LOS SERES HUMANOS SOMOS INCREÍBLEMENTE PODEROSOS CUANDO VIVIMOS DESDE EL AMOR

CAROLINA RODRÍGUEZ BARROS: “EL SOL TE RECUERDA LA LUZ QUE ERES

Fotografía de Carolina Samiel
Foto­gra­fía cedi­da por Caro­li­na Rodrí­guez Barros

Caro­li­na Rodrí­guez Barros nació en Bue­nos Aires y des­de allí ha lle­va­do su magia y sabi­du­ría por los muchos rin­co­nes del pla­ne­ta en los que se ha for­ma­do y ha vivi­do. “Alqui­mis­ta del alma”, como ella mis­ma se cali­fi­ca, apa­sio­na­da por los ani­ma­les, la natu­ra­le­za, el dise­ño y el arte, dis­fru­ta bai­lan­do y estan­do en comu­nión con la vida. Con­ven­ci­da del poder de la sexua­li­dad, el movi­mien­to y la fuer­za de la luz del Sol, ha crea­do un méto­do úni­co para ayu­dar­nos a crear armo­nía y a sol­tar lo vie­jo. Es tiem­po de rena­cer y vivir en liber­tad. Es tiem­po de cam­bios pero tam­bién de los bue­nos. ¿Te apun­tas?

-¿Cómo te defi­ni­rías en pocas pala­bras? Como un cora­zón ena­mo­ra­do de la vida, encar­na­do en cuer­po de mujer valien­te y suma­men­te sen­si­ble a la vez.

-¿Qué es “Shat­ki Medi­ci­ne”, fór­mu­la de la que eres crea­do­ra ? Shak­ti Medi­ci­ne es un méto­do y cons­cien­cia que repre­sen­ta el poder feme­nino de trans­for­ma­ción y rege­ne­ra­ción en muje­res y en hom­bres. Y todo ello cana­li­za­do y plas­ma­do en for­ma de orácu­lo, libro, medi­ta­cio­nes y talle­res.

-Somos más pode­ro­sos y tene­mos más capa­ci­dad de sanar­nos en todos los aspec­tos de nues­tra vida de lo que pen­sa­mos… Así es, los seres huma­nos somos increí­ble­men­te pode­ro­sos cuan­do vivi­mos des­de el amor. Y todos tene­mos la capa­ci­dad de auto­sa­nar­nos ya que la enfer­me­dad es un “avi­so” de que algo está des­ali­nea­do con nues­tra esen­cia.

-Pues hay mucha des­ali­nea­ción. La Tie­rra nos pide un cam­bio, ¿ver­dad? En este momen­to la Tie­rra rea­li­za una gran tarea y nos sos­tie­ne con infi­ni­ta pacien­cia en el cam­bio que debe­mos mani­fes­tar. La lla­ma­da de Gaia, la Tie­rra, es a vivir en comu­nión y armo­nía con la natu­ra­le­za y con nues­tra natu­ra­le­za: la pro­pia de cada cora­zón.

-¿Cómo pode­mos afron­tar este momen­to tan com­pli­ca­do? Danos un par de herra­mien­tas para no dejar­nos arras­trar por tan­ta ener­gía nega­ti­va. Lo pri­me­ro que sien­to que ten­go que com­par­tir es que pasen tiem­po en la natu­ra­le­za, con los pies des­cal­zos y res­pi­ran­do si pue­de ser, boca aba­jo, sin­tien­do el cora­zón jun­to al de Gaia. Píde­le que te mues­tre el camino, que te dé con­fian­za y fe. No la fe reli­gio­sa sino la fe en ti y en la vida que eres capaz de crear. Allí, en esa res­pi­ra­ción, cuan­do estés en el cuer­po y no en la men­te, soli­ci­ta sen­tir acep­ta­ción y gra­ti­tud por este momen­to, no por­que es com­pli­ca­do sino por­que es hora de sol­tar el auto­en­ga­ño y los mie­dos y de vivir tu ver­dad, tu ale­gría. Una fra­se que a mí me ayu­dó muchí­si­mo en mi camino es: “La Divi­ni­dad nun­ca te saca algo o alguien si no es para dar­te algo mejor.” Y así es.

-¿Dar gra­cias por lo que tene­mos pue­de ser una de esas herra­mien­tas? Abso­lu­ta­men­te. Sí. La gra­ti­tud es la ener­gía y fre­cuen­cia más ele­va­da, la que abre nue­vos cami­nos. Yo agra­dez­co cada maña­na y cada noche. Y tam­bién ben­di­go el día que ten­go por delan­te para que todo sea lo más flui­do y ele­va­do posi­ble.

-¿Es posi­ble libe­rar­nos de las creen­cias arrai­ga­das que limi­tan nues­tra vida? Libe­rar­se de las auto­li­mi­ta­cio­nes es una cues­tión de elec­ción per­so­nal. En alqui­mia tra­ba­ja­mos con tres prin­ci­pios: la volun­tad de trans­for­mar­se, la pre­sen­cia amo­ro­sa para sos­te­ner el pro­ce­so y la sabi­du­ría inter­na (apren­der de las expe­rien­cias vivi­das) como refe­ren­cia para la toma de las deci­sio­nes nue­vas que lle­van a la nue­va vida.

-Nos que­ja­mos de la fal­ta de liber­tad en estos tiem­pos con­vul­sos cuan­do segu­ra­men­te no hemos sido ver­da­de­ra­men­te libres nun­ca… La mayo­ría de los seres huma­nos han depo­si­ta­do su liber­tad en manos de otros y es el momen­to de dar­se cuen­ta: al creer que otros son res­pon­sa­bles de cui­dar­te, pagar­te, dar­te salud, ale­gría, pla­cer, com­pa­ñía… estás entre­gan­do tu liber­tad. Ser libre impli­ca ser res­pon­sa­ble y sobe­rano. Y mucha gen­te “pre­fie­re” que otros se hagan car­go de las cosas, por mie­do a dejar lo cono­ci­do. La Matrix es un sis­te­ma de escla­vi­tud auto-ele­gi­da, fun­cio­na con el con­sen­ti­mien­to de la gen­te.

-Vivi­mos den­tro de un cuer­po ten­so, com­pri­mi­do, cas­ti­ga­do… ¿Cómo pode­mos sol­tar y abrir­nos? El movi­mien­to es una medi­ci­na muy sim­ple, sutil y pode­ro­sa que todos tene­mos a mano. ¡Bai­la, bai­la tu can­ción pre­fe­ri­da! ¡Can­ta! Sal a dar paseos a la natu­ra­le­za en silen­cio, res­pi­ra hon­do en el abdo­men y recor­da­rás que nada es lo que pare­ce.

-¿Y qué impor­tan­cia tie­ne la luz del sol? El Sol es un trans­mi­sor de cons­cien­cia. El Sol te recuer­da la luz que eres. Es muy impor­tan­te pasar unos vein­te minu­tos, por la maña­na o por la tar­de, res­pi­ran­do cons­cien­te­men­te y sin­tien­do su cari­cia en la piel. Y, si es posi­ble, hacer­lo des­nu­do.

-Y a la sexua­li­dad, ¿qué papel le das? La sexua­li­dad es la fuer­za crea­do­ra, trans­for­ma­do­ra y rege­ne­ra­do­ra por exce­len­cia. Sepa­ra­da de la geni­ta­li­dad, la sexua­li­dad vivi­da en con­cien­cia es el camino de libe­ra­ción más rápi­do que tene­mos. Es muy, muy impor­tan­te sanar y expan­dir nues­tra sexua­li­dad.

-Por cier­to, la mujer, silen­cia­da en este y otros temas duran­te siglos, está por fin des­ple­gan­do su poder…Hace ya once años que acom­pa­ño a muje­res y a algu­nos hom­bres. Veo que en reali­dad lo que estu­vo silen­cia­do es el poder feme­nino, en ambos sexos. En este aho­ra, la esen­cia feme­ni­na es de vital impor­tan­cia en todos: pode­mos trans­for­mar­nos, abrir­nos a sen­tir, a amar, a sol­tar lo vie­jo, a crear armo­nía. Las muje­res en espe­cial tie­nen un rol impor­tan­te: encar­nar el amor, la com­pa­sión, el enten­di­mien­to, la ter­nu­ra, la suti­le­za y ama­bi­li­dad. Esto crea segu­ri­dad en los hom­bres para que se abran a sen­tir. Jun­tos, muje­res y hom­bres crea­rán en armo­nía.

-Escu­chán­do­te, pien­so que pasa­mos por la vida sin lle­gar a cono­cer­nos.
Eso es lo que pasó duran­te miles y miles de años. Aho­ra, todos esta­mos invi­ta­dos a cono­cer­nos y reco­no­cer­nos. Es una elec­ción per­so­nal abrir­se a la pre­gun­ta “quién soy real­men­te?”. Ese es el pro­pó­si­to de estar aquí, en este pla­ne­ta.

Y, ¿pode­mos rena­cer si no nos gus­ta lo que hemos sido has­ta aho­ra? Abso­lu­ta­men­te sí, de eso va el libro que estoy escri­bien­do. Es un pro­ce­so alquí­mi­co que empie­za por sen­tar­se jun­to al fue­go sagra­do y pedir, con el cora­zón, que se reve­le tu esen­cia.

-¿Qué sig­ni­fi­ca “Liquid Light Body”, el títu­lo del cur­so-reti­ro que impar­ti­rás en octu­bre en Tene­ri­fe? ¿A quién va diri­gi­do? Liquid Light Body es una prác­ti­ca de movi­mien­to cons­cien­te que nace para acom­pa­ñar este her­mo­sí­si­mo pro­ce­so de rena­ci­mien­to que esta­mos vivien­do. Movi­mien­to cor­po­ral, emo­cio­nal y men­tal, con base en tra­di­cio­nes cha­má­ni­cas, en ele­men­tos alquí­mi­cos y en las ener­gías cós­mi­cas dis­po­ni­bles en este aho­ra. Es el fru­to de mis trein­ta y tres años de prác­ti­ca e inves­ti­ga­ción, escu­cha y cone­xión con la Tie­rra. Es para todos los que sien­tan abrir­se al camino en paz, ale­gría y armo­nía inter­na. A quie­nes no quie­ran nin­gún dog­ma ni dis­ci­pli­na rígi­da sino el gozo sutil del pro­pio cuer­po y cons­cien­cia.

Sigue a Caro­li­na Rodrí­guez Barros en ins­ta­gram: @samielcarolina

© 2020 Noe­mí Mar­tín. All rights reser­ved.

“Si siembras amor y ternura, algo te será devuelto”

Tino Martín:  “Siempre estamos a tiempo de modificar nuestras creencias”

Tino Martin

Tino Mar­tín

 

“Pue­des apren­der a mirar tu vida como si se tra­ta­se de tu novia: son­ríe­le, hábla­le, escú­cha­la, com­prén­de­la, atién­de­la, áma­la…”, dice con­ven­ci­do nues­tro entre­vis­ta­do. Nun­ca es tar­de. Tino Mar­tín es maes­tro, psi­có­lo­go y peda­go­go jubi­la­do de la vida labo­ral pero no de la vir­tual. Sus más de cua­tro mil qui­nien­tos segui­do­res en Twit­ter (@tinomarting) dan fe de que su tra­ba­jo dia­rio con­ti­núa. Tino ha pues­to empe­ño en cre­cer y rein­ven­tar­se. En poner ale­gría al día a día con las fra­ses y refle­xio­nes que com­par­te en las redes. Y es, ade­más de un lucha­dor nato, un hom­bre bueno, sen­si­ble y gene­ro­so. Lo digo sin temor a equi­vo­car­me por­que le conoz­co muy bien. Es mi padre. Sor­pren­di­do por mi inte­rés en entre­vis­tar­le, insis­te en que antes de empe­zar nues­tra con­ver­sa­ción deje cla­ro su pun­to de vis­ta al res­pec­to: “acce­do a la peti­ción con una con­di­ción: que mis opi­nio­nes no modi­fi­quen en abso­lu­to tu for­ma de enten­der y vivir la vida”.

¿Cómo estás pasan­do el con­fi­na­mien­to? ¿Qué es lo que más has echa­do de menos? 

Pues con preo­cu­pa­ción por la tra­ge­dia sani­ta­ria, eco­nó­mi­ca y social que sufre el mun­do pero espe­ran­za­do con la idea de que ten­ga­mos la capa­ci­dad de repo­ner­nos y vol­ver a la sen­da de la nor­ma­li­dad en un tiem­po razo­na­ble. Lo que más he echa­do de menos es, sin duda, la pre­sen­cia de mis tres nie­tos.

Vivir estos momen­tos en el cam­po no tie­ne pre­cio…

Afor­tu­na­da­men­te, el con­fi­na­mien­to me cogió en mi segun­da resi­den­cia que defi­ni­ti­va­men­te se ha con­ver­ti­do en la habi­tual. Es un pri­vi­le­gio siem­pre y más en estos tiem­pos difí­ci­les, tener la natu­ra­le­za a tu dis­po­si­ción.

En ese refu­gio tiner­fe­ño en el que trans­cu­rren tus días, tie­nes tus huer­tas “eco”, tus galli­nas “feli­ces”, tu espa­cio de tran­qui­li­dad y aire puro pero tam­bién estás conec­ta­do al mun­do a tra­vés de las redes socia­les (Twit­ter)… 

Para mí es el equi­li­brio per­fec­to. Todo esto: la natu­ra­le­za y sen­tir des­de aquí la cer­ca­nía de los demás, me apor­ta sosie­go y paz inte­rior. ¿Qué más pue­do pedir?

Creo que cuen­tas con más de cua­tro mil qui­nien­tos segui­do­res en todos los rin­co­nes del pla­ne­ta.

Des­de lue­go no en todos los rin­co­nes pero estoy muy satis­fe­cho con los que ten­go por­que sus apor­ta­cio­nes y su pre­sen­cia ‑aun­que sea en la dis­tan­cia- con­tri­bu­yen a mi bien­es­tar. Y si alguno de mis tweets pue­de ayu­dar a alguien de algu­na mane­ra, pues doble­men­te feliz.

¿ Y cómo se te ocu­rrió entrar en este mun­do vir­tual? 

¿Has olvi­da­do que fuis­te tú quien me ini­ció? Es algo que nun­ca te agra­de­ce­ré sufi­cien­te­men­te.

Es ver­dad… Aho­ra que lo dices, fue una gran idea por­que me cons­ta que tus fra­ses de áni­mo y con­se­jos han pues­to un poqui­to de luz a los días gri­ses de muchas per­so­nas… 

No lo sé con cer­te­za pero estoy con­ven­ci­do de algo: si siem­bras amor y ter­nu­ra, algo te será devuel­to. Esa idea me man­tie­ne acti­vo en Twit­ter  des­de hace más de ocho años y es una inter­ac­ción enor­me­men­te gra­ti­fi­can­te con un gru­pi­to de muy bue­na gen­te. Ejer­ce­mos de psi­có­lo­gos mutua­men­te.

Pues pare­ce una opción fan­tás­ti­ca para mucha gen­te que se jubi­la y quie­re man­te­ner la cabe­za y el alma acti­vos. 

Sí, creo que lo es. Yo tam­bién era de ese amplio gru­po que pen­sa­ba que las nue­vas tec­no­lo­gías de la comu­ni­ca­ción eran para nues­tros hijos y nie­tos. Pero, afor­tu­na­da­men­te, siem­pre esta­mos a tiem­po de modi­fi­car nues­tras creen­cias. De ajus­tar­nos a los tiem­pos.

Te ha sen­ta­do bien esa “moder­ni­za­ción” por­que te veo en una for­ma estu­pen­da. Cada vez más…

¿Tú lo crees así? La ver­dad es que me encuen­tro bien y eso ya es mucho. Des­de hace tiem­po pien­so  que más que otra cosa, para la últi­ma eta­pa de tu vida “debes aho­rrar salud”. Y la salud es algo que te tie­nes que tra­ba­jar día a día, acom­pa­ña­do o solo pero hacien­do camino siem­pre.

Y men­tal­men­te, ¿cómo te cui­das?   

Pues mira, la salud men­tal y la físi­ca están ínti­ma­men­te conec­ta­das. Cuan­do te sien­tes físi­ca­men­te bien, tam­bién esta­rás bien a nivel men­tal. Y estar bien a nivel men­tal, te empu­ja a cui­dar tu salud físi­ca. Por tan­to, no hay nin­gún secre­to. Tan solo, ocu­par­te de ambas por igual y no pen­sar que con macha­car­te en el gim­na­sio está todo resuel­to. Lo digo por los más jóve­nes, sobre todo.

Por cier­to, ¿se pue­de apren­der a vivir con opti­mis­mo?

En la vida se pue­de casi todo. Así que tam­bién pue­des apren­der a mirar tu vida como si se tra­ta­se de tu novia: son­ríe­le, hábla­le, escú­cha­la, com­prén­de­la, atién­de­la, áma­la…

Y, ¿cómo se man­tie­ne la ale­gría en estos “días raros”? 

No es nada sen­ci­llo sobre todo para quie­nes han per­di­do o se encuen­tran en ries­go de per­der a un ser que­ri­do. Tam­bién para quie­nes no tie­nen tra­ba­jo. En cual­quier caso, creo que la ale­gría es con­se­cuen­cia de una labor bien hecha, sobre todo. Por tan­to, si estás satis­fe­cho o satis­fe­cha de como estás hacien­do las cosas, segu­ro que te encuen­tras muy cer­ca de la ale­gría.

Vaya­mos más atrás de estos días. ¿Qué le dirías al oído al Tino de hace cua­ren­ta años?

Pri­me­ro le daría un buen tirón de ore­jas y, lue­go, le repe­ti­ría duran­te un tiem­po: “la vida no se bebe en un sor­bo”; “el tra­ba­jo no pue­de ago­tar tu tiem­po”; “apren­de a pen­sar rápi­do y a deci­dir des­pa­cio” y “apren­de a decir no cuan­do esa debe ser la res­pues­ta”. Y, por últi­mo, tam­bién le diría: “ama y déja­te amar”.

Ese Tino, como su her­mano y sus cin­co her­ma­nas, se dedi­ca­ba a ense­ñar y vivía rodea­do de niños y niñas, ¿qué apren­dis­te tú de los más peque­ños?

Muchí­si­mas cosas pero, sobre todo, que la curio­si­dad y el inte­rés por lo que te rodea es una gran fuen­te de luz y apren­di­za­je para cada uno de los días de tu vida. Tam­bién, que si pier­des la capa­ci­dad de sor­pren­der­te a ti mis­mo, empie­zas a morir un poco.

Y vol­vien­do al pre­sen­te, ¿cómo crees que sere­mos des­pués de este hura­cán demo­le­dor? ¿Vol­ve­re­mos a ser los de antes o mejo­res per­so­nas, como dicen algu­nos?

Pien­so que ni una cosa ni la otra. Me expli­co: van a cam­biar bas­tan­tes cosas en la mane­ra de enten­der la vida y de vivir­la des­de el pun­to de vis­ta eco­nó­mi­co y social. En cuan­to a si sere­mos mejo­res, te diré que los bue­nos ya son mejo­res. Y los que no son tan bue­nos, no van a cam­biar de mane­ra sig­ni­fi­ca­ti­va, des­gra­cia­da­men­te. Esto al menos, a cor­to y medio pla­zo.

Un sue­ño para cuan­do vol­va­mos a la “nor­ma­li­dad de ver­dad”…

Me gus­ta­ría ver que todo este dolor ha ser­vi­do para algo bueno, algo que me haga sen­tir que los sue­ños de otros muchos  no fue­ron falli­dos o esté­ri­les.

Miran­do al futu­ro, ¿qué cosas te que­dan por vivir?

Dis­fru­tar y ver cre­cer como abue­lo lo que “por las pri­sas de lle­gar”, no pude ver ni dis­fru­tar a ple­ni­tud como padre.  Esto sobre todo y, por lo demás, vivir agra­de­ci­do y expec­tan­te el dis­cu­rrir del tiem­po que me que­de, sin­tién­do­me útil y que­ri­do por los míos, espe­cial­men­te. Como me he sen­ti­do siem­pre.

¿Y no has pen­sa­do en escri­bir un libro con tus viven­cias, pen­sa­mien­tos y ver­sos?   

Tal vez me coge dema­sia­do tar­de. Si son cosas cor­tas me flu­yen las ideas pero no sé si podré sen­tar­me a reu­nir­las en algo más largo…Lo pen­sa­ré.

Bueno, ter­mi­na­mos aquí este ejer­ci­cio de refle­xión en tiem­pos de  coro­na­vi­rus y pocas cer­te­zas. ¿Qué tal la expe­rien­cia? 

Pues te con­fie­so que ha teni­do un efec­to tera­péu­ti­co y, ade­más, ha sido una de mis mejo­res con­ver­sa­cio­nes con mi hija.

¡Gra­cias por TODO, con mayús­cu­las!

De ver­dad, ha sido un pla­cer. Gra­cias a ti y bue­na suer­te.

@2020 Noe­mi Mar­tín. All right reser­ved

 

 

 

   

 

 

 

“Si no puedes salir, ve hacia adentro”

Ignacio Novo: “Nada hace más falta que alguien entero en un mundo roto”

Fotografía cedida por Ignacio Novo

Foto­gra­fía cedi­da por Igna­cio Novo

 

Igna­cio Novo Bueno (1962) es perio­dis­ta, escri­tor, locu­tor de radio y con­fe­ren­cian­te. Ha desa­rro­lla­do su carre­ra pro­fe­sio­nal en dife­ren­tes medios de comu­ni­ca­ción y sus cuen­tas en las prin­ci­pa­les redes socia­les suman medio millón de segui­do­res en todo el mun­do. “Fra­ses para cam­biar vidas” es un refe­ren­te en Twit­ter, Ins­ta­gram y Face­book para todos aque­llos que bus­can una señal que alum­bre el camino: con­clu­sio­nes bri­llan­tes que nos guían entre la bru­ma des­de hace más de diez años. En estos momen­tos, más que nun­ca, Novo sigue al pie de su torre lumi­no­sa.  Por­que una fra­se pue­de cam­biar el rum­bo de una vida o al menos calen­tar un cora­zón con­fi­na­do.       

Has dicho que lo difí­cil estos días no es que­dar­se en casa sino que­dar­se sin mie­do…

Y decía más: que lo difí­cil, en reali­dad, es que­dar­se son­rien­do, ele­van­do el áni­mo al res­to, tran­qui­li­zan­do a la fami­lia y man­te­nien­do la cabe­za ergui­da; ejer­cien­do de faro en el que todo el que te rodea encuen­tre una piz­ca de luz en mitad de tan­ta oscu­ri­dad. Y decía tam­bién que esa es una tarea que aquel que posea la fuer­za y la volun­tad, debe­ría de hacer en este momen­to. Nada hace más fal­ta que alguien ente­ro en un mun­do roto.

¿Qui­zá nos ayu­de conec­tar más con noso­tros mis­mos y menos con el exte­rior?

Una de mis máxi­mas favo­ri­tas en estos días es la que dice: “Si no pue­des salir, ve hacia den­tro.” Creo que resu­me bas­tan­te bien lo que ocu­rre. Esta­mos con­fi­na­dos, bien, pues con­vir­ta­mos eso en una opor­tu­ni­dad para cono­cer­nos mejor, para pro­fun­di­zar en aque­llo que expe­ri­men­ta­mos y en aque­llo que sen­ti­mos y com­pren­der así de qué mane­ra esta cri­sis nos está cam­bian­do, por­que sin duda lo está hacien­do.

Hay per­so­nas a las que una fra­se les ha trans­for­ma­do la vida. Segu­ro que te lo han dicho muchas veces.

Si yo te con­ta­ra… Pare­ce increí­ble cómo un sim­ple y modes­to men­sa­je pue­de lle­gar a cam­biar la vida de una per­so­na de una for­ma tan radi­cal. Me ha pasa­do varias veces que alguien me comen­ta que aque­llo que escri­bí en un momen­to deter­mi­na­do, le hizo cam­biar el rum­bo de su vida por com­ple­to. Y lo cier­to es que inti­mi­da un poco. Aun­que tam­bién ten­go cla­ro que nun­ca es lo que yo escri­bo, sino lo que el lec­tor quie­re y desea inter­pre­tar y que los men­sa­jes que han de lle­gar­te no te los encuen­tras: eres tú quien los va bus­can­do.

Cuan­do empe­zas­te en redes socia­les con fra­ses moti­va­do­ras en el  año 2009, no había ese boom de psi­co­lo­gía posi­ti­va que hay aho­ra, ¿cómo se te ocu­rrió comen­zar a repar­tir opti­mis­mo y supera­ción?

Siem­pre sen­tí incli­na­ción natu­ral por esta mane­ra de enfo­car las cosas. Inclu­so cuan­do deba­tía con quie­nes no creen que enca­rar la vida de un modo posi­ti­vo fue­ra útil, recuer­do que siem­pre les decía que jamás nadie había per­di­do la vis­ta por mirar el lado bueno de las cosas… al menos que yo supie­ra. Una acti­tud posi­ti­va pro­vo­ca una reac­ción en cade­na. Se tra­ta de un cata­li­za­dor, una chis­pa que crea resul­ta­dos extra­or­di­na­rios a cam­bio de un míni­mo “gas­to”.

¿Eres cons­cien­te de la can­ti­dad de gen­te a la que has podi­do ayu­dar? Te habrán pasa­do muchas cosas boni­tas…

Sí, ya antes me he refe­ri­do a las veces que alguien te escri­be para agra­de­cer­te que uno de tus pen­sa­mien­tos fue­se el que le die­ra el cora­je sufi­cien­te para tomar una deci­sión que no se atre­vía a tomar o que esta­ba dila­tan­do en exce­so. Creo que todos tene­mos muy cla­ro qué es lo mejor o lo peor para nues­tras vidas. Nos pode­mos auto­en­ga­ñar pero en el fon­do sabe­mos muy bien cuán­do alguien nos con­vie­ne o no o cuán­do un tra­ba­jo es el ade­cua­do o cuán­do debe­mos volar a otra par­te y qui­zá empe­zar otra vida. Lo sabe­mos, pero no siem­pre somos capa­ces de ver­ba­li­zar­lo. Y así, cuan­do de pron­to lees ese men­sa­je, que es exac­ta­men­te lo que no podías expli­car, se pro­du­ce una espe­cie de reve­la­ción. En este caso tú sim­ple­men­te has ejer­ci­do de mero trans­mi­sor o de intér­pre­te de un sen­ti­mien­to repri­mi­do.

Y lue­go están los que pien­san que todo esto son pam­pli­nas.

Muchos. Y res­pe­to su opi­nión. Fal­ta­ría más. Pero yo digo siem­pre que, si el hecho de leer fra­ses posi­ti­vas de moti­va­ción y supera­ción te ayu­da a enca­rar la vida, y aun­que solo fue­ra el día, con un poco más de ale­gría, o con­tri­bu­ye a dar­te fuer­za para inten­tar alcan­zar algún reto o levan­tar­te el áni­mo ali­caí­do por algu­na des­gra­cia, ya es sufi­cien­te. Hay gen­te, y mucha, que toma a dia­rio pas­ti­llas para con­se­guir el mis­mo o pare­ci­do efec­to y al menos las pala­bras no tie­nen tan­tos efec­tos secun­da­rios.

Los opti­mis­tas como tú, tam­bién ten­drán sus días negros. Supon­go…  

Obvio, pero lo bueno es que mis “días negros” no pasan de gri­ses. Mi acti­tud reba­ja siem­pre un gra­do la gra­ve­dad de todo lo que me ocu­rre.

¿Y  días en los que te ape­te­ce no decir nada y dejar las redes de lado?

Ahí soy bas­tan­te metó­di­co. Esta­ré más o menos ins­pi­ra­do, que eso ocu­rre, pero me pro­pon­go escri­bir todos los días pase lo que pase. Es ejer­ci­cio, men­tal, pero ejer­ci­cio al fin, y todos los días hay que cui­dar cuer­po, men­te y alma. Por igual.

Por cier­to, ¿se pue­de apren­der a ser opti­mis­ta?

No pare­ce difí­cil. Decía el escri­tor Robert M. Sher­field que los opti­mis­tas encuen­tran ale­gría en las cosas peque­ñas. Están más preo­cu­pa­dos por tener muchas peque­ñas ale­grías en lugar de tener una gran ale­gría. Y ahí está la cla­ve. Si esta­mos en espe­ra del gran acon­te­ci­mien­to capaz de cam­biar nues­tras vidas de una vez y para siem­pre y trans­por­tar­nos a una suer­te de paraí­so de feli­ci­dad extre­ma, con pro­ba­bi­li­dad nos decep­cio­na­re­mos. Si somos capa­ces de dis­fru­tar del sabor de un café, de una con­ver­sa­ción rela­ja­da con un ami­go, de una vis­ta pre­cio­sa, de una pelí­cu­la, una esca­pa­da, y tan­tas y tan­tas cosas más que la vida nos rega­la a dia­rio, sería­mos mucho más feli­ces.

Ade­más de los que repar­ten amor y áni­mo, como tú, están los que dise­mi­nan odio en las redes socia­les. ¿Será por abu­rri­mien­to, por mal­dad, por hacer­se los gra­cio­sos?

El ano­ni­ma­to en las redes socia­les ha gene­ra­do un mon­tón de “valien­tes” que evi­den­cian que en el mun­do onli­ne se tien­de a ser menos ama­ble y más ofen­si­vo. Estar como anó­ni­mo te da muchas ven­ta­jas, pue­des decir lo que te dé la gana y no lo aso­cian a tu per­so­na. Al troll no le impor­ta lo que dice, tam­po­co las reac­cio­nes que pue­da pro­vo­car, sim­ple­men­te lo hace para que la gen­te lo siga, con­di­ción que lo hace sen­tir bien. ¿Un con­se­jo? Jamás res­pon­das. Con­tes­tar es ali­men­tar una hie­na. Que­rrá más peda­zos de “car­ne” que deglu­tir.

¿Recuer­das la fra­se o fra­ses que hayan teni­do más éxi­to?

Una de las últi­mas y que tra­ta­ba de libe­rar a la gen­te de las obli­ga­cio­nes que nos auto­im­po­ne­mos sin venir a cuen­to y que, a veces, sobre todo por el qué dirán, somos inca­pa­ces de negar.

Que que­de cla­ro:

Está bien can­ce­lar un com­pro­mi­so.

Está bien no con­tes­tar esa lla­ma­da.

Está bien cam­biar de opi­nión.

Está bien que­rer estar solo.

Está bien tomar­se un día libre.

Está bien no hacer nada.

Está bien hablar.

Está bien dejar ir.

No te sien­tas cul­pa­ble.

¿OK?

Pero qui­zá en oca­sio­nes sea mejor el silen­cio que inten­tar decir algo…

Ya lo decía Ches­ter­ton: “El silen­cio es la répli­ca más agu­da.”

He leí­do que este virus apar­te de ser la pan­de­mia terri­ble que esta­mos sufrien­do,  es una opor­tu­ni­dad para parar, mirar­nos y refle­xio­nar sobre lo que esta­mos hacien­do con nues­tras vidas…    

Nun­ca es desea­ble un dra­ma así. En abso­lu­to. No debe­ría­mos lle­gar a tener un mejor cono­ci­mien­to de noso­tros mis­mos de una for­ma tan abrup­ta y obli­ga­dos por un con­fi­na­mien­to “inhu­mano” como este, pero ya que esta­mos tra­te­mos de salir más pre­pa­ra­dos. Hace poco, per­dón por la auto­ci­ta, decía: “Si des­pués de esta pan­de­mia no somos mejo­res per­so­nas, más soli­da­rios, más com­pa­si­vos, más empá­ti­cos, más com­pe­ten­tes, más com­pro­me­ti­dos, más gene­ro­sos, más fuer­tes… habre­mos des­apro­ve­cha­do una opor­tu­ni­dad úni­ca y todo este mie­do, todo este dolor y sufri­mien­to, toda esta angus­tia y deses­pe­ra­ción, habrán sido en vano.”

Por cier­to, me encan­tó otra afir­ma­ción que leía en tus redes socia­les hace unas sema­nas: “las epi­de­mias pue­den evi­tar que nos abra­ce­mos pero no que per­ma­nez­ca­mos uni­dos”.

Des­de lue­go. Uni­dos; resis­ti­mos. Divi­di­dos; cae­mos.

¿Qué otra fra­se nos rega­la­rías para cerrar estas líneas con espe­ran­za?

Una del escri­tor japo­nés Haru­ki Mura­ka­mi: «…y una vez que la tor­men­ta ter­mi­ne, no recor­da­rás como lo logras­te, como sobre­vi­vis­te. Ni siquie­ra esta­rás segu­ro de que la tor­men­ta ha ter­mi­na­do real­men­te. Pero una cosa sí es segu­ra, cuan­do sal­gas de esa tor­men­ta, no serás la mis­ma per­so­na que entró en ella. De eso tra­ta esta tor­men­ta».

Twit­ter: @Ignacionovo

Ins­ta­gram: @frasesparacambiar

Face­book: fra­ses para cam­biar vidas (gru­po de Igna­cio Novo)

© 2020 Noe­mi Mar­tín. All rights reser­ved

OJALÁ ESTE SUFRIMIENTO NOS AYUDE A EMPATIZAR CON EL DOLOR DE LOS OTROS

Rodolfo Serrano: “Es triste que las redes se conviertan en maquinarias de odio, desinformación y mentira”.

Fotografía gentileza de Rodolfo Serrano

Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Rodol­fo Serrano

 

Rodolfo Serrano (1947), periodista durante más de veinte años en El País, es además, escritor y poeta. Diez libros en el mercado y dos reputados premios: el Giménez Abad a la mejor crónica parlamentaria (2003) y el Mesonero Romanos de Periodismo (2008) confirman su  acertada y poética visión de este momento histórico. Rodolfo es, además, el padre de uno de los cantautores más importantes de este país: Ismael Serrano. Precisamente para él ha escrito versos que se han convertido en fantásticas canciones. Honesto, sencillo, abierto y amigo de sus amigos, Rodolfo Serrano confiesa que a sus años “todo es una pregunta sin respuesta”. Hoy, sin embargo, encuentra respuestas sobresalientes para todas nuestras preguntas.                  

¿Y cómo pasa un hom­bre tan socia­ble estos días de “reco­gi­mien­to”?

Con pacien­cia. Y echan­do de menos a los nie­tos, los hijos, los ami­gos… y los bares.

Tal vez mata más len­ta­men­te el virus del mie­do  que el coro­na­vi­rus. Y al pri­me­ro pare­ce que nadie le pres­ta aten­ción.…

Des­de lue­go. El virus del mie­do, el de la inso­li­da­ri­dad, el del egoís­mo… son los virus a los que no hace­mos caso. Aho­ra debe­ría­mos pen­sar en quie­nes sufren y huyen por gue­rras, por ham­bre, y les cerra­mos las puer­tas. Ese virus mata las almas, la con­cien­cia de ser humano.

Por cier­to, como perio­dis­ta ‑por­que eso se es siem­pre aun­que uno se reti­re- ¿nos reco­mien­da ver las noti­cias estos días o es mejor hacer un cier­to ayuno infor­ma­ti­vo?  

Soy inca­paz de huir de las noti­cias. Pero, por salud men­tal, habría que hacer­lo. No entien­do que nos estén repi­tien­do macha­co­na­men­te los mis­mos datos que solo sir­ven en muchos casos para asus­tar a la gen­te. No estoy de acuer­do con esos espe­cia­les infor­ma­ti­vos con ter­tu­lia­nos que no saben de nada y crean un cli­ma asfi­xian­te.

Hablan­do de comu­ni­ca­ción, ¿qué le pare­ce esta  suer­te de “liber­tad de pren­sa  sin límites” que han otor­ga­do las redes socia­les?

Algo incon­tro­la­ble con lo que hay que inten­tar con­vi­vir. Es tris­te que las redes se con­vier­tan en maqui­na­rias de odio, des­in­for­ma­ción y men­ti­ra.

 Y ade­más, malos tiem­pos para el perio­dis­mo

Malos. Tuve la suer­te de vivir la edad de oro del perio­dis­mo. Hoy sien­to decep­ción y tris­te­za al ver en qué se ha con­ver­ti­do el ejer­ci­cio del perio­dis­mo.

Hay quién dice que en épo­ca de cri­sis, aflo­ra la crea­ti­vi­dad. ¿Ha escri­to algún ver­so duran­te estas jor­na­das?

Alguno he escri­to. Pero no creas: yo tam­bién creo que la crea­ti­vi­dad, como a las musas, hay que espe­rar­la tra­ba­jan­do.

Padre de un médico, un perio­dis­ta y un can­tau­tor. No se pue­de estar más en la ola…

 Sí. En estos días estoy preo­cu­pa­do por el médi­co que está en pri­me­ra línea de com­ba­te.

Pre­ci­sa­men­te en estas jor­na­das casi aplau­den más a Pablo, médico de fami­lia en el Ser­vi­cio Madri­le­ño de Salud, que a Ismael…    

Me pare­ce bien que aplau­da­mos, si eso les ani­ma. Y, ade­más es jus­to aplau­dir a sani­ta­rios, poli­cía, bom­be­ros, lim­pia­do­ras, tra­ba­ja­do­res del trans­por­te… tan­tos. Pero yo  aplau­do a mis nie­tos y a todos los niños ence­rra­dos en casa sin saber por qué. Y aguan­tan. Ellos tam­bién son héroes.

En cual­quier caso, el más cono­ci­do de sus hijos es el can­tau­tor Ismael Serrano. ¿Cómo se  lle­va ser el padre del artis­ta? ¿Eso de escri­bir algu­na de las letras de sus can­cio­nes le ha moti­va­do a sacar a la luz su alma de poe­ta?

Algo me ha ayu­da­do, cla­ro. Y me sien­to orgu­llo­so y feliz cada vez que escu­cho algu­na de esas can­cio­nes. Y me admi­ra que se pue­da hacer belle­za musi­cal con cua­tro ver­sos. Mis otros dos hijos tam­bién han escri­to para Ismael.

Por cier­to, ¿le con­ta­ba usted muchas veces “esa his­to­ria tan boni­ta de gen­dar­mes y fas­cis­tas y estu­dian­tes con fle­qui­llo”? (en refe­ren­cia a la can­ción: Papá cuén­ta­me otra vez).

No tan­to. ¿Ves? Esa es una letra de Daniel, escri­ta con iro­nía. Les con­tá­ba­mos cosas, cla­ro, pero no tan­to. En mi casa hemos pre­ten­di­do man­te­ner viva la memo­ria.

Y hablan­do de letras de can­cio­nes, estos días me ha veni­do recu­rren­te­men­te a la cabe­za una que escri­bió hace algún tiem­po: “Fue terri­ble aquel año”.…

Sí. Es ver­dad, no lo había pen­sa­do. Es una her­mo­sa can­ción basa­da en un poe­ma mío. Vie­ne al pelo, sí.

Al hilo de lo ante­rior, ¿qué  sica escu­cha duran­te este encie­rro?

Siem­pre escu­cho tan­go, a El Pola­co Goye­ne­che, sobre todo. Y a Ismael, cla­ro. A mis ami­gos can­tau­to­res… Inter­net está lleno de músi­cos que nos ayu­dan a sobre­lle­var estos días.

En estos tiem­pos de mie­do, ¿los recuer­dos (como dice un poe­ma suyo) o la ima­gi­na­ción opti­mis­ta?

Ambas cosas. Los recuer­dos no tie­nen por qué ser tris­tes. Todo es recuer­do. El futu­ro no exis­te, ni el pre­sen­te que, ense­gui­da, es pasa­do, recuer­do.

Quizá todo esto nos haga más empáticos, soli­da­rios  y gene­ro­sos…¿Confía en el ser humano?

No ten­go mas reme­dio que con­fiar en el ser humano. Y oja­lá este sufri­mien­to nos ayu­de a empa­ti­zar con el dolor de los otros y cam­biar nues­tra acti­tud hacia el que vie­ne a noso­tros bus­can­do refu­gio o amor.

Tal vez aho­ra más que nun­ca, haya que apren­der a vivir en la incer­ti­dum­bre…  

Cuan­do se tie­nen los años que yo ten­go, te das cuen­ta de que todo es incer­ti­dum­bre. Todo es una pre­gun­ta sin res­pues­ta. Y sí, tie­nes que apren­der a vivir con ello.

¿Segui­rá escri­bien­do ver­sos de amor y melan­colía? ¿Para cuándo un próximo libro?

Pues ten­dría que haber sali­do aho­ra. Pero en estos tiem­pos los edi­to­res, sobre todo los de poe­sía que sue­len ser peque­ños, bas­tan­te tie­nen con sobre­vi­vir. Por cier­to aho­ra es el momen­to de ayu­dar­les com­pran­do sus libros on line.

Y si nos rega­la algún poe­ma de los suyos para cerrar con un poco de…¿ale­gría? ¿espe­ran­za?…    

Ahí va uno de mi pró­xi­mo libro: “Un Cadi­llac de Segun­da Mano” y que publi­ca­rá Huerga&Fierro:

“Un encuen­tro”

Nos encon­tra­mos des­pués de tan­tos años.

Tú tan gua­pa y yo en los mis­mos bares.

Te acom­pa­ña una joven. Dices: Es mi hija.

Tie­ne tu mis­ma cara. Esa son­ri­sa

bur­lo­na con que siem­pre me tra­tas­te.

Sus ojos son tus ojos. Y adi­vino

el mis­mo cora­zón. Esos lati­dos

capa­ces de arras­trar­me has­ta el infierno.

Me hablas de las cosas que se hablan

cuan­do todo está dicho y no hay res­pues­tas.

Ella nos mira segu­ra­men­te pre­gun­tán­do­se

si algu­na vez fui­mos jóve­nes o siem­pre

hemos teni­do esta tris­te­za

de esta­ción sin via­je­ros y sin tre­nes.

Ella no dice nada. Solo mira

impa­cien­te el reloj

mien­tras le cru­za

por la cara ese ges­to tan tuyo de fas­ti­dio.

Te mar­chas, pro­me­tien­do una lla­ma­da

que sé que nun­ca harás.

Vuel­ves de pron­to la cabe­za: ¿Sabes?

den­tro de poco cum­pli­rá los vein­te.

Y qué casua­li­dad. Casi los mis­mos años

que se han cum­pli­do ya de nues­tra hui­da

al hotel nun­ca olvi­da­do de Lis­boa.

 

Sigue a Rodol­fo Serrano en Twit­ter: @rodolfoserranor

© 2020 Noe­mi Mar­tín. All rights reser­ved

“NO EXISTE UN MAPA ÚNICO DEL PLACER”

MIRIAM AL ADIB MENDIRI: “Oler, tocar, desear, palpitar, mezclar fluidos… nada de esto lo da un succionador”

 

Fotografía cedida por Miriam Al Adib Mendiri

Foto­gra­fía cedi­da por Miriam Al Adib Men­di­ri

Miriam Al Adib Mendiri es ginecóloga, obstetra y profesora de un Máster de Sexología. Excelente comunicadora y autora del ya famoso libro “Hablemos de vaginas”, divulga temas de salud femenina desde una perspectiva biosocial y de género. La doctora Al Adib tiene, además, una historia personal que explica su visión global de la salud  y su espíritu crítico y respetuoso a partes iguales: es hija de un médico sirio que llegó a España en los años sesenta y se quedó para siempre en nuestro país después de conocer a su esposa y estudiar la carrera en Sevilla. Sencilla, directa y cercana, Miriam nos da, en esta entrevista, las claves para entender algunas cuestiones de salud y sexualidad femenina. Hablamos de mucho más que vaginas, con la doctora Al Adib.      

 

-Aun­que todas las espe­cia­li­da­des médi­cas lo exi­gen, supon­go que la gine­co­lo­gía requie­re una mayor empa­tía y cari­ño a la hora de tra­tar a la pacien­te…

Bueno, creo que esto es nece­sa­rio en todas las áreas de la medi­ci­na asis­ten­cial. Quien acu­de a un médi­co es per­so­na antes que pacien­te,

-Por­que a veces la cura­ción comien­za en las pala­bras del médi­co, ¿no?

Nos comu­ni­ca­mos a tra­vés de las pala­bras y del len­gua­je no ver­bal. La comu­ni­ca­ción ver­bal y no ver­bal son muy impor­tan­tes ya que pue­den ayu­dar a ali­viar el sufri­mien­to o todo lo con­tra­rio, ampli­fi­car­lo. Se pue­de hacer daño tan­to si fal­ta­mos al rigor cien­tí­fi­co como si fal­ta­mos al tra­to humano. Cien­cia y huma­nis­mo han de ir de la mano.

-Por cier­to, ¿no nece­si­ta­ría­mos pasar más tiem­po en la con­sul­ta? En oca­sio­nes sen­ti­mos que la visi­ta es de cro­nó­me­tro…

La car­ga asis­ten­cial es un pro­ble­ma impor­tan­te que difi­cul­ta mucho esa comu­ni­ca­ción, evi­den­te­men­te.

-Tal vez no haría fal­ta pre­gun­tar tan­to si cono­cié­ra­mos mejor nues­tra ana­to­mía y sus ciclos ¿ver­dad?

Pues sí. La mayo­ría de las urgen­cias sobre salud sexual no son ver­da­de­ras urgen­cias, por lo que evi­den­te­men­te hay mucho des­co­no­ci­mien­to.

¿Ten­dría­mos que cui­dar más de noso­tras mis­mas y recu­pe­rar la sabi­du­ría del cuer­po aun­que haya quie­nes pre­fie­ran una pas­ti­lli­ta para todo?

Bueno, para gus­tos los colo­res. Lo que está cla­ro es que cada cual deci­de sobre su cuer­po y cómo quie­re enfo­car su salud. Este es el inalie­na­ble prin­ci­pio de auto­no­mía. Hay quie­nes no quie­ren tomar esta res­pon­sa­bi­li­dad y lo res­pe­to. Como pro­fe­sio­na­les debe­mos infor­mar, lue­go hay gen­te que quie­re tomar sus deci­sio­nes y otra gen­te que pre­fie­re tomar una acti­tud pasi­va y no deci­dir nada ni cui­dar­se. Por eso la medi­ci­na es todo un arte. Somos seres bio­psi­co­so­cia­les y lo que le vale a una per­so­na pue­de que no sea igual para otra aun­que ten­ga lo mis­mo.

-Me cons­ta que crees que hay que rom­per un axio­ma, el de que “a mayor inter­ven­ción médi­ca, mejo­res resul­ta­dos”.

Sí. Esto es refle­jo del mito del pro­gre­so que se ins­ta­ló des­de la Ilus­tra­ción. Esa fe cie­ga en el avan­ce téc­ni­co­cien­tí­fi­co da lugar a esa creen­cia de que cuan­ta más medi­ci­na mejor. Y tan malo es no tener asis­ten­cia médi­ca como tener exce­si­va. En los paí­ses desa­rro­lla­dos la medi­ca­li­za­ción de la vida es un hecho y no apor­ta una mejo­ra en la vida de las per­so­nas sino todo lo con­tra­rio.

-¿Hay muchos intere­ses eco­nó­mi­cos en la som­bra de nues­tra salud?

Por supues­to. La cien­cia debe­ría ser neu­tral. Pero no siem­pre es así. Hay muchos intere­ses detrás. Lo que no intere­sa eco­nó­mi­ca­men­te ape­nas se estu­dia. Lo que intere­sa se estu­dia mucho pero lue­go está la mani­pu­la­ción, los ses­gos y las medias ver­da­des. Lo que pasa es que este es un tema incó­mo­do y no sole­mos hablar­lo mucho… En esta era de la infor­ma­ción hay mucha más des­in­for­ma­ción que otra cosa. Hace fal­ta más filo­so­fía de la cien­cia y más hones­ti­dad inte­lec­tual.

-Y hablan­do de som­bras, ¿por qué sigue habien­do oscu­ran­tis­mo con pro­ce­sos como la regla o asco con cues­tio­nes tan natu­ra­les como nues­tros flui­dos o nues­tro vello?

Los masi­vos medios audio­vi­sua­les impo­nen este­reo­ti­pos de belle­za y no se con­for­man con el 90–60-90. Tam­bién los este­reo­ti­pos han lle­ga­do a nues­tros geni­ta­les. La cul­tu­ra del porno ha hecho mucho daño. Cada vez más ado­les­cen­tes lle­gan a las con­sul­tas dicien­do que tie­nen mal sus geni­ta­les por­que creen que sus labios meno­res son dema­sia­do gran­des. El rasu­ra­do inte­gral tam­bién se ha impues­to como moda y no me preo­cu­pa el rasu­ra­do en sí sino la moti­va­ción que sub­ya­ce: la mayo­ría dice que lo hace por asco o por ver­güen­za. Por otro lado la regla se ocul­ta obse­si­va­men­te pero no me refie­ro a la san­gre en sí sino a todo lo que es la cicli­ci­dad feme­ni­na. Tene­mos que ser hiper­se­xua­li­za­das y linea­les, en los días de la regla por lo vis­to tam­bién, cuan­do lo más habi­tual es que cuan­do tie­nes la regla no te ape­tez­ca pre­ci­sa­men­te ir a la dis­co­te­ca a mover el culo como si no hubie­ra un maña­na. Estos anun­cios se encar­gan de hacer­nos saber que la regla es un asco y hay que dis­fra­zar­la a toda cos­ta. Pare­ce que tener momen­tos en los que nece­si­tes un poco de des­can­so extra fue­ra algo anor­mal.

-He leí­do en tu libro que “Cuán­do una mujer se que­ja de dolor no se le da tan­ta impor­tan­cia como a un hom­bre”…

Si una mujer dice que se encuen­tra muy can­sa­da o que tie­ne dolor se tien­de a con­si­de­rar ale­gre­men­te que esto es por algo psi­co­so­má­ti­co: “será que estás estre­sa­da”. Pue­de que sea el estrés, pero antes habrá que des­car­tar cau­sas orgá­ni­cas. Hay enfer­me­da­des como la endo­me­trio­sis en las que casi la mitad de las muje­res una vez que ini­cian sus sín­to­mas de dolor tie­nen un retra­so en el diag­nós­ti­co de una media de ocho años. Y esto ocu­rre por­que no escu­cha­mos sus que­jas de dolor. Deci­mos cosas como “es nor­mal que due­la la regla” y muchas de ellas aca­ban sopor­tan­do un cal­va­rio enor­me duran­te años sin un diag­nós­ti­co y enci­ma estig­ma­ti­za­das con eti­que­tas como que­ji­cas o flo­jas.

-Todo va a ser enfer­me­da­des. Eres pro­fe­so­ra de un Más­ter de Sexo­lo­gía. ¿Cuál es la dife­ren­cia entre fan­ta­sía y deseo?

El deseo es algo que si tuvie­ras la posi­bi­li­dad de hacer­lo, harías. La fan­ta­sía es una recrea­ción de la men­te, algo que pue­de ser­vir para dis­fru­tar pero que nun­ca mate­ria­li­za­rías. Ima­gi­na que ves una pelí­cu­la de ase­si­na­tos y que el pro­ta­go­nis­ta tie­ne un arma y tie­ne cer­ca al malo. Nos late rápi­do el cora­zón, “¡ven­ga! ¡Máta­lo!”. Dis­fru­ta­mos de una pelí­cu­la metién­do­nos en ese papel pero esto no sig­ni­fi­ca que quie­ras matar a nadie ni que seas un ase­sino. Sabe­mos la dife­ren­cia. Pero con el sexo la gen­te se lía y con­fun­de fan­ta­sía y deseo. Se pue­de fan­ta­sear y no es nada malo. Que fan­ta­sees con algo no sig­ni­fi­ca que quie­ras hacer eso pero sí pue­des lle­var­lo a un terreno segu­ro con tu pare­ja y jugar con ello. El porno es fic­ción. Si te crees que eso es el sexo o te obse­sio­nas con ello enton­ces tie­nes un serio pro­ble­ma. Si sabes dife­ren­ciar lo real de la recrea­ción men­tal (y no es algo que te obse­sio­na o se con­vier­ta en adic­ción) enton­ces no hay nin­gún pro­ble­ma con dis­fru­tar de la fan­ta­sía.

-Por cier­to, a estas altu­ras de la his­to­ria, ¿toda­vía hay muje­res que fin­gen orgas­mos?

Des­gra­cia­da­men­te sí. En el sexo hay un este­reo­ti­po que sigue vigen­te: la mujer es el obje­to de pla­cer y el hom­bre el suje­to de pla­cer.

-Una duda exis­ten­cial: ¿Hay diver­sos tipos de orgas­mos?

El orgas­mo es uno. Por defi­ni­ción es una des­car­ga neu­ro­fi­sio­ló­gi­ca, una de las fases de la res­pues­ta sexual huma­na. Pue­des tener sexo sin orgas­mo, pue­des tener fases pro­lon­ga­das de mese­ta… Lue­go hay una gran rique­za de mati­ces dife­ren­tes para nutrir las dife­ren­tes sen­sa­cio­nes que se dan en el sexo. No exis­te un mapa úni­co para el pla­cer.

-¿Y esta revo­lu­ción con el ya archi­co­no­ci­do suc­cio­na­dor? Es increí­ble ¿no?

Es increí­ble el éxi­to que ha teni­do, sí. Aun­que per­so­nal­men­te opino que un suc­cio­na­dor nun­ca será mejor que el buen sexo. Oler, tocar, desear, pal­pi­tar, mez­clar flui­dos… nada de esto lo da un suc­cio­na­dor.

-Y hablan­do de apa­ra­tos, has­ta aho­ra no sabía que el vibra­dor nació como un ins­tru­men­to médi­co…

Así fue. Des­de la anti­gua Gre­cia has­ta prin­ci­pios del siglo XX se decía que las muje­res sufrían una enfer­me­dad lla­ma­da his­te­ria y que se cura­ba pro­vo­cán­do­les el paro­xis­mo his­té­ri­co (así lo lla­ma­ban, se refe­rían con ello al orgas­mo). Los médi­cos tra­ta­ban manual­men­te la his­te­ria, se tira­ban una hora apro­xi­ma­da­men­te con cada mujer, has­ta que inven­ta­ron el vibra­dor como uten­si­lio para curar a las muje­res de la his­te­ria. Tre­men­do.

-Está cla­ro que las nue­vas gene­ra­cio­nes de muje­res saben de sexo más que la nues­tra, pero real­men­te ¿están bien infor­ma­das?

Hay más infor­ma­ción que antes pero lo malo es que abun­da la mala infor­ma­ción y esto está hacien­do más daño que bene­fi­cio. No se tra­ta de acu­mu­lar más infor­ma­ción sin más sino de tener infor­ma­ción bue­na, de cali­dad y hablar a los jóve­nes no solo de la par­te nega­ti­va del sexo sino tam­bién de la posi­ti­va: del res­pe­to, el víncu­lo, las emo­cio­nes, el amor, el pla­cer…

http://www.miriamginecologia.com

Twit­ter: @MiriamAlAdib

Ins­ta­gram: @miriam_al_adib

© 2020 Noe­mi Mar­tín. All rights reser­ved

Veronica Blume: No estamos tan solos ni somos tan raros como creemos

“Toda la vida escondiendo algo que creía inaceptable y con cuarenta y dos años descubro la inmensa fuerza de verbalizar la verdad”

Veronica Blume

Foto­gra­fía cedi­da por Vero­ni­ca Blu­me

 

Vero­ni­ca Blu­me (1977) es una de las mode­los más impor­tan­tes de los noven­ta. Con die­ci­séis años, en 1993, ganó el con­cur­so “Super­mo­del of the World” y con ello un con­tra­to millo­na­rio con la agen­cia Ford y una fan­tás­ti­ca pero fre­né­ti­ca vida en Nue­va York. Con vein­ti­cin­co, vuel­ve a Espa­ña para tener a su hijo y deci­de cam­biar el día a día de las pasa­re­las por la este­ri­lla de yoga. Hoy Vero­ni­ca Blu­me sigue sien­do bellí­si­ma pero ade­más sabe que la ver­da­de­ra armo­nía no es la del ros­tro ni la del cuer­po sino la que no se ve pero se res­pi­ra. Sus pala­bras trans­mi­ten tan­ta ver­dad que es impo­si­ble no conec­tar con un alma tan trans­pa­ren­te. Aho­ra Vero­ni­ca es una fabu­lo­sa maes­tra de yoga y una mujer valien­te y libre que ha habla­do hace poco de sus pro­ble­mas con la buli­mia cuan­do esta­ba en lo más alto. Tie­ne una voz sere­na y cla­ra que bro­ta direc­ta del cora­zón y escu­char sus pod­casts es real­men­te enri­que­ce­dor. (@veroblume)

“The gara­ge”, tu pre­cio­so cen­tro de yoga en Bar­ce­lo­na, cie­rra sus puer­tas.  ¿Comien­zas otro ciclo en tu vida?

¡Efec­ti­va­men­te! Se com­ple­ta un ciclo y empie­za otro… Creo que ha sido la deci­sión mas difí­cil de mi vida y está sien­do un pro­ce­so muy boni­to, lleno de gra­ti­tud y emo­ción. Con “The gara­ge” he apren­di­do lo que es el com­pro­mi­so y tam­bién a creer en mí y a conec­tar des­de un lugar abso­lu­ta­men­te libre de más­ca­ras. Eso no tie­ne pre­cio. Aho­ra ven­drán otros apren­di­za­jes pero “The gara­ge” siem­pre va a ser la pla­ta­for­ma que me cam­bió para siem­pre.

Por cier­to, al mar­gen del yoga, mucha gen­te no sabe que tie­nes una voz muy boni­ta y eres una exce­len­te comu­ni­ca­do­ra. ¿Nun­ca pen­sas­te en dedi­car­te a la radio?

Jaja­ja­ja­ja, muchí­si­mas gra­cias. El for­ma­to de pod­cast siem­pre me gus­tó y ha for­ma­do par­te de mi vida duran­te los últi­mos años. La expe­rien­cia de ser escu­cha­da sin ser vis­ta es muy sana­do­ra y pode­ro­sa para mí…y sí, el mun­do de la radio siem­pre me ha fas­ci­na­do. Tie­ne una magia espe­cial.

Ate­rri­zas, casi sin bus­car­lo y con die­ci­séis años, en el com­ple­jo mun­do de la moda. ¿Qué asig­na­tu­ra de la vida te hubie­ra gus­ta­do apren­der antes de tomar el avión a las pasa­re­las?

El valor de mí mis­ma, la con­fian­za en que, tal y como yo era, era sufi­cien­te. Creo que en la escue­la debe­ría­mos apren­der a medi­tar o a rela­cio­nar­nos con noso­tras mis­mas con res­pe­to. ¡Eso sí sería una herra­mien­ta para toda la vida!

Cuan­do tie­nes vein­ti­cin­co años y estás en lo más alto, apa­re­cen en tu vida tus dos gran­des maes­tros: tu hijo y el yoga. ¿Has pen­sa­do algu­na vez don­de esta­rías si ese test de emba­ra­zo no hubie­ra sido posi­ti­vo?

¡Uh, mie­do me da ima­gi­nar­lo! Creo que el uni­ver­so fue muy gene­ro­so con­mi­go y supe tomar la opor­tu­ni­dad.

Sí por­que hace poco habla­bas con abso­lu­ta trans­pa­ren­cia de la buli­mia. De como el que­dar­te emba­ra­za­da te ayu­dó a luchar para sanar­te. Nos cues­ta ver­ba­li­zar cier­tas cosas de nues­tra vida pero que lige­re­za cuan­do una “con­fie­sa que ha vivido”…¿no?

Gra­bar ese capí­tu­lo de mi pod­cast ha sido el ges­to más pode­ro­so que he hecho … ¿en mucho tiem­po ? … ¿en mi vida? Segu­ra­men­te. Toda la vida escon­dien­do algo que creía no acep­ta­ble y con cua­ren­ta y dos años des­cu­bro la inmen­sa fuer­za de ver­ba­li­zar la ver­dad. La ver­dad es muy pode­ro­sa, ¡me fas­ci­na! Poner pala­bras a las cosas que cree­mos que no son acep­ta­bles es, curio­sa­men­te, una for­ma de conec­tar con la ver­dad de muchos otros. No esta­mos tan solos ni somos tan raros como cree­mos. Sé que no es fácil pero el efec­to no tie­ne pre­cio.

Y con lo que aho­ra sabes de la vida, ¿Vol­ve­rías a ser mode­lo o dirías: “a mí no me pillan”…? ¿O tal vez sí pero de otro modo modo?

No cam­bia­ría nada. Ha sido per­fec­to así. Aun­que si pudie­ra vol­ver a ele­gir no empe­za­ría con quin­ce años, tra­ta­ría de dis­fru­tar­lo más y de reír­me un poco más (de mí mis­ma, prin­ci­pal­men­te).

Momen­tos increí­bles de esos de “guau” habría muchos…

Sí. Lo pri­me­ro que me vie­ne a la cabe­za es el “momen­ta­zo” en el que gané aquel con­cur­so de mode­los en 1993. De un día para otro, boom, otra vida. Había gana­do un pre­mio que no sen­tía que mere­cía , tenía 16 años recién cum­pli­dos y en ese momen­to supe que vivir en Nue­va York for­ma­ba par­te del pre­mio. Como espec­ta­cu­lar, ese momen­to. Lue­go me pasé años tra­tan­do de enca­jar las pie­zas … pero “guau” fue muy “guau”…

Por cier­to, antes las ado­les­cen­tes que­rían ser mode­los, aho­ra “influen­cers”. ¿Han des­pla­za­do las segun­das a esas gran­des mode­los que, como tú, pisa­ban las pasa­re­las con ele­gan­cia supre­ma?

Yo creo que son cosas dis­tin­tas. Las mode­los de los noven­ta eran figu­ras inac­ce­si­bles, apa­ren­te­men­te per­fec­tas, modé­li­cas, que no tenían ins­ta­gram ni solías ver desa­yu­nan­do o al natu­ral. For­ma­ba par­te de la bur­bu­ja pero tam­bién de la magia, del show, las luces y el color de los noven­ta. Otro deta­lle es que sola­men­te salía­mos en revis­tas men­sua­les o cam­pa­ñas de publi­ci­dad. ¡Era otra dis­tan­cia! Hoy ha cam­bia­do todo de for­ma radi­cal. Las “influen­cers” se posi­cio­nan entre el clien­te y la mar­ca , ins­pi­ran, influen­cian a millo­nes de per­so­nas des­de una ven­ta­na mucho más per­so­nal e inme­dia­ta.

En este mun­do que valo­ra tan­to la ima­gen es nece­sa­rio ense­ñar a los niños a mirar hacia den­tro. ¿Se pue­de ense­ñar silen­cio en medio de tan­to rui­do?

Se pue­de y se debe­ría ense­ñar, espe­cial­men­te a los mas peque­ños aun­que sé que es muy difí­cil. Mi hijo tie­ne 16 años y veo el rit­mo, la vorá­gi­ne más bien, en la que vive. Aún así, des­de que es muy peque­ño, hemos ins­ta­la­do un hábi­to muy sen­ci­llo cuan­do la cosa se des­con­tro­la: tres res­pi­ra­cio­nes lar­gas y pro­fun­das. No siem­pre lo quie­re hacer. A veces aca­ba rien­do pero siem­pre trans­for­ma algo a algún nivel.

Y con todo esto de las redes socia­les, se pien­sa (sobre todo los más jóve­nes) que la gen­te bella es la más feliz…

Como madre, vivo alar­ma­da con la visión super­fi­cial que valo­ran los chi­cos aun­que sé que has­ta cier­to pun­to mis ído­los de los ochen­ta tam­po­co eran muy rea­lis­tas. Ellos tie­nen un con­tac­to prác­ti­ca­men­te per­so­nal con sus ído­los lo cual huma­ni­za mucho y me pare­ce bien. Lo que encuen­tro más preo­cu­pan­te es que las redes socia­les son tam­bién la mane­ra en que se rela­cio­nan ellos entre sí y creo que ahí la esca­la de valo­res es peli­gro­sa.

Vivir des­de el amor y la cone­xión con una mis­ma, ayu­da a esca­par un poco del caos dia­rio pero supon­go que eres huma­na aun­que seas yogui­ni….

Muchí­si­mo. Lo que ense­ño es mi pro­pio apren­di­za­je. Como muchí­si­mos, lle­gué al mun­do del yoga con mil pre­gun­tas y nin­gu­na res­pues­ta acer­ca de cómo rela­cio­nar­me con­mi­go mis­ma y con el mun­do des­de una pers­pec­ti­va salu­da­ble. Mi prac­ti­ca me sos­tie­ne, pero eso no sig­ni­fi­ca que pier­da los pape­les a veces. Un yogui , una yogui­ni, no está siem­pre total­men­te cen­tra­do. Se des­vía del camino pero cono­ce el camino de vuel­ta.

Por cier­to, hoy pare­ce que todo el mun­do tie­ne que hacer yoga. Lo que cuan­do tú empe­zas­te era casi de “ilu­mi­na­dos”, aho­ra es “cool”…

Comen­cé en 2003 prac­ti­can­do kun­da­li­ni yoga. En aquel enton­ces era­mos muy pocos y supon­go que la ima­gen que dába­mos era de “raros” por lo menos. Hoy está muy de moda y me pare­ce fan­tás­ti­co que sea así. De una mane­ra u otra, debe­ría lle­gar a la vida de todos. Todo depen­de de si están pre­pa­ra­dos para reci­bir­lo en ese momen­to o si lo reen­con­tra­rán mas ade­lan­te.

Para ir ter­mi­nan­do, cuén­ta­nos un deseo a cor­to pla­zo y un sue­ño más lejano.

A cor­to pla­zo: una vez cerra­do “The gara­ge”, lle­nar mi agen­da de acti­vi­da­des ele­gi­das des­de el cora­zón. Segui­ré dan­do reti­ros y cla­ses. A lar­go pla­zo: unas vaca­cio­nes en Asia.

Vero­ni­ca, detrás de tus pala­bras tan lle­nas de ver­dad, se des­cu­bre un alma aún más boni­ta y sere­na que el cuer­po que la envuelve…Al final eso es lo impor­tan­te, ¿no?

¡Es lo mas impor­tan­te! Lo úni­co impor­tan­te de verdad…¡La pena es que tar­de­mos tan­to en dar­nos cuen­ta!

© 2020 Noe­mi Mar­tín. All rights reser­ved

LA RAÍZ DE TODOS LOS PROBLEMAS ES LA DESHUMANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD

EL DR. MARIO ALONSO PUIG AFIRMA QUE LA GESTIÓN CORRECTA DE LA ANSIEDAD PASA POR NO RESISTIRSE A ELLA

Doctor Mario Alonso Puig
Foto cedi­da por el Dr. Mario Alon­so Puig

“Vivi­mos en el sótano de la men­te y no se nos ha ocu­rri­do pen­sar que nues­tra casa tie­ne más pisos”. Para apren­der a subir en ascen­sor has­ta la zona más lumi­no­sa de la vida hay que leer y escu­char a per­so­nas como el Dr. Mario Alon­so Puig. Médi­co, ciru­jano y escri­tor, el currí­cu­lum de este fan­tás­ti­co doc­tor es tan bri­llan­te como cada una de las pala­bras que salen de su boca. En su últi­ma obra, “Tus tres super­po­de­res para lograr una vida sana, prós­pe­ra y feliz” nos ense­ña que la ins­pi­ra­ción, la estra­te­gia y el entre­na­mien­to son fun­da­men­ta­les para con­se­guir mate­ria­li­zar nues­tros sue­ños. Pero antes, ¿qué tal, si como apun­ta el Dr. Mario Alon­so Puig, empe­za­mos por huma­ni­zar nues­tra socie­dad? No es tan difí­cil.

La con­fe­ren­cia magis­tral que impar­ti­rá el sába­do 16 de noviem­bre en Tene­ri­fe se titu­la “El poder del len­gua­je”. Las pala­bras que ele­gi­mos son poten­tes tan­to para el que las pro­nun­cia como para el que las reci­be, ¿ver­dad?

Sí, cuan­do habla­mos de las pala­bras tene­mos que entrar en un nivel más pro­fun­do del que habi­tual­men­te mane­ja­mos. Des­de un pun­to de vis­ta super­fi­cial, una pala­bra es algo que alguien dice y que otro escu­cha pero ¿y si esto solo fue­ra la envol­tu­ra y por den­tro nos encon­trá­ra­mos con una for­ma de ener­gía que tuvie­ra un impac­to de mucha más hon­du­ra del que ima­gi­na­mos? Por ejem­plo, en estu­dios que se han rea­li­za­do en entor­nos hos­pi­ta­la­rios de Esta­dos Uni­dos, se ha obser­va­do que cuan­do se ponía a una serie de volun­ta­rios fren­te a una pan­ta­lla don­de se pro­yec­ta­ban pala­bras, solo pala­bras no his­to­rias, de tipo nega­ti­vo: difi­cul­tad, peli­gro, pro­ble­ma, dolor, etc… , resul­ta­ba que al con­tem­plar­las se pro­du­cía una ele­va­ción de una hor­mo­na en la san­gre que se lla­ma cor­ti­sol y que es la hor­mo­na del mie­do. Cuan­do esta hor­mo­na se acti­va sig­ni­fi­ca que algo fisio­ló­gi­ca­men­te está cam­bian­do. Si a esto le aña­di­mos el tono de voz, que es otra for­ma de ener­gía, pode­mos ima­gi­nar el enor­me impac­to que tie­nen las pala­bras para curar o para enfer­mar.

Y al res­pec­to de esto, usted que pre­ci­sa­men­te es médi­co y ciru­jano, ¿con­si­de­ra que la comu­ni­dad médi­ca se está abrien­do a enten­der que no todo es tan­gi­ble y que una pala­bra de áni­mo, una son­ri­sa de nues­tro doc­tor o todo lo con­tra­rio tie­nen un enor­me poder sobre los pacien­tes?

Sí, creo que en la comu­ni­dad médi­ca hay un anhe­lo y un pro­fun­do inte­rés en comu­ni­car cada vez mejor. La comu­ni­ca­ción en un entorno de salud pre­ci­sa de un tipo de fór­mu­las que los médi­cos no apren­den a lo lar­go de sus seis años de carre­ra. Esto inclu­ye cómo dar una noti­cia difí­cil o expli­car lo que ocu­rre de una for­ma cla­ra. Por eso, por la fal­ta de for­ma­ción, muchos médi­cos se sien­ten inse­gu­ros den­tro de un tipo de comu­ni­ca­ción más cer­ca­na. Pero yo sí he encon­tra­do a un mon­tón de espe­cia­lis­tas de dis­tin­tas ramas con un ver­da­de­ro inte­rés e inquie­tud por apren­der los prin­ci­pios fun­da­men­ta­les de una comu­ni­ca­ción pode­ro­sa. Pero, cla­ro, es un tema de acti­tud. Siem­pre nos encon­tra­re­mos a un médi­co cerra­do que no quie­ra saber nada de esto. Como en cual­quier pro­fe­sión.

Sería fan­tás­ti­co tener la opor­tu­ni­dad de escu­char­le hablar sobre la impor­tan­cia del len­gua­je en direc­to pero siem­pre nos que­da la posi­bi­li­dad de acer­car­nos a uno de sus libros. El últi­mo: “Tus tres super­po­de­res para lograr una vida sana, prós­pe­ra y feliz”. ¿Cuá­les son esos super­po­de­res?

La ins­pi­ra­ción, la estra­te­gia y el entre­na­mien­to. Para que una per­so­na acti­ve los super­po­de­res que tie­ne y que todos tene­mos nece­si­ta ins­pi­ra­ción, nece­si­ta encon­trar algo que le ayu­de a pen­sar y soñar en gran­de. Tam­bién pre­ci­sa de una estra­te­gia, no vale solo con el entu­sias­mo: hay que saber como diri­gir y cana­li­zar la ins­pi­ra­ción. Por su par­te, el entre­na­mien­to supo­ne que no solo es sufi­cien­te tener los con­cep­tos y la ins­pi­ra­ción si uno no lo inte­gra prac­ti­can­do cier­tas cosas. Así que la ins­pi­ra­ción sería la fuer­za del cora­zón, la estra­te­gia sería la fuer­za de la cabe­za y el entre­na­mien­to, la fuer­za de las célu­las y de los múscu­los, es decir, la capa­ci­dad de poner­se en mar­cha.

Y para poner en fun­cio­na­mien­to estos super­po­de­res tene­mos que esfor­zar­nos por man­te­ner una bue­na salud, ade­más de cui­dar la men­te y el alma. Leía en su libro que el depor­te nos hace más inte­li­gen­tes y empá­ti­cos…

Sí, así es. Es otra pers­pec­ti­va de los tres super­po­de­res. La ver­dad es que no todo el mun­do sabe que el ejer­ci­cio físi­co redu­ce la posi­bi­li­dad de tener un alzhéi­mer, un cán­cer o los nive­les de ansie­dad y depre­sión. El depor­te pro­du­ce una libe­ra­ción en el cere­bro de una serie de sus­tan­cias de nom­bres com­ple­jos que favo­re­cen que las neu­ro­nas se comu­ni­quen entre sí, inter­cam­bien infor­ma­ción y se ayu­den unas a otras. Por eso ade­más de pre­ve­nir enfer­me­da­des, aumen­ta la inte­li­gen­cia y mejo­ra la memo­ria y la crea­ti­vi­dad.

La ali­men­ta­ción y el pen­sa­mien­to son tam­bién pun­tos fun­da­men­ta­les en nues­tro bien­es­tar. Me gus­ta cuan­do dice que con el pen­sa­mien­to pasa lo mis­mo que con la comi­da, no hay que obse­sio­nar­se pero sí esco­ger la mejor opción. ¿Se pue­den ele­gir los pen­sa­mien­tos como en un bufet?

Sí, el gran neu­ró­lo­go por­tu­gués Anto­nio Dama­sio, para mí el núme­ro uno del mun­do en neu­ro­cien­cia afec­ti­va, ha mos­tra­do cla­ra­men­te como los pen­sa­mien­tos se con­vier­ten en sen­ti­mien­tos y los sen­ti­mien­tos en emo­cio­nes. Cuan­do una per­so­na empie­za a pen­sar que no pue­de o que no se pue­de, inevi­ta­ble­men­te acti­va unos mapas que se lla­man los mapas de los sen­ti­mien­tos que gene­ran, a nivel del cuer­po, la inca­pa­ci­dad para poder. Esto es tre­men­do por­que una cosa es pen­sar que no se pue­de, otra sen­tir que no se pue­de y otra más com­ple­ja y nega­ti­va es real­men­te no poder. Por eso tene­mos que ser muy cui­da­do­sos con el tipo de pen­sa­mien­tos que ele­gi­mos.

Sí por­que pare­ce que siem­pre esco­ge­mos los pen­sa­mien­tos más nega­ti­vos y, como usted afir­ma, “el mun­do real es más bene­vo­len­te que el men­tal”…

Lo cier­to es que hay una afir­ma­ción que he oído en mul­ti­tud de oca­sio­nes e inclu­so a varios cien­tí­fi­cos y que a mí me pare­ce ver­dad pero solo par­cial­men­te. Es esa de que el cere­bro humano siem­pre está bus­can­do lo nega­ti­vo. No cabe duda de que el cere­bro le da más impor­tan­cia a la ame­na­za que a la opor­tu­ni­dad por­que ances­tral­men­te era más impor­tan­te des­cu­brir a un leo­par­do escon­di­do que encon­trar un mara­vi­llo­so raci­mo de uvas. Lo que ocu­rre es que sobre esta ten­den­cia natu­ral para la super­vi­ven­cia que tie­nen tam­bién los ani­ma­les, se aña­den los pro­ce­sos men­ta­les don­de se exa­ge­ra esa bús­que­da de lo nega­ti­vo. Ya no es sim­ple­men­te por un tema de super­vi­ven­cia físi­ca sino por otras razo­nes que serían lar­gas de expli­car. Eso es lo que hace que la ima­gi­na­ción sea secues­tra­da por esta for­ma de pen­sa­mien­to y empie­ce a crear una serie de imá­ge­nes que vivi­mos como reales sin que lo sean. Y así al final damos más peso a este espe­jis­mo fru­to de una ima­gi­na­ción dis­tor­sio­na­da que a la reali­dad.

De ahí sur­ge, por ejem­plo, la ansie­dad y lue­go la lucha por des­ha­cer­nos de ella cuan­do pare­ce que lo mejor es abrir­le las puer­tas y acep­tar­la como com­pa­ñe­ra de piso…

Cla­ro. Es que lo que fun­cio­na es con­tra­in­tui­ti­vo. Es decir, va al revés. Voy a poner un ejem­plo: hace tiem­po vi una pelí­cu­la de fic­ción don­de había que hacer una carre­ra para con­se­guir una lla­ve que abría una puer­ta, todo en un mun­do vir­tual. En el camino apa­re­cen una serie de mons­truos que van eli­mi­nan­do a los con­trin­can­tes has­ta que uno de ellos des­cu­bre que la carre­ra se gana no yen­do hacia ade­lan­te sino hacia atrás. Y esto es por­que cuan­do se diri­ge hacia atrás se abre una com­puer­ta que va a dar a un nivel sub­te­rrá­neo pasan­do por deba­jo de los otros coches sin que los mons­truos le vean. Pues pasa igual con la ansie­dad: la for­ma de ges­tio­nar­la es con­tra­in­tui­ti­va. Uno cree que tie­ne que luchar con­tra ella y el pro­pio Rumi, un ver­da­de­ro sabio del siglo XII, dijo que hay que dar­le la bien­ve­ni­da. Por­que el pro­ble­ma no está en la ansie­dad. El pro­ble­ma está en la resis­ten­cia a ella, en nues­tra lucha desen­fre­na­da para inten­tar qui­tar­la de nues­tra vida. Lo que se resis­te per­sis­te.

Pues tene­mos que apren­der mucho… De hecho usted ha plan­tea­do la exis­ten­cia de cua­tro zonas vita­les, dos bue­nas (alto ren­di­mien­to y reno­va­ción) y dos malas (super­vi­ven­cia y hun­di­mien­to) y resul­ta que muchí­si­ma gen­te, a la pre­gun­ta de cómo está, res­pon­de que sobre­vi­vien­do. ¿Por qué ocu­rre esto en una socie­dad como la nues­tra? ¿Qué esta­mos hacien­do mal?

Yo creo que en la raíz de todos los pro­ble­mas que se pue­den evi­tar hay solo uno: la des­hu­ma­ni­za­ción de la socie­dad. La socie­dad se des­hu­ma­ni­za a una velo­ci­dad tre­men­da. Hay dema­sia­da riva­li­dad y enfren­ta­mien­to por­que no esta­mos vien­do a los demás como a noso­tros mis­mos. No vemos lo que nos une a los otros seres huma­nos sino lo que nos sepa­ra. Y, cla­ro, si uno se per­ca­ta de lo que une es más fácil coope­rar pero si solo encuen­tras lo que te sepa­ra es sen­ci­llo riva­li­zar. Por eso, en la medi­da de mis posi­bi­li­da­des, inten­to hacer lo que está en mi mano para ayu­dar a des­per­tar a esta reali­dad evi­den­te: nece­si­ta­mos huma­ni­zar esta socie­dad y tra­tar­nos con más res­pe­to, empa­tía, cor­dia­li­dad y com­pa­sión.

Apar­te de la des­hu­ma­ni­za­ción, otro de los vene­nos que nos atur­de es el mie­do. Pare­ce que cada vez tole­ra­mos menos la incer­ti­dum­bre…

El prin­ci­pal mie­do que tie­ne el ser humano es mie­do al otro. De hecho, tene­mos todo un sis­te­ma, el de neu­ro­cep­ción, tre­men­da­men­te com­ple­jo y apa­sio­nan­te que se dedi­ca a inten­tar des­cu­brir más allá de cual­quier facha­da, más­ca­ra o repre­sen­ta­ción si la per­so­na que tene­mos enfren­te es ami­ga o enemi­ga. Esto quie­re decir que el mayor mie­do que tie­ne el ser humano es al otro. No solo a la vio­len­cia sino tam­bién a su crí­ti­ca y jui­cio. Por otra par­te, tene­mos mie­do a la incer­ti­dum­bre deri­va­do de nues­tra obse­sión por con­tro­lar todo, inclu­so la vida. La vida es lo que es, no lo que noso­tros que­re­mos que sea. Y eso hace que nos enfren­te­mos a ella y a los cam­bios por­que que­re­mos tener­lo todo con­tro­la­do: es la expre­sión típi­ca de un yo arro­gan­te y sober­bio que quie­re estar por enci­ma de todo.

Qui­zá esta­ría bien en esos momen­tos de mie­do seguir su reco­men­da­ción de abrir­nos al “kin­tsu­gi” japo­nés y acep­tar nues­tras heri­das y grie­tas…

Así es, el “kin­tsu­gi” es abrir­nos a la vul­ne­ra­bi­li­dad que tene­mos, con­fiar en que hay fuer­zas muy pode­ro­sas que pue­den sanar nues­tras heri­das y ofre­cer este ges­to de res­pe­to, cor­dia­li­dad, empa­tía y com­pa­sión ante las heri­das de los demás.

Y para eso nece­si­ta­mos el silen­cio que tan­to nos fal­ta, ¿ver­dad?

Sí, solo cuan­do uno entra en silen­cio pue­de apar­tar­se del rui­do. Y solo en el silen­cio, uno des­cu­bre su ver­da­de­ra iden­ti­dad.

Así que des­de el silen­cio y tras des­cu­brir­nos pode­mos pasar de vivir en el sótano de la men­te a un glo­rio­so áti­co…

Efec­ti­va­men­te. Nues­tra casa tie­ne dis­tin­tos nive­les. Nos hemos creí­do que solo exis­te el sótano y en el sótano hay oscu­ri­dad, frial­dad, inco­mo­di­dad y poca ilu­sión. No se nos ha ocu­rri­do pen­sar que nues­tra casa tie­ne más pisos, por eso no bus­ca­mos el ascen­sor. Cuan­do se encuen­tra el ascen­sor y empie­zas a subir y lle­gas a la azo­tea te das cuen­ta de cosas que des­de el sótano es impo­si­ble ver. Y enton­ces comien­za a haber más ilu­sión, com­pren­sión, crea­ti­vi­dad y entu­sias­mo.

¿El mun­do es de los que se deci­den a coger ese ascen­sor?

El mun­do es de los que tie­nen la humil­dad sufi­cien­te para que­rer apren­der y des­cu­brir. De los que tie­nen valen­tía sufi­cien­te para explo­rar y con­fian­za en que antes o des­pués van a des­cu­brir.

¿Y qué hace­mos cuan­do hay esca­le­ras impo­si­bles en cier­tos aspec­tos de nues­tra vida? Cuan­do, por ejem­plo, tene­mos un tra­ba­jo que no nos apa­sio­na ¿es posi­ble apren­der a amar­lo cual matri­mo­nio de con­ve­nien­cia?

Solo cuan­do cam­bia­mos la for­ma en la que nos rela­cio­na­mos con ese tra­ba­jo. Es decir, cuan­do mi rela­ción con el tra­ba­jo es de abso­lu­to recha­zo, obvia­men­te no habrá mane­ra de encon­trar nada valio­so. Sin embar­go, cuan­do mi rela­ción con ese tra­ba­jo o esa situa­ción cam­bia y me pre­gun­to en qué me pue­de ayu­dar a mejo­rar esto por difí­cil que sea, no digo que se pase a una esta­do de fies­ta pero se encuen­tra un sen­ti­do dis­tin­to a lo que nos ocu­rre. Y cuan­do esto suce­de, inclu­so en su sitio abso­lu­ta­men­te difí­cil, se pue­de alcan­zar un gra­do impor­tan­te de entu­sias­mo y sere­ni­dad. En esta línea, como ejem­plo, están los des­cu­bri­mien­tos del psi­quia­tra aus­tria­co Vik­tor Frankl que estu­vo en cua­tro cam­pos de con­cen­tra­ción pasan­do ham­bre, frío, sien­do humillado…Pues bien, a pesar de este infierno de dolor, con­si­guió esta­ble­cer una rela­ción tan dife­ren­te con su situa­ción que logró que algo nue­vo, mági­co y trans­for­ma­dor se abrie­ra en su cora­zón. Tan­to que creó toda una escue­la de psi­co­te­ra­pia, la logo­te­ra­pia, que ha ayu­da­do a muchí­si­mas per­so­nas a salir de los pozos de la frus­tra­ción y la des­es­pe­ran­za.

Al final pare­ce que, como usted tam­bién pro­po­ne, en la adver­si­dad más que negar los sen­ti­mien­tos hay que evi­tar ser arras­tra­dos y posi­cio­nar­se con­ven­ci­dos de que encon­tra­re­mos la solu­ción.

Así es. Cuan­do Rumi habla de dejar entrar en tu casa sen­ti­mien­tos que no te gus­tan, como la ira o la frus­tra­ción, lo que vie­ne a decir de una for­ma bellí­si­ma y sabia es que no luches con ellos, que no nie­gues que están ahí, que les dejes pasar, que reco­noz­cas su exis­ten­cia. Lo que Rumi no te dice es que te pon­gas a hablar con ellos, que comas con ellos, que cenes con ellos. Es decir, reco­no­cer los sen­ti­mien­tos es acep­tar que me pasa algo aun­que no me agra­de. Y una vez que has hecho esto, esos sen­ti­mien­tos reco­no­ci­dos pier­den fuer­za. Es la resis­ten­cia la que los empo­de­ra. A par­tir de ahí, hay que lle­var el foco a otra cosa, a bus­car lo que pue­des hacer para gene­rar otro tipo de sen­ti­mien­tos. Esa es la cla­ve.

Para saber más del Dr. Mario Alon­so Puig, visi­tar en twit­ter e ins­ta­gram: @MarioAlonsoPuig y @marioalonsopuig

Sus libros por orden de apa­ri­ción son los siguien­tes:

Made­ra de líder
Vivir es un asun­to urgen­te
Rein­ven­tar­se: tu segun­da opor­tu­ni­dad
Aho­ra yo
El Cocien­te Aga­llas
Tóma­te un res­pi­ro. Mind­ful­ness.
El Guar­dián de la Ver­dad y la Ter­ce­ra Puer­ta del Tiem­po
Tus tres super­po­de­res para lograr una vida más sana, prós­pe­ra y feliz
© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved

Sandra Sánchez: el kárate es un arte lleno de sentimiento, garra, fuerza y corazón

“ESTAMOS RODEADOS DE PERSONAS INSPIRADORAS, NO HACE FALTA QUE SEAN CONOCIDAS” 

sandra sánchez foto

Foto cedi­da por San­dra Sán­chez

 

San­dra Sán­chez (1981) es la mejor kara­te­ca en la moda­li­dad de kata de todos los tiem­pos. Sí, la mejor del mun­do y de la his­to­ria. Con 153 cen­tí­me­tros y 48 kilos de fuer­za, tena­ci­dad y humil­dad, la kara­te­ca que lo gana todo y que entró en la Selec­ción Espa­ño­la con 33 años, ha demos­tra­do que los sue­ños pue­den cum­plir­se cuan­do se tra­ba­ja con dis­ci­pli­na. Soli­da­ria y gene­ro­sa (recien­te­men­te ha dona­do el dine­ro de un pre­mio para cons­truir un gim­na­sio para niños en un Hos­pi­tal) apun­ta con ilu­sión a su pró­xi­mo des­tino: Tokio 2020. Así es nues­tra cam­peo­na y Pre­mio Nacio­nal del Depor­te: una cabe­zo­ta genial. 

Aun­que empe­zas­te a hacer kara­te con cua­tro años, entras en la Selec­ción Espa­ño­la con trein­ta y tres y te con­vier­tes en la mejor kara­te­ca en katas de todos los tiem­pos. ¿Dón­de esta­ba meti­da esta joya?

En Tala­ve­ra de la Rei­na, jaja, y algu­nos via­jes por el mun­do… Yo había esta­do com­pi­tien­do toda la vida pero los dife­ren­tes selec­cio­na­do­res que hubo cre­ye­ron que no que tenía el nivel para entrar en la Selec­ción. Posi­ble­men­te tenían razón y seguí mejo­ran­do cada año, a ver si les hacía cam­biar de opi­nión.

Supon­go que eso solo lo con­si­gue alguien tenaz y un poqui­to cabe­zo­ta…

Sí, no pue­do negar que soy muy cabe­zo­ta. Me empe­ño en hacer algo y no paro, pero es que no me gus­ta dejar las cosas a medias.

Ade­más, a tus trein­ta y ocho años desa­fías el con­cep­to edad, depor­ti­va­men­te hablan­do. 

La edad en el depor­te está cam­bian­do. Cada vez los entre­na­mien­tos son de mejor cali­dad, se cono­ce más sobre pre­ven­ción y recu­pe­ra­ción de lesio­nes, ali­men­ta­ción, etc… Y todo eso suma.

Y eso de ser la mejor kara­te­ca en katas de todos los tiem­pos, ¿es una res­pon­sa­bi­li­dad o un ali­cien­te?

No es algo que pien­se, ni siquie­ra que crea. Me fal­ta mucho por mejo­rar y seguir apren­dien­do.

Por cier­to, ¿qué tal con la japo­ne­sa, tu rival en todas las fina­les ?

Muy bien, la riva­li­dad es algo que que­da en el tata­mi. Esta­mos vivien­do una eta­pa depor­ti­va muy inten­sa y emo­cio­nan­te para las dos coin­ci­dien­do en tan­tas fina­les. Al final se crea una admi­ra­ción y un res­pe­to que ade­más de hacer­nos ami­gas aho­ra, cuan­do todo esto pase, nos uni­rá de for­ma espe­cial.

Ade­más, como he oído decir a tu entre­na­dor, al final tu máxi­mo rival eres tú.

Exac­ta­men­te. En el tata­mi estás solo, inten­tan­do ser una mejor ver­sión que el día ante­rior y tra­tan­do de supe­rar­te. Pero es que cada día que te levan­tas y tie­nes que dar el 100% en los entre­nos, eres tú solo y tu men­te quien se pone excu­sas y jus­ti­fi­ca­cio­nes para no hacer­lo o saca fuer­zas y razo­nes para dar el máxi­mo.

¿Y cómo se lle­va que tu entre­na­dor sea tam­bién tu pare­ja?

Me sien­to afor­tu­na­da de poder vivir todo esto con él, nadie me cono­ce mejor. Ha sabi­do dar­me con­fian­za y segu­ri­dad, algo que es impor­tan­te trans­mi­tir en el tata­mi. Pero como es tan duro entre­nan­do y man­da tan­to, fue­ra del tata­mi man­do yo para com­pen­sar, jaja.

Eres una mujer ins­pi­ra­do­ra en todos los sen­ti­dos pero, ¿quién te ins­pi­ra a ti?

Nun­ca he teni­do un per­so­na­je úni­co por­que me ins­pi­ró en mucha gen­te, en his­to­rias de vida y de supera­ción. Esta­mos rodea­dos de per­so­nas ins­pi­ra­do­ras, no hace fal­ta que sean cono­ci­das.

¿Qué es un kata? Segu­ro que para ti es algo más que una secuen­cia de pos­tu­ras o téc­ni­cas ¿Cómo logras que parez­ca magia?

El kata es par­te de ti. Ade­más del sig­ni­fi­ca­do que tie­nen cada una de sus téc­ni­cas, está todo lo que expre­sas y que sale de lo más pro­fun­do de tu inte­rior. El kara­te es un arte y como arte está lleno de sen­ti­mien­to, garra, fuer­za y cora­zón.

Está cla­ro que el kara­te es más que un depor­te. ¿Cómo pue­de influir en la per­so­na­li­dad de los niños y jóve­nes que lo prac­ti­can?

Siem­pre digo que el kara­te me ha hecho ser como soy, te incul­ca dis­ci­pli­na, tra­ba­jo duro, supera­ción y fomen­ta valo­res que por supues­to deben estar en tu inte­rior pero que a tra­vés del kara­te y de un buen maes­tro se desa­rro­llan. Y todo eso tie­ne trans­fe­ren­cia a tu vida y tu día a día.

El depor­te al más alto nivel supo­ne la máxi­ma dis­ci­pli­na y enci­ma el kara­te es dis­ci­pli­na en esta­do puro. ¿Que­da algún res­qui­cio para una tra­ve­su­ri­lla? Yo que sé, una copi­ta de vino un día. Una sali­da noc­tur­na

Jajaja…Yo no bebo, no lo he hecho nun­ca. Sin embar­go, tra­vie­sa he sido siem­pre.. Jaja­ja­ja. No sal­go de fies­ta y soy bas­tan­te dis­ci­pli­na­da pero hay espa­cio para des­co­nec­tar.

¿Y cómo con­tro­las los ner­vios antes de una com­pe­ti­ción? ¿Tie­nes algu­na ruti­na de rela­ja­ción o apro­ve­chas el subi­dón de adre­na­li­na?

Con­fío en todo el tra­ba­jo que hay detrás pero eso no sig­ni­fi­ca que los ner­vios des­apa­rez­can, he apren­di­do a con­vi­vir con mis ner­vios, siem­pre están ahí y como no pue­do hacer que des­apa­rez­can me he hecho ami­ga de ellos.

Por cier­to, para poner­se ner­vio­sa es que en las Olim­pia­das de París 2024 no haya kara­te ¿Qué cri­te­rio es el que lle­va a hacer que el break­dan­ce sea depor­te olím­pi­co y se eli­mi­ne al kara­te? ¿Esta­mos a tiem­po de que se dé mar­cha atrás?

Los cri­te­rios son alea­to­rios, no hay nada escri­to. No exis­te algo que fede­ra­cio­nes y depor­te pue­dan seguir y cum­plir y si lo hacen, no depen­der de otras cir­cuns­tan­cias para ser o no depor­te olím­pi­co. No sé si hay mar­cha atrás por­que no sé qué es lo que hemos hecho mal ni bien. A nivel de fede­ra­dos, ran­go de edad, paí­ses que prac­ti­can kara­te, etc, cum­pli­mos todo. Lo que hay más allá de eso, no lo sé.

Con todos los títu­los que tie­nes (inclui­do el Pre­mio Nacio­nal del Depor­te el mis­mo año que Rafa Nadal) se te cono­ce más en Japón don­de te paran por la calle que en tu país. ¿Es por qué es Espa­ña? ¿Por qué es Kara­te? ¿Por qué eres mujer?

Bueno eso habría que pre­gun­tar­le a la gen­te, medios de comu­ni­ca­ción, etc… Aun­que me sien­to muy que­ri­da en gene­ral, qui­zá si hubie­ra más foco en todo lo que esta­mos con­si­guien­do podría­mos lle­gar a más gen­te y trans­mi­tir todo nues­tro tra­ba­jo y nues­tro kara­te.

Pre­ci­sa­men­te, antes de entrar en la Selec­ción Espa­ño­la, estu­vis­te vivien­do y entre­nan­do en Dubai don­de te aco­gie­ron fan­tás­ti­ca­men­te, ¿cómo fue la expe­rien­cia? 

Fue una gran opor­tu­ni­dad en mi carre­ra depor­ti­va. Yo com­pe­tía en algu­nos cam­peo­na­tos inter­na­cio­na­les don­de podía ir por mi club (no como fede­ra­ción nacio­nal) y fue gra­cias a Driss, un téc­ni­co, y al Dr Alaa y Zitou­ni. Ellos me vie­ron y pen­sa­ron que tenía cua­li­da­des y pro­yec­ción. De repen­te, me vi vivien­do en Dubai, pudien­do com­pe­tir en todo el cir­cui­to mun­dial y con un club que con­fia­ba en mí y en lo que podía con­se­guir. Fue la opor­tu­ni­dad que nece­si­ta­ba.

Y aho­ra, ¿has­ta cuan­do vas a estar com­pi­tien­do?

Mien­tras dis­fru­te de esta par­te com­pe­ti­ti­va y ten­ga mar­gen de mejo­ra, no me pon­go fechas.

Para ter­mi­nar, un libro y un depor­tis­ta…

Libros muchos. Te digo uno pero hay cien­tos… Por ejem­plo: “El Gue­rre­ro a la Som­bra del Cere­zo”. Depor­tis­tas: todos los que des­de una pers­pec­ti­va humil­de luchan por mejo­rar y per­si­guen sus sue­ños.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved

Serafín Zubiri: la vida es música y la música es vida

BLAS CANTÓ ES LA MEJOR ELECCIÓN QUE HA HECHO ESPAÑA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

Foto cedida por Serafín Zubiri

Foto cedi­da por Sera­fín Zubi­ri

Sera­fín Zubi­ri (1964) es un hom­bre todo­te­rreno. Ser invi­den­te no le ha impe­di­do esca­lar el Acon­ca­gua o correr en la mara­tón de La Haba­na o Nue­va York. Dos veces en Euro­vi­sión, vice­pre­si­den­te duran­te cua­tros años de la Fede­ra­ción Inter­na­cio­nal de Depor­tes para cie­gos, locu­tor o actor, Zubi­ri sigue en la músi­ca rein­ven­tán­do­se con valen­tía y sen­ti­do de humor. Pró­xi­ma­men­te le escu­cha­re­mos con su piano en un espec­tácu­lo sobre Euro­vi­sión que reco­rre­rá toda Espa­ña.

Músi­co, locu­tor, actor, depor­tis­ta… Eres un hom­bre impa­ra­ble, ¿siem­pre has sido un terre­mo­to?

La ver­dad es que siem­pre he sido una per­so­na con muchas inquie­tu­des y me ha gus­ta­do diver­si­fi­car mi vida en dis­tin­tos ámbi­tos. Pro­bar sen­sa­cio­nes dife­ren­tes… De algu­na mane­ra, esto vie­ne con­mi­go de serie.

Por cier­to, en esas aven­tu­ras depor­ti­vas que has pro­ta­go­ni­za­do (mara­to­nes por todo el mun­do, pati­na­je, esca­la­da…) me lla­ma la aten­ción la subi­da al Acon­ca­gua y sus 6.960 metros de altu­ra. ¿Cómo es esa expe­rien­cia? ¿Cómo lo con­si­gues?

Lo logra­mos con un equi­po de mon­ta­ñe­ros pro­fe­sio­na­les con los que entre­na­mos duran­te un tiem­po y fui­mos adqui­rien­do la des­tre­za de movi­li­dad den­tro de la mon­ta­ña con los bas­to­nes que uti­li­za todo el mun­do. Y lue­go usan­do el res­to de los sen­ti­dos para lle­var a buen puer­to la haza­ña. Lo con­se­gui­mos, y tam­bién el Kili­man­ja­ro en Áfri­ca o el Mont Blanc en Euro­pa, entre otros.

Has via­ja­do muchí­si­mo. ¿Qué expe­rien­cias sen­so­ria­les bus­cas cuan­do ate­rri­zas en una ciu­dad?

Soni­dos, olo­res, comi­das… lo que per­ci­bo con el res­to de los sen­ti­dos. Tam­bién me gus­ta pre­gun­tar mucho para cono­cer a fon­do el entorno en el que estoy y hacer­me una ima­gen más o menos apro­xi­ma­da de los sitios que visi­to.

Tal vez has­ta te abres más a la gen­te…

No sé, yo creo que eso va más con la per­so­na. No tie­ne por­qué estar deter­mi­na­do por la caren­cia, en mi caso, de la vis­ta. Depen­de del carác­ter más o menos abier­to de cada uno.

Ade­más de ese carác­ter impa­ra­ble y extro­ver­ti­do, otra de las cosas que te carac­te­ri­zan es la ale­gría y el sen­ti­do del humor. Te ríes has­ta de ti mis­mo sin nin­gún pro­ble­ma. ¿Te ayu­da­do en momen­tos difí­ci­les esta for­ma de enten­der la vida?

Bueno, el sen­ti­do del humor es un indi­ca­dor cla­ro de afron­ta­mien­to posi­ti­vo ante los pro­ble­mas. Y para mí el sen­ti­do del humor es fun­da­men­tal: hay que tomar­se la vida con la serie­dad que requie­re pero sin dar­le tan­ta impor­tan­cia a las cosas. Es decir, todo en su jus­ta medi­da y siem­pre con un sen­ti­do posi­ti­vo.

Tie­nes dotes de psi­có­lo­go. De hecho, has esta­do estu­dian­do psi­co­lo­gía e impar­tien­do char­las de moti­va­ción…

Sí, esa es otra de las par­tes de mi vida. Lle­vo cator­ce o quin­ce años dan­do char­las de moti­va­ción.

Y pasan­do al tema Euro­vi­sión, que supon­go que es uno de los pun­tos fun­da­men­ta­les en tu carre­ra con dos par­ti­ci­pa­cio­nes en 1992 y en el año 2000, ¿qué es lo más que recuer­das de estos momen­tos?

La ver­dad es que fue­ron dos expe­rien­cias muy intere­san­tes y yo me lo pasé muy bien. Todo en gene­ral fue posi­ti­vo, no recuer­do nada nega­ti­vo. Sobre todo a mí me lle­gó muchí­si­mo la segun­da vez cuan­do fui ele­gi­do por vota­ción popu­lar en un momen­to en el que esta­ba a pun­to de dejar la músi­ca. Fue muy espe­cial, un deto­nan­te cla­ro en mi vida. Si no hubie­ra sido por aque­lla can­ción posi­ble­men­te yo no esta­ría aho­ra hablan­do con­ti­go.

Te atre­ve­rías con una ter­ce­ra, ¿ver­dad?

Nun­ca me lo he plan­tea­do pero tam­po­co lo con­tra­rio. No es algo que pien­se pero tal vez si se die­ran las cir­cuns­tan­cias y apa­re­cie­ra una can­ción fan­tás­ti­ca… ¿Por qué no? La ver­dad es que no com­pren­do a la gen­te que ha esta­do en Euro­vi­sión y renie­ga del Fes­ti­val. Es poco cohe­ren­te. Hay que ser con­se­cuen­te con lo que uno hace. Si en el momen­to en el que estu­vis­te, lo hicis­te sin que nadie te obli­ga­ra, no se entien­de que lue­go renie­gues de tu paso por Euro­vi­sión.

¿Y que te pare­ce Blas Can­tó?

La ver­dad es que creo que este año hemos hecho una gran elec­ción. Me pare­ce per­fec­ta. Posi­ble­men­te la mejor elec­ción que ha hecho Espa­ña en los últi­mos años, sin duda. Blas es un gran artis­ta, can­ta muy bien, es un chi­co joven, gua­po… Lo tie­ne todo para triun­far. Aho­ra fal­ta la can­ción que es muy impor­tan­te.

Por cier­to, estás pre­pa­ran­do un musi­cal sobre Euro­vi­sión que se estre­na el año que vie­ne.

Sí, estoy muy con­ten­to con este tema. Lle­va­ba muchos años con la idea en la cabe­za y hace dos empe­cé a pre­pa­rar­lo. Van a ser cua­tro déca­das en cua­tro blo­ques: años 60, 70, 80 y 90. Den­tro de cada déca­da esta­rá lo más repre­sen­ta­ti­vo de las actua­cio­nes espa­ño­las y cada blo­que se cerra­rá con los núme­ros más impor­tan­tes del Fes­ti­val. Creo que va que­dar bien por­que tie­ne un hilo muy cohe­ren­te. Ade­más, en los bises mete­re­mos cosas más con­tem­po­rá­neas, temas del siglo XXI como la últi­ma can­ción gana­do­ra por Por­tu­gal, el “Rise like a Phoe­nix” de Con­chi­ta Wurst , “Eupho­ria” o “Qué­da­te con­mi­go”. Y todo ello con Ana­bel Con­de (segun­da posi­ción en 1995) y su her­ma­na que tam­bién es can­tan­te.

Se estre­na el pró­xi­mo 1 de mar­zo, ¿ver­dad?

Sí, en el Pala­cio Eus­kal­du­na en Bil­bao. Y lue­go esta­re­mos por todo el país. Va a ser un espec­tácu­lo de lar­go reco­rri­do y espe­ro que dure muchos años. Igual que lo que estoy hacien­do aho­ra: sie­te años ya con Nino Bra­vo. A mí me gus­ta desa­rro­llar espec­tácu­los atem­po­ra­les que val­gan para este año y para den­tro de cin­co. En el caso de Euro­vi­sión iré intro­du­cien­do las nue­vas can­cio­nes que vayan sonan­do.

Por ejem­plo, si gana Blas Can­tó…

Por supues­to, ahí esta­ría.

Está cla­ro que sigues en la músi­ca rein­ven­tán­do­te y bus­can­do cosas nue­vas. ¿Es difí­cil con­ti­nuar ahí a tra­vés de los años?

Es com­pli­ca­do pero yo estoy tenien­do la suer­te de poder con­se­guir­lo. Me sien­to pri­vi­le­gia­do y afor­tu­na­do por lograr­lo. Hay que estar al día, pelean­do muchí­si­mo, reinventándose…Pero ahí estoy, en la pelea y no me va mal. Así que estoy con­ten­to.

La ver­dad es que eres un hom­bre ins­pi­ra­dor. ¿Tú tam­bién te ins­pi­ras en algo o alguien?

Sí cla­ro. Sobre todo en la vida en gene­ral, en los momen­tos o situa­cio­nes per­so­na­les que vas pasan­do. La vida es músi­ca y la músi­ca es vida. “Todo esto es la músi­ca”, como decía mi can­ción en 1992. Al final, uno refle­ja lo que es y lo que sien­te a tra­vés de lo que mejor sabe hacer. En mi caso, la músi­ca. Otros lo podrán plas­mar en otro tipo de artes.

“Col­ga­do de un sue­ño” es la can­ción con que repre­sen­tas a Espa­ña en el año 2000 y es la que te devuel­ve al mun­do de la músi­ca cuan­do ibas a aban­do­nar­lo. ¿Sera­fín sigue soñan­do?

Creo que ya no soy tan soña­dor como enton­ces. Qui­zá soy más prag­má­ti­co. Aun­que bueno, mi sue­ño es seguir hacien­do lo que hago, dis­fru­tar de lo que ten­go y man­te­ner una bue­na salud. No pido más.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved

María José Flaqué: “El gran aprendizaje de estos tiempos es desconectar sin tener que irse al Tíbet”

Se pue­de medi­tar a tra­vés del bai­le, la cone­xión con la natu­ra­le­za o la crea­ti­vi­dad

foto maría josé flaqué

Foto gen­ti­le­za de María José Fla­qué

 

María José Fla­qué (1981) es una refe­ren­cia espi­ri­tual en las redes socia­les. Con más de un millón de segui­do­ras, esta cos­ta­rri­cen­se empren­de­do­ra y valien­te es la crea­do­ra de la pla­ta­for­ma “Mujer Holís­ti­ca”: un lugar en el que ins­pi­ra a las muje­res para atre­ver­se a tener una vida lle­na de pasión, amor, bien­es­tar y abun­dan­cia. Con dos exi­to­sos libros en el mer­ca­do, una de las “health coach” y maes­tra de medi­ta­ción más cono­ci­das del mun­do vir­tual, reco­rre el pla­ne­ta apren­dien­do y ense­ñan­do a vivir conec­ta­das con nues­tro cen­tro. Para ello es fun­da­men­tal dar­se cuen­ta de que, des­de el pun­to de vis­ta holís­ti­co, todas las par­tes del ser y las áreas de la vida están conec­ta­das. Pro­te­ger nues­tro espa­cio y ener­gía es fun­da­men­tal para encon­trar el equi­li­brio inte­rior.

¿Por qué “mujer holís­ti­ca” y no per­so­nas o seres holís­ti­cos? ¿Tu tra­ba­jo se cen­tra en las muje­res por­que son dife­ren­tes a los hom­bres en cuan­to a bien­es­tar o espi­ri­tua­li­dad?

Cuan­do comen­cé con Mujer Holís­ti­ca el lla­ma­do fue a tra­ba­jar con muje­res. El nom­bre lle­gó a mí de la nada y nun­ca me cues­tio­né por qué solo con muje­res, sim­ple­men­te sabía que ese era mi lugar, mi ámbi­to. Creo que los hom­bres tie­nen un camino igual de impor­tan­te que el nues­tro pero no con­tro­la­ría tan bien los deta­lles como en el caso de las muje­res por­que soy una de ellas. Mujer Holís­ti­ca siem­pre ha sido un refle­jo de mi evo­lu­ción y, por tan­to, de las prác­ti­cas que las muje­res nece­si­tan para conec­tar­se con su cen­tro.

¿Cómo se pue­de man­te­ner la salud físi­ca y men­tal en una socie­dad tan exi­gen­te? ¿Por qué hay tan­ta gen­te enfer­ma?

Hay muchos fac­to­res impor­tan­tes a la hora de man­te­ner la salud físi­ca y men­tal, no se pue­den redu­cir a una línea. Sin embar­go, creo que la cone­xión inte­rior con el Ser y regre­sar a prác­ti­cas que nos conec­ten con el silen­cio interno, como la medi­ta­ción, son el pilar fun­da­men­tal de una bue­na salud. En tér­mi­nos de la enfer­me­dad, en mi opi­nión, el cuer­po refle­ja todo lo que suce­de inter­na­men­te. Así como es afue­ra, es aden­tro. El cuer­po habla a tra­vés de sín­to­mas y cuan­do no escu­cha­mos, con­ti­núa hablan­do has­ta que nos lle­va a dete­ner­nos y ver qué está pasan­do. Esto nos con­du­ce a la intros­pec­ción y a traer más cons­cien­cia sobre el esti­lo de vida que esta­mos lle­van­do. Nos lle­va a cono­cer­nos mejor.

Le das una gran impor­tan­cia a la medi­ta­ción y a muchí­si­mas muje­res (y hom­bres) les cues­ta medi­tar en el sen­ti­do más for­mal de la pala­bra. ¿No todo es sen­tar­se, ver­dad? ¿Hay otras for­mas de apa­gar el rui­do interno y hacer espa­cio entre los pen­sa­mien­tos?  

No, la medi­ta­ción no es sen­tar­se. Medi­tar es entre­nar la men­te uti­li­zan­do un estí­mu­lo en par­ti­cu­lar para que ésta no se deje dis­traer por pen­sa­mien­tos, emo­cio­nes o cual­quier inco­mo­di­dad físi­ca. En otras pala­bras: medi­tar es poder sen­tir la infi­ni­dad de la men­te y del espí­ri­tu sin que domi­nen los pen­sa­mien­tos. Muchas veces esto es refe­ri­do como “poner la men­te en blan­co”, o libe­rar­la de pen­sa­mien­tos, pero en reali­dad es sim­ple­men­te no iden­ti­fi­car­se con los pen­sa­mien­tos.

Hay muchas for­mas de medi­tar, hay tan­tos cami­nos de cone­xión inter­na como seres huma­nos sobre el mun­do. Pue­des entrar en esta­dos de medi­ta­ción a tra­vés del bai­le, la con­tem­pla­ción, la natu­ra­le­za o expre­sio­nes de crea­ti­vi­dad. Cual­quier acti­vi­dad que ayu­de a des­co­nec­tar­se de los pen­sa­mien­tos y entrar al silen­cio interno es una prác­ti­ca de medi­ta­ción.

Te defi­nes como nóma­da digi­tal. Via­jas, vives y tra­ba­jas en dife­ren­tes paí­ses. ¿Via­jar con mayús­cu­las, esto es, no solo hacer turis­mo, te ha ayu­da­do a ver la vida y los pro­ble­mas de otra for­ma?  

Sí, total­men­te. El tener la ben­di­ción de haber vivi­do y cono­ci­do tan­tos paí­ses y cul­tu­ras me ha ayu­da­do a abrir la men­te y poder ver que no hay una sola for­ma de vivir. Tam­bién a cues­tio­nar mis creen­cias y las de la socie­dad en la que cre­cí. Ade­más, me ha per­mi­ti­do enten­der que no hay una sola for­ma correc­ta de vivir, que cada ser humano es un ser sobe­rano de luz que pue­de esco­ger su sis­te­ma de creen­cias y como quie­re per­ci­bir el mun­do.

¿Y qué me dices de los este­reo­ti­pos? Por ejem­plo el de la mujer con pare­ja e hijos. Aún hoy en día, en el siglo XXI, muchas muje­res pre­gun­tan a otras por qué están solas o no son madres. A veces has­ta en tono inqui­si­to­rial. Y a los hom­bres nadie les cues­tio­na…

Te voy a res­pon­der esto con mi ver­dad. Siem­pre he creí­do que cuan­do hay algo en la reali­dad inter­na de uno, un sis­te­ma de creen­cias, se ve refle­ja­do en el mun­do externo. A mí nun­ca me cues­tio­nan por qué estoy sola o no soy madre. No es algo que per­mi­to en mi cam­po. Yo cui­do mucho mi ener­gía, a quién pres­to aten­ción y de quién me rodeo. Ten­go una vida que amo y no dejo espa­cio ni ener­gía para este tipo de con­ver­sa­cio­nes y por ende, no entran a mi espa­cio.

Des­de lue­go eres una mujer de refe­ren­cia: valien­te, libre, espi­ri­tual… ¿Cómo has con­se­gui­do tener más de un millón de segui­do­res en redes socia­les? ¿Te has sen­ti­do abru­ma­da en algún momen­to de esta expe­rien­cia mediá­ti­ca?

Los segui­do­res lle­ga­ron de mane­ra natu­ral, creo que todos tene­mos un camino en esta vida y un pro­pó­si­to y el mío es com­par­tir­lo con miles de per­so­nas. Hace unos años jamás me hubie­ra ima­gi­na­do que Mujer Holís­ti­ca cre­ce­ría de esta for­ma, pero suce­dió. Y sí, he teni­do muchos retos a lo lar­go del tiem­po. Ser líder te hace enfren­tar­te con tu som­bra, tus mie­dos y tam­bién tus inse­gu­ri­da­des de una for­ma muy fuer­te. Ser empren­de­do­ra y tener una pla­ta­for­ma en el mun­do espi­ri­tual es todo un apren­di­za­je. Me he sen­ti­do abru­ma­da muchas veces pero tam­bién sé res­pe­tar mis espa­cios y mi ener­gía. Mis prác­ti­cas per­so­na­les son lo que me han ayu­da­do a man­te­ner­me salu­da­ble, cen­tra­da y feliz.

Y al hilo de lo ante­rior, ¿No crees que es insano vivir con tan­tos estí­mu­los? ¿Cómo pode­mos empe­zar a des­co­nec­tar sin nece­si­dad de mar­char­nos a un monas­te­rio en el Tíbet?  

Apa­gar el celu­lar o des­co­nec­tar­se de las redes socia­les es un buen pun­to de par­ti­da. Es impor­tan­te sacar tiem­po para uno mis­mo, entrar al silen­cio interno y encon­trar prác­ti­cas de cone­xión, como cami­nar en la natu­ra­le­za. El gran apren­di­za­je de estos tiem­po es ese, como poder balan­cear todo y des­co­nec­tar sin tener que irse al Tíbet, hacien­do de nues­tro bien­es­tar una prio­ri­dad. Y tie­nes que ser tú el que se deci­da. Nadie lo hará por ti.  

Afir­mas que nues­tro esta­do natu­ral es la abun­dan­cia e impar­tes for­ma­ción para muje­res empren­de­do­ras. Sin embar­go, pare­ce que nos cues­ta hablar de espi­ri­tua­li­dad y salud inte­gral al mis­mo tiem­po que de bien­es­tar eco­nó­mi­co y empren­de­du­ría…         

Creo que es nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad lim­piar el sis­te­ma de creen­cias que rige la socie­dad en la que vivi­mos. La creen­cia de que la espi­ri­tua­li­dad y el dine­ro no van de la mano está obso­le­ta. El dine­ro es ener­gía divi­na y sagra­da que nos ayu­da a mani­fes­tar cosas mate­ria­les en el mun­do y cum­plir con nues­tro pro­pó­si­to. Ade­más, sin dine­ro, es más difí­cil lle­gar a más per­so­nas con nues­tro men­sa­je. Para mí, el dine­ro va de la mano con nues­tra misión de vida.

¿Hay luz den­tro del caos?  

La luz está pre­sen­te en todo. La divi­ni­dad y la crea­ción son la fuen­te de todo. Detrás de la pola­ri­dad, de lo que nos gus­ta o no nos gus­ta, está la crea­ción abso­lu­ta. No exis­ti­ría el orden sin el caos, pero detrás de esos dos jun­tos siem­pre está la Ver­dad, la crea­ción abso­lu­ta.

¿Cuá­les son los pró­xi­mos retos de Mujer Holís­ti­ca? 

Estoy en el pro­ce­so de traer más prác­ti­cas ener­gé­ti­cas a mi tra­ba­jo. Este año esta­ré incor­po­ran­do un tra­ba­jo mucho más pro­fun­do a nivel ener­gé­ti­co y menos de la men­te. Creo que la nue­va vibra­ción y nivel de cons­cien­cia que esta­mos vivien­do requie­re que tra­ba­je­mos des­de un plano más ener­gé­ti­co y menos men­tal. Es pre­ci­so regre­sar al cuer­po físi­co y a las prác­ti­cas de cone­xión con la natu­ra­le­za y la ener­gía feme­ni­na.

Cada día es un rega­lo aun­que a veces lo olvi­da­mos, ¿ver­dad?

Correc­to.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved