LOS SERES HUMANOS SOMOS INCREÍBLEMENTE PODEROSOS CUANDO VIVIMOS DESDE EL AMOR

CAROLINA RODRÍGUEZ BARROS: “EL SOL TE RECUERDA LA LUZ QUE ERES

Fotografía de Carolina Samiel
Fotografía cedi­da por Car­oli­na Rodríguez Barros 

Car­oli­na Rodríguez Bar­ros nació en Buenos Aires y des­de allí ha lle­va­do su magia y sabiduría por los muchos rin­cones del plan­e­ta en los que se ha for­ma­do y ha vivi­do. “Alquimista del alma”, como ella mis­ma se cal­i­fi­ca, apa­sion­a­da por los ani­males, la nat­u­raleza, el dis­eño y el arte, dis­fru­ta bai­lan­do y estando en comu­nión con la vida. Con­ven­ci­da del poder de la sex­u­al­i­dad, el movimien­to y la fuerza de la luz del Sol, ha crea­do un méto­do úni­co para ayu­darnos a crear armonía y a soltar lo viejo. Es tiem­po de renac­er y vivir en lib­er­tad. Es tiem­po de cam­bios pero tam­bién de los buenos. ¿Te apuntas?

-¿Cómo te definirías en pocas pal­abras? Como un corazón enam­ora­do de la vida, encar­na­do en cuer­po de mujer valiente y suma­mente sen­si­ble a la vez.

-¿Qué es “Shat­ki Med­i­cine”, fór­mu­la de la que eres creado­ra ? Shak­ti Med­i­cine es un méto­do y con­scien­cia que rep­re­sen­ta el poder femeni­no de trans­for­ma­ción y regen­eración en mujeres y en hom­bres. Y todo ello canal­iza­do y plas­ma­do en for­ma de orácu­lo, libro, med­ita­ciones y talleres.

-Somos más poderosos y ten­emos más capaci­dad de sanarnos en todos los aspec­tos de nues­tra vida de lo que pen­samos… Así es, los seres humanos somos increíble­mente poderosos cuan­do vivi­mos des­de el amor. Y todos ten­emos la capaci­dad de autosa­narnos ya que la enfer­medad es un “avi­so” de que algo está desalin­ea­do con nues­tra esencia.

-Pues hay mucha desalin­eación. La Tier­ra nos pide un cam­bio, ¿ver­dad? En este momen­to la Tier­ra real­iza una gran tarea y nos sostiene con infini­ta pacien­cia en el cam­bio que debe­mos man­i­fes­tar. La lla­ma­da de Gaia, la Tier­ra, es a vivir en comu­nión y armonía con la nat­u­raleza y con nues­tra nat­u­raleza: la propia de cada corazón.

-¿Cómo podemos afrontar este momen­to tan com­pli­ca­do? Danos un par de her­ramien­tas para no dejarnos arras­trar por tan­ta energía neg­a­ti­va. Lo primero que sien­to que ten­go que com­par­tir es que pasen tiem­po en la nat­u­raleza, con los pies descal­zos y res­pi­ran­do si puede ser, boca aba­jo, sin­tien­do el corazón jun­to al de Gaia. Pídele que te muestre el camino, que te dé con­fi­an­za y fe. No la fe reli­giosa sino la fe en ti y en la vida que eres capaz de crear. Allí, en esa res­piración, cuan­do estés en el cuer­po y no en la mente, solici­ta sen­tir aceptación y grat­i­tud por este momen­to, no porque es com­pli­ca­do sino porque es hora de soltar el auto­en­gaño y los miedos y de vivir tu ver­dad, tu ale­gría. Una frase que a mí me ayudó muchísi­mo en mi camino es: “La Divinidad nun­ca te saca algo o alguien si no es para darte algo mejor.” Y así es.

-¿Dar gra­cias por lo que ten­emos puede ser una de esas her­ramien­tas? Abso­lu­ta­mente. Sí. La grat­i­tud es la energía y fre­cuen­cia más ele­va­da, la que abre nuevos caminos. Yo agradez­co cada mañana y cada noche. Y tam­bién bendi­go el día que ten­go por delante para que todo sea lo más flu­i­do y ele­va­do posible.

-¿Es posi­ble lib­er­arnos de las creen­cias arraigadas que lim­i­tan nues­tra vida? Lib­er­arse de las autolim­ita­ciones es una cuestión de elec­ción per­son­al. En alquimia tra­ba­jamos con tres prin­ci­p­ios: la vol­un­tad de trans­for­marse, la pres­en­cia amorosa para sosten­er el pro­ce­so y la sabiduría inter­na (apren­der de las expe­ri­en­cias vivi­das) como ref­er­en­cia para la toma de las deci­siones nuevas que lle­van a la nue­va vida.

-Nos que­jamos de la fal­ta de lib­er­tad en estos tiem­pos con­vul­sos cuan­do segu­ra­mente no hemos sido ver­dadera­mente libres nun­ca… La may­oría de los seres humanos han deposi­ta­do su lib­er­tad en manos de otros y es el momen­to de darse cuen­ta: al creer que otros son respon­s­ables de cuidarte, pagarte, darte salud, ale­gría, plac­er, com­pañía… estás entre­gan­do tu lib­er­tad. Ser libre impli­ca ser respon­s­able y sober­a­no. Y mucha gente “pre­fiere” que otros se hagan car­go de las cosas, por miedo a dejar lo cono­ci­do. La Matrix es un sis­tema de esclav­i­tud auto-elegi­da, fun­ciona con el con­sen­timien­to de la gente.

-Vivi­mos den­tro de un cuer­po ten­so, com­prim­i­do, cas­ti­ga­do… ¿Cómo podemos soltar y abrirnos? El movimien­to es una med­i­c­i­na muy sim­ple, sutil y poderosa que todos ten­emos a mano. ¡Baila, baila tu can­ción preferi­da! ¡Can­ta! Sal a dar paseos a la nat­u­raleza en silen­cio, res­pi­ra hon­do en el abdomen y recor­darás que nada es lo que parece.

-¿Y qué impor­tan­cia tiene la luz del sol? El Sol es un trans­misor de con­scien­cia. El Sol te recuer­da la luz que eres. Es muy impor­tante pasar unos veinte min­u­tos, por la mañana o por la tarde, res­pi­ran­do con­scien­te­mente y sin­tien­do su cari­cia en la piel. Y, si es posi­ble, hac­er­lo desnudo.

-Y a la sex­u­al­i­dad, ¿qué papel le das? La sex­u­al­i­dad es la fuerza creado­ra, trans­for­mado­ra y regen­er­ado­ra por exce­len­cia. Sep­a­ra­da de la gen­i­tal­i­dad, la sex­u­al­i­dad vivi­da en con­cien­cia es el camino de lib­eración más rápi­do que ten­emos. Es muy, muy impor­tante sanar y expandir nues­tra sexualidad.

-Por cier­to, la mujer, silen­ci­a­da en este y otros temas durante sig­los, está por fin desple­gan­do su poder…Hace ya once años que acom­paño a mujeres y a algunos hom­bres. Veo que en real­i­dad lo que estu­vo silen­ci­a­do es el poder femeni­no, en ambos sex­os. En este aho­ra, la esen­cia femeni­na es de vital impor­tan­cia en todos: podemos trans­for­marnos, abrirnos a sen­tir, a amar, a soltar lo viejo, a crear armonía. Las mujeres en espe­cial tienen un rol impor­tante: encar­nar el amor, la com­pasión, el entendimien­to, la ter­nu­ra, la sutileza y ama­bil­i­dad. Esto crea seguri­dad en los hom­bres para que se abran a sen­tir. Jun­tos, mujeres y hom­bres crearán en armonía.

-Escuchán­dote, pien­so que pasamos por la vida sin lle­gar a cono­cer­nos.
Eso es lo que pasó durante miles y miles de años. Aho­ra, todos esta­mos invi­ta­dos a cono­cer­nos y recono­cer­nos. Es una elec­ción per­son­al abrirse a la pre­gun­ta “quién soy real­mente?”. Ese es el propósi­to de estar aquí, en este planeta.

Y, ¿podemos renac­er si no nos gus­ta lo que hemos sido has­ta aho­ra? Abso­lu­ta­mente sí, de eso va el libro que estoy escri­bi­en­do. Es un pro­ce­so alquími­co que empieza por sen­tarse jun­to al fuego sagra­do y pedir, con el corazón, que se rev­ele tu esencia.

-¿Qué sig­nifi­ca “Liq­uid Light Body”, el títu­lo del cur­so-retiro que impar­tirás en octubre en Tener­ife? ¿A quién va dirigi­do? Liq­uid Light Body es una prác­ti­ca de movimien­to con­sciente que nace para acom­pañar este her­mosísi­mo pro­ce­so de renacimien­to que esta­mos vivien­do. Movimien­to cor­po­ral, emo­cional y men­tal, con base en tradi­ciones chamáni­cas, en ele­men­tos alquími­cos y en las energías cós­mi­cas disponibles en este aho­ra. Es el fru­to de mis trein­ta y tres años de prác­ti­ca e inves­ti­gación, escucha y conex­ión con la Tier­ra. Es para todos los que sien­tan abrirse al camino en paz, ale­gría y armonía inter­na. A quienes no quier­an ningún dog­ma ni dis­ci­plina rígi­da sino el gozo sutil del pro­pio cuer­po y consciencia.

Sigue a Car­oli­na Rodríguez Bar­ros en insta­gram: @samielcarolina

© 2020 Noemí Martín. All rights reserved.

“Si siembras amor y ternura, algo te será devuelto”

Tino Martín:  “Siempre estamos a tiempo de modificar nuestras creencias”

Tino Martin

Tino Martín

 

“Puedes apren­der a mirar tu vida como si se tratase de tu novia: son­ríele, háblale, escúcha­la, com­prén­dela, atién­dela, ámala…”, dice con­ven­ci­do nue­stro entre­vis­ta­do. Nun­ca es tarde. Tino Martín es mae­stro, psicól­o­go y ped­a­gogo jubi­la­do de la vida lab­o­ral pero no de la vir­tu­al. Sus más de cua­tro mil quinien­tos seguidores en Twit­ter (@tinomarting) dan fe de que su tra­ba­jo diario con­tinúa. Tino ha puesto empeño en cre­cer y rein­ven­tarse. En pon­er ale­gría al día a día con las fras­es y reflex­iones que com­parte en las redes. Y es, además de un luchador nato, un hom­bre bueno, sen­si­ble y gen­eroso. Lo digo sin temor a equiv­o­carme porque le conoz­co muy bien. Es mi padre. Sor­pren­di­do por mi interés en entre­vis­tar­le, insiste en que antes de empezar nues­tra con­ver­sación deje claro su pun­to de vista al respec­to: “acce­do a la peti­ción con una condi­ción: que mis opin­iones no mod­i­fiquen en abso­lu­to tu for­ma de enten­der y vivir la vida”.

¿Cómo estás pasan­do el con­fi­namien­to? ¿Qué es lo que más has echa­do de menos? 

Pues con pre­ocu­pación por la trage­dia san­i­taria, económi­ca y social que sufre el mun­do pero esper­an­za­do con la idea de que teng­amos la capaci­dad de repon­er­nos y volver a la sen­da de la nor­mal­i­dad en un tiem­po razon­able. Lo que más he echa­do de menos es, sin duda, la pres­en­cia de mis tres nietos.

Vivir estos momen­tos en el cam­po no tiene precio…

Afor­tu­nada­mente, el con­fi­namien­to me cogió en mi segun­da res­i­den­cia que defin­i­ti­va­mente se ha con­ver­tido en la habit­u­al. Es un priv­i­le­gio siem­pre y más en estos tiem­pos difí­ciles, ten­er la nat­u­raleza a tu disposición.

En ese refu­gio tin­er­feño en el que tran­scur­ren tus días, tienes tus huer­tas “eco”, tus gal­li­nas “felices”, tu espa­cio de tran­quil­i­dad y aire puro pero tam­bién estás conec­ta­do al mun­do a través de las redes sociales (Twit­ter)… 

Para mí es el equi­lib­rio per­fec­to. Todo esto: la nat­u­raleza y sen­tir des­de aquí la cer­canía de los demás, me apor­ta sosiego y paz inte­ri­or. ¿Qué más puedo pedir?

Creo que cuen­tas con más de cua­tro mil quinien­tos seguidores en todos los rin­cones del planeta.

Des­de luego no en todos los rin­cones pero estoy muy sat­is­fe­cho con los que ten­go porque sus aporta­ciones y su pres­en­cia ‑aunque sea en la dis­tan­cia- con­tribuyen a mi bien­es­tar. Y si alguno de mis tweets puede ayu­dar a alguien de algu­na man­era, pues doble­mente feliz.

¿ Y cómo se te ocur­rió entrar en este mun­do virtual? 

¿Has olvi­da­do que fuiste tú quien me ini­ció? Es algo que nun­ca te agrade­ceré suficientemente.

Es ver­dad… Aho­ra que lo dices, fue una gran idea porque me con­s­ta que tus fras­es de áni­mo y con­se­jos han puesto un poquito de luz a los días gris­es de muchas personas… 

No lo sé con certeza pero estoy con­ven­ci­do de algo: si siem­bras amor y ter­nu­ra, algo te será devuel­to. Esa idea me mantiene acti­vo en Twit­ter  des­de hace más de ocho años y es una inter­ac­ción enorme­mente grat­i­f­i­cante con un grupi­to de muy bue­na gente. Ejerce­mos de psicól­o­gos mutuamente.

Pues parece una opción fan­tás­ti­ca para mucha gente que se jubi­la y quiere man­ten­er la cabeza y el alma activos. 

Sí, creo que lo es. Yo tam­bién era de ese amplio grupo que pens­a­ba que las nuevas tec­nologías de la comu­ni­cación eran para nue­stros hijos y nietos. Pero, afor­tu­nada­mente, siem­pre esta­mos a tiem­po de mod­i­ficar nues­tras creen­cias. De ajus­tarnos a los tiempos.

Te ha sen­ta­do bien esa “mod­ern­ización” porque te veo en una for­ma estu­pen­da. Cada vez más…

¿Tú lo crees así? La ver­dad es que me encuen­tro bien y eso ya es mucho. Des­de hace tiem­po pien­so  que más que otra cosa, para la últi­ma eta­pa de tu vida “debes ahor­rar salud”. Y la salud es algo que te tienes que tra­ba­jar día a día, acom­paña­do o solo pero hacien­do camino siempre.

Y men­tal­mente, ¿cómo te cuidas? 

Pues mira, la salud men­tal y la físi­ca están ínti­ma­mente conec­tadas. Cuan­do te sientes físi­ca­mente bien, tam­bién estarás bien a niv­el men­tal. Y estar bien a niv­el men­tal, te empu­ja a cuidar tu salud físi­ca. Por tan­to, no hay ningún secre­to. Tan solo, ocu­parte de ambas por igual y no pen­sar que con machacarte en el gim­na­sio está todo resuel­to. Lo digo por los más jóvenes, sobre todo.

Por cier­to, ¿se puede apren­der a vivir con optimismo?

En la vida se puede casi todo. Así que tam­bién puedes apren­der a mirar tu vida como si se tratase de tu novia: son­ríele, háblale, escúcha­la, com­prén­dela, atién­dela, ámala…

Y, ¿cómo se mantiene la ale­gría en estos “días raros”? 

No es nada sen­cil­lo sobre todo para quienes han per­di­do o se encuen­tran en ries­go de perder a un ser queri­do. Tam­bién para quienes no tienen tra­ba­jo. En cualquier caso, creo que la ale­gría es con­se­cuen­cia de una labor bien hecha, sobre todo. Por tan­to, si estás sat­is­fe­cho o sat­is­fecha de como estás hacien­do las cosas, seguro que te encuen­tras muy cer­ca de la alegría.

Vayamos más atrás de estos días. ¿Qué le dirías al oído al Tino de hace cuarenta años?

Primero le daría un buen tirón de ore­jas y, luego, le repe­tiría durante un tiem­po: “la vida no se bebe en un sor­bo”; “el tra­ba­jo no puede ago­tar tu tiem­po”; “aprende a pen­sar rápi­do y a decidir despa­cio” y “aprende a decir no cuan­do esa debe ser la respues­ta”. Y, por últi­mo, tam­bién le diría: “ama y déjate amar”.

Ese Tino, como su her­mano y sus cin­co her­manas, se ded­i­ca­ba a enseñar y vivía rodea­do de niños y niñas, ¿qué aprendiste tú de los más pequeños? 

Muchísi­mas cosas pero, sobre todo, que la curiosi­dad y el interés por lo que te rodea es una gran fuente de luz y apren­diza­je para cada uno de los días de tu vida. Tam­bién, que si pierdes la capaci­dad de sor­pren­derte a ti mis­mo, empiezas a morir un poco.

Y volvien­do al pre­sente, ¿cómo crees que ser­e­mos después de este huracán demole­dor? ¿Volver­e­mos a ser los de antes o mejores per­sonas, como dicen algunos?

Pien­so que ni una cosa ni la otra. Me expli­co: van a cam­biar bas­tantes cosas en la man­era de enten­der la vida y de vivir­la des­de el pun­to de vista económi­co y social. En cuan­to a si ser­e­mos mejores, te diré que los buenos ya son mejores. Y los que no son tan buenos, no van a cam­biar de man­era sig­ni­fica­ti­va, des­gra­ci­ada­mente. Esto al menos, a cor­to y medio plazo.

Un sueño para cuan­do volva­mos a la “nor­mal­i­dad de verdad”…

Me gus­taría ver que todo este dolor ha servi­do para algo bueno, algo que me haga sen­tir que los sueños de otros muchos  no fueron fal­li­dos o estériles.

Miran­do al futuro, ¿qué cosas te quedan por vivir?

Dis­fru­tar y ver cre­cer como abue­lo lo que “por las prisas de lle­gar”, no pude ver ni dis­fru­tar a plen­i­tud como padre.  Esto sobre todo y, por lo demás, vivir agrade­ci­do y expec­tante el dis­cur­rir del tiem­po que me quede, sin­tién­dome útil y queri­do por los míos, espe­cial­mente. Como me he sen­ti­do siempre.

¿Y no has pen­sa­do en escribir un libro con tus viven­cias, pen­samien­tos y versos? 

Tal vez me coge demasi­a­do tarde. Si son cosas cor­tas me fluyen las ideas pero no sé si podré sen­tarme a reunir­las en algo más largo…Lo pensaré.

Bueno, ter­mi­namos aquí este ejer­ci­cio de reflex­ión en tiem­pos de  coro­n­avirus y pocas certezas. ¿Qué tal la experiencia? 

Pues te con­fieso que ha tenido un efec­to ter­apéu­ti­co y, además, ha sido una de mis mejores con­ver­sa­ciones con mi hija.

¡Gra­cias por TODO, con mayúsculas!

De ver­dad, ha sido un plac­er. Gra­cias a ti y bue­na suerte.

@2020 Noe­mi Martín. All right reserved

 

 

 

   

 

 

 

“Si no puedes salir, ve hacia adentro”

Ignacio Novo: “Nada hace más falta que alguien entero en un mundo roto”

Fotografía cedida por Ignacio Novo

Fotografía cedi­da por Igna­cio Novo

 

Igna­cio Novo Bueno (1962) es peri­odista, escritor, locu­tor de radio y con­fer­en­ciante. Ha desar­rol­la­do su car­rera pro­fe­sion­al en difer­entes medios de comu­ni­cación y sus cuen­tas en las prin­ci­pales redes sociales suman medio mil­lón de seguidores en todo el mun­do. “Fras­es para cam­biar vidas” es un ref­er­ente en Twit­ter, Insta­gram y Face­book para todos aque­l­los que bus­can una señal que alum­bre el camino: con­clu­siones bril­lantes que nos guían entre la bru­ma des­de hace más de diez años. En estos momen­tos, más que nun­ca, Novo sigue al pie de su torre lumi­nosa.  Porque una frase puede cam­biar el rum­bo de una vida o al menos calen­tar un corazón confinado. 

Has dicho que lo difí­cil estos días no es quedarse en casa sino quedarse sin miedo…

Y decía más: que lo difí­cil, en real­i­dad, es quedarse son­rien­do, ele­van­do el áni­mo al resto, tran­quil­izan­do a la famil­ia y man­te­nien­do la cabeza ergui­da; ejer­cien­do de faro en el que todo el que te rodea encuen­tre una piz­ca de luz en mitad de tan­ta oscuri­dad. Y decía tam­bién que esa es una tarea que aquel que posea la fuerza y la vol­un­tad, debería de hac­er en este momen­to. Nada hace más fal­ta que alguien entero en un mun­do roto.

¿Quizá nos ayude conec­tar más con nosotros mis­mos y menos con el exterior?

Una de mis máx­i­mas favoritas en estos días es la que dice: “Si no puedes salir, ve hacia den­tro.” Creo que resume bas­tante bien lo que ocurre. Esta­mos con­fi­na­dos, bien, pues con­vir­ta­mos eso en una opor­tu­nidad para cono­cer­nos mejor, para pro­fun­dizar en aque­l­lo que exper­i­men­ta­mos y en aque­l­lo que sen­ti­mos y com­pren­der así de qué man­era esta cri­sis nos está cam­bian­do, porque sin duda lo está haciendo.

Hay per­sonas a las que una frase les ha trans­for­ma­do la vida. Seguro que te lo han dicho muchas veces.

Si yo te con­tara… Parece increíble cómo un sim­ple y modesto men­saje puede lle­gar a cam­biar la vida de una per­sona de una for­ma tan rad­i­cal. Me ha pasa­do varias veces que alguien me comen­ta que aque­l­lo que escribí en un momen­to deter­mi­na­do, le hizo cam­biar el rum­bo de su vida por com­ple­to. Y lo cier­to es que intim­i­da un poco. Aunque tam­bién ten­go claro que nun­ca es lo que yo escri­bo, sino lo que el lec­tor quiere y desea inter­pre­tar y que los men­sajes que han de lle­garte no te los encuen­tras: eres tú quien los va buscando.

Cuan­do empeza­ste en redes sociales con fras­es moti­vado­ras en el  año 2009, no había ese boom de psi­cología pos­i­ti­va que hay aho­ra, ¿cómo se te ocur­rió comen­zar a repar­tir opti­mis­mo y superación?

Siem­pre sen­tí incli­nación nat­ur­al por esta man­era de enfo­car las cosas. Inclu­so cuan­do debatía con quienes no creen que encar­ar la vida de un modo pos­i­ti­vo fuera útil, recuer­do que siem­pre les decía que jamás nadie había per­di­do la vista por mirar el lado bueno de las cosas… al menos que yo supiera. Una acti­tud pos­i­ti­va provo­ca una reac­ción en cade­na. Se tra­ta de un catal­izador, una chis­pa que crea resul­ta­dos extra­or­di­nar­ios a cam­bio de un mín­i­mo “gas­to”.

¿Eres con­sciente de la can­ti­dad de gente a la que has podi­do ayu­dar? Te habrán pasa­do muchas cosas bonitas…

Sí, ya antes me he referi­do a las veces que alguien te escribe para agrade­certe que uno de tus pen­samien­tos fuese el que le diera el cora­je sufi­ciente para tomar una decisión que no se atrevía a tomar o que esta­ba dila­tan­do en exce­so. Creo que todos ten­emos muy claro qué es lo mejor o lo peor para nues­tras vidas. Nos podemos auto­en­gañar pero en el fon­do sabe­mos muy bien cuán­do alguien nos con­viene o no o cuán­do un tra­ba­jo es el ade­cua­do o cuán­do debe­mos volar a otra parte y quizá empezar otra vida. Lo sabe­mos, pero no siem­pre somos capaces de ver­balizar­lo. Y así, cuan­do de pron­to lees ese men­saje, que es exac­ta­mente lo que no podías explicar, se pro­duce una especie de rev­elación. En este caso tú sim­ple­mente has ejer­ci­do de mero trans­misor o de intér­prete de un sen­timien­to reprimido.

Y luego están los que pien­san que todo esto son pamplinas.

Muchos. Y respeto su opinión. Fal­taría más. Pero yo digo siem­pre que, si el hecho de leer fras­es pos­i­ti­vas de moti­vación y superación te ayu­da a encar­ar la vida, y aunque solo fuera el día, con un poco más de ale­gría, o con­tribuye a darte fuerza para inten­tar alcan­zar algún reto o lev­an­tarte el áni­mo ali­caí­do por algu­na des­gra­cia, ya es sufi­ciente. Hay gente, y mucha, que toma a diario pastil­las para con­seguir el mis­mo o pare­ci­do efec­to y al menos las pal­abras no tienen tan­tos efec­tos secundarios.

Los opti­mis­tas como tú, tam­bién ten­drán sus días negros. Supongo… 

Obvio, pero lo bueno es que mis “días negros” no pasan de gris­es. Mi acti­tud reba­ja siem­pre un gra­do la gravedad de todo lo que me ocurre.

¿Y  días en los que te apetece no decir nada y dejar las redes de lado?

Ahí soy bas­tante metódi­co. Estaré más o menos inspi­ra­do, que eso ocurre, pero me pro­pon­go escribir todos los días pase lo que pase. Es ejer­ci­cio, men­tal, pero ejer­ci­cio al fin, y todos los días hay que cuidar cuer­po, mente y alma. Por igual.

Por cier­to, ¿se puede apren­der a ser optimista?

No parece difí­cil. Decía el escritor Robert M. Sher­field que los opti­mis­tas encuen­tran ale­gría en las cosas pequeñas. Están más pre­ocu­pa­dos por ten­er muchas pequeñas ale­grías en lugar de ten­er una gran ale­gría. Y ahí está la clave. Si esta­mos en espera del gran acon­tec­imien­to capaz de cam­biar nues­tras vidas de una vez y para siem­pre y trans­portarnos a una suerte de paraí­so de feli­ci­dad extrema, con prob­a­bil­i­dad nos decep­cionare­mos. Si somos capaces de dis­fru­tar del sabor de un café, de una con­ver­sación rela­ja­da con un ami­go, de una vista pre­ciosa, de una pelícu­la, una escapa­da, y tan­tas y tan­tas cosas más que la vida nos regala a diario, seríamos mucho más felices.

Además de los que reparten amor y áni­mo, como tú, están los que dis­em­i­nan odio en las redes sociales. ¿Será por abur­rim­ien­to, por mal­dad, por hac­erse los graciosos?

El anon­i­ma­to en las redes sociales ha gen­er­a­do un mon­tón de “valientes” que evi­den­cian que en el mun­do online se tiende a ser menos amable y más ofen­si­vo. Estar como anón­i­mo te da muchas ven­ta­jas, puedes decir lo que te dé la gana y no lo aso­cian a tu per­sona. Al troll no le impor­ta lo que dice, tam­poco las reac­ciones que pue­da provo­car, sim­ple­mente lo hace para que la gente lo siga, condi­ción que lo hace sen­tir bien. ¿Un con­se­jo? Jamás respon­das. Con­tes­tar es ali­men­tar una hiena. Quer­rá más peda­zos de “carne” que deglutir.

¿Recuer­das la frase o fras­es que hayan tenido más éxito?

Una de las últi­mas y que trata­ba de lib­er­ar a la gente de las obliga­ciones que nos autoim­ponemos sin venir a cuen­to y que, a veces, sobre todo por el qué dirán, somos inca­paces de negar.

Que quede claro:

Está bien can­ce­lar un compromiso. 

Está bien no con­tes­tar esa llamada. 

Está bien cam­biar de opinión. 

Está bien quer­er estar solo. 

Está bien tomarse un día libre. 

Está bien no hac­er nada. 

Está bien hablar. 

Está bien dejar ir.

No te sien­tas culpable.

¿OK?

Pero quizá en oca­siones sea mejor el silen­cio que inten­tar decir algo…

Ya lo decía Chester­ton: “El silen­cio es la répli­ca más aguda.”

He leí­do que este virus aparte de ser la pan­demia ter­ri­ble que esta­mos sufrien­do,  es una opor­tu­nidad para parar, mirarnos y reflex­ionar sobre lo que esta­mos hacien­do con nues­tras vidas… 

Nun­ca es deseable un dra­ma así. En abso­lu­to. No deberíamos lle­gar a ten­er un mejor conocimien­to de nosotros mis­mos de una for­ma tan abrup­ta y oblig­a­dos por un con­fi­namien­to “inhu­mano” como este, pero ya que esta­mos trate­mos de salir más prepara­dos. Hace poco, perdón por la autoci­ta, decía: “Si después de esta pan­demia no somos mejores per­sonas, más sol­i­dar­ios, más com­pa­sivos, más empáti­cos, más com­pe­tentes, más com­pro­meti­dos, más gen­erosos, más fuertes… habre­mos desaprovecha­do una opor­tu­nidad úni­ca y todo este miedo, todo este dolor y sufrim­ien­to, toda esta angus­tia y deses­peración, habrán sido en vano.”

Por cier­to, me encan­tó otra afir­ma­ción que leía en tus redes sociales hace unas sem­anas: “las epi­demias pueden evi­tar que nos abrace­mos pero no que per­manez­camos unidos”. 

Des­de luego. Unidos; resis­ti­mos. Divi­di­dos; caemos.

¿Qué otra frase nos regalarías para cer­rar estas líneas con esperanza?

Una del escritor japonés Haru­ki Muraka­mi: «…y una vez que la tor­men­ta ter­mine, no recor­darás como lo lograste, como sobre­viviste. Ni siquiera estarás seguro de que la tor­men­ta ha ter­mi­na­do real­mente. Pero una cosa sí es segu­ra, cuan­do sal­gas de esa tor­men­ta, no serás la mis­ma per­sona que entró en ella. De eso tra­ta esta tormenta».

Twit­ter: @Ignacionovo

Insta­gram: @frasesparacambiar

Face­book: fras­es para cam­biar vidas (grupo de Igna­cio Novo)

© 2020 Noe­mi Martín. All rights reserved

OJALÁ ESTE SUFRIMIENTO NOS AYUDE A EMPATIZAR CON EL DOLOR DE LOS OTROS

Rodolfo Serrano: “Es triste que las redes se conviertan en maquinarias de odio, desinformación y mentira”.

Fotografía gentileza de Rodolfo Serrano

Fotografía gen­tileza de Rodol­fo Serrano

 

Rodolfo Serrano (1947), periodista durante más de veinte años en El País, es además, escritor y poeta. Diez libros en el mercado y dos reputados premios: el Giménez Abad a la mejor crónica parlamentaria (2003) y el Mesonero Romanos de Periodismo (2008) confirman su  acertada y poética visión de este momento histórico. Rodolfo es, además, el padre de uno de los cantautores más importantes de este país: Ismael Serrano. Precisamente para él ha escrito versos que se han convertido en fantásticas canciones. Honesto, sencillo, abierto y amigo de sus amigos, Rodolfo Serrano confiesa que a sus años “todo es una pregunta sin respuesta”. Hoy, sin embargo, encuentra respuestas sobresalientes para todas nuestras preguntas. 

¿Y cómo pasa un hom­bre tan socia­ble estos días de “recogimien­to”?

Con pacien­cia. Y echan­do de menos a los nietos, los hijos, los ami­gos… y los bares.

Tal vez mata más lenta­mente el virus del miedo  que el coro­n­avirus. Y al primero parece que nadie le pres­ta aten­ción.…

Des­de luego. El virus del miedo, el de la insol­i­dari­dad, el del egoís­mo… son los virus a los que no hace­mos caso. Aho­ra deberíamos pen­sar en quienes sufren y huyen por guer­ras, por ham­bre, y les cer­ramos las puer­tas. Ese virus mata las almas, la con­cien­cia de ser humano.

Por cier­to, como peri­odista ‑porque eso se es siem­pre aunque uno se retire- ¿nos recomien­da ver las noti­cias estos días o es mejor hac­er un cier­to ayuno infor­ma­ti­vo?  

Soy inca­paz de huir de las noti­cias. Pero, por salud men­tal, habría que hac­er­lo. No entien­do que nos estén repi­tien­do macha­cona­mente los mis­mos datos que solo sir­ven en muchos casos para asus­tar a la gente. No estoy de acuer­do con esos espe­ciales infor­ma­tivos con ter­tu­lianos que no saben de nada y cre­an un cli­ma asfixiante.

Hablan­do de comu­ni­cación, ¿qué le parece esta  suerte de “lib­er­tad de pren­sa  sin límites” que han otor­ga­do las redes sociales?

Algo incon­tro­lable con lo que hay que inten­tar con­vivir. Es triste que las redes se con­vier­tan en maquinar­ias de odio, desin­for­ma­ción y mentira.

 Y además, mal­os tiem­pos para el peri­odis­mo

Mal­os. Tuve la suerte de vivir la edad de oro del peri­odis­mo. Hoy sien­to decep­ción y tris­teza al ver en qué se ha con­ver­tido el ejer­ci­cio del periodismo.

Hay quién dice que en época de cri­sis, aflo­ra la cre­ativi­dad. ¿Ha escrito algún ver­so durante estas jornadas?

Alguno he escrito. Pero no creas: yo tam­bién creo que la cre­ativi­dad, como a las musas, hay que esper­ar­la trabajando.

Padre de un médico, un peri­odista y un can­tau­tor. No se puede estar más en la ola…

 Sí. En estos días estoy pre­ocu­pa­do por el médi­co que está en primera línea de combate.

Pre­cisa­mente en estas jor­nadas casi aplau­den más a Pablo, médico de famil­ia en el Ser­vi­cio Madrileño de Salud, que a Ismael…    

Me parece bien que aplau­damos, si eso les ani­ma. Y, además es jus­to aplaudir a san­i­tar­ios, policía, bomberos, limpiado­ras, tra­ba­jadores del trans­porte… tan­tos. Pero yo  aplau­do a mis nietos y a todos los niños encer­ra­dos en casa sin saber por qué. Y aguan­tan. Ellos tam­bién son héroes.

En cualquier caso, el más cono­ci­do de sus hijos es el can­tau­tor Ismael Ser­ra­no. ¿Cómo se  lle­va ser el padre del artista? ¿Eso de escribir algu­na de las letras de sus can­ciones le ha moti­va­do a sacar a la luz su alma de poeta?

Algo me ha ayu­da­do, claro. Y me sien­to orgul­loso y feliz cada vez que escu­cho algu­na de esas can­ciones. Y me admi­ra que se pue­da hac­er belleza musi­cal con cua­tro ver­sos. Mis otros dos hijos tam­bién han escrito para Ismael.

Por cier­to, ¿le con­ta­ba ust­ed muchas veces “esa his­to­ria tan boni­ta de gen­darmes y fascis­tas y estu­di­antes con fle­qui­l­lo”? (en ref­er­en­cia a la can­ción: Papá cuén­tame otra vez).

No tan­to. ¿Ves? Esa es una letra de Daniel, escri­ta con ironía. Les con­tábamos cosas, claro, pero no tan­to. En mi casa hemos pre­tendi­do man­ten­er viva la memoria.

Y hablan­do de letras de can­ciones, estos días me ha venido recur­rente­mente a la cabeza una que escribió hace algún tiem­po: “Fue ter­ri­ble aquel año”.…

Sí. Es ver­dad, no lo había pen­sa­do. Es una her­mosa can­ción basa­da en un poe­ma mío. Viene al pelo, sí.

Al hilo de lo ante­ri­or, ¿qué  sica escucha durante este encier­ro?

Siem­pre escu­cho tan­go, a El Pola­co Goyeneche, sobre todo. Y a Ismael, claro. A mis ami­gos can­tau­tores… Inter­net está lleno de músi­cos que nos ayu­dan a sobrell­e­var estos días.

En estos tiem­pos de miedo, ¿los recuer­dos (como dice un poe­ma suyo) o la imag­i­nación opti­mista?

Ambas cosas. Los recuer­dos no tienen por qué ser tristes. Todo es recuer­do. El futuro no existe, ni el pre­sente que, ensegui­da, es pasa­do, recuerdo.

Quizá todo esto nos haga más empáticos, sol­i­dar­ios  y gen­erosos…¿Confía en el ser humano?

No ten­go mas reme­dio que con­fi­ar en el ser humano. Y ojalá este sufrim­ien­to nos ayude a empa­ti­zar con el dolor de los otros y cam­biar nues­tra acti­tud hacia el que viene a nosotros bus­can­do refu­gio o amor.

Tal vez aho­ra más que nun­ca, haya que apren­der a vivir en la incer­tidum­bre…  

Cuan­do se tienen los años que yo ten­go, te das cuen­ta de que todo es incer­tidum­bre. Todo es una pre­gun­ta sin respues­ta. Y sí, tienes que apren­der a vivir con ello.

¿Seguirá escri­bi­en­do ver­sos de amor y melan­colía? ¿Para cuándo un próximo libro?

Pues ten­dría que haber sali­do aho­ra. Pero en estos tiem­pos los edi­tores, sobre todo los de poesía que sue­len ser pequeños, bas­tante tienen con sobre­vivir. Por cier­to aho­ra es el momen­to de ayu­dar­les com­pran­do sus libros on line.

Y si nos regala algún poe­ma de los suyos para cer­rar con un poco de…¿ale­gría? ¿esper­an­za?…    

Ahí va uno de mi próx­i­mo libro: “Un Cadil­lac de Segun­da Mano” y que pub­li­cará Huerga&Fierro:

“Un encuen­tro”

Nos encon­tramos después de tan­tos años.

Tú tan gua­pa y yo en los mis­mos bares.

Te acom­paña una joven. Dices: Es mi hija.

Tiene tu mis­ma cara. Esa sonrisa

bur­lona con que siem­pre me trataste.

Sus ojos son tus ojos. Y adivino

el mis­mo corazón. Esos latidos

capaces de arras­trarme has­ta el infierno.

Me hablas de las cosas que se hablan

cuan­do todo está dicho y no hay respuestas.

Ella nos mira segu­ra­mente preguntándose

si algu­na vez fuimos jóvenes o siempre

hemos tenido esta tristeza

de estación sin via­jeros y sin trenes.

Ella no dice nada. Solo mira

impa­ciente el reloj

mien­tras le cruza

por la cara ese gesto tan tuyo de fastidio.

Te mar­chas, prome­tien­do una llamada

que sé que nun­ca harás.

Vuelves de pron­to la cabeza: ¿Sabes?

den­tro de poco cumplirá los veinte.

Y qué casu­al­i­dad. Casi los mis­mos años

que se han cumpli­do ya de nues­tra huida

al hotel nun­ca olvi­da­do de Lisboa.

 

Sigue a Rodol­fo Ser­ra­no en Twit­ter: @rodolfoserranor

© 2020 Noe­mi Martín. All rights reserved

“NO EXISTE UN MAPA ÚNICO DEL PLACER”

MIRIAM AL ADIB MENDIRI: “Oler, tocar, desear, palpitar, mezclar fluidos… nada de esto lo da un succionador”

 

Fotografía cedida por Miriam Al Adib Mendiri

Fotografía cedi­da por Miri­am Al Adib Mendiri

Miriam Al Adib Mendiri es ginecóloga, obstetra y profesora de un Máster de Sexología. Excelente comunicadora y autora del ya famoso libro “Hablemos de vaginas”, divulga temas de salud femenina desde una perspectiva biosocial y de género. La doctora Al Adib tiene, además, una historia personal que explica su visión global de la salud  y su espíritu crítico y respetuoso a partes iguales: es hija de un médico sirio que llegó a España en los años sesenta y se quedó para siempre en nuestro país después de conocer a su esposa y estudiar la carrera en Sevilla. Sencilla, directa y cercana, Miriam nos da, en esta entrevista, las claves para entender algunas cuestiones de salud y sexualidad femenina. Hablamos de mucho más que vaginas, con la doctora Al Adib. 

 

-Aunque todas las espe­cial­i­dades médi­cas lo exi­gen, supon­go que la gine­cología requiere una may­or empatía y car­iño a la hora de tratar a la paciente…

Bueno, creo que esto es nece­sario en todas las áreas de la med­i­c­i­na asis­ten­cial. Quien acude a un médi­co es per­sona antes que paciente,

-Porque a veces la curación comien­za en las pal­abras del médi­co, ¿no?

Nos comu­ni­camos a través de las pal­abras y del lengua­je no ver­bal. La comu­ni­cación ver­bal y no ver­bal son muy impor­tantes ya que pueden ayu­dar a aliviar el sufrim­ien­to o todo lo con­trario, ampli­fi­car­lo. Se puede hac­er daño tan­to si fal­ta­mos al rig­or cien­tí­fi­co como si fal­ta­mos al tra­to humano. Cien­cia y human­is­mo han de ir de la mano.

-Por cier­to, ¿no nece­si­taríamos pasar más tiem­po en la con­sul­ta? En oca­siones sen­ti­mos que la visi­ta es de cronómetro…

La car­ga asis­ten­cial es un prob­le­ma impor­tante que difi­cul­ta mucho esa comu­ni­cación, evidentemente.

-Tal vez no haría fal­ta pre­gun­tar tan­to si cono­ciéramos mejor nues­tra anatomía y sus cic­los ¿ver­dad?

Pues sí. La may­oría de las urgen­cias sobre salud sex­u­al no son ver­daderas urgen­cias, por lo que evi­den­te­mente hay mucho desconocimiento.

¿Ten­dríamos que cuidar más de noso­tras mis­mas y recu­per­ar la sabiduría del cuer­po aunque haya quienes pre­fier­an una pastil­li­ta para todo?

Bueno, para gus­tos los col­ores. Lo que está claro es que cada cual decide sobre su cuer­po y cómo quiere enfo­car su salud. Este es el inalien­able prin­ci­pio de autonomía. Hay quienes no quieren tomar esta respon­s­abil­i­dad y lo respeto. Como pro­fe­sion­ales debe­mos infor­mar, luego hay gente que quiere tomar sus deci­siones y otra gente que pre­fiere tomar una acti­tud pasi­va y no decidir nada ni cuidarse. Por eso la med­i­c­i­na es todo un arte. Somos seres biop­si­coso­ciales y lo que le vale a una per­sona puede que no sea igual para otra aunque ten­ga lo mismo.

-Me con­s­ta que crees que hay que romper un axioma, el de que “a may­or inter­ven­ción médi­ca, mejores resultados”.

Sí. Esto es refle­jo del mito del pro­gre­so que se instaló des­de la Ilus­tración. Esa fe cie­ga en el avance téc­nic­o­cien­tí­fi­co da lugar a esa creen­cia de que cuan­ta más med­i­c­i­na mejor. Y tan malo es no ten­er asis­ten­cia médi­ca como ten­er exce­si­va. En los país­es desar­rol­la­dos la med­ical­ización de la vida es un hecho y no apor­ta una mejo­ra en la vida de las per­sonas sino todo lo contrario.

-¿Hay muchos intere­ses económi­cos en la som­bra de nues­tra salud? 

Por supuesto. La cien­cia debería ser neu­tral. Pero no siem­pre es así. Hay muchos intere­ses detrás. Lo que no intere­sa económi­ca­mente ape­nas se estu­dia. Lo que intere­sa se estu­dia mucho pero luego está la manip­u­lación, los ses­gos y las medias ver­dades. Lo que pasa es que este es un tema incó­mo­do y no sole­mos hablar­lo mucho… En esta era de la infor­ma­ción hay mucha más desin­for­ma­ción que otra cosa. Hace fal­ta más filosofía de la cien­cia y más hon­esti­dad intelectual.

-Y hablan­do de som­bras, ¿por qué sigue habi­en­do oscu­ran­tismo con pro­ce­sos como la regla o asco con cues­tiones tan nat­u­rales como nue­stros flu­i­dos o nue­stro vello? 

Los masivos medios audio­vi­suales impo­nen estereoti­pos de belleza y no se con­for­man con el 90–60-90. Tam­bién los estereoti­pos han lle­ga­do a nue­stros gen­i­tales. La cul­tura del porno ha hecho mucho daño. Cada vez más ado­les­centes lle­gan a las con­sul­tas dicien­do que tienen mal sus gen­i­tales porque creen que sus labios menores son demasi­a­do grandes. El rasur­a­do inte­gral tam­bién se ha impuesto como moda y no me pre­ocu­pa el rasur­a­do en sí sino la moti­vación que sub­y­ace: la may­oría dice que lo hace por asco o por vergüen­za. Por otro lado la regla se ocul­ta obsesi­va­mente pero no me refiero a la san­gre en sí sino a todo lo que es la cicli­ci­dad femeni­na. Ten­emos que ser hiper­sex­u­al­izadas y lin­eales, en los días de la regla por lo vis­to tam­bién, cuan­do lo más habit­u­al es que cuan­do tienes la regla no te apetez­ca pre­cisa­mente ir a la dis­cote­ca a mover el culo como si no hubiera un mañana. Estos anun­cios se encar­gan de hac­er­nos saber que la regla es un asco y hay que dis­frazarla a toda cos­ta. Parece que ten­er momen­tos en los que nece­sites un poco de des­can­so extra fuera algo anormal.

-He leí­do en tu libro que “Cuán­do una mujer se que­ja de dolor no se le da tan­ta impor­tan­cia como a un hombre”…

Si una mujer dice que se encuen­tra muy cansa­da o que tiene dolor se tiende a con­sid­er­ar ale­gre­mente que esto es por algo psi­co­somáti­co: “será que estás estre­sa­da”. Puede que sea el estrés, pero antes habrá que descar­tar causas orgáni­cas. Hay enfer­medades como la endometrio­sis en las que casi la mitad de las mujeres una vez que ini­cian sus sín­tomas de dolor tienen un retra­so en el diag­nós­ti­co de una media de ocho años. Y esto ocurre porque no escuchamos sus que­jas de dolor. Dec­i­mos cosas como “es nor­mal que duela la regla” y muchas de ellas aca­ban sopor­tan­do un cal­vario enorme durante años sin un diag­nós­ti­co y enci­ma estigma­ti­zadas con eti­que­tas como que­ji­cas o flojas.

-Todo va a ser enfer­medades. Eres pro­fe­so­ra de un Máster de Sex­ología. ¿Cuál es la difer­en­cia entre fan­tasía y deseo?

El deseo es algo que si tuvieras la posi­bil­i­dad de hac­er­lo, harías. La fan­tasía es una recreación de la mente, algo que puede servir para dis­fru­tar pero que nun­ca mate­ri­alizarías. Imag­i­na que ves una pelícu­la de asesinatos y que el pro­tag­o­nista tiene un arma y tiene cer­ca al malo. Nos late rápi­do el corazón, “¡ven­ga! ¡Máta­lo!”. Dis­fru­ta­mos de una pelícu­la metién­donos en ese papel pero esto no sig­nifi­ca que quieras matar a nadie ni que seas un asesino. Sabe­mos la difer­en­cia. Pero con el sexo la gente se lía y con­funde fan­tasía y deseo. Se puede fan­tasear y no es nada malo. Que fan­tasees con algo no sig­nifi­ca que quieras hac­er eso pero sí puedes lle­var­lo a un ter­reno seguro con tu pare­ja y jugar con ello. El porno es fic­ción. Si te crees que eso es el sexo o te obse­sion­as con ello entonces tienes un serio prob­le­ma. Si sabes difer­en­ciar lo real de la recreación men­tal (y no es algo que te obse­siona o se con­vier­ta en adic­ción) entonces no hay ningún prob­le­ma con dis­fru­tar de la fantasía.

-Por cier­to, a estas alturas de la his­to­ria, ¿todavía hay mujeres que fin­gen orgasmos?

Des­gra­ci­ada­mente sí. En el sexo hay un estereotipo que sigue vigente: la mujer es el obje­to de plac­er y el hom­bre el suje­to de placer.

-Una duda exis­ten­cial: ¿Hay diver­sos tipos de orgasmos? 

El orgas­mo es uno. Por defini­ción es una descar­ga neu­rofi­si­ológ­i­ca, una de las fas­es de la respues­ta sex­u­al humana. Puedes ten­er sexo sin orgas­mo, puedes ten­er fas­es pro­lon­gadas de mese­ta… Luego hay una gran riqueza de mat­ices difer­entes para nutrir las difer­entes sen­sa­ciones que se dan en el sexo. No existe un mapa úni­co para el placer.

-¿Y esta rev­olu­ción con el ya archicono­ci­do suc­cionador? Es increíble ¿no?

Es increíble el éxi­to que ha tenido, sí. Aunque per­sonal­mente opino que un suc­cionador nun­ca será mejor que el buen sexo. Oler, tocar, desear, pal­pi­tar, mezclar flu­i­dos… nada de esto lo da un succionador.

-Y hablan­do de aparatos, has­ta aho­ra no sabía que el vibrador nació como un instru­men­to médico…

Así fue. Des­de la antigua Gre­cia has­ta prin­ci­p­ios del siglo XX se decía que las mujeres sufrían una enfer­medad lla­ma­da his­te­ria y que se cur­a­ba provocán­doles el parox­is­mo histéri­co (así lo llam­a­ban, se refer­ían con ello al orgas­mo). Los médi­cos trata­ban man­ual­mente la his­te­ria, se tira­ban una hora aprox­i­mada­mente con cada mujer, has­ta que inven­taron el vibrador como uten­silio para curar a las mujeres de la his­te­ria. Tremendo.

-Está claro que las nuevas gen­era­ciones de mujeres saben de sexo más que la nues­tra, pero real­mente ¿están bien informadas? 

Hay más infor­ma­ción que antes pero lo malo es que abun­da la mala infor­ma­ción y esto está hacien­do más daño que ben­efi­cio. No se tra­ta de acu­mu­lar más infor­ma­ción sin más sino de ten­er infor­ma­ción bue­na, de cal­i­dad y hablar a los jóvenes no solo de la parte neg­a­ti­va del sexo sino tam­bién de la pos­i­ti­va: del respeto, el vín­cu­lo, las emo­ciones, el amor, el placer…

http://www.miriamginecologia.com

Twit­ter: @MiriamAlAdib

Insta­gram: @miriam_al_adib

© 2020 Noe­mi Martín. All rights reserved

Veronica Blume: No estamos tan solos ni somos tan raros como creemos

“Toda la vida escondiendo algo que creía inaceptable y con cuarenta y dos años descubro la inmensa fuerza de verbalizar la verdad”

Veronica Blume

Fotografía cedi­da por Veron­i­ca Blume

 

Veron­i­ca Blume (1977) es una de las mod­e­los más impor­tantes de los noven­ta. Con dieciséis años, en 1993, ganó el con­cur­so “Super­mod­el of the World” y con ello un con­tra­to mil­lonario con la agen­cia Ford y una fan­tás­ti­ca pero frenéti­ca vida en Nue­va York. Con vein­ticin­co, vuelve a España para ten­er a su hijo y decide cam­biar el día a día de las pasare­las por la ester­il­la de yoga. Hoy Veron­i­ca Blume sigue sien­do bel­lísi­ma pero además sabe que la ver­dadera armonía no es la del ros­tro ni la del cuer­po sino la que no se ve pero se res­pi­ra. Sus pal­abras trans­miten tan­ta ver­dad que es imposi­ble no conec­tar con un alma tan trans­par­ente. Aho­ra Veron­i­ca es una fab­u­losa maes­tra de yoga y una mujer valiente y libre que ha habla­do hace poco de sus prob­le­mas con la bulim­ia cuan­do esta­ba en lo más alto. Tiene una voz ser­e­na y clara que bro­ta direc­ta del corazón y escuchar sus pod­casts es real­mente enrique­ce­dor. (@veroblume)

“The garage”, tu pre­cioso cen­tro de yoga en Barcelona, cier­ra sus puer­tas.  ¿Comien­zas otro ciclo en tu vida? 

¡Efec­ti­va­mente! Se com­ple­ta un ciclo y empieza otro… Creo que ha sido la decisión mas difí­cil de mi vida y está sien­do un pro­ce­so muy boni­to, lleno de grat­i­tud y emo­ción. Con “The garage” he apren­di­do lo que es el com­pro­miso y tam­bién a creer en mí y a conec­tar des­de un lugar abso­lu­ta­mente libre de más­caras. Eso no tiene pre­cio. Aho­ra ven­drán otros apren­diza­jes pero “The garage” siem­pre va a ser la platafor­ma que me cam­bió para siempre.

Por cier­to, al mar­gen del yoga, mucha gente no sabe que tienes una voz muy boni­ta y eres una exce­lente comu­ni­cado­ra. ¿Nun­ca pen­saste en dedi­carte a la radio? 

Jaja­ja­ja­ja, muchísi­mas gra­cias. El for­ma­to de pod­cast siem­pre me gustó y ha for­ma­do parte de mi vida durante los últi­mos años. La expe­ri­en­cia de ser escucha­da sin ser vista es muy sanado­ra y poderosa para mí…y sí, el mun­do de la radio siem­pre me ha fasci­na­do. Tiene una magia especial.

Ater­rizas, casi sin bus­car­lo y con dieciséis años, en el com­ple­jo mun­do de la moda. ¿Qué asig­natu­ra de la vida te hubiera gus­ta­do apren­der antes de tomar el avión a las pasarelas?

El val­or de mí mis­ma, la con­fi­an­za en que, tal y como yo era, era sufi­ciente. Creo que en la escuela deberíamos apren­der a med­i­tar o a rela­cionarnos con noso­tras mis­mas con respeto. ¡Eso sí sería una her­ramien­ta para toda la vida!

Cuan­do tienes vein­ticin­co años y estás en lo más alto, apare­cen en tu vida tus dos grandes mae­stros: tu hijo y el yoga. ¿Has pen­sa­do algu­na vez donde estarías si ese test de embara­zo no hubiera sido positivo? 

¡Uh, miedo me da imag­i­narlo! Creo que el uni­ver­so fue muy gen­eroso con­mi­go y supe tomar la oportunidad.

Sí porque hace poco hablabas con abso­lu­ta trans­paren­cia de la bulim­ia. De como el quedarte embaraza­da te ayudó a luchar para sanarte. Nos cues­ta ver­balizar cier­tas cosas de nues­tra vida pero que ligereza cuan­do una “con­fiesa que ha vivido”…¿no?

Grabar ese capí­tu­lo de mi pod­cast ha sido el gesto más poderoso que he hecho … ¿en mucho tiem­po ? … ¿en mi vida? Segu­ra­mente. Toda la vida escon­di­en­do algo que creía no acept­able y con cuarenta y dos años des­cubro la inmen­sa fuerza de ver­balizar la ver­dad. La ver­dad es muy poderosa, ¡me fasci­na! Pon­er pal­abras a las cosas que creemos que no son acept­a­bles es, curiosa­mente, una for­ma de conec­tar con la ver­dad de muchos otros. No esta­mos tan solos ni somos tan raros como creemos. Sé que no es fácil pero el efec­to no tiene precio.

Y con lo que aho­ra sabes de la vida, ¿Volverías a ser mod­e­lo o dirías: “a mí no me pil­lan”…? ¿O tal vez sí pero de otro modo modo?

No cam­biaría nada. Ha sido per­fec­to así. Aunque si pudiera volver a ele­gir no empezaría con quince años, trataría de dis­fru­tar­lo más y de reírme un poco más (de mí mis­ma, principalmente).

Momen­tos increíbles de esos de “guau” habría muchos…

Sí. Lo primero que me viene a la cabeza es el “momen­ta­zo” en el que gané aquel con­cur­so de mod­e­los en 1993. De un día para otro, boom, otra vida. Había gana­do un pre­mio que no sen­tía que merecía , tenía 16 años recién cumpli­dos y en ese momen­to supe que vivir en Nue­va York forma­ba parte del pre­mio. Como espec­tac­u­lar, ese momen­to. Luego me pasé años tratan­do de enca­jar las piezas … pero “guau” fue muy “guau”…

Por cier­to, antes las ado­les­centes querían ser mod­e­los, aho­ra “influ­encers”. ¿Han desplaza­do las segun­das a esas grandes mod­e­los que, como tú, pis­a­ban las pasare­las con ele­gan­cia suprema? 

Yo creo que son cosas dis­tin­tas. Las mod­e­los de los noven­ta eran fig­uras inac­ce­si­bles, aparente­mente per­fec­tas, mod­éli­cas, que no tenían insta­gram ni solías ver desayu­nan­do o al nat­ur­al. Forma­ba parte de la bur­bu­ja pero tam­bién de la magia, del show, las luces y el col­or de los noven­ta. Otro detalle es que sola­mente salíamos en revis­tas men­su­ales o cam­pañas de pub­li­ci­dad. ¡Era otra dis­tan­cia! Hoy ha cam­bi­a­do todo de for­ma rad­i­cal. Las “influ­encers” se posi­cio­nan entre el cliente y la mar­ca , inspi­ran, influ­en­cian a mil­lones de per­sonas des­de una ven­tana mucho más per­son­al e inmediata.

En este mun­do que val­o­ra tan­to la ima­gen es nece­sario enseñar a los niños a mirar hacia den­tro. ¿Se puede enseñar silen­cio en medio de tan­to ruido?

Se puede y se debería enseñar, espe­cial­mente a los mas pequeños aunque sé que es muy difí­cil. Mi hijo tiene 16 años y veo el rit­mo, la vorágine más bien, en la que vive. Aún así, des­de que es muy pequeño, hemos insta­l­a­do un hábito muy sen­cil­lo cuan­do la cosa se descon­tro­la: tres res­pira­ciones largas y pro­fun­das. No siem­pre lo quiere hac­er. A veces aca­ba rien­do pero siem­pre trans­for­ma algo a algún nivel.

Y con todo esto de las redes sociales, se pien­sa (sobre todo los más jóvenes) que la gente bel­la es la más feliz…

Como madre, vivo alar­ma­da con la visión super­fi­cial que val­o­ran los chicos aunque sé que has­ta cier­to pun­to mis ído­los de los ochen­ta tam­poco eran muy real­is­tas. Ellos tienen un con­tac­to prác­ti­ca­mente per­son­al con sus ído­los lo cual human­iza mucho y me parece bien. Lo que encuen­tro más pre­ocu­pante es que las redes sociales son tam­bién la man­era en que se rela­cio­nan ellos entre sí y creo que ahí la escala de val­ores es peligrosa.

Vivir des­de el amor y la conex­ión con una mis­ma, ayu­da a escapar un poco del caos diario pero supon­go que eres humana aunque seas yoguini….

Muchísi­mo. Lo que enseño es mi pro­pio apren­diza­je. Como muchísi­mos, llegué al mun­do del yoga con mil pre­gun­tas y ningu­na respues­ta acer­ca de cómo rela­cion­arme con­mi­go mis­ma y con el mun­do des­de una per­spec­ti­va salud­able. Mi prac­ti­ca me sostiene, pero eso no sig­nifi­ca que pier­da los pape­les a veces. Un yogui , una yogu­i­ni, no está siem­pre total­mente cen­tra­do. Se desvía del camino pero conoce el camino de vuelta.

Por cier­to, hoy parece que todo el mun­do tiene que hac­er yoga. Lo que cuan­do tú empeza­ste era casi de “ilu­mi­na­dos”, aho­ra es “cool”…

Comencé en 2003 prac­ti­can­do kun­dali­ni yoga. En aquel entonces eramos muy pocos y supon­go que la ima­gen que dábamos era de “raros” por lo menos. Hoy está muy de moda y me parece fan­tás­ti­co que sea así. De una man­era u otra, debería lle­gar a la vida de todos. Todo depende de si están prepara­dos para recibir­lo en ese momen­to o si lo reen­con­trarán mas adelante.

Para ir ter­mi­nan­do, cuén­tanos un deseo a cor­to pla­zo y un sueño más lejano. 

A cor­to pla­zo: una vez cer­ra­do “The garage”, llenar mi agen­da de activi­dades elegi­das des­de el corazón. Seguiré dan­do retiros y clases. A largo pla­zo: unas vaca­ciones en Asia.

Veron­i­ca, detrás de tus pal­abras tan llenas de ver­dad, se des­cubre un alma aún más boni­ta y ser­e­na que el cuer­po que la envuelve…Al final eso es lo impor­tante, ¿no?

¡Es lo mas impor­tante! Lo úni­co impor­tante de verdad…¡La pena es que tardemos tan­to en darnos cuenta!

© 2020 Noe­mi Martín. All rights reserved

LA RAÍZ DE TODOS LOS PROBLEMAS ES LA DESHUMANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD

EL DR. MARIO ALONSO PUIG AFIRMA QUE LA GESTIÓN CORRECTA DE LA ANSIEDAD PASA POR NO RESISTIRSE A ELLA

Doctor Mario Alonso Puig
Foto cedi­da por el Dr. Mario Alon­so Puig

“Vivi­mos en el sótano de la mente y no se nos ha ocur­ri­do pen­sar que nues­tra casa tiene más pisos”. Para apren­der a subir en ascen­sor has­ta la zona más lumi­nosa de la vida hay que leer y escuchar a per­sonas como el Dr. Mario Alon­so Puig. Médi­co, ciru­jano y escritor, el cur­rícu­lum de este fan­tás­ti­co doc­tor es tan bril­lante como cada una de las pal­abras que salen de su boca. En su últi­ma obra, “Tus tres super­poderes para lograr una vida sana, próspera y feliz” nos enseña que la inspiración, la estrate­gia y el entre­namien­to son fun­da­men­tales para con­seguir mate­ri­alizar nue­stros sueños. Pero antes, ¿qué tal, si como apun­ta el Dr. Mario Alon­so Puig, empezamos por humanizar nues­tra sociedad? No es tan difícil. 

La con­fer­en­cia magis­tral que impar­tirá el sába­do 16 de noviem­bre en Tener­ife se tit­u­la “El poder del lengua­je”. Las pal­abras que elegi­mos son potentes tan­to para el que las pro­nun­cia como para el que las recibe, ¿ver­dad?

Sí, cuan­do hablam­os de las pal­abras ten­emos que entrar en un niv­el más pro­fun­do del que habit­ual­mente mane­jamos. Des­de un pun­to de vista super­fi­cial, una pal­abra es algo que alguien dice y que otro escucha pero ¿y si esto solo fuera la envoltura y por den­tro nos encon­tráramos con una for­ma de energía que tuviera un impacto de mucha más hon­dura del que imag­i­namos? Por ejem­p­lo, en estu­dios que se han real­iza­do en entornos hos­pi­ta­lar­ios de Esta­dos Unidos, se ha obser­va­do que cuan­do se ponía a una serie de vol­un­tar­ios frente a una pan­talla donde se proyecta­ban pal­abras, solo pal­abras no his­to­rias, de tipo neg­a­ti­vo: difi­cul­tad, peli­gro, prob­le­ma, dolor, etc… , resulta­ba que al con­tem­plar­las se pro­ducía una ele­vación de una hor­mona en la san­gre que se lla­ma cor­ti­sol y que es la hor­mona del miedo. Cuan­do esta hor­mona se acti­va sig­nifi­ca que algo fisi­ológi­ca­mente está cam­bian­do. Si a esto le añadi­mos el tono de voz, que es otra for­ma de energía, podemos imag­i­nar el enorme impacto que tienen las pal­abras para curar o para enfermar.

Y al respec­to de esto, ust­ed que pre­cisa­mente es médi­co y ciru­jano, ¿con­sid­era que la comu­nidad médi­ca se está abrien­do a enten­der que no todo es tan­gi­ble y que una pal­abra de áni­mo, una son­risa de nue­stro doc­tor o todo lo con­trario tienen un enorme poder sobre los pacientes? 

Sí, creo que en la comu­nidad médi­ca hay un anh­elo y un pro­fun­do interés en comu­nicar cada vez mejor. La comu­ni­cación en un entorno de salud pre­cisa de un tipo de fór­mu­las que los médi­cos no apren­den a lo largo de sus seis años de car­rera. Esto incluye cómo dar una noti­cia difí­cil o explicar lo que ocurre de una for­ma clara. Por eso, por la fal­ta de for­ma­ción, muchos médi­cos se sien­ten inse­guros den­tro de un tipo de comu­ni­cación más cer­cana. Pero yo sí he encon­tra­do a un mon­tón de espe­cial­is­tas de dis­tin­tas ramas con un ver­dadero interés e inqui­etud por apren­der los prin­ci­p­ios fun­da­men­tales de una comu­ni­cación poderosa. Pero, claro, es un tema de acti­tud. Siem­pre nos encon­traremos a un médi­co cer­ra­do que no quiera saber nada de esto. Como en cualquier profesión.

Sería fan­tás­ti­co ten­er la opor­tu­nidad de escucharle hablar sobre la impor­tan­cia del lengua­je en direc­to pero siem­pre nos que­da la posi­bil­i­dad de acer­carnos a uno de sus libros. El últi­mo: “Tus tres super­poderes para lograr una vida sana, próspera y feliz”. ¿Cuáles son esos superpoderes?

La inspiración, la estrate­gia y el entre­namien­to. Para que una per­sona active los super­poderes que tiene y que todos ten­emos nece­si­ta inspiración, nece­si­ta encon­trar algo que le ayude a pen­sar y soñar en grande. Tam­bién pre­cisa de una estrate­gia, no vale solo con el entu­si­as­mo: hay que saber como diri­gir y canalizar la inspiración. Por su parte, el entre­namien­to supone que no solo es sufi­ciente ten­er los con­cep­tos y la inspiración si uno no lo inte­gra prac­ti­can­do cier­tas cosas. Así que la inspiración sería la fuerza del corazón, la estrate­gia sería la fuerza de la cabeza y el entre­namien­to, la fuerza de las célu­las y de los mús­cu­los, es decir, la capaci­dad de pon­erse en marcha.

Y para pon­er en fun­cionamien­to estos super­poderes ten­emos que esforzarnos por man­ten­er una bue­na salud, además de cuidar la mente y el alma. Leía en su libro que el deporte nos hace más inteligentes y empáticos… 

Sí, así es. Es otra per­spec­ti­va de los tres super­poderes. La ver­dad es que no todo el mun­do sabe que el ejer­ci­cio físi­co reduce la posi­bil­i­dad de ten­er un alzhéimer, un cáncer o los nive­les de ansiedad y depre­sión. El deporte pro­duce una lib­eración en el cere­bro de una serie de sus­tan­cias de nom­bres com­ple­jos que favore­cen que las neu­ronas se comu­niquen entre sí, inter­cam­bi­en infor­ma­ción y se ayu­den unas a otras. Por eso además de pre­venir enfer­medades, aumen­ta la inteligen­cia y mejo­ra la memo­ria y la creatividad.

La ali­mentación y el pen­samien­to son tam­bién pun­tos fun­da­men­tales en nue­stro bien­es­tar. Me gus­ta cuan­do dice que con el pen­samien­to pasa lo mis­mo que con la comi­da, no hay que obse­sion­arse pero sí escoger la mejor opción. ¿Se pueden ele­gir los pen­samien­tos como en un bufet? 

Sí, el gran neuról­o­go por­tugués Anto­nio Dama­sio, para mí el número uno del mun­do en neu­ro­cien­cia afec­ti­va, ha mostra­do clara­mente como los pen­samien­tos se con­vierten en sen­timien­tos y los sen­timien­tos en emo­ciones. Cuan­do una per­sona empieza a pen­sar que no puede o que no se puede, inevitable­mente acti­va unos mapas que se lla­man los mapas de los sen­timien­tos que gen­er­an, a niv­el del cuer­po, la inca­paci­dad para poder. Esto es tremen­do porque una cosa es pen­sar que no se puede, otra sen­tir que no se puede y otra más com­ple­ja y neg­a­ti­va es real­mente no poder. Por eso ten­emos que ser muy cuida­dosos con el tipo de pen­samien­tos que elegimos.

Sí porque parece que siem­pre esco­ge­mos los pen­samien­tos más neg­a­tivos y, como ust­ed afir­ma, “el mun­do real es más benev­o­lente que el mental”…

Lo cier­to es que hay una afir­ma­ción que he oído en mul­ti­tud de oca­siones e inclu­so a var­ios cien­tí­fi­cos y que a mí me parece ver­dad pero solo par­cial­mente. Es esa de que el cere­bro humano siem­pre está bus­can­do lo neg­a­ti­vo. No cabe duda de que el cere­bro le da más impor­tan­cia a la ame­naza que a la opor­tu­nidad porque ances­tral­mente era más impor­tante des­cubrir a un leop­ar­do escon­di­do que encon­trar un mar­avil­loso raci­mo de uvas. Lo que ocurre es que sobre esta ten­den­cia nat­ur­al para la super­viven­cia que tienen tam­bién los ani­males, se añaden los pro­ce­sos men­tales donde se exagera esa búsque­da de lo neg­a­ti­vo. Ya no es sim­ple­mente por un tema de super­viven­cia físi­ca sino por otras razones que serían largas de explicar. Eso es lo que hace que la imag­i­nación sea secuestra­da por esta for­ma de pen­samien­to y empiece a crear una serie de imá­genes que vivi­mos como reales sin que lo sean. Y así al final damos más peso a este espe­jis­mo fru­to de una imag­i­nación dis­tor­sion­a­da que a la realidad.

De ahí surge, por ejem­p­lo, la ansiedad y luego la lucha por deshac­er­nos de ella cuan­do parece que lo mejor es abrir­le las puer­tas y acep­tar­la como com­pañera de piso…

Claro. Es que lo que fun­ciona es con­train­tu­iti­vo. Es decir, va al revés. Voy a pon­er un ejem­p­lo: hace tiem­po vi una pelícu­la de fic­ción donde había que hac­er una car­rera para con­seguir una llave que abría una puer­ta, todo en un mun­do vir­tu­al. En el camino apare­cen una serie de mon­stru­os que van elim­i­nan­do a los con­trin­cantes has­ta que uno de ellos des­cubre que la car­rera se gana no yen­do hacia ade­lante sino hacia atrás. Y esto es porque cuan­do se dirige hacia atrás se abre una com­puer­ta que va a dar a un niv­el sub­ter­rá­neo pasan­do por deba­jo de los otros coches sin que los mon­stru­os le vean. Pues pasa igual con la ansiedad: la for­ma de ges­tionarla es con­train­tu­iti­va. Uno cree que tiene que luchar con­tra ella y el pro­pio Rumi, un ver­dadero sabio del siglo XII, dijo que hay que dar­le la bien­veni­da. Porque el prob­le­ma no está en la ansiedad. El prob­le­ma está en la resisten­cia a ella, en nues­tra lucha desen­fre­na­da para inten­tar quitar­la de nues­tra vida. Lo que se resiste persiste.

Pues ten­emos que apren­der mucho… De hecho ust­ed ha plantea­do la exis­ten­cia de cua­tro zonas vitales, dos bue­nas (alto rendimien­to y ren­o­vación) y dos malas (super­viven­cia y hundimien­to) y resul­ta que muchísi­ma gente, a la pre­gun­ta de cómo está, responde que sobre­vivien­do. ¿Por qué ocurre esto en una sociedad como la nues­tra? ¿Qué esta­mos hacien­do mal?

Yo creo que en la raíz de todos los prob­le­mas que se pueden evi­tar hay solo uno: la deshu­man­ización de la sociedad. La sociedad se deshu­man­iza a una veloci­dad tremen­da. Hay demasi­a­da rival­i­dad y enfrentamien­to porque no esta­mos vien­do a los demás como a nosotros mis­mos. No vemos lo que nos une a los otros seres humanos sino lo que nos sep­a­ra. Y, claro, si uno se per­ca­ta de lo que une es más fácil coop­er­ar pero si solo encuen­tras lo que te sep­a­ra es sen­cil­lo rivalizar. Por eso, en la medi­da de mis posi­bil­i­dades, inten­to hac­er lo que está en mi mano para ayu­dar a des­per­tar a esta real­i­dad evi­dente: nece­si­ta­mos humanizar esta sociedad y tratarnos con más respeto, empatía, cor­dial­i­dad y compasión.

Aparte de la deshu­man­ización, otro de los venenos que nos aturde es el miedo. Parece que cada vez tol­er­amos menos la incertidumbre…

El prin­ci­pal miedo que tiene el ser humano es miedo al otro. De hecho, ten­emos todo un sis­tema, el de neu­ro­cep­ción, tremen­da­mente com­ple­jo y apa­sio­n­ante que se ded­i­ca a inten­tar des­cubrir más allá de cualquier facha­da, más­cara o rep­re­sentación si la per­sona que ten­emos enfrente es ami­ga o ene­mi­ga. Esto quiere decir que el may­or miedo que tiene el ser humano es al otro. No solo a la vio­len­cia sino tam­bién a su críti­ca y juicio. Por otra parte, ten­emos miedo a la incer­tidum­bre deriva­do de nues­tra obsesión por con­tro­lar todo, inclu­so la vida. La vida es lo que es, no lo que nosotros quer­e­mos que sea. Y eso hace que nos enfrente­mos a ella y a los cam­bios porque quer­e­mos ten­er­lo todo con­tro­la­do: es la expre­sión típi­ca de un yo arro­gante y sober­bio que quiere estar por enci­ma de todo.

Quizá estaría bien en esos momen­tos de miedo seguir su recomen­dación de abrirnos al “kintsu­gi” japonés y acep­tar nues­tras heri­das y grietas…

Así es, el “kintsu­gi” es abrirnos a la vul­ner­a­bil­i­dad que ten­emos, con­fi­ar en que hay fuerzas muy poderosas que pueden sanar nues­tras heri­das y ofre­cer este gesto de respeto, cor­dial­i­dad, empatía y com­pasión ante las heri­das de los demás.

Y para eso nece­si­ta­mos el silen­cio que tan­to nos fal­ta, ¿ver­dad?

Sí, solo cuan­do uno entra en silen­cio puede apartarse del rui­do. Y solo en el silen­cio, uno des­cubre su ver­dadera identidad.

Así que des­de el silen­cio y tras des­cubrirnos podemos pasar de vivir en el sótano de la mente a un glo­rioso ático…

Efec­ti­va­mente. Nues­tra casa tiene dis­tin­tos nive­les. Nos hemos creí­do que solo existe el sótano y en el sótano hay oscuri­dad, fri­al­dad, inco­mo­di­dad y poca ilusión. No se nos ha ocur­ri­do pen­sar que nues­tra casa tiene más pisos, por eso no bus­camos el ascen­sor. Cuan­do se encuen­tra el ascen­sor y empiezas a subir y lle­gas a la azotea te das cuen­ta de cosas que des­de el sótano es imposi­ble ver. Y entonces comien­za a haber más ilusión, com­pren­sión, cre­ativi­dad y entusiasmo.

¿El mun­do es de los que se deci­den a coger ese ascensor?

El mun­do es de los que tienen la humil­dad sufi­ciente para quer­er apren­der y des­cubrir. De los que tienen valen­tía sufi­ciente para explo­rar y con­fi­an­za en que antes o después van a descubrir.

¿Y qué hace­mos cuan­do hay escaleras imposi­bles en cier­tos aspec­tos de nues­tra vida? Cuan­do, por ejem­p­lo, ten­emos un tra­ba­jo que no nos apa­siona ¿es posi­ble apren­der a amar­lo cual mat­ri­mo­nio de conveniencia?

Solo cuan­do cam­bi­amos la for­ma en la que nos rela­cionamos con ese tra­ba­jo. Es decir, cuan­do mi relación con el tra­ba­jo es de abso­lu­to rec­ha­zo, obvi­a­mente no habrá man­era de encon­trar nada valioso. Sin embar­go, cuan­do mi relación con ese tra­ba­jo o esa situación cam­bia y me pre­gun­to en qué me puede ayu­dar a mejo­rar esto por difí­cil que sea, no digo que se pase a una esta­do de fies­ta pero se encuen­tra un sen­ti­do dis­tin­to a lo que nos ocurre. Y cuan­do esto sucede, inclu­so en su sitio abso­lu­ta­mente difí­cil, se puede alcan­zar un gra­do impor­tante de entu­si­as­mo y serenidad. En esta línea, como ejem­p­lo, están los des­cubrim­ien­tos del psiquia­tra aus­tri­a­co Vik­tor Fran­kl que estu­vo en cua­tro cam­pos de con­cen­tración pasan­do ham­bre, frío, sien­do humillado…Pues bien, a pesar de este infier­no de dolor, con­sigu­ió estable­cer una relación tan difer­ente con su situación que logró que algo nue­vo, mági­co y trans­for­mador se abri­era en su corazón. Tan­to que creó toda una escuela de psi­coter­apia, la logoter­apia, que ha ayu­da­do a muchísi­mas per­sonas a salir de los pozos de la frus­tración y la desesperanza.

Al final parece que, como ust­ed tam­bién pro­pone, en la adver­si­dad más que negar los sen­timien­tos hay que evi­tar ser arrastra­dos y posi­cionarse con­ven­ci­dos de que encon­traremos la solución. 

Así es. Cuan­do Rumi habla de dejar entrar en tu casa sen­timien­tos que no te gus­tan, como la ira o la frus­tración, lo que viene a decir de una for­ma bel­lísi­ma y sabia es que no luches con ellos, que no niegues que están ahí, que les dejes pasar, que reconoz­cas su exis­ten­cia. Lo que Rumi no te dice es que te pon­gas a hablar con ellos, que comas con ellos, que cenes con ellos. Es decir, recono­cer los sen­timien­tos es acep­tar que me pasa algo aunque no me agrade. Y una vez que has hecho esto, esos sen­timien­tos recono­ci­dos pier­den fuerza. Es la resisten­cia la que los empodera. A par­tir de ahí, hay que lle­var el foco a otra cosa, a bus­car lo que puedes hac­er para gener­ar otro tipo de sen­timien­tos. Esa es la clave.

Para saber más del Dr. Mario Alon­so Puig, vis­i­tar en twit­ter e insta­gram: @MarioAlonsoPuig y @marioalonsopuig

Sus libros por orden de apari­ción son los siguientes: 

Madera de líder
Vivir es un asun­to urgente
Rein­ven­tarse: tu segun­da oportunidad
Aho­ra yo
El Cociente Agallas
Tómate un respiro. Mindfulness.
El Guardián de la Ver­dad y la Ter­cera Puer­ta del Tiempo
Tus tres super­poderes para lograr una vida más sana, próspera y feliz
© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reserved

Sandra Sánchez: el kárate es un arte lleno de sentimiento, garra, fuerza y corazón

“ESTAMOS RODEADOS DE PERSONAS INSPIRADORAS, NO HACE FALTA QUE SEAN CONOCIDAS” 

sandra sánchez foto

Foto cedi­da por San­dra Sánchez

 

San­dra Sánchez (1981) es la mejor karate­ca en la modal­i­dad de kata de todos los tiem­pos. Sí, la mejor del mun­do y de la his­to­ria. Con 153 cen­tímet­ros y 48 kilos de fuerza, tenaci­dad y humil­dad, la karate­ca que lo gana todo y que entró en la Selec­ción Españo­la con 33 años, ha demostra­do que los sueños pueden cumplirse cuan­do se tra­ba­ja con dis­ci­plina. Sol­i­daria y gen­erosa (recien­te­mente ha don­a­do el dinero de un pre­mio para con­stru­ir un gim­na­sio para niños en un Hos­pi­tal) apun­ta con ilusión a su próx­i­mo des­ti­no: Tokio 2020. Así es nues­tra campe­ona y Pre­mio Nacional del Deporte: una cabezo­ta genial. 

Aunque empeza­ste a hac­er karate con cua­tro años, entras en la Selec­ción Españo­la con trein­ta y tres y te con­viertes en la mejor karate­ca en katas de todos los tiem­pos. ¿Dónde esta­ba meti­da esta joya?

En Talav­era de la Reina, jaja, y algunos via­jes por el mun­do… Yo había esta­do com­pi­tien­do toda la vida pero los difer­entes selec­cionadores que hubo creyeron que no que tenía el niv­el para entrar en la Selec­ción. Posi­ble­mente tenían razón y seguí mejo­ran­do cada año, a ver si les hacía cam­biar de opinión.

Supon­go que eso solo lo con­sigue alguien tenaz y un poquito cabezota… 

Sí, no puedo negar que soy muy cabezo­ta. Me empeño en hac­er algo y no paro, pero es que no me gus­ta dejar las cosas a medias.

Además, a tus trein­ta y ocho años desafías el con­cep­to edad, deporti­va­mente hablando. 

La edad en el deporte está cam­bian­do. Cada vez los entre­namien­tos son de mejor cal­i­dad, se conoce más sobre pre­ven­ción y recu­peración de lesiones, ali­mentación, etc… Y todo eso suma.

Y eso de ser la mejor karate­ca en katas de todos los tiem­pos, ¿es una respon­s­abil­i­dad o un aliciente?

No es algo que piense, ni siquiera que crea. Me fal­ta mucho por mejo­rar y seguir aprendiendo.

Por cier­to, ¿qué tal con la japone­sa, tu rival en todas las finales ? 

Muy bien, la rival­i­dad es algo que que­da en el tata­mi. Esta­mos vivien­do una eta­pa deporti­va muy inten­sa y emo­cio­nante para las dos coin­ci­di­en­do en tan­tas finales. Al final se crea una admiración y un respeto que además de hac­er­nos ami­gas aho­ra, cuan­do todo esto pase, nos unirá de for­ma especial.

Además, como he oído decir a tu entre­nador, al final tu máx­i­mo rival eres tú. 

Exac­ta­mente. En el tata­mi estás solo, inten­tan­do ser una mejor ver­sión que el día ante­ri­or y tratan­do de super­arte. Pero es que cada día que te lev­an­tas y tienes que dar el 100% en los entrenos, eres tú solo y tu mente quien se pone excusas y jus­ti­fi­ca­ciones para no hac­er­lo o saca fuerzas y razones para dar el máximo.

¿Y cómo se lle­va que tu entre­nador sea tam­bién tu pareja?

Me sien­to afor­tu­na­da de poder vivir todo esto con él, nadie me conoce mejor. Ha sabido darme con­fi­an­za y seguri­dad, algo que es impor­tante trans­mi­tir en el tata­mi. Pero como es tan duro entre­nan­do y man­da tan­to, fuera del tata­mi man­do yo para com­pen­sar, jaja.

Eres una mujer inspi­rado­ra en todos los sen­ti­dos pero, ¿quién te inspi­ra a ti? 

Nun­ca he tenido un per­son­aje úni­co porque me inspiró en mucha gente, en his­to­rias de vida y de superación. Esta­mos rodea­d­os de per­sonas inspi­rado­ras, no hace fal­ta que sean conocidas.

¿Qué es un kata? Seguro que para ti es algo más que una secuen­cia de pos­turas o téc­ni­cas ¿Cómo logras que parez­ca magia?

El kata es parte de ti. Además del sig­nifi­ca­do que tienen cada una de sus téc­ni­cas, está todo lo que expre­sas y que sale de lo más pro­fun­do de tu inte­ri­or. El karate es un arte y como arte está lleno de sen­timien­to, gar­ra, fuerza y corazón.

Está claro que el karate es más que un deporte. ¿Cómo puede influir en la per­son­al­i­dad de los niños y jóvenes que lo practican?

Siem­pre digo que el karate me ha hecho ser como soy, te incul­ca dis­ci­plina, tra­ba­jo duro, superación y fomen­ta val­ores que por supuesto deben estar en tu inte­ri­or pero que a través del karate y de un buen mae­stro se desar­rol­lan. Y todo eso tiene trans­fer­en­cia a tu vida y tu día a día.

El deporte al más alto niv­el supone la máx­i­ma dis­ci­plina y enci­ma el karate es dis­ci­plina en esta­do puro. ¿Que­da algún resquicio para una trav­es­uril­la? Yo que sé, una copi­ta de vino un día. Una sal­i­da noc­tur­na

Jajaja…Yo no bebo, no lo he hecho nun­ca. Sin embar­go, traviesa he sido siem­pre.. Jaja­ja­ja. No sal­go de fies­ta y soy bas­tante dis­ci­plina­da pero hay espa­cio para desconectar.

¿Y cómo con­tro­las los nervios antes de una com­peti­ción? ¿Tienes algu­na ruti­na de rela­jación o aprove­chas el subidón de adrenalina?

Con­fío en todo el tra­ba­jo que hay detrás pero eso no sig­nifi­ca que los nervios desa­parez­can, he apren­di­do a con­vivir con mis nervios, siem­pre están ahí y como no puedo hac­er que desa­parez­can me he hecho ami­ga de ellos.

Por cier­to, para pon­erse nerviosa es que en las Olimpiadas de París 2024 no haya karate ¿Qué cri­te­rio es el que lle­va a hac­er que el break­dance sea deporte olímpi­co y se elim­ine al karate? ¿Esta­mos a tiem­po de que se dé mar­cha atrás?

Los cri­te­rios son aleato­rios, no hay nada escrito. No existe algo que fed­era­ciones y deporte puedan seguir y cumplir y si lo hacen, no depen­der de otras cir­cun­stan­cias para ser o no deporte olímpi­co. No sé si hay mar­cha atrás porque no sé qué es lo que hemos hecho mal ni bien. A niv­el de fed­er­a­dos, ran­go de edad, país­es que prac­ti­can karate, etc, cumplimos todo. Lo que hay más allá de eso, no lo sé.

Con todos los títu­los que tienes (inclu­i­do el Pre­mio Nacional del Deporte el mis­mo año que Rafa Nadal) se te conoce más en Japón donde te paran por la calle que en tu país. ¿Es por qué es España? ¿Por qué es Karate? ¿Por qué eres mujer?

Bueno eso habría que pre­gun­tar­le a la gente, medios de comu­ni­cación, etc… Aunque me sien­to muy queri­da en gen­er­al, quizá si hubiera más foco en todo lo que esta­mos con­sigu­ien­do podríamos lle­gar a más gente y trans­mi­tir todo nue­stro tra­ba­jo y nue­stro karate.

Pre­cisa­mente, antes de entrar en la Selec­ción Españo­la, estu­viste vivien­do y entre­nan­do en Dubai donde te aco­gieron fan­tás­ti­ca­mente, ¿cómo fue la experiencia? 

Fue una gran opor­tu­nidad en mi car­rera deporti­va. Yo com­petía en algunos campe­onatos inter­na­cionales donde podía ir por mi club (no como fed­eración nacional) y fue gra­cias a Driss, un téc­ni­co, y al Dr Alaa y Zitouni. Ellos me vieron y pen­saron que tenía cual­i­dades y proyec­ción. De repente, me vi vivien­do en Dubai, pudi­en­do com­pe­tir en todo el cir­cuito mundi­al y con un club que con­fi­a­ba en mí y en lo que podía con­seguir. Fue la opor­tu­nidad que necesitaba.

Y aho­ra, ¿has­ta cuan­do vas a estar compitiendo?

Mien­tras dis­frute de esta parte com­pet­i­ti­va y ten­ga mar­gen de mejo­ra, no me pon­go fechas.

Para ter­mi­nar, un libro y un deportista…

Libros muchos. Te digo uno pero hay cien­tos… Por ejem­p­lo: “El Guer­rero a la Som­bra del Cere­zo”. Deportis­tas: todos los que des­de una per­spec­ti­va humilde luchan por mejo­rar y per­siguen sus sueños.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reserved

Serafín Zubiri: la vida es música y la música es vida

BLAS CANTÓ ES LA MEJOR ELECCIÓN QUE HA HECHO ESPAÑA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS 

Foto cedida por Serafín Zubiri

Foto cedi­da por Ser­afín Zubiri

Ser­afín Zubiri (1964) es un hom­bre todoter­reno. Ser inv­i­dente no le ha impe­di­do escalar el Aconcagua o cor­rer en la maratón de La Habana o Nue­va York. Dos veces en Euro­visión, vicepres­i­dente durante cua­tros años de la Fed­eración Inter­na­cional de Deportes para cie­gos, locu­tor o actor, Zubiri sigue en la músi­ca rein­ven­tán­dose con valen­tía y sen­ti­do de humor. Próx­i­ma­mente le escuchare­mos con su piano en un espec­tácu­lo sobre Euro­visión que recor­rerá toda España. 

Músi­co, locu­tor, actor, deportista… Eres un hom­bre impa­ra­ble, ¿siem­pre has sido un terremoto? 

La ver­dad es que siem­pre he sido una per­sona con muchas inqui­etudes y me ha gus­ta­do diver­si­ficar mi vida en dis­tin­tos ámbitos. Pro­bar sen­sa­ciones difer­entes… De algu­na man­era, esto viene con­mi­go de serie.

Por cier­to, en esas aven­turas deporti­vas que has pro­tag­on­i­za­do (mara­tones por todo el mun­do, pati­na­je, escal­a­da…) me lla­ma la aten­ción la subi­da al Aconcagua y sus 6.960 met­ros de altura. ¿Cómo es esa expe­ri­en­cia? ¿Cómo lo consigues? 

Lo logramos con un equipo de mon­tañeros pro­fe­sion­ales con los que entre­n­amos durante un tiem­po y fuimos adquirien­do la destreza de movil­i­dad den­tro de la mon­taña con los bas­tones que uti­liza todo el mun­do. Y luego usan­do el resto de los sen­ti­dos para lle­var a buen puer­to la haz­a­ña. Lo con­seguimos, y tam­bién el Kil­i­man­jaro en África o el Mont Blanc en Europa, entre otros.

Has via­ja­do muchísi­mo. ¿Qué expe­ri­en­cias sen­so­ri­ales bus­cas cuan­do ater­rizas en una ciudad? 

Sonidos, olores, comi­das… lo que perci­bo con el resto de los sen­ti­dos. Tam­bién me gus­ta pre­gun­tar mucho para cono­cer a fon­do el entorno en el que estoy y hac­erme una ima­gen más o menos aprox­i­ma­da de los sitios que visito.

Tal vez has­ta te abres más a la gente…

No sé, yo creo que eso va más con la per­sona. No tiene porqué estar deter­mi­na­do por la caren­cia, en mi caso, de la vista. Depende del carác­ter más o menos abier­to de cada uno.

Además de ese carác­ter impa­ra­ble y extro­ver­tido, otra de las cosas que te car­ac­ter­i­zan es la ale­gría y el sen­ti­do del humor. Te ríes has­ta de ti mis­mo sin ningún prob­le­ma. ¿Te ayu­da­do en momen­tos difí­ciles esta for­ma de enten­der la vida? 

Bueno, el sen­ti­do del humor es un indi­cador claro de afrontamien­to pos­i­ti­vo ante los prob­le­mas. Y para mí el sen­ti­do del humor es fun­da­men­tal: hay que tomarse la vida con la seriedad que requiere pero sin dar­le tan­ta impor­tan­cia a las cosas. Es decir, todo en su jus­ta medi­da y siem­pre con un sen­ti­do positivo.

Tienes dotes de psicól­o­go. De hecho, has esta­do estu­dian­do psi­cología e impar­tien­do char­las de motivación…

Sí, esa es otra de las partes de mi vida. Lle­vo catorce o quince años dan­do char­las de motivación.

Y pasan­do al tema Euro­visión, que supon­go que es uno de los pun­tos fun­da­men­tales en tu car­rera con dos par­tic­i­pa­ciones en 1992 y en el año 2000, ¿qué es lo más que recuer­das de estos momentos? 

La ver­dad es que fueron dos expe­ri­en­cias muy intere­santes y yo me lo pasé muy bien. Todo en gen­er­al fue pos­i­ti­vo, no recuer­do nada neg­a­ti­vo. Sobre todo a mí me llegó muchísi­mo la segun­da vez cuan­do fui elegi­do por votación pop­u­lar en un momen­to en el que esta­ba a pun­to de dejar la músi­ca. Fue muy espe­cial, un det­o­nante claro en mi vida. Si no hubiera sido por aque­l­la can­ción posi­ble­mente yo no estaría aho­ra hablan­do contigo.

Te atreverías con una ter­cera, ¿ver­dad?

Nun­ca me lo he plantea­do pero tam­poco lo con­trario. No es algo que piense pero tal vez si se dier­an las cir­cun­stan­cias y apareciera una can­ción fan­tás­ti­ca… ¿Por qué no? La ver­dad es que no com­pren­do a la gente que ha esta­do en Euro­visión y ren­ie­ga del Fes­ti­val. Es poco coher­ente. Hay que ser con­se­cuente con lo que uno hace. Si en el momen­to en el que estu­viste, lo hiciste sin que nadie te obligara, no se entiende que luego reniegues de tu paso por Eurovisión.

¿Y que te parece Blas Cantó?

La ver­dad es que creo que este año hemos hecho una gran elec­ción. Me parece per­fec­ta. Posi­ble­mente la mejor elec­ción que ha hecho España en los últi­mos años, sin duda. Blas es un gran artista, can­ta muy bien, es un chico joven, guapo… Lo tiene todo para tri­un­far. Aho­ra fal­ta la can­ción que es muy importante.

Por cier­to, estás preparan­do un musi­cal sobre Euro­visión que se estre­na el año que viene.

Sí, estoy muy con­tento con este tema. Llev­a­ba muchos años con la idea en la cabeza y hace dos empecé a preparar­lo. Van a ser cua­tro décadas en cua­tro blo­ques: años 60, 70, 80 y 90. Den­tro de cada déca­da estará lo más rep­re­sen­ta­ti­vo de las actua­ciones españo­las y cada bloque se cer­rará con los números más impor­tantes del Fes­ti­val. Creo que va quedar bien porque tiene un hilo muy coher­ente. Además, en los bis­es meter­e­mos cosas más con­tem­poráneas, temas del siglo XXI como la últi­ma can­ción ganado­ra por Por­tu­gal, el “Rise like a Phoenix” de Con­chi­ta Wurst , “Eupho­ria” o “Qué­date con­mi­go”. Y todo ello con Anabel Conde (segun­da posi­ción en 1995) y su her­mana que tam­bién es cantante.

Se estre­na el próx­i­mo 1 de mar­zo, ¿ver­dad?

Sí, en el Pala­cio Euskalduna en Bil­bao. Y luego estare­mos por todo el país. Va a ser un espec­tácu­lo de largo recor­ri­do y espero que dure muchos años. Igual que lo que estoy hacien­do aho­ra: siete años ya con Nino Bra­vo. A mí me gus­ta desar­rol­lar espec­tácu­los atem­po­rales que val­gan para este año y para den­tro de cin­co. En el caso de Euro­visión iré intro­ducien­do las nuevas can­ciones que vayan sonando.

Por ejem­p­lo, si gana Blas Cantó… 

Por supuesto, ahí estaría.

Está claro que sigues en la músi­ca rein­ven­tán­dote y bus­can­do cosas nuevas. ¿Es difí­cil con­tin­uar ahí a través de los años? 

Es com­pli­ca­do pero yo estoy tenien­do la suerte de poder con­seguir­lo. Me sien­to priv­i­le­gia­do y afor­tu­na­do por lograr­lo. Hay que estar al día, pele­an­do muchísi­mo, reinventándose…Pero ahí estoy, en la pelea y no me va mal. Así que estoy contento.

La ver­dad es que eres un hom­bre inspi­rador. ¿Tú tam­bién te inspi­ras en algo o alguien? 

Sí claro. Sobre todo en la vida en gen­er­al, en los momen­tos o situa­ciones per­son­ales que vas pasan­do. La vida es músi­ca y la músi­ca es vida. “Todo esto es la músi­ca”, como decía mi can­ción en 1992. Al final, uno refle­ja lo que es y lo que siente a través de lo que mejor sabe hac­er. En mi caso, la músi­ca. Otros lo podrán plas­mar en otro tipo de artes.

“Col­ga­do de un sueño” es la can­ción con que rep­re­sen­tas a España en el año 2000 y es la que te devuelve al mun­do de la músi­ca cuan­do ibas a aban­donarlo. ¿Ser­afín sigue soñando?

Creo que ya no soy tan soñador como entonces. Quizá soy más prag­máti­co. Aunque bueno, mi sueño es seguir hacien­do lo que hago, dis­fru­tar de lo que ten­go y man­ten­er una bue­na salud. No pido más.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reserved

María José Flaqué: “El gran aprendizaje de estos tiempos es desconectar sin tener que irse al Tíbet”

Se puede med­i­tar a través del baile, la conex­ión con la nat­u­raleza o la creatividad 

foto maría josé flaqué

Foto gen­tileza de María José Flaqué

 

María José Flaqué (1981) es una ref­er­en­cia espir­i­tu­al en las redes sociales. Con más de un mil­lón de seguido­ras, esta costar­ri­cense emprende­do­ra y valiente es la creado­ra de la platafor­ma “Mujer Holís­ti­ca”: un lugar en el que inspi­ra a las mujeres para atre­verse a ten­er una vida llena de pasión, amor, bien­es­tar y abun­dan­cia. Con dos exi­tosos libros en el mer­ca­do, una de las “health coach” y maes­tra de med­itación más cono­ci­das del mun­do vir­tu­al, recorre el plan­e­ta apren­di­en­do y enseñan­do a vivir conec­tadas con nue­stro cen­tro. Para ello es fun­da­men­tal darse cuen­ta de que, des­de el pun­to de vista holís­ti­co, todas las partes del ser y las áreas de la vida están conec­tadas. Pro­te­ger nue­stro espa­cio y energía es fun­da­men­tal para encon­trar el equi­lib­rio interior.

¿Por qué “mujer holís­ti­ca” y no per­sonas o seres holís­ti­cos? ¿Tu tra­ba­jo se cen­tra en las mujeres porque son difer­entes a los hom­bres en cuan­to a bien­es­tar o espiritualidad? 

Cuan­do comencé con Mujer Holís­ti­ca el lla­ma­do fue a tra­ba­jar con mujeres. El nom­bre llegó a mí de la nada y nun­ca me cues­tioné por qué solo con mujeres, sim­ple­mente sabía que ese era mi lugar, mi ámbito. Creo que los hom­bres tienen un camino igual de impor­tante que el nue­stro pero no con­tro­laría tan bien los detalles como en el caso de las mujeres porque soy una de ellas. Mujer Holís­ti­ca siem­pre ha sido un refle­jo de mi evolu­ción y, por tan­to, de las prác­ti­cas que las mujeres nece­si­tan para conec­tarse con su centro.

¿Cómo se puede man­ten­er la salud físi­ca y men­tal en una sociedad tan exi­gente? ¿Por qué hay tan­ta gente enferma?

Hay muchos fac­tores impor­tantes a la hora de man­ten­er la salud físi­ca y men­tal, no se pueden reducir a una línea. Sin embar­go, creo que la conex­ión inte­ri­or con el Ser y regre­sar a prác­ti­cas que nos conecten con el silen­cio inter­no, como la med­itación, son el pilar fun­da­men­tal de una bue­na salud. En tér­mi­nos de la enfer­medad, en mi opinión, el cuer­po refle­ja todo lo que sucede inter­na­mente. Así como es afuera, es aden­tro. El cuer­po habla a través de sín­tomas y cuan­do no escuchamos, con­tinúa hablan­do has­ta que nos lle­va a deten­er­nos y ver qué está pasan­do. Esto nos con­duce a la intro­spec­ción y a traer más con­scien­cia sobre el esti­lo de vida que esta­mos lle­van­do. Nos lle­va a cono­cer­nos mejor.

Le das una gran impor­tan­cia a la med­itación y a muchísi­mas mujeres (y hom­bres) les cues­ta med­i­tar en el sen­ti­do más for­mal de la pal­abra. ¿No todo es sen­tarse, ver­dad? ¿Hay otras for­mas de apa­gar el rui­do inter­no y hac­er espa­cio entre los pensamientos? 

No, la med­itación no es sen­tarse. Med­i­tar es entre­nar la mente uti­lizan­do un estí­mu­lo en par­tic­u­lar para que ésta no se deje dis­traer por pen­samien­tos, emo­ciones o cualquier inco­mo­di­dad físi­ca. En otras pal­abras: med­i­tar es poder sen­tir la infinidad de la mente y del espíritu sin que domi­nen los pen­samien­tos. Muchas veces esto es referi­do como “pon­er la mente en blan­co”, o lib­er­ar­la de pen­samien­tos, pero en real­i­dad es sim­ple­mente no iden­ti­fi­carse con los pensamientos.

Hay muchas for­mas de med­i­tar, hay tan­tos caminos de conex­ión inter­na como seres humanos sobre el mun­do. Puedes entrar en esta­dos de med­itación a través del baile, la con­tem­plación, la nat­u­raleza o expre­siones de cre­ativi­dad. Cualquier activi­dad que ayude a desconec­tarse de los pen­samien­tos y entrar al silen­cio inter­no es una prác­ti­ca de meditación.

Te defines como nóma­da dig­i­tal. Via­jas, vives y tra­ba­jas en difer­entes país­es. ¿Via­jar con mayús­cu­las, esto es, no solo hac­er tur­is­mo, te ha ayu­da­do a ver la vida y los prob­le­mas de otra forma? 

Sí, total­mente. El ten­er la ben­di­ción de haber vivi­do y cono­ci­do tan­tos país­es y cul­turas me ha ayu­da­do a abrir la mente y poder ver que no hay una sola for­ma de vivir. Tam­bién a cues­tionar mis creen­cias y las de la sociedad en la que crecí. Además, me ha per­mi­ti­do enten­der que no hay una sola for­ma cor­rec­ta de vivir, que cada ser humano es un ser sober­a­no de luz que puede escoger su sis­tema de creen­cias y como quiere percibir el mundo.

¿Y qué me dices de los estereoti­pos? Por ejem­p­lo el de la mujer con pare­ja e hijos. Aún hoy en día, en el siglo XXI, muchas mujeres pre­gun­tan a otras por qué están solas o no son madres. A veces has­ta en tono inquisi­to­r­i­al. Y a los hom­bres nadie les cuestiona…

Te voy a respon­der esto con mi ver­dad. Siem­pre he creí­do que cuan­do hay algo en la real­i­dad inter­na de uno, un sis­tema de creen­cias, se ve refle­ja­do en el mun­do exter­no. A mí nun­ca me cues­tio­nan por qué estoy sola o no soy madre. No es algo que per­mi­to en mi cam­po. Yo cui­do mucho mi energía, a quién presto aten­ción y de quién me rodeo. Ten­go una vida que amo y no dejo espa­cio ni energía para este tipo de con­ver­sa­ciones y por ende, no entran a mi espacio.

Des­de luego eres una mujer de ref­er­en­cia: valiente, libre, espir­i­tu­al… ¿Cómo has con­segui­do ten­er más de un mil­lón de seguidores en redes sociales? ¿Te has sen­ti­do abru­ma­da en algún momen­to de esta expe­ri­en­cia mediática?

Los seguidores lle­garon de man­era nat­ur­al, creo que todos ten­emos un camino en esta vida y un propósi­to y el mío es com­par­tir­lo con miles de per­sonas. Hace unos años jamás me hubiera imag­i­na­do que Mujer Holís­ti­ca cre­cería de esta for­ma, pero sucedió. Y sí, he tenido muchos retos a lo largo del tiem­po. Ser líder te hace enfrentarte con tu som­bra, tus miedos y tam­bién tus inse­guri­dades de una for­ma muy fuerte. Ser emprende­do­ra y ten­er una platafor­ma en el mun­do espir­i­tu­al es todo un apren­diza­je. Me he sen­ti­do abru­ma­da muchas veces pero tam­bién sé respetar mis espa­cios y mi energía. Mis prác­ti­cas per­son­ales son lo que me han ayu­da­do a man­ten­erme salud­able, cen­tra­da y feliz.

Y al hilo de lo ante­ri­or, ¿No crees que es insano vivir con tan­tos estí­mu­los? ¿Cómo podemos empezar a desconec­tar sin necesi­dad de mar­charnos a un monas­te­rio en el Tíbet? 

Apa­gar el celu­lar o desconec­tarse de las redes sociales es un buen pun­to de par­ti­da. Es impor­tante sacar tiem­po para uno mis­mo, entrar al silen­cio inter­no y encon­trar prác­ti­cas de conex­ión, como cam­i­nar en la nat­u­raleza. El gran apren­diza­je de estos tiem­po es ese, como poder bal­ancear todo y desconec­tar sin ten­er que irse al Tíbet, hacien­do de nue­stro bien­es­tar una pri­or­i­dad. Y tienes que ser tú el que se deci­da. Nadie lo hará por ti. 

Afir­mas que nue­stro esta­do nat­ur­al es la abun­dan­cia e impartes for­ma­ción para mujeres emprende­do­ras. Sin embar­go, parece que nos cues­ta hablar de espir­i­tu­al­i­dad y salud inte­gral al mis­mo tiem­po que de bien­es­tar económi­co y emprendeduría… 

Creo que es nues­tra respon­s­abil­i­dad limpiar el sis­tema de creen­cias que rige la sociedad en la que vivi­mos. La creen­cia de que la espir­i­tu­al­i­dad y el dinero no van de la mano está obso­le­ta. El dinero es energía div­ina y sagra­da que nos ayu­da a man­i­fes­tar cosas mate­ri­ales en el mun­do y cumplir con nue­stro propósi­to. Además, sin dinero, es más difí­cil lle­gar a más per­sonas con nue­stro men­saje. Para mí, el dinero va de la mano con nues­tra mis­ión de vida.

¿Hay luz den­tro del caos? 

La luz está pre­sente en todo. La divinidad y la creación son la fuente de todo. Detrás de la polar­i­dad, de lo que nos gus­ta o no nos gus­ta, está la creación abso­lu­ta. No exi­s­tiría el orden sin el caos, pero detrás de esos dos jun­tos siem­pre está la Ver­dad, la creación absoluta.

¿Cuáles son los próx­i­mos retos de Mujer Holística? 

Estoy en el pro­ce­so de traer más prác­ti­cas energéti­cas a mi tra­ba­jo. Este año estaré incor­po­ran­do un tra­ba­jo mucho más pro­fun­do a niv­el energéti­co y menos de la mente. Creo que la nue­va vibración y niv­el de con­scien­cia que esta­mos vivien­do requiere que tra­ba­je­mos des­de un plano más energéti­co y menos men­tal. Es pre­ciso regre­sar al cuer­po físi­co y a las prác­ti­cas de conex­ión con la nat­u­raleza y la energía femenina.

Cada día es un rega­lo aunque a veces lo olvi­damos, ¿ver­dad?

Cor­rec­to.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reserved

 

A %d blogueros les gusta esto: