¡Sacúdete las pulgas: hoy es un día maravilloso!

 

 

Sacú­de­te las pul­gas. Hoy es un buen día para aban­do­nar la con­di­ción de  perro calle­je­ro. Deja de vaga­bun­dear por el mun­do con la len­gua fue­ra y cari­ta de pena. Tie­nes una vida ente­ra para ser feliz.

 

Sacú­de­te las pul­gas. Abre los ojos. Hay tan­tas cosas que ver a tu alre­de­dor. No es pre­ci­so que cojas una male­ta y cru­ces el Océano. Vete al cine, a las mon­ta­ñas, a la pla­ya. Dis­fru­ta de la  genial expo­si­ción de foto­gra­fía que aca­ban de inau­gu­rar. Lee. Sién­ta­te en un ban­co y sim­ple­men­te mira a la gen­te que pasea. No estás per­dien­do el tiem­po. Estás inun­dán­do­te de luz.

 

Sacú­de­te las pul­gas, acti­va esas ore­jas y escu­cha con aten­ción. El pla­ne­ta está reple­to de pre­cio­sas notas musi­ca­les. Imprég­na­te de jazz, de rock, de músi­ca de can­tau­tor… Pon la músi­ca que quie­ras y recréa­te en ella. Que entre en tus neu­ro­nas, que se cue­le en cada una de tus célu­las y las lle­ne de opti­mis­mo y ale­gría.

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Foto­gra­fía de Noe­mi Mar­tin. Home­na­je a Kiko

 

Sacú­de­te las pul­gas y menea la cola con fuer­za. Jue­ga, sal­ta, bai­la. Haz depor­te, cami­na. Ama. Y lue­go túm­ba­te un lar­go rato al sol. Sin pri­sas. Te lo mere­ces.

 

Sacú­de­te las pul­gas y mue­ve el hoci­co. Hue­le a tus hijos, a tu pare­ja, a tus sobri­nos. Olfa­tea las flo­res y el mar. Son­ríe. Res­pi­ra. Deja de comer por­que­rías. Cuí­da­te. Toma ali­men­tos que te gus­ten y que no te enfer­men. Llé­na­te de colo­res y sabo­res. Y tam­bién deléi­ta­te sin remor­di­mien­tos con una cena rica y un vino deli­cio­so. Si es en bue­na com­pa­ñía te sen­ta­rá de mara­vi­lla.  Ati­bó­rra­te de vida.

 

Sacú­de­te las pul­gas y ladra bien fuer­te. Que te oigan todos. Comu­ní­ca­te. Salu­da por las maña­nas. Can­ta por las tar­des. Habla con tus com­pa­ñe­ros, con tus ami­gos, con la fami­lia. Llá­ma­le de una vez. Que­da para tomar un café calen­ti­to  y habla, habla y habla. Vacía tu cora­zón y cól­ma­lo de entu­sias­mo.

 

Sacú­de­te las pul­gas. Ha lle­ga­do el momen­to de dejar de ser un perro aban­do­na­do. Alé­ja­te del con­te­ne­dor de la basu­ra. Date una bue­na ducha y cepí­lla­te a fon­do. Hoy es un día mara­vi­llo­so. Por fin tie­nes due­ño. Y el due­ño eres tú.

BSO de este post It’s a beau­ti­ful day por Michael Bublé

© 2015 Noe­mi Mar­tin. Todos los dere­chos reser­va­dos 

 

Alma de Protos en el restaurante Bardot de Barcelona

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Inte­rior del Res­tau­ran­te Bar­dot

Cuan­do el enó­lo­go y todo su equi­po téc­ni­co se mar­chan a des­can­sar des­pués de una jor­na­da labo­ral, es el momen­to que el duen­de que se escon­de entre las barri­cas de los gran­des reser­vas, su lugar pre­fe­ri­do para pasar des­aper­ci­bi­do, se pon­ga a tra­ba­jar miman­do las uvas recién entra­das en la bode­ga, si es el caso, y/o vigi­lan­do las leva­du­ras para que fer­men­ten correc­ta­men­te en los depó­si­tos de ace­ro inoxi­da­ble. En algún momen­to de la noche tam­bién se dará un paseo por las gale­rías sub­te­rrá­neas que reco­rren el inte­rior de la mon­ta­ña en cuya cum­bre se alza, inex­pug­na­ble y majes­tuo­so a los 4 vien­tos, el cas­ti­llo for­ta­le­za de Peña­fiel, con su silue­ta alar­ga­da simu­lan­do una nave dis­pues­ta a zar­par y sur­car los Campos de Cas­ti­lla*. Ese duen­de que a veces, y sólo a veces, irá a la nue­va bode­ga, dise­ña­da por el arqui­tec­to Richard Rogers, a visi­tar al otro duen­de que vive allí, que habla una mez­cla de ita­liano e inglés, y que lo dejó el barón Rogers de River­si­de cuan­do aca­bó la obra.

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Ver­de­jo 2014 de Bode­gas Pro­tos en la D.O. Rue­da

Ese duen­de, el pri­me­ro (como el nom­bre de la bode­ga en grie­go), es el que está acom­pa­ñan­do a la dele­ga­ción comer­cial de Bode­gas Pro­tos en su visi­ta por dife­ren­tes res­tau­ran­tes de la geo­gra­fía espa­ño­la para acer­car “sus vinos” al con­su­mi­dor final. Y como un poli­zón se coló en la male­ta del direc­tor comer­cial para no per­der­se ni un deta­lle de las dife­ren­tes expe­rien­cias, y fue en el bar­ce­lo­nés res­tau­ran­te Bar­dot don­de lo cono­cí y me ayu­dó a pro­fun­di­zar aún más en su his­to­ria.

 

El res­tau­ran­te Bar­dot está situa­do en esa pri­vi­le­gia­da zona pea­to­nal del final de la calle Enri­que Gra­na­dos a un tiro de pie­dra de la Avda. Dia­go­nal. Sus mesas la ocu­pan finan­cie­ros, abo­ga­dos, hips­ters y  bobo,s (bour­geo­is-bohè­me) gour­mets. De capri­cho­sa plan­ta en for­ma de “u”, tie­ne la cali­dez de los bis­trots pari­si­nos, una bue­na selec­ción de pla­tos, un envi­dia­ble catá­lo­go de vinos y para los aman­tes de la cer­ve­za un buen tira­dor conec­ta­do a dos tan­ques de Estre­lla Gali­cia sus­pen­di­dos del techo.

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Pro­tos Crian­za 2014 “Mues­tra” D.O. Ribe­ra del Due­ro

La cata comen­ta­da y armo­ni­za­da con los pla­tos de la coci­na de Bar­dot comen­zó con una pri­me­ra copa, a modo de ape­ri­ti­vo, con el ver­de­jo de la D.O. Rue­da, que se tomó de for­ma dis­ten­di­da en la puer­ta del res­tau­ran­te, rico en aro­mas de man­za­na, fru­ta tro­pi­cal y con un fon­do her­bá­ceo. De la mis­ma deno­mi­na­ción de ori­gen tam­bién pro­ba­mos el ver­de­jo con un año de barri­ca, sobre­sa­lien­do las notas de las leva­du­ras dán­do­le ese carac­te­rís­ti­co aro­ma a pan. Ya en la mesa comen­za­ron a salir los dife­ren­tes tipos que se ela­bo­ran en la D.O. Ribe­ra del Due­ro, empe­zan­do con una pri­mi­cia y que toda­vía está en barri­ca: el Crian­za 2014 que sal­drá a la ven­ta el pró­xi­mo enero del 2016. Un vino que a pesar de su juven­tud ya apun­ta mane­ras con sus aro­mas a fru­tas del bos­que rojas y negras, tam­bién de cara­me­lo y bal­sá­mi­cas a medi­da que se fue abrien­do, acom­pa­ñan­do a un pla­to de cala­mar a la plan­cha sobre lecho de habi­tas con­fi­ta­das y cebo­lla cara­me­li­za­da. El segun­do en pro­bar fue el Crian­za 2012 ela­bo­ra­do con cepas de 20 a 50 años, y que des­pués de 14 meses de barri­ca se le han que­da­do aro­mas de espe­cias y vai­ni­lla, man­te­nién­do­se la fru­ta roja del bos­que y rega­liz. Her­ma­na­do con ravio­lis de foie y sal­sa agri­dul­ce. El siguien­te fue un Reser­va 2011 con aro­mas de cho­co­la­te, y casa­do con un risot­to de ceps y pan­ce­ta ibé­ri­ca. El cuar­to fue un Gran Reser­va 2006, pre­via­men­te decan­ta­do dos horas antes para oxi­ge­nar­lo y encon­trar­nos con esas notas de cue­ro, taba­co, café, resi­na y con­fi­tu­ra de higos pro­ven­za­les enno­via­do con un rabo de toro des­hue­sa­do al vino. El quin­to de la noche fue un Gran Reser­va 2001 cla­si­fi­ca­do como exce­len­te, de cepas muy selec­cio­na­das, y con fer­men­ta­ción en barri­cas de 500 litros, pre­do­mi­nan­do las notas de cho­co­la­te y mine­ra­les.  Para fina­li­zar una bote­lla de la Fin­ca el Gra­jo Vie­jo 2012 de fer­men­ta­ción en barri­ca fran­ce­sa con pre­do­mi­nio de los tos­ta­dos y cho­co­la­te negro.

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Pro­tos Gran Reser­va 2006 D.O. Ribe­ra del Due­ro

Ese duen­de, de curio­si­dad infi­ni­ta y de adap­ta­ción cama­leó­ni­ca a los nue­vos tiem­pos, vie­ne pisan­do fuer­te para con­ta­giar a todo el mun­do mun­dial por la pasión que sien­te por sus vinos, se lla­ma #Alma­de­Pro­tos

*Cam­pos de Cas­ti­lla es un libro de poe­sía de nues­tro inmor­tal escri­tor Anto­nio Macha­do.

BSO de este post es el ínti­mo tema Pho­to­graph de Ed Shee­ran.

© 2015 José María Toro. Todos los dere­chos reser­va­dos

 

Intuición e imaginación en la Experiencia Verema BCN 2015

Una pri­me­ra incur­sión en la expe­rien­cia Vere­ma Bar­ce­lo­na ante más de 100 bode­gas dis­po­ni­bles para catar, pue­de pro­vo­car en el neó­fi­to a este tipo de even­tos un colap­so de tal mag­ni­tud que des­hon­ra­ría al mis­mí­si­mo Baco…Así, y para no per­der el nor­te, en el incom­pa­ra­ble mar­co de una de las salas de este monu­men­to civil de esti­lo góti­co que es el Museu Marí­tim de la Ciu­dad Con­dal, me dejé lle­var por la intui­ción, esa vir­tud no siem­pre desa­rro­lla­da y tra­ba­ja­da, de escu­char el inte­rior de cada uno, y en este caso, per­ci­bir dón­de debían diri­gir­se mis pasos ante tan­ta ofer­ta. Una vez más me rin­do ante su inne­ga­ble acier­to.

De las 10 bode­gas degus­ta­das con mode­ra­ción, des­ta­co 2 de ellas por­que tenían duen­de en sus pro­duc­tos,  y en defi­ni­ti­va por­que ofre­cían vina­zos para des­cu­brir.

La pri­me­ra fue la mallor­qui­na Es Fan­gar cuyo repre­sen­tan­te des­ti­la­ba autén­ti­ca pasión por sus vinos y su tie­rra. Orgu­llo­so como un padre de sus uvas autóc­to­nas de la zona que tra­ba­ja­ba: man­to negro, callet, girò blanc y pren­sal. Degus­té un mag­ní­fi­co blan­co “Sa Fita” con 4 meses en sus lías a base de pren­sal, char­don­nay y mus­cat. Sen­sa­cio­nes de fru­tas como el mem­bri­llo, seco en boca y un lige­ro final dul­zón. De la mis­ma bode­ga “Lo Cortinel.lo”, el rosa­do “Twenty Twel­ve” y “El.lements” para aca­bar con su vino estre­lla,  el cor­pu­len­to “N’A­ma­rat”. Un vino ela­bo­ra­do con man­to negro, callet y caber­net sau­vig­non, con notas ahu­ma­das, en boca era ele­gan­te, exó­ti­co, para tomar en un atar­de­cer de oto­ño en el mallor­quín acan­ti­la­do de la pla­ya Caló des Moro, cuan­do el hori­zon­te se tiñe de colo­res roji­zos… Cie­rro los ojos y pue­do via­jar men­tal­men­te a esa pre­cio­sa isla… ¡Umm!… ¡sólo pensarlo!…Lo resu­mo con las pala­bras de la bode­ga que usa para su eti­que­ta:

 “Faith will show you the way to reach the sacred N’A­ma­rat , you will find a King­dom, rich land and glo­wing heath”. 

“La fe te mos­tra­rá el camino para encon­tar al San­to N’Amarat, des­cu­bri­rás un rei­no, una tie­rra rica y res­plan­de­cien­te de salud “.

 

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Vinos de las Bode­gas San Ale­jan­dro

 

La siguien­te que me lla­mó pode­ro­sa­men­te la aten­ción fue la Bode­gas San Ale­jan­dro de la D.O.Calatayud. Una bode­ga que rin­de tri­bu­to a Bal­ta­sar Gra­cián, el gran escri­tor barro­co autor de El Arte de la pru­den­cia -esa vir­tud tan poco teni­da en cuen­ta hoy en día y que bien val­dría su lec­tu­ra en los cole­gios para los jóve­nes y como libro de cabe­ce­ra para más de un adul­to- y asi­mis­mo padre de la céle­bre y recu­rri­da sen­ten­cia “Lo bueno, si bre­ve, dos veces bueno”. Y en honor de este des­ta­ca­do pai­sano, naci­do a esca­sos 8 kms. de la bode­ga, toman pres­ta­do su nom­bre y se lo han asig­na­do a una línea de vinos ela­bo­ra­dos con uva gar­na­cha. Vinos que expre­san su cli­ma con­ti­nen­tal, con gran­des dife­ren­cias tér­mi­cas entre esta­cio­nes y tam­bién­de la noche al día, que le da carác­ter, lo que vie­ne sien­do un vino de terroir. Sus vinos refle­jan el pai­sa­je que rodea la bode­ga. La repre­sen­tan­te del estand, Vir­gi­nia, derro­cha­ba entu­sias­mo al hablar cari­ño­sa­men­te de su pro­duc­to.  Cuan­do pen­sa­ba que los había cata­do todos, Vir­gi­nia me sugi­rió que  pro­ba­se el últi­mo: la “Gar­na­cha Náti­va 2011 “, un rega­lo para los sen­ti­dos … que la natu­ra­le­za, si la tra­tas bien, te lo da gene­ro­sa­men­te, y esos viñe­dos de más de 80 años a 900 metros de alti­tud te hacen levi­tar, casi tocar con la pun­ta de los dedos el cie­lo azul… Ima­gi­na­ros allí, un medio­día solea­do de este vera­ni­llo de San Mar­tín que pron­to se aca­ba­rá, copa en mano …Y para expre­sar­me mejor recu­rro una vez más al jesui­ta lite­ra­to Bal­ta­sar Gra­cián: “Son los ímpe­tus de las pasio­nes des­li­za­do­res de la cor­du­ra, y allí es el ries­go de per­der­se”.

Escri­bo estas cua­tro líneas, ¿o qui­zás son algu­nas más?, de lo que fue mi expe­rien­cia en Vere­ma BCN. Una tar­de memo­ra­ble de un lunes cual­quie­ra de noviem­bre, de esos difí­ci­les de dige­rir, que hizo más agra­da­ble el comien­zo de sema­na gra­cias a mi intui­ción e ima­gi­na­ción…

 

BSO :I don’t like Mon­days de Boom­town Rats. Tema que ni ani­llo al dedo para esos lunes que pasan de pun­ti­llas por nues­tras vidas y sobre todo por lo que mila­gro­sa­men­te nos sal­van toda la sema­na.

© 2015 Jor­di Mon­to­liu. Todos los dere­chos reser­va­dos

Gastro-rimes al Restaurant Semproniana de Barcelona

Hemos asis­ti­do en el res­tau­rant Sem­pro­nia­na de Bar­ce­lo­na a una mez­cla de géne­ros entre caba­ret, bur­les­que, street art y rap, en un espec­tácu­lo rela­cio­na­do con la gas­tro­no­mía basa­do en soni­dos que todos tene­mos en nues­tra memo­ria y poe­mas que hemos escu­cha­do muchas veces y que sin dar­nos cuen­ta for­man par­te de nues­tro coti­diano día a día. Las gas­tro-rimes no son más que la con­se­cuen­cia de alguien que con­ci­be la coci­na como un ele­men­to crea­dor, un ingre­dien­te enri­que­ce­dor del alma. Como dice la pro­ta­go­nis­ta feme­ni­na de este espec­tácu­lo, Lali Feliu, “Yo no cocino pla­tos, yo los escri­bo”.
Gas­tro-rimes es una pro­pues­ta con músi­ca en direc­to, don­de la cor­ta dis­tan­cia lle­ga a ser como en la vida mis­ma, lo que derrum­ba muros y nos hace sal­tar barre­ras. Cada poe­ma nos trans­por­ta a un lugar nue­vo, don­de nos pode­mos ver refle­ja­dos, si que­re­mos cla­ro.
Son tex­tos fres­cos, sin arti­fi­cios, con ese pun­to fili­pino que nos gus­ta, para sabo­rear­los len­ta y pau­sa­da­men­te. La músi­ca se con­vier­te una vez más en la sal­sa del pla­to, en el com­ple­men­to de la pues­ta en esce­na, en aquél ingre­dien­te que sin des­ta­car, armo­ni­za los sabo­res. El cla­ri­ne­te, el saxo, la flau­ta meló­di­ca y su intér­pre­te, el músi­co, ocu­pa un rol a veces secun­da­rio y al mis­mo tiem­po pro­ta­go­nis­ta mitad por mitad. No se pue­de enten­der este espec­tácu­lo sin dos gran­des artis­tas detrás, el gran tra­ba­jo de Lali Feliu se com­ple­men­ta con el tra­ba­jo de Miquel Ferret, lo cual no deja de con­fir­mar aque­llo de que lo peque­ño es her­mo­so e impor­tan­te.
Este tea­tro caba­ret gas­tro­nó­mi­co es para dis­fru­tar­lo en petit comi­té, en esa ver­sión de peque­ño for­ma­to e ínti­mo, en bue­na com­pa­ñía, y con el espí­ri­tu abier­to a todos los sen­ti­dos. Sen­ci­lla­men­te deli­cio­sas his­to­rias y músi­cas que van direc­tas de la ore­ja al pala­dar para dis­fru­tar y sali­var.
Domin­gos de Noviem­bre 2015 a las 20h. El pre­cio de 12 euros inclu­ye tapa de la chef Ada Pare­lla­da y degus­ta­ción. En el Res­tau­rant Sem­pro­nia­na del Carrer del Ros­se­lló, 148 de Bar­ce­lo­na. Repre­sen­ta­ción en len­gua cata­la­na.
© 2015 Ricard Bar­ce­ló. Todos los dere­chos reser­va­dos.
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Las Gas­tro-rimes en el res­tau­rant Sem­pro­nia­na de Bar­ce­lo­na. Foto­gra­fía de Ricard Bar­ce­ló

Hem assis­tit a una peti­ta barre­ja de tea­tre entre caba­ret, bur­les­que, street art i rap, on els sons que tots tenim a la memò­ria, poe­mes que hem sen­tit més d’un cop i que sen­se conèi­xer-les, es fan quo­ti­dians. Les gas­tro-rimes no són més que la con­se­qüèn­cia d’al­gú que ha paït la cui­na com un ele­ment crea­dor, com un ingre­dient gua­ri­dor de l’à­ni­ma. Com diu la pro­ta­go­nis­ta, la Lali Feliu, “Jo no cuino plats, jo els escric”.

Gas­tro-rimes és una pro­pos­ta amb so ori­gi­nal i en direc­te, on la cur­ta dis­tan­cia, esde­vé com en la vida matei­xa, allò que sal­ta mar­ges i tren­ca murs. Cada poe­ma ens trans­por­ta a un indret nou, on ens podem veu­re reflec­tits, si volem. Són tex­tos fres­cos, sen­se arti­fi­cis, amb el seu punt d’a­llò que ens agra­da, per assa­bo­rir-los len­ta­ment i pau­sa­da­ment.

La músi­ca es con­ver­teix un cop més en la sal­sa del plat, en el com­ple­ment de la posa­da en esce­na, en aquell ingre­dient que sen­se des­ta­car, arro­do­neix els sabors. El cla­ri­net, el saxo, la flau­ta melò­di­ca i el per­so­nat­ge del músic, alho­ra secun­da­ri i al mateix temps pro­ta­go­nis­ta al 50%. No es pot enten­dre aquest espec­ta­cle sen­se uns grans artis­tes al darre­re, el gran tre­ball de l’ac­triu Lali Feliu es com­ple­men­ta amb la fei­na ben feta del músic Miquel Ferret, que no dei­xa de con­fir­mar allò de què el petit és for­mós i impor­tant.

Aquest tea­tre caba­ret gas­tro­nò­mic és per gau­dir-ho a cur­ta dis­tàn­cia, en bona com­pan­yia i amb l’es­pe­rit obert als sen­tits. Sen­zi­lla­ment deli­cio­ses his­tò­ries i músi­ques que van direc­tes de l’o­re­lla al pala­dar per gau­dir i sali­var.

Diu­men­ges de Novem­bre 2015 a les 20 h. El preu de 12 euros inclou tapa de la xef Ada Pare­lla­da i con­su­mi­ció. En el Res­tau­rant Sem­pro­nia­na  del carrer del Ros­se­lló, 148 de Bar­ce­lo­na. Repre­sen­ta­ció en llen­gua cata­la­na.

© 2015 Ricard Bar­ce­ló. Tots els drets reser­vats.

Música, maestro! En el Restaurante Acqua e Sale

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Entra­da Res­tau­ran­te Acqua e Sale

“Il bere trion­fa­rà sem­pre sul male” Alco­lis­ta anó­ni­mo. Car­tel de la entra­da a modo de máxi­ma que defi­ne la filo­so­fía de la casa.

Dis­fru­tar de una emba­ja­da de las míti­cas oste­rias ita­lia­nas es todo un rega­lo para Bar­ce­lo­na, en gene­ral, y para el Poble Nou, en par­ti­cu­lar. El res­tau­ran­te Acqua e Sale está situa­do en este vibran­te barrio bar­ce­lo­nés. Un dis­tri­to en con­ti­nua trans­for­ma­ción, don­de con­vi­ven anti­guos alma­ce­nes de mer­can­cías de un pasa­do más indus­trial con otros recon­ver­ti­dos en el mun­do vir­tual y digi­tal, casas deci­mo­nó­ni­cas con otras de rabio­sa moder­ni­dad, así como su con­se­cuen­te reno­va­ción demo­grá­fi­ca con un gran peso de pobla­ción forá­nea.

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Entra­da con la mesa de los anti­pas­ti

La entra­da al local es ya un buen reci­bi­mien­to, un pre­sa­gio de lo que ven­drá des­pués, com­pues­to de una mesa alta reple­ta de un colo­ri­do y gene­ro­so sur­ti­do de anti­pas­ti:  mor­ta­de­lla Bolog­na de la pres­ti­gio­sa y reco­no­ci­da mar­ca Negri­ni, for­mag­gio de altu­ra -de fami­lia leja­na de los par­me­giano reg­giano pero con un sabor más deli­ca­do y cremoso‑, y cora­zo­nes de alca­cho­fas entre otras deli­ca­de­zas del país de la bota. Detrás una peque­ña biblio­te­ca con una bue­na colec­ción de libros de juris­pru­den­cia alter­nan­do con otros de aven­tu­ra, de intri­ga, de his­to­ria y por supues­to de roman­ces,  l’a­mo­re è sem­pre pre­sen­te nella nos­tra vita.

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Deco­ra­ción con libros, vini­los y car­te­ras vin­ta­ge

El ras­gueo de una gui­ta­rra clá­si­ca acom­pa­ñan­do a una deli­cio­sa voz de una bella can­tan­te de ojos mag­né­ti­cos invi­ta a sen­tar­se y dis­fru­tar con esta expe­rien­cia gas­tro­nó­mi­ca domi­ni­cal mien­tras la melo­día de O Sole mio endul­za mi oídos y me trans­por­ta ima­gi­na­ria­men­te en un fugaz reco­rri­do ‑lo que duró la can­ción- por el país de los Appen­ni­ni. Des­de sus famo­sas esca­li­na­tas de la Piaz­za di Spag­na, don­de he prac­ti­ca­do más de una vez ese dol­ce far niente con­tem­plan­do a la gen­te cami­nan­do de un lado a otro, pasan­do por algún impre­sio­nan­te palaz­zo obra del genial arqui­tec­to Palla­dio, has­ta parar­me en alguno de los seduc­to­res esca­pa­ra­tes de los gran­des modis­tos de la Via della Spi­ga mila­nés.

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Vinos ita­lia­nos degus­ta­dos

Des­de mi estra­té­gi­ca mesa, jus­to en el epi­cen­tro del come­dor, pude obser­var con gran dete­ni­mien­to el res­to de comen­sa­les y los pla­tos que habían pedi­do. En un rin­cón una pare­ja de aca­ra­me­la­dos ena­mo­ra­dos comién­do­se a besos y tam­bién una stras­ci­na­ti al nero con ragu di poli­po, mien­tras se jura­ban pala­bras de amor eterno ‑segu­ro que habían cum­pli­do con el ritual de tirar la lla­ve del can­da­do en el puen­te Mil­vio sobre el río Tiber antes de que se prohi­bie­ra (de aquí a unos cien­tos de años des­cu­bri­rán un yaci­mien­to de metal en el lecho del men­cio­na­do río)- En otra mesa una ele­gan­tí­si­ma fami­lia pre­pa­rán­do­se para dis­fru­tar de la comi­da, la gio­va­ne mam­ma pare­cía sali­da del backs­ta­ge de un des­fi­le de los dise­ña­do­res Dol­ce & Gab­ba­na, con su boni­to ves­ti­do estam­pa­do con las lla­ma­ti­vas flo­res de esta tem­po­ra­da y esbel­ta sobres sus taco­na­zos de agu­ja infi­ni­ta no deja­ba de repar­tir son­ri­sas a todos los que la admi­ra­ban, pero sus ojos almen­dra­dos no per­dían de vis­ta a sus bam­bi­ni y aún menos a su mari­to mien­tras dis­fru­ta­ban de unos orec­chiet­te con pes­to di fria­re­lli.

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Burra­ta con toma­tes asa­dos

Otra mesa más con­cu­rri­da de jóve­nes entu­sias­tas de la comi­da ita­lia­na espe­ra­ban sus pla­tos recién sali­dos del horno de leña de enci­na mien­tras sabo­rea­ban una bote­lla de Nº Zero de la IGP Salen­to con sus anti­pas­ti. Un curio­so vino ela­bo­ra­do a nivel de mar con la uva negra­ma­ro,  autóc­to­na de esta región feliz­men­te recu­pe­ra­da. Recor­dé sus aro­mas a cirue­las e higos secos de la calu­ro­sa Cam­pa­nia ita­lia­na.

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Sur­ti­do de anti­pas­ti

El local pin­ta­do en blan­co nuclear, de pare­des con estra­té­gi­cos des­con­cha­dos que dejan entre­ver los ladri­llos ori­gi­na­les y que le dan per­so­na­li­dad. Lám­pa­ras mode­lo ara­ña col­ga­das del alto techo de bóve­da cata­la­na. Deco­ra­ción con gui­ños vin­ta­ge a par­tir de vie­jas male­tas hacien­do de impro­vi­sa­dos con­te­ne­do­res de libros clá­si­cos, tam­bién algún vie­jo vini­lo, toda una decla­ra­ción de inten­cio­nes de Il Capo Giu­sep­pe de su amor por la lec­tu­ra y la músi­ca jun­to con la bue­na coci­na. En el alti­llo una reco­le­ta bode­ga y una mesa para catas y degus­ta­cio­nes en petit comi­té for­man­do un peque­ño reser­va­do muy espe­cial y con carác­ter.

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Bis­tec­ca alla Fio­ren­ti­na

Mis glán­du­las sali­va­res comen­za­ron a reac­cio­nar con el pro­fun­do aro­ma que me lle­ga­ba de la zona de bra­sa, don­de se esta­ba pre­pa­ran­do mi pla­to prin­ci­pal: bis­tec­ca alla Fio­ren­ti­na, un tro­zo cui­da­do­sa­men­te selec­cio­na­do por el chef. De esa mis­ma bra­sa salie­ron una deli­cio­sas chu­le­tas de cor­de­ro ade­re­za­das con el impres­cin­di­ble rome­ro y que como un sus­pi­ro pasa­ron por delan­te de mi mesa.

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Chu­le­tas de cor­de­ro

El pos­tre no podía ser más ten­ta­dor: cho­co­la­te fun­di­do con sal y acei­te de oli­va. ¡Para tirar cohe­tes!

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Grap­pa Sar­pa de Poli Dis­ti­lle­rie

Un reco­le­to rin­cón jun­to al piano de cola com­pues­to de dos sillo­nes con años de his­to­ria y enca­ra­dos uno fren­te al otro para dis­fru­tar de la  sobre­me­sa con un exce­len­te café expre­so ‑como no podía ser de otra mane­ra- y un grap­pa de Poli Dis­ti­lle­rie don­de dis­fru­tar de una bue­na con­ver­sa­ción y hablar de lo humano y lo divino, refle­xio­nar sobre la esté­ti­ca y la gas­tro­no­mía, sobre las nue­vas ten­den­cias en vinos y lo que hicie­ra fal­ta. Para rema­tar la tar­de un refres­can­te gin tonic pre­pa­ra­do con el gin Mar­co­ni 46 de la mis­ma fac­to­ría de des­ti­la­dos cita­da ante­rior­men­te, ela­bo­ra­do con botá­ni­cos que recor­da­ban a los aro­mas que des­pren­den los pinos al bor­de del mar Medi­te­rrá­neo en una tórri­da tar­de del perío­do cani­cu­lar.

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gin tonic pre­pa­ra­do con la gine­bra Mar­co­ni 46 de Poli Dis­ti­lle­rie

La BSO de este post es el tema Ti ho volu­to bene vera­men­te de Mar­co Men­go­ni

Res­tau­ran­te Acqua e Sale C/ Jon­car, 17 telé­fono 935 170 709 Bar­ce­lo­na.

Menú medio­día de mar­tes a vier­nes 15,90 euros. Menú medio­día eje­cu­ti­vo de mar­tes a vier­nes 27 euros. Menú degus­ta­ción 38 euros. Menú degus­ta­ción con mari­da­je de vinos 65 euros. Menú “músi­ca, maes­tro” 26,90 euros.

© 2015 José María Toro. Todos los dere­chos reser­va­dos

Aprovecha mientras dure la mecha

Fort Rose­crans Natio­nal Ceme­tery (San Die­go-USA)

Siem­pre he sen­ti­do un pavor des­me­su­ra­do por los cemen­te­rios. No pue­do evi­tar sufrir esca­lo­fríos por todo el cuer­po cuan­do paso cer­ca de una tum­ba. Según he leí­do, lo que me ocu­rre, como todo mal que se pre­cie, tie­ne un nom­bre pro­pio: “coime­tro­fo­bia”. Aun­que lite­ral­men­te arras­tra­da por mis com­pa­ñe­ros de via­je, he visi­ta­do algu­nos cam­po­san­tos memo­ra­bles como el Père Lachai­se de Paris, el Cemen­te­rio Monu­men­tal de Milán o el de La Reco­le­ta en Bue­nos Aires, he sali­do de todos ellos con la piel de galli­na y sudor en la fren­te. Sí, está muy bien cono­cer la últi­ma mora­da de Oscar Wil­de, Jim Morri­son o Evi­ta Perón pero sin­ce­ra­men­te la expe­rien­cia no com­pen­sa el mal tra­go que paso. Des­pués de los últi­mos inten­tos, deci­dí fir­me­men­te que nichos y mau­so­leos no vol­ve­rían a for­mar par­te de mis reco­rri­dos turís­ti­cos. Mejor espe­rar con una café calen­ti­to, bien lejos de la entra­da.

Sin embar­go, la vida o en este caso la muer­te, a veces te sor­pren­de. Y, por supues­to, sin pla­near­lo, me encon­tré cara a cara con el cemen­te­rio más boni­to en el que jamás haya esta­do. Fort Rose­crans en San Die­go (USA) es uno de esos luga­res úni­cos e ines­pe­ra­dos que invi­tan a quedarse…si no fue­ra un cemen­te­rio, cla­ro.

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Foto­gra­fía de Noe­mi Mar­tin en Fort Rose­crans Natio­nal Ceme­tery

Situa­do en Pun­ta Loma, de camino al monu­men­to más famo­so de la ciu­dad, el Cabri­llo, este cam­po­san­to mili­tar sor­pren­de por su armo­nía y belle­za inusual.  Cien­tos de lápi­das blan­cas, como inma­cu­la­dos Gue­rre­ros de Xian,  se ali­nean sobre la hier­ba ver­de con el Océano Pací­fi­co y la ciu­dad de San Die­go de fon­do. La sen­ci­llez del espa­cio, los árbo­les fron­do­sos y la bri­sa colán­do­se entre ellos ofre­cen un atar­de­cer espe­cial y un boca­do de la his­to­ria de Esta­dos Uni­dos. En las más de cien mil tum­bas que alber­ga el cemen­te­rio está ente­rra­da par­te de las dos Gue­rras Mun­dia­les o de los con­flic­tos béli­cos de Viet­nam y Corea. El recuer­do de los que lucha­ron en el fren­te y tam­bién de sus espo­sas e hijos ‑los  úni­cos que a día de hoy aún pue­den reci­bir sepul­tu­ra en el lugar- está sem­bra­do para siem­pre en este cemen­te­rio  vir­gi­nal.

La visi­ta a Fort Rose­crans Natio­nal Ceme­tery supu­so un giro impor­tan­te en mi con­cep­ción sobre los cemen­te­rios. Jamás ima­gi­né que lle­ga­ría a pasear sere­na y vale­ro­sa entre las lápi­das de un cam­po­san­to. Es más, podría haber pasa­do horas y horas miran­do al mar y leyen­do un libro en la más abso­lu­ta quie­tud. Así que, al menos para esto, es una pena no haber naci­do “héroe de gue­rra ame­ri­cano”.

Un dato curio­so de esta necró­po­lis es que des­de su pági­na web pue­des acce­der al lugar don­de están las tum­bas ponien­do el nom­bre del falle­ci­do. Así que si cono­ces a algún vete­rano esta­dou­ni­den­se, aquí tie­nes la direc­ción elec­tró­ni­ca del famo­so cam­po­san­to. Ade­más a tra­vés del enla­ce pue­des iden­ti­fi­car el lugar de yaci­mien­to de otros mili­ta­res ame­ri­ca­nos.

Dejan­do ya los temas téc­ni­co-luc­tuo­sos y si me per­mi­tes un con­se­jo, la pró­xi­ma vez que pases por un cemen­te­rio, aun­que no sea tan per­fec­to como el de Fort Rose­crans, haz como yo: Pien­sa en posi­ti­vo, séca­te el sudor de la fren­te con natu­ra­li­dad  y no olvi­des el lema de este Blog, que en tér­mi­nos fune­ra­rios, sería algo así como: “Apro­ve­cha mien­tras dure la mecha”.

Un apun­te final: el cemen­te­rio más bello que he cono­ci­do se alza en una ciu­dad de belle­za igual­men­te impre­de­ci­ble, de pla­yas reple­tas de come­tas ondean­tes, par­ques amplios y pul­cros, un pre­cio­so cen­tro his­tó­ri­co pla­ga­do de joyas arqui­tec­tó­ni­cas vic­to­ria­nas y una radian­te vida cul­tu­ral que harán de tu paso por San Die­go una “expe­rien­cia inmor­tal”.

La BSO ele­gi­da para este post Born in the U.S.A de “The BossBru­ce Springs­teen

© 2015 Noe­mi Mar­tin. Todos los dere­chos reser­va­dos.