OJALÁ ESTE SUFRIMIENTO NOS AYUDE A EMPATIZAR CON EL DOLOR DE LOS OTROS

Rodolfo Serrano: “Es triste que las redes se conviertan en maquinarias de odio, desinformación y mentira”.

Fotografía gentileza de Rodolfo Serrano

Fotografía gen­tileza de Rodol­fo Serrano

 

Rodolfo Serrano (1947), periodista durante más de veinte años en El País, es además, escritor y poeta. Diez libros en el mercado y dos reputados premios: el Giménez Abad a la mejor crónica parlamentaria (2003) y el Mesonero Romanos de Periodismo (2008) confirman su  acertada y poética visión de este momento histórico. Rodolfo es, además, el padre de uno de los cantautores más importantes de este país: Ismael Serrano. Precisamente para él ha escrito versos que se han convertido en fantásticas canciones. Honesto, sencillo, abierto y amigo de sus amigos, Rodolfo Serrano confiesa que a sus años “todo es una pregunta sin respuesta”. Hoy, sin embargo, encuentra respuestas sobresalientes para todas nuestras preguntas. 

¿Y cómo pasa un hom­bre tan socia­ble estos días de “recogimien­to”?

Con pacien­cia. Y echan­do de menos a los nietos, los hijos, los ami­gos… y los bares.

Tal vez mata más lenta­mente el virus del miedo  que el coro­n­avirus. Y al primero parece que nadie le pres­ta aten­ción.…

Des­de luego. El virus del miedo, el de la insol­i­dari­dad, el del egoís­mo… son los virus a los que no hace­mos caso. Aho­ra deberíamos pen­sar en quienes sufren y huyen por guer­ras, por ham­bre, y les cer­ramos las puer­tas. Ese virus mata las almas, la con­cien­cia de ser humano.

Por cier­to, como peri­odista ‑porque eso se es siem­pre aunque uno se retire- ¿nos recomien­da ver las noti­cias estos días o es mejor hac­er un cier­to ayuno infor­ma­ti­vo?  

Soy inca­paz de huir de las noti­cias. Pero, por salud men­tal, habría que hac­er­lo. No entien­do que nos estén repi­tien­do macha­cona­mente los mis­mos datos que solo sir­ven en muchos casos para asus­tar a la gente. No estoy de acuer­do con esos espe­ciales infor­ma­tivos con ter­tu­lianos que no saben de nada y cre­an un cli­ma asfixiante.

Hablan­do de comu­ni­cación, ¿qué le parece esta  suerte de “lib­er­tad de pren­sa  sin límites” que han otor­ga­do las redes sociales?

Algo incon­tro­lable con lo que hay que inten­tar con­vivir. Es triste que las redes se con­vier­tan en maquinar­ias de odio, desin­for­ma­ción y mentira.

 Y además, mal­os tiem­pos para el peri­odis­mo

Mal­os. Tuve la suerte de vivir la edad de oro del peri­odis­mo. Hoy sien­to decep­ción y tris­teza al ver en qué se ha con­ver­tido el ejer­ci­cio del periodismo.

Hay quién dice que en época de cri­sis, aflo­ra la cre­ativi­dad. ¿Ha escrito algún ver­so durante estas jornadas?

Alguno he escrito. Pero no creas: yo tam­bién creo que la cre­ativi­dad, como a las musas, hay que esper­ar­la trabajando.

Padre de un médico, un peri­odista y un can­tau­tor. No se puede estar más en la ola…

 Sí. En estos días estoy pre­ocu­pa­do por el médi­co que está en primera línea de combate.

Pre­cisa­mente en estas jor­nadas casi aplau­den más a Pablo, médico de famil­ia en el Ser­vi­cio Madrileño de Salud, que a Ismael…    

Me parece bien que aplau­damos, si eso les ani­ma. Y, además es jus­to aplaudir a san­i­tar­ios, policía, bomberos, limpiado­ras, tra­ba­jadores del trans­porte… tan­tos. Pero yo  aplau­do a mis nietos y a todos los niños encer­ra­dos en casa sin saber por qué. Y aguan­tan. Ellos tam­bién son héroes.

En cualquier caso, el más cono­ci­do de sus hijos es el can­tau­tor Ismael Ser­ra­no. ¿Cómo se  lle­va ser el padre del artista? ¿Eso de escribir algu­na de las letras de sus can­ciones le ha moti­va­do a sacar a la luz su alma de poeta?

Algo me ha ayu­da­do, claro. Y me sien­to orgul­loso y feliz cada vez que escu­cho algu­na de esas can­ciones. Y me admi­ra que se pue­da hac­er belleza musi­cal con cua­tro ver­sos. Mis otros dos hijos tam­bién han escrito para Ismael.

Por cier­to, ¿le con­ta­ba ust­ed muchas veces “esa his­to­ria tan boni­ta de gen­darmes y fascis­tas y estu­di­antes con fle­qui­l­lo”? (en ref­er­en­cia a la can­ción: Papá cuén­tame otra vez).

No tan­to. ¿Ves? Esa es una letra de Daniel, escri­ta con ironía. Les con­tábamos cosas, claro, pero no tan­to. En mi casa hemos pre­tendi­do man­ten­er viva la memoria.

Y hablan­do de letras de can­ciones, estos días me ha venido recur­rente­mente a la cabeza una que escribió hace algún tiem­po: “Fue ter­ri­ble aquel año”.…

Sí. Es ver­dad, no lo había pen­sa­do. Es una her­mosa can­ción basa­da en un poe­ma mío. Viene al pelo, sí.

Al hilo de lo ante­ri­or, ¿qué  sica escucha durante este encier­ro?

Siem­pre escu­cho tan­go, a El Pola­co Goyeneche, sobre todo. Y a Ismael, claro. A mis ami­gos can­tau­tores… Inter­net está lleno de músi­cos que nos ayu­dan a sobrell­e­var estos días.

En estos tiem­pos de miedo, ¿los recuer­dos (como dice un poe­ma suyo) o la imag­i­nación opti­mista?

Ambas cosas. Los recuer­dos no tienen por qué ser tristes. Todo es recuer­do. El futuro no existe, ni el pre­sente que, ensegui­da, es pasa­do, recuerdo.

Quizá todo esto nos haga más empáticos, sol­i­dar­ios  y gen­erosos…¿Confía en el ser humano?

No ten­go mas reme­dio que con­fi­ar en el ser humano. Y ojalá este sufrim­ien­to nos ayude a empa­ti­zar con el dolor de los otros y cam­biar nues­tra acti­tud hacia el que viene a nosotros bus­can­do refu­gio o amor.

Tal vez aho­ra más que nun­ca, haya que apren­der a vivir en la incer­tidum­bre…  

Cuan­do se tienen los años que yo ten­go, te das cuen­ta de que todo es incer­tidum­bre. Todo es una pre­gun­ta sin respues­ta. Y sí, tienes que apren­der a vivir con ello.

¿Seguirá escri­bi­en­do ver­sos de amor y melan­colía? ¿Para cuándo un próximo libro?

Pues ten­dría que haber sali­do aho­ra. Pero en estos tiem­pos los edi­tores, sobre todo los de poesía que sue­len ser pequeños, bas­tante tienen con sobre­vivir. Por cier­to aho­ra es el momen­to de ayu­dar­les com­pran­do sus libros on line.

Y si nos regala algún poe­ma de los suyos para cer­rar con un poco de…¿ale­gría? ¿esper­an­za?…    

Ahí va uno de mi próx­i­mo libro: “Un Cadil­lac de Segun­da Mano” y que pub­li­cará Huerga&Fierro:

“Un encuen­tro”

Nos encon­tramos después de tan­tos años.

Tú tan gua­pa y yo en los mis­mos bares.

Te acom­paña una joven. Dices: Es mi hija.

Tiene tu mis­ma cara. Esa sonrisa

bur­lona con que siem­pre me trataste.

Sus ojos son tus ojos. Y adivino

el mis­mo corazón. Esos latidos

capaces de arras­trarme has­ta el infierno.

Me hablas de las cosas que se hablan

cuan­do todo está dicho y no hay respuestas.

Ella nos mira segu­ra­mente preguntándose

si algu­na vez fuimos jóvenes o siempre

hemos tenido esta tristeza

de estación sin via­jeros y sin trenes.

Ella no dice nada. Solo mira

impa­ciente el reloj

mien­tras le cruza

por la cara ese gesto tan tuyo de fastidio.

Te mar­chas, prome­tien­do una llamada

que sé que nun­ca harás.

Vuelves de pron­to la cabeza: ¿Sabes?

den­tro de poco cumplirá los veinte.

Y qué casu­al­i­dad. Casi los mis­mos años

que se han cumpli­do ya de nues­tra huida

al hotel nun­ca olvi­da­do de Lisboa.

 

Sigue a Rodol­fo Ser­ra­no en Twit­ter: @rodolfoserranor

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