Espido Freire: “Me hace feliz la sensación de encontrarme a gusto conmigo”

©Espido Freire
A la escritora le ha costado sentir que le agrada su compañía pero el logro se percibe en su energía desbordante. Espido Freire crea historias y ensayos, imparte conferencias y cursos, acumula seguidores en instagram (@espidofreire) y, además, disfruta de la vida con la conciencia tranquila. Han pasado dieciocho años desde que se publicara su primera novela “Irlanda”. Con los cuarenta ya cumplidos y un Premio Planeta en su enorme mochila de éxitos, Espido Freire ha aprendido mucho de sí misma. Su blog es un ejemplo claro de que la literatura no está reñida con la moda, la gastronomía y la felicidad. Cercana, sencilla y comprometida con los problemas de nuestra sociedad, presenta su nuevo ensayo: “La vida frente al espejo”. Así es el día a día de una escritora que camina junto a sus lectores.
Empezaremos por la hora de levantarnos, ¿qué desayunas un día de trabajo? ¿Y qué tomas un día especial, de fiesta?
A diario desayuno salado, por lo general, y de manera consistente. Una tortilla de clara de huevo, salmón ahumado, o jamón de pavo, o tostada de aceite, con o sin jamón ibérico; o con queso. Una quiche del día anterior… Hay muchas opciones: fruta, té, pan integral, zumo de verduras o frutas… Los días de fiesta, si desayuno fuera, tomo algún dulce o churros, o una chapata con aceite, tomate y jamón en un lugar en el que las bordan. O migas de pastor. No soy muy escrupulosa, como se ve.
¿Eres de las que pones música nada más saltar de la cama o te tomas el cafecito/té escuchando las noticias?
Ninguna de las dos cosas (por lo general, tengo que sacarme a las gatitas de encima, primero), pero despierto normalmente con energía alta y de buen humor.
Después de la ducha, abres el armario de par en par. ¿Qué encontramos?
De todo. ¿Qué necesitas? Lo tengo. Mi armario es la envidia de mis amigas.
La mañana se va rápidamente y se acerca la hora de comer, descúbrenos un lugar ideal para quedar con amigos. No pienses ni un minuto en dieta o comida sana. ¿Qué te pides?
Suelo comer en un restaurante japonés cerca de mi casa, el Ayala Japón. Sashimi, tempura de verduras y una lubina al ponzu. Si estoy en puerto de mar, y hay marisco, me pierde. Sobre todo el buey de mar.
¿Postre o café para una sobremesa de tertulia?
Más un té que un postre. Prefiero comer a tomar postre. Quizás luego meriende algo, un bocadito de algo rico.
Hemos comido, charlado… ¿Eres de las que si pueden, se enrollan en la mantita después de almorzar? ¿Te pone la siesta?
Sí, con la edad, y esto es muy decadente, valoro cada vez más la siesta. Y me sienta muy bien (antes no).
¿Y qué tal se lleva Espido Freire con el deporte? ¿Forma parte de su rutina o está olvidado en un cajón?
Pues odio el deporte con todo mi corazón pero no me queda más remedio de hacer una rutina de ejercicio y estiramientos diarios, porque padezco de la espalda. También salgo a caminar y a veces nado.
Pasamos al “momento música”. ¿La escuchas en el coche? ¿En el móvil? ¿Mientras escribes? Cuéntanos. ¿Qué suena en tu día a día en los últimos tiempos?
Música casi siempre, sí, me hace compañía. Ahora escucho intensivamente a Arvo Pärt. No es precisamente alegre, pero me gusta.
Pues bien, una vez comprobado que eres amante de la música, hemos decidido invitarte a buen concierto. Elige: puedes volar al pasado y escoger un clásico imposible o quedarte en el presente. El planeta musical está a tu disposición.
Pues a uno de Bowie, que acabamos de perderlo. Y nunca le vi en concierto, aunque lo conocí muy brevemente en Londres, hace muchos años.
Además, el Blog Hedonista te regala un viaje de una semana con todos los gastos pagados para desconectar. ¿A dónde te vas sin pensar demasiado?
A Nueva York. Sin dudarlo. Aunque tengo pendiente Islandia, que no conozco y me encantaría, una semana en Nueva York resulta irresistible.
A la vuelta de tu escapada, quedas con unos colegas para tomar algo. ¿Cerveza o vino para acompañar la conversación?
Vino, nunca he bebido cerveza. Aunque serían ellos los que lo disfrutarían, yo no bebo alcohol desde hace un par de años.
Ya estás en casita. Antes de irte a la cama, ¿te embadurnas de crema, rezas, meditas? ¿Saltas sobre el colchón como una tigresa?
Me desmaquillo, medito sobre lo ocurrido durante el día, hago una breve lista de los pendientes para el día siguiente, mimo un poco a las gatitas, por turnos, y me acuesto.
A la hora de dormir, un ratito antes, ¿eres de las que leen, ven la tele…? ¿Qué nos encontramos en tu mesilla de noche?
Siempre, salvo que esté agotada, leo. Si duermo en un hotel puede que vea la tele, en mi habitación no la tengo. En mi mesita hay crema de labios, una botella de agua, el móvil, pañuelos de papel, varios libros, y un botellita de mi perfume Halloween.
Por fin apagas la luz hasta el día siguiente. ¿Es temprano o ya han sonado las campanadas? ¿Duermes de un tirón o a tropezones?
Intento acostarme pronto, pero casi nunca lo consigo antes de las campanadas… quizás hoy o mañana. Duermo bastante bien, no importa dónde ni cómo.
¿Con qué sueñas cuando te pones en modo avión?
Sueño todas las noches y recuerdo bastante bien los sueños. Depende, claro: a veces resuelvo problemas mientras duermo, otras regresan los conflictos de otras épocas que no he logrado resolver… pero por lo general, son sueños agradables.
Nos despedimos, Espido. ¿Qué es lo que te hace más feliz en este momento de tu vida?
La conciencia tranquila, la sensación de encontrarme a gusto conmigo. De haber aprendido mucho de mí y sentir que me agrada mi compañía. A mí me ha costado mucho lograr eso que, para mucha gente, resulta muy sencillo.
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