladies First” espe­cial­men­te para seño­ri­tas por 59€ de 12pm a 4pm.
Hotel Me by Melia

Jun­to a la pis­ci­na del Hotel Me by Melia

 

Para otro artícu­lo que­da­rá por expli­car la expe­rien­cia en Blue Mar­lin, Ushuaïa, Lío, Hacien­da Na Xame­na 5 Estre­llas y su carac­te­rís­ti­co spa exte­rior con sus cas­ca­das sus­pen­di­das y que son 8 lagu­nas de agua mari­na cli­ma­ti­za­da y situa­das al aire libre sobre un acan­ti­la­do de 200 metros, con vis­tas úni­cas. Pero como he escri­to ante­rior­men­te, que­da para otro post.

© 2019 José María Toro. All rights reser­ved

¡ES HORA DE DISOLVER TODAS LAS ANSIEDADES!

Según Curro Cañe­te, “el opti­mis­mo se entre­na y desa­rro­lla”
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Fotografía gentileza de Curro Cañete

Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Curro Cañe­te

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Curro Cañe­te es un hom­bre mági­co. Su segun­do libro: “El poder de con­fiar en ti” está entre los más ven­di­dos del momen­to en Ama­zon y Casa del Libro. Curro cree en la magia que se tra­ba­ja cada día por­que así ha crea­do el futu­ro que soña­ba y pre­ten­de que todos haga­mos lo mis­mo. Si lees sus refle­xio­nes, pen­sa­rás que es total­men­te posi­ble y que éste no es un libro más de cre­ci­mien­to per­so­nal. Es una obra bri­llan­te para releer y sub­ra­yar. Titu­la­do en Dere­cho y Perio­dis­mo y Más­ter en Coaching Per­so­nal y Pro­fe­sio­nal, Curro derro­cha sen­ci­llez, ama­bi­li­dad, ale­gría y opti­mis­mo. Es el ami­go-guía que todos qui­sié­ra­mos tener. Su pro­pó­si­to es cla­ro: que cada vez más per­so­nas sean feli­ces. Y pare­ce que no es tan com­pli­ca­do si nos enfo­ca­mos y, por fin, nos atre­ve­mos a vivir.
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-Dices en tu últi­mo libro que para ser feliz es nece­sa­rio mirar a la vida sin mie­do. ¿Crees que el mie­do es el prin­ci­pal obs­tácu­lo al que nos enfren­ta­mos cada día? ¿Es posi­ble vivir sin mie­do en cual­quier cir­cuns­tan­cia?
El mie­do pue­de ser un impe­di­men­to muy gran­de para que pue­das hacer tu vida. Lo mejor es enfren­tar­se a él con deci­sión y deter­mi­na­ción por­que en el momen­to en que lo haces obser­vas cómo se disuel­ve mági­ca­men­te. Con res­pec­to a la segun­da pre­gun­ta, vivir con muchí­si­mo menos mie­do es posi­ble, pero vivir sin mie­do es más com­pli­ca­do. Si lo logras te con­ver­ti­rías en Dios, en Jesu­cris­to o en Buda por lo menos, y pasa­rías a la his­to­ria, jeje.
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-¿La ansie­dad es mie­do a vivir?
 La ansie­dad es mie­do a que suce­da una fan­ta­sía catas­tró­fi­ca que está en nues­tra men­te o a que se repi­ta algo del pasa­do que nos hizo sufrir. ¡Es hora de disol­ver todas las ansie­da­des!
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-Soy una cobar­di­ca que se empe­ña en ser valien­te. ¿cómo lo con­si­go? ¿Se podría luchar con­tra una “gené­ti­ca ansio­sa o nega­ti­va”?
Los genes pue­den influir pero jamás tie­nen la últi­ma pala­bra.  Tu pode­ro­sa inten­ción de ser valien­te, si es ver­da­de­ra, te lle­va­rá a ser­lo. Y lo serás. Y recuer­da lo que dijo Aris­tó­te­les: “Si quie­res lle­gar a ser valien­te, actúa como si lo fue­ras”.
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-¿Por qué casi siem­pre pen­sa­mos que los demás son más afor­tu­na­dos que nosotros?¿Fomentan las redes socia­les una “fal­sa feli­ci­dad”?
No siem­pre pen­sa­mos eso. Pue­des dejar de com­pa­rar­te con los demás si te lo pro­po­nes. Y serás mucho más feliz si lo haces. Si nadie está cami­nan­do sobre tus zapa­tos y nadie tie­ne tu des­tino, ¿para qué vas a mirar el des­tino de otros?
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-¿Sere­ni­dad o feli­ci­dad? ¿Es la pri­me­ra sólo una par­te de la segun­da?
Creo que estás en lo cier­to: la feli­ci­dad es algo más gran­de, incon­men­su­ra­ble, que efec­ti­va­men­te está por enci­ma de la sere­ni­dad y del sufri­mien­to.
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-¿Se pue­de supe­rar cual­quier expe­rien­cia vital por muy dra­má­ti­ca que sea?
Cual­quier cosa que suce­da en la vida, por dra­má­ti­ca que sea, pode­mos enfo­car­la de un modo que nos haga menos daño. Hay gen­te que ha supe­ra­do cosas que pare­cían muy difí­ci­les de supe­rar. Por ejem­plo, Ire­ne Villa está hacien­do una vida extra­or­di­na­ria e inclu­so per­do­nó a quie­nes le habían arre­ba­ta­do sus pier­nas. Me cons­ta que es muy muy feliz.
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-Curro, has cam­bia­do de vida varias veces bus­can­do tu camino. De abo­ga­do a perio­dis­ta. De perio­dis­ta de éxi­to a “coach” en feli­ci­dad y escri­tor. ¿Qué hace­mos cuan­do hay aspec­tos de nues­tra vida que es impo­si­ble cam­biar (tra­ba­jo, enfer­me­da­des, “fami­lia­res impo­si­bles”) y que nos roban ener­gía? ¿Entra en jue­go la acep­ta­ción?
Para mí no hay nada impo­si­ble pero me pare­ce que antes de cam­biar algo hay que acep­tar­lo, sí. Cuan­do acep­tas algo tie­nes paz y cla­ri­dad de ideas y des­de ahí es mucho más fácil hacer reali­dad tus nue­vos deseos.
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-La gene­ro­si­dad for­ma par­te del camino hacia la feli­ci­dad. ¿Cómo pode­mos ser bue­nos sin caer en el “bue­nis­mo”?
Hay gen­te que con­fun­de ser gene­ro­so con com­por­tar­se de una mane­ra ton­ta. El que se com­por­ta de for­ma ton­ta es fácil­men­te mani­pu­la­ble. El que es gene­ro­so es cons­cien­te. Deci­de cons­cien­te­men­te con qué y con quié­nes quie­re ser gene­ro­so. Y has­ta dón­de.
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-¿ Y por qué nos impor­ta tan­to lo que opi­nen los demás? Tan­to como para cerrar la boca o apa­gar nues­tros sue­ños.
En mis talle­res Inten­si­vos, sesio­nes y con mi libro lo que más he bus­ca­do con­se­guir es una cosa: que la gen­te se libe­re del qué dirán. Es posi­ble libe­rar­se. Te lo pro­me­to. Y solo cuan­do te libe­ras pue­des hacer de ver­dad tu camino de vida. Y en tu camino de vida está tu feli­ci­dad.
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- No ten­go cla­ro si el opti­mis­ta nace o se hace…
El opti­mis­mo se entre­na y se desa­rro­lla. Has­ta la per­so­na más pesi­mis­ta pue­de apren­der a ser más opti­mis­ta si se deci­de a tomar­se el tra­ba­jo en serio.
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-¿Es más fácil ser­lo con­fian­do o cre­yen­do en la vida aun­que haya cosas que resul­ten inex­pli­ca­bles?
Efec­ti­va­men­te. Las per­so­nas ver­da­de­ra­men­te inte­li­gen­tes son las que con­fían en ellos y en la vida. Y con eso son feli­ces.
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-Y hablan­do de todo un poco ¿Se pue­de ser espi­ri­tual sin poner veli­tas o músi­ca new age?
Todos somos seres espi­ri­tua­les pero no todos lo sabe­mos. Des­cu­brir­lo for­ma par­te de uno de los apren­di­za­jes de la vida. Y como tú lle­ves tu espi­ri­tua­li­dad es cosa tuya. ¡Tie­nes liber­tad para hacer lo que quie­ras! ¿No es mara­vi­llo­so?
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-Abso­lu­ta­men­te, aun­que hay quien dice que el cre­ci­mien­to per­so­nal es una moda…
Hablar de cre­ci­mien­to per­so­nal es hablar de la vida pues todos esta­mos en per­ma­nen­te cam­bio y evo­lu­ción. El cre­ci­mien­to per­so­nal nació con todas las filo­so­fías y reli­gio­nes del mun­do, así que ha exis­ti­do toda la vida. Cada pelí­cu­la que ves, can­ción que escu­chas y libro que lees escon­de den­tro cre­ci­mien­to per­so­nal. Y el mayor genio del cre­ci­mien­to per­so­nal fue Jesu­cris­to. Otros gran­des genios del cre­ci­mien­to per­so­nal fue­ron Buda, Sócra­tes, Aris­tó­te­les, Pla­tón, Gandhi… por poner unos cuan­tos ejem­plos. Pero hay muchí­si­mas men­tes bri­llan­tes que nos han ayu­da­do a cre­cer.
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-¿Para crear un pre­sen­te dis­tin­to hay que mirar al pasa­do y lim­piar­lo de algu­na for­ma, por ejem­plo per­do­nan­do, o sim­ple­men­te olvi­dar­lo?
Lo impor­tan­te es que logres enfo­car­te en el pre­sen­te y en lo que quie­res crear a par­tir de aho­ra. En este sen­ti­do hacer las paces con el pasa­do y libe­rar­nos del ren­cor nos ayu­da muchí­si­mo a lograr más foco.
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Pare­ce que nos han edu­ca­do para repri­mir las emo­cio­nes. Aho­ra se habla de “ges­tio­nar­las” o sim­ple­men­te de sen­tir­las. ¿Qué hace­mos con nues­tro saco de emo­cio­nes?
Yo voto por lo que decían los gran­des filó­so­fos grie­gos: cul­ti­var las vir­tu­des. Es decir, voto por cul­ti­var las emo­cio­nes posi­ti­vas que tú sien­tes que te dan fuer­za y poder.
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-Des­pués de leer tu libro ten­go cla­ro que quie­ro cam­biar. ¿Cómo medi­mos el tama­ño de nues­tras metas y sue­ños sin pasar del cero al impo­si­ble?
Creo que la mane­ra de medir­lo es con la con­cien­cia. Tie­nes que lle­gar a ser cons­cien­te de lo que ver­da­de­ra­men­te deseas. Así podrás con­se­guir­lo.
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- ¿Al final el secre­to es el amor con mayús­cu­las?   
El amor es una mara­vi­lla. Estar ena­mo­ra­do de la vida es lo mejor que le pue­de suce­der a una per­so­na. Por amor esta­mos aquí y hacia el amor vamos. Tene­mos mucha suer­te. ¡No pudo nadie inven­tar un des­tino mejor!
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© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved
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Leche de Tigre, el restaurante de cocina urbana peruana en el barrio de Gracia de Barcelona

Des­pués de labrar­se una bue­nas hojas de ser­vi­cio en dife­ren­tes res­tau­ran­tes de gas­tro­no­mía perua­na, tres socios inquie­tos ori­gi­na­rios de ese país andino han traí­do la mejor coci­na urba­na de Perú has­ta el cora­zón del barrio de Gra­cia, uni­dos por su amor patrio y por colo­car en el lugar que le corres­pon­de a la gas­tro­no­mía de sus país. Nicky Ramos como chef eje­cu­ti­vo, Ale­xis Mas­tro­ka­los  y José Manuel von Bishoffshau­sen son los socios res­pon­sa­bles del res­tau­ran­te Leche de Tigre. Una coci­na urba­na que repre­sen­te todos los sabo­res que están en Perú, pero que tam­bién reco­ge influen­cias asiá­ti­cas de Viet­nam o de Fili­pi­nas que se pue­den inte­grar ple­na­men­te en los pla­tos de la car­ta de Leche de Tigre. Un nom­bre que por sí solo ya te lo deja todo cla­ro, es en sí una decla­ra­ción de inten­cio­nes, impres­cin­di­ble para la ela­bo­ra­ción del pla­to más emble­má­ti­co de Perú, el cevi­che o cebi­che (ambas for­mas acep­ta­das por la RAE). No se entien­de el uno sin el otro, ya que la leche de tigre da vida al cevi­che, como ade­re­zo de inten­so sabor y refres­can­te y que ya se ha con­ver­ti­do en un clá­si­co pla­to que se encuen­tra fijo en muchos res­tau­ran­tes sean o no repre­sen­tan­tes de la cul­tu­ra inca.

Deco­ra­ción sin gran­des flo­ri­tu­ras, domi­na­do por un gra­fi­to urbano que es otra de las señas de iden­ti­dad del res­tau­ran­te y del barrio bar­ce­lo­nés que los aco­ge entre sus estre­chas y labe­rín­ti­cas calles. Gui­ños a su ori­gen con sillas que lle­van impre­sos el sím­bo­lo de los incas. Zona de barra alta con tabu­re­tes ideal para com­par­tir con gru­pos de ami­gos y/o fami­lia. Y mesas bajas para una comi­da o cena más for­mal.

Pro­duc­tos loca­les y perua­nos para dar­le sen­ti­do a la coci­na que aquí se prac­ti­ca. Siem­pre de tem­po­ra­da y con pla­tos vege­ta­ria­nos y vega­nos, con ese toque case­ro. Car­ta cor­ta pero inten­sa, divi­di­da en leches de tigre, cevi­che, piqueos o tapas como aquí lo lla­ma­mos, sand­wich, wok y pos­tres.

Pla­tos des­gus­ta­dos con sus cóc­te­les para mari­dar.

Cóc­tel Ama­zó­ni­co con gin Ama­zo­nian, sake para dar­le un toque Nik­kei, pepino, wasa­bi y Char­treu­se.

Cóctel Amazónico

Cóc­tel Ama­zó­ni­co

 

Leche de tigre “levan­ta muer­tos” pre­pa­ra­do con maris­co y cor­vi­na y puré de ají ama­ri­llo. Su pun­to cítri­co lo hace muy refres­can­te para el verano.

Leche de tigre

Leche de tigre “levan­ta muer­tos”

 

Tira­di­to Tokio que con­sis­te en pes­ca azul del día en finas lámi­nas y leche de tigre de tama­rin­do.

Tiradito Tokio

Tira­di­to Tokio

 

Chi­cha­rrón de Lerín: el clá­si­co boca­di­llo peruano pre­pa­ra­do en deli­cio­so pan fran­cés de la casa, cer­do cru­jien­te, bonia­to y sal­sa crio­lla.

Chicharrón de Lerín

Chi­cha­rrón de Lerín

 

Cóc­tel con base de pis­co peruano infu­sio­na­do con fru­tos rojos, zumo de naran­ja, mara­cu­yá, hibis­co que le da un toque muy fres­co y cítri­co.

Cóctel a base de pisco peruano

Cóc­tel a base de pis­co peruano

 

Pica­ro­nes con hela­do de limón y jen­gi­bre, son buñue­los fri­tos de bonia­to y cala­ba­za con miel de chan­ca­da. La dul­zor de este pos­tre con his­to­ria, se con­tras­ta con el refres­can­te sabor del limón y del jen­gi­bre. Pla­to tra­di­cio­nal con for­ma de ani­llos, y que ven­drían a ser nues­tros buñue­los que lo incor­po­ra­ron los con­quis­ta­do­res. La rece­ta fue pasan­do a las coci­ne­ras de las casas seño­ria­les con­vir­tién­do­se en muy popu­lar, y que gana­ron mayor acep­ta­ción duran­te las pro­ce­sio­nes reli­gio­sas y muy espe­cial­men­te en la muy vene­ra­da del Señor de los Mila­gros en Lima, ya que se ofre­cía a los fie­les cre­yen­tes.

Picarones

Pica­ro­nes

 

Leche de Tigre. Carrer Mar­tí­nez de la Rosa, 10 (Gra­cia) Bar­ce­lo­na. Telé­fono 934 161 923. Hora­rio de mar­tes a sába­dos de 13 a 16h y de 20 a 23:30h. Los domin­gos de 13 a 17 en la fór­mu­la de brunch don­de se fusio­na­rán pla­tos perua­nos con cata­la­nes y opcio­nal­men­te se invi­ta­rá a chefs extran­je­ros para su par­ti­ci­pa­ción pop-up en Leche de Tigre. Pre­cio medio entre 25 y 30 euros a la car­ta. Menú del día 14,90 euros los días labo­ra­bles no fes­ti­vos.

© 2019 José María Toro. All rights reser­ved

48 horas en Carcassonne. ¿Qué ver y hacer? ¿dónde comer y dormir?

Su his­to­ria

Car­cas­son­ne en fran­cés y Car­cas­so­na en occi­tano o lengua de oc, está situa­da en el sur de Fran­cia, en la fla­man­te gran región fran­ce­sa de Occi­ta­nia, a medio camino entre Per­pig­nan y Tou­lou­se, y fácil­men­te reco­no­ci­ble des­de la auto­pis­ta que cir­cu­la entre estas dos ciu­da­des galas por su ciu­da­de­la amu­ra­lla­da, un con­jun­to medie­val res­tau­ra­do por Eugè­ne Vio­llet-le-Duc en el siglo XIX y que fue decla­ra­da en 1997 Patri­mo­nio de la Huma­ni­dad por la Unes­co.

 

Murallas de la Cité de Carcassonne

Mura­llas de la Cité de Car­cas­son­ne

 

Su loca­li­za­ción geo­grá­fi­ca la con­vir­tió en un impor­tan­te cen­tro de inter­cam­bio comer­cial des­de la épo­ca de la colo­ni­za­ción roma­na. Para pro­te­ger­se de las inva­sio­nes la ciu­dad se pro­te­gió con la cons­truc­ción de un muro en los siglos III y IV y esa par­te de mura­lla roma­na es aún visi­ble. En el siglo V los visi­go­dos ocu­pa­ron la ciu­dad y cons­tru­ye­ron más for­ti­fi­ca­cio­nes que siguen en pie. Los musul­ma­nes tam­bién la toma­ron por bre­ve tiem­po des­de el año 725 has­ta el 759 que fue­ron expul­sa­dos por el rey Pipino el Bre­ve. Lo que hace ver­da­de­ra­men­te impor­tan­te es su cons­truc­ción en sí como for­ta­le­za y los trá­gi­cos suce­sos vivi­dos entre sus mura­llas duran­te la Edad Media en la cru­za­da con­tra los albi­gen­ses cuan­do la ciu­dad era el feu­do de los cáta­ros. En agos­to de 1209 el ejér­ci­to de los cru­za­dos al man­do de Simón de Mont­fort y des­pués de sitiar la ciu­dad duran­te 15 días con­si­guió la ren­di­ción de sus habi­tan­tes.

El cata­ris­mo fue la doc­tri­na teo­ló­gi­ca de los cáta­ros, tam­bién lla­ma­dos albi­gen­ses, y que fue un movi­mien­to reli­gio­so que se exten­dió por Euro­pa Occi­den­tal en el siglo XI y logró lle­gar has­ta el siguien­te siglo entre los luga­re­ños del Midi fran­cés, espe­cial­men­te en la zona lla­ma­da Lan­gue­doc ya que con­ta­ban con la pro­tec­ción de algu­nos seño­res feu­da­les que eran vasa­llos de la Coro­na de Ara­gón. Sus pre­di­ca­dos impli­ca­ba una vida total­men­te asce­ta y renun­cia del mun­do mate­rial para con­se­guir la sal­va­ción divi­na. La Igle­sia Cató­li­ca con­si­de­ró esta doc­tri­na como ale­ja­da de la corrien­te mar­ca­da y tras un pri­mer inten­to de con­ven­cer­los por la pala­bra y la vuel­ta a la ofi­cia­li­dad, se invo­có la ayu­da de la coro­na fran­ce­sa que tam­bién vió una ame­na­za en el poder de los cáta­ros y se erra­di­ca­ron en la men­cio­na­da Cru­za­da albi­gen­se de 1209. El movi­mien­to se fue debi­li­tan­do y se extin­guió final­men­te a fina­les del siglo XIII.

Debe­mos su con­ser­va­ción y res­tau­ra­ción al movi­mien­to artís­ti­co del Roman­ti­cis­mo que puso de moda la Edad Media y más con­cre­ta­men­te a la inter­ven­ción de varias per­so­nas: Pros­per Meri­mée, ins­pec­tor gene­ral de Monu­men­tos His­tó­ri­cos de Fran­cia y el autor de la nove­la cor­ta “Car­men”, que sir­vió de ins­pi­ra­ción para el libre­to de la ópe­ra homó­ni­ma de Geor­ges Bizet, el que se intere­só por las rui­nas de esta anti­gua for­ti­fi­ca­ción defen­si­va y que estu­vie­ron a pun­to de ser demo­li­da. Tam­bién a un arqueó­lo­go local, Cros-May­re­vie­lle y que se pasó su vida supli­can­do por la res­tau­ra­ción de su villa. Y final­men­te Vio­llet-le-Duc, arqui­tec­to, arqueó­lo­go y escri­tor, que con­si­guió que la Com­mis­sion des Monu­ments his­tó­ri­cos en 1844 apro­ba­se su recons­truc­ción como la cono­ce­mos actual­men­te. Vio­llet-le-Duc fue famo­so, y muy con­tro­ver­ti­do, por sus inter­pre­ta­cio­nes en la res­tau­ra­ción de los edi­fi­cios medie­va­les, has­ta el pun­to que fue cri­ti­ca­do dura­men­te por el atre­vi­mien­to de sus solu­cio­nes y aña­di­dos no his­tó­ri­cos como las incor­po­ra­cio­nes en la par­te supe­rior de cada una de las torres de la mura­lla de techos en for­ma de cono que en reali­dad son pro­pios del nor­te de Fran­cia. 

¿Qué ver?

Dón­de antes se oían el batir de los ace­ros aho­ra se escu­cha la ale­gría de los turis­tas que la visi­tan. Dón­de antes se tenía mie­do de los cru­za­dos al man­do de Simón de Mont­fort inclu­so entre sus mura­llas inex­pug­na­bles, aho­ra su pobla­ción por un día, de habi­tual es muy peque­ña, se divier­te reco­rrien­do esta mag­ní­fi­ca obra defen­si­va que ha que­da­do para la pos­te­ri­dad.

Hay que entrar a La Cité, la más gran­de for­ta­le­za de Euro­pa, por la por­te Nar­bon­nai­se, que es la entra­da prin­ci­pal y que tras pasar la mura­lla exte­rior de 14 torres defen­si­vas y la siguien­te mura­lla inte­rior de 24 torres defen­si­vas, nos da acce­so a la Rue Cros-May­re­vie­lle lle­na de tien­das de obje­tos arte­sa­na­les y de recuer­dos de la visi­ta, has­ta lle­gar a Le Châ­teau Com­tal con visi­ta al Museo lapi­da­rio, la Cour d’hon­neur y la Cour du midi.

Salien­do des­de le Châ­teau Com­tal hay que visi­tar la mura­lla Oes­te para dar­se cuen­ta de la mag­ni­tud de la obra defen­si­va que se cons­tru­yó cen­tu­rias atrás. La Tour de la Jus­ti­ce, la Tour de l’In­qui­si­tion que con­ser­va algún ele­men­to pro­pio de sus temi­bles tor­tu­ras por here­jía y la Tour carrée de l’E­vê­que, son de paso obli­ga­do.

Para impre­sio­nar­se con el horror dan­tes­co de la fra­tri­ci­da bata­lla vivi­da en la liza, cam­po dis­pues­to entre las dos mura­llas inte­rior y exte­rior, hay que acce­der por la Tour St-Nazai­re o la Por­te d’Au­de.

La Basi­li­que St-Nazai­re es impres­cin­di­ble de ver por su vidrie­ras o vitraux y que pro­ce­den de los siglos XIII y XIV. Fue la cate­dral de Car­cas­son­ne has­ta 1801 cuan­do fue sus­ti­tui­da por la actual Cate­dral situa­da en la villa baja o bur­go de Saint-Michel. La actual igle­sia es de ori­gen romá­ni­co del siglo XI y que fue con­sa­gra­da como tal por el Papa Urbano II en 1096. Fue cons­trui­do en el mis­mo lugar que ocu­pó una cate­dral caro­lin­gia pero que por des­gra­cia no que­da nin­gu­na hue­lla en la actua­li­dad. Amplia­da al esti­lo góti­co entre 1269 y 1330

Salien­do de la Cité hay que visi­tar la Bas­ti­de Saint-Louis man­da­da cons­truir por el rey Saint Louis y que ofre­ce un plano regu­lar de los con­si­de­ra­dos de “la ville nou­ve­lle”. La cate­dral de Saint Michel, la igle­sia de Saint Vicent y el reco­no­ci­ble Canal du Midi son algu­nos de sus prin­ci­pa­les atrac­ti­vos.

Colorida calle de paraguas de la Bastide de Saint-Louis

Colo­ri­da calle de para­guas de la Bas­ti­de de Saint-Louis

 

¿Dón­de comer?

  • L’A­te­lier de la Truf­fe 51, rue Tri­vai­lle. Telé­fono 33 4 68 25 92 65 con este escla­re­ce­dor nom­bre, en este coque­to Bar à vins tan fran­cés, su patron Phi­lip­pe Barriè­re y anti­guo res­pon­sa­ble en la Cáma­ra de Comer­cio de la tru­fi­cul­tu­ra en la zona, sir­ve este apre­cia­do oro negro en sus dife­ren­tes opcio­nes mien­tras se acom­pa­ña de alguno de los vinos de la zona. Tru­fas que pro­ce­den de la cer­ca­na Mon­tag­ne Noi­re.
L'Atelier de la Truffe

L’A­te­lier de la Truf­fe

 

L'Atelier de la Truffe

L’A­te­lier de la Truf­fe

 

  • Le jar­din en ville 5, rue des fram­boi­siers. Telé­fono 33 4 68 47 80 91. Encan­ta­dor mul­ti espa­cio con terra­za para el res­tau­ran­te y en su inte­rior en for­ma­to con­cep sto­re con mobi­lia­rio y obje­tos de deco­ra­ción.
le Jardin en Ville

Le Jar­din en Ville

 

  • La Table de Franck Pute­lat 80 Che­min des Anglais. Telé­fono 33 4 68 71 80 70 Con dos estre­llas Miche­lin des­de el año 2012, ofre­ce una coci­na crea­ti­va, res­pe­tan­do los sabo­res de cada pro­duc­to pero con ese toque crea­ti­vo pro­pio de un dos estre­llas de la famo­sa guía roja gala. Una opción más eco­nó­mi­ca es su Bras­se­rie à 4 temps tam­bién del mis­mo chef Franck Pute­lat en 2, Bou­le­vard Bar­bés.
La Table de Franck Putelat

La Table de Franck Pute­lat

 

¿Dón­de dor­mir?

  • Hôtel Ara­gon 15, Mon­tée Com­be­le­ran. Telé­fono 33 4 68 47 16 31.  Hotel de tres estre­llas a 50 metros de la puer­ta prin­ci­pal a la Cité. Habi­ta­cio­nes cómo­das con aire acon­di­cio­na­do. Pis­ci­na exte­rior pri­va­da. Apar­ca­mien­to exte­rior para los clien­tes. Es el alo­ja­mien­to ideal para rea­li­zar una visi­ta tan­to a la for­ti­fi­ca­ción como a la Ciu­dad Baja por su pro­xi­mi­dad a ambas.

Direc­cio­nes gas­tro­nó­mi­cas impres­cin­di­bles:

  • La Fer­me 55, rue de Ver­dun. Es una epi­ce­rie fine espe­cia­li­dad en que­sos de Fran­cia y pro­duc­tos gas­tro­nó­mi­cos galos. Plan­ta a nivel de calle dedi­ca­da a mer­ca­de­ría gour­met y piso supe­rior con todo lo últi­mo en gad­gets para la coci­na y para la pre­sen­ta­ción en mesa.
Surtido de quesos en La Ferme

Sur­ti­do de que­sos en La Fer­me

 

  • Fro­ma­ge­rie Bous­quet  28, rue Char­trand que­sos arte­sano de leche cru­da como el brie de Meaux, St. Feli­cien, Com­té de dife­ren­tes madu­ra­cio­nes, Coeur de Neuf­châ­tel, etc.
Surtido de quesos en Fromagerie Bousquet

Sur­ti­do de que­sos en Fro­ma­ge­rie Bous­quet

 

  • Pâtis­se­rie Remi Tou­ja 10, rue de Ver­dun Para una mira­da dul­ce a sus crea­cio­nes entrar en su web de pas­te­le­ría moder­na, cho­co­la­tes, hela­dos y mer­me­la­das. Ha sido cam­peón de Fran­ce de pos­tres.
Patisserie Rémi Touja

Pâtis­se­rie Rémi Tou­ja

 

  • Cho­co­la­tier Yves Thu­riès 27–28 Pla­ce Car­not. Telé­fono 33 4 68 71 19 81.
  • Les Halles es el mer­ca­do cubier­to en la pla­za Car­not
  •  Domai­ne de Can­ta­lau­ze a las afue­ras de Car­cas­son­ne y con­cre­ta­men­te en la ville de Trè­bes, es un viñe­do don­de ade­más cul­ti­van aza­frán y ela­bo­ran acei­te de oli­va de sus pro­pios oli­vos. Tam­bién ven­den pro­duc­tos regio­na­les, rea­li­zan catas de sus vinos y alqui­lan casas para pasar estan­cias más o menos cor­tas en este mara­vi­llo­so y bucó­li­co viñe­do.
Cata de vinos en Domaine de Cantalauze

Cata de vinos en Domai­ne de Can­ta­lau­ze

 

¿Cómo ir?

  • Sin duda y de la for­ma más rápi­da y cómo­da es a tra­vés de los tre­nes direc­tos de Ren­fe SNCF en Coope­ra­ción, que une Bar­ce­lo­na, Giro­na y Figue­res con Car­cas­son­ne duran­te el perío­do de verano. Duran­te el res­to del año hay que hacer trans­bor­do.

Más infor­ma­ción

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Babula Bar 1937 de Barcelona es todo un homenaje a todas las abuelas del mundo y muy especialmente a la de Leo

Un home­na­je a todas las abue­las del mun­do y en espe­cial a la abue­la del pro­pie­ta­rio Leo Che­chel­nits­kiy. Su bar res­tau­ran­te es una oda (y una ola muy gran­de) a esas seño­ras mayo­res, con los sig­nos de expre­sión de los años vivi­dos mar­ca­dos en la cara con mayor o menor inten­si­dad, siem­pre con una son­ri­sa cóm­pli­ce a nues­tros peque­ñas tra­ve­su­ras y defe­dién­do­nos a capa y espa­da de nues­tras seve­ras madres. A veces ejer­cien­do de mamá y otra de com­pa­ñe­ra de jue­gos infan­ti­les, pero siem­pre con una mira­da bené­vo­la recon­for­ta­da con una sim­ple cari­cia o son­ri­sa. Coci­ne­ra de rece­tas que guar­da­mos escri­ta con tin­ta inde­le­ble en nues­tra memo­ria más poé­ti­ca y hedo­nis­ta y que Leo recu­pe­ra de su abue­la esos pla­tos que le hacía de peque­ño, lle­nos de sabor y mucho cari­ño en un tiem­po que todo iba más len­to (sin inter­net ni net­flix vivía­mos segu­ra­men­te mucho mejor). Y éste es el leit­mo­tiv de Babu­la Bar 1937, un lugar con encan­to, don­de com­par­tir pla­tos del chef Damian Monie, con ami­gos y/o fami­lia, o solo ¿por qué no? duran­te todo el día y empa­re­ja­dos con cóc­te­les de Leo que ya tie­ne expe­rien­cia en el mun­do de la res­tau­ra­ción, en Sasha Bar en el Poble Sec, que fue su pri­me­ra aper­tu­ra en la Ciu­dad Con­dal. En éste su pri­mer res­tau­ran­te home­na­jea a su madre con el nom­bre del local.

Interior de Babula Bar 1937

Inte­rior de Babu­la Bar 1937

 

Leo lla­ma cari­ño­sa­men­te así a su abue­la o babush­ka que en reali­dad se lla­ma Este­la, bau­ti­za­da así por su padre ruso en honor a una cata­la­na de la que se ena­mo­ró cuan­do vino con el escua­drón sovié­ti­co de las Bri­ga­das Inter­na­cio­na­les en la fra­tri­ci­da Gue­rra Civil espa­ño­la. Un gui­ño del des­tino o algu­na con­jun­ción cós­mi­ca de pla­ne­tas hizo que Leo lle­ga­se con 5 años a la capi­tal cata­la­na y don­de orga­ni­za­se su vida sin olvi­dar la aza­ro­sa vida de sus mayo­res, cre­cien­do entre las bam­ba­li­nas del pri­mer res­tau­ran­te ruso de Bar­ce­lo­na y que se lla­mó Naz­da­ro­via.

Con el lema “no recor­da­mos días, recor­da­mos momen­tos” trans­mi­ti­do por su abue­la, Leo bus­ca crear ins­tan­tes muy hedo­nis­tas alre­de­dor de una mesa don­de se dis­fru­te comien­do, armo­ni­za­do con sus cóc­te­les y una bue­na con­ver­sa­ción. Su tra­di­ción culi­na­ria se basa en la gas­tro­no­mía rusa pero sin renun­ciar a otras coci­nas como la del sur de Euro­pa, del sur­es­te asiá­ti­co y de Suda­mé­ri­ca, que lo ha apor­ta­do su chef Damian Monie de ori­gen fran­cés y que estu­vo una tem­po­ra­da en Tai­lan­dia don­de apren­dió téc­ni­cas de coci­na asiá­ti­ca. Con una amplia selec­ción de pla­tos en cru­do, el 60% de la car­ta no se coci­na, y es don­de el pro­duc­to bri­lla con luz pro­pia.

Del espí­ri­tu aven­tu­re­ro y nóma­da de Leo trae rece­tas y tra­gos de un país invi­ta­do a su res­tau­ran­te, de esta for­ma Méxi­co es el visi­tan­te de honor los lunes con 3 opcio­nes de nachos y 6 de tacos, acom­pa­ña­dos de 5 cóc­te­les pre­pa­ra­dos con mez­cal o tequi­la o com­bi­na­dos clá­si­cos como el Palo­ma, el Mar­ga­ri­ta o la Miche­la­da. Ten­dre­mos que espe­rar nue­vas sor­pre­sas via­je­ras para los pró­xi­mos meses.

Y si los lunes (ese día que todos que­ría­mos borrar de la sema­na de un plu­ma­zo has­ta que cono­ci­mos las pro­pues­tas de Babu­la Bar 1937) ya están reser­va­dos en nues­tra agen­da, jun­to con los vier­nes, y como en la pelí­cu­la de fina­les de los “70” ¡por fin es vier­nes! Thank God It’s Fri­day!, en Babu­la Bar 1937 se rin­de home­na­je a la músi­ca: en vivo, de Dj’s y de jóve­nes artis­tas con ganas de comer­se el mun­do.

La par­te coc­te­le­ra, ges­tio­na­da por Leo, se basa en la línea clá­si­ca con la base de des­ti­la­dos pre­mium, don­de el ingre­dien­te y la cali­dad del licor es el pro­ta­go­nis­ta más allá de flo­ri­tu­ras inne­ce­sa­rias más pro­pias de una ensa­la­da vege­tal o de fru­tas. Con un máxi­mo de 4 ingre­dien­tes en cada com­bi­na­do y que cual­quier clien­te sea capaz de adi­vi­nar su com­po­si­ción por los sabo­res y aro­mas iden­ti­fi­ca­dos níti­da­men­te. Todo ello suma­do a una mode­ra­ción en la gra­dua­ción alcohó­li­ca para poder­lo dis­fru­tar cons­cien­te­men­te y que el alcohol no apa­gue el sabor de su com­po­si­ción.

Pla­tos degus­ta­dos:

  • Negro­ni de Babu­la a base de Cam­pa­ri, gin, ver­mut ros­so y pacha­rán.
Negroni Babula

Negro­ni Babu­la

 

  • Dúo de ostras Thai, una fría en vina­gre­ta con hue­vo de codor­niz y la otra tem­pla­da con un tom kha (sopa de galan­ga) al curry ver­de.
Dúo de ostras Thai

Dúo de ostras Thai

 

  • Foie mi-cuit a la vai­ni­lla mari­na­do con brandy Torres y vai­ni­lla. Se empla­ta con una mer­me­la­da de plá­tano, galan­ga (pare­ci­do al jen­gi­bre) y ron.
Foie mi-cuit a la vainilla

Foie mi-cuit a la vai­ni­lla

 

  • Cóc­tel Pacha­cú­te de pis­co peruano de los Andes de Uva Ita­lia, leche de tigre y fru­ta de la pasión para acom­pa­ñar los pla­tos de pes­ca­do.
Cóctel Pachacúte

Cóc­tel Pacha­cú­te

 

  • Sal­món mari­na­do al esti­lo de la babu­la Este­la, duran­te 30 horas en un gra­vlax (mez­cla de sal y azú­car) con citro­ne­la, jen­gi­bre y enel­do. Ali­ña­do con una sal­sa de mos­ta­za dul­ce con Laph­roaig 10 años, whisky con aro­mas ahu­ma­dos.

 

Salmón marinado al estilo de Babula

Sal­món mari­na­do al esti­lo de Babu­la

 

  • Ven­tres­ca de atún mar y mon­ta­ña, pre­sen­ta­da con mor­ci­lla de arroz y top­ping de chut­ney de toma­te cherry y man­go.
Ventresca de atún mar y montaña

Ven­tres­ca de atún mar y mon­ta­ña

 

  • Dlum­ping de gam­bas con su cal­di­to: el relleno de gam­bas se ha sal­tea­do en man­za­na, cúcu­ma, galan­ga y coco.
Dumpling de gambas con su caldito

Dum­pling de gam­bas con su cal­di­to

 

  • Cóc­tel Sum­mer Punch de licor de gin June, gin Roku, cava brut natu­re Rove­llats, albaha­ca y melo­co­tón.
  • Steak tar­tar a la ita­lia­na con top­pings de pica­da de toma­te semi­se­co, albaha­ca, alca­pa­rrón, cha­lo­ta y par­mi­giano y pre­sen­ta­do sobre una tos­ta cru­jien­te Cara­su (típi­ca de la isla de Cer­de­ña).
Steak tartar a la italiana

Steak tar­tar a la ita­lia­na

 

  • Bao bur­ger de cor­de­ro, coci­do a baja tem­pe­ra­tu­ra con rome­ro, ajo y raz el hanout (gui­ño a la abue­la arge­li­na del chef).
Bao burger de cordero

Bao bur­ger de cor­de­ro

 

  • Taco de pato hoi­sin, una mez­cla de gas­tro­no­mía chi­na y mexi­ca­na.
Tacos de pato hoisin

Tacos de pato hoi­sin

 

  • Para fina­li­zar un Espres­so Mar­ti­ni de vod­ka Bel­ve­de­re, licor de café Bor­guet­ti y el expre­so pre­pa­ra­do con café de espe­cia­li­dad de la fin­ca Par­ce­la Core­go Boni­to de Bra­sil.
  • Pas­tel de oreo y mous­se de pan­dam.
Pastel de oreo

Pas­tel de oreo

 

Babu­la Bar 1937 Carrer Pau Cla­ris, 139. Bar­ce­lo­na 08009. Telé­fono 933 826 096. Abier­to de lunes a jue­ves de 12 a 2h y vier­nes y sába­dos de 12 a 3h. Domin­gos cerra­do.

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Itadakimasu

Hace poco leí que para tener la men­te en for­ma resul­ta­ba fan­tás­ti­co apren­der tres pala­bras en otro idio­ma cada día. Como resul­ta que quie­ro lle­gar a vie­je­ci­ta y seguir dis­fru­tan­do de la vida, deci­dí poner­me a ello. La pri­me­ra pala­bra que resol­ví memo­ri­zar tie­ne su intrín­gu­lis pero me pare­ce encan­ta­do­ra. Como casi todo lo japo­nés. Más que un voca­blo, ita­da­ki­ma­su es una expre­sión que no cuen­ta con un equi­va­len­te en espa­ñol pero que debe­ría­mos adop­tar urgen­te­men­te para nues­tro idio­ma.  Ita­da­ki­ma­su sig­ni­fi­ca:  gra­ti­tud por los ali­men­tos a tomar. Se pro­nun­cia, se sien­te y se res­pi­ra. Por un lado, supo­ne agra­de­cer a las per­so­nas que han pre­pa­ra­do la comi­da que reci­bi­mos y, por otro, es el reco­no­ci­mien­to a los ali­men­tos en sí mis­mos: a las ver­du­ras, a los ani­ma­les que die­ron su car­ne, a las fru­tas que sabo­rea­re­mos…

En reali­dad, Ita­da­ki­ma­su es un ejer­ci­cio de con­cien­cia que dura ape­nas unos segun­dos pero que nos per­mi­te con­cen­trar­nos en lo que vamos a hacer: en este caso, comer.  En el noven­ta y nue­ve por cien­to de las oca­sio­nes, nues­tras comi­das son de todo menos cons­cien­tes. Engu­lli­mos delan­te de la tele o con­ver­san­do sin pres­tar aten­ción a lo que nos lle­va­mos a la boca. A veces, si lo hace­mos solos, lle­ga­mos a con­tes­tar correos o con­sul­tar el ins­ta­gram al tiem­po que desa­yu­na­mos o cena­mos. Un dis­pa­ra­te que cho­ca de fren­te con un famo­so pro­ver­bio zen: “Cuan­do cami­nes, cami­na. Cuan­do comas, come”. No se tra­ta de aban­do­nar de repen­te el salu­da­ble acto social que supo­ne com­par­tir una comi­da, sim­ple­men­te de vivir con un poco de aten­ción. De dis­fru­tar pero des­de den­tro.

La aten­ción ple­na o cons­cien­te, el mind­ful­ness del que tan­to oímos hablar últi­ma­men­te, debe posar­se en cada una de las ramas de nues­tra pre­ci­pi­ta­da exis­ten­cia. Algo tan sen­ci­llo como recor­dar la expre­sión Ita­da­ki­ma­su cuan­do mire­mos nues­tro pla­to, pue­de ser el comien­zo de una nue­va for­ma de comer. Inclu­so de vivir.

Libro reco­men­da­do: Comer aten­tos. Jan Cho­zen Bays. 

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