Serafín Zubiri: la vida es música y la música es vida

BLAS CANTÓ ES LA MEJOR ELECCIÓN QUE HA HECHO ESPAÑA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS 

Foto cedida por Serafín Zubiri

Foto cedi­da por Ser­afín Zubiri

Ser­afín Zubiri (1964) es un hom­bre todoter­reno. Ser inv­i­dente no le ha impe­di­do escalar el Aconcagua o cor­rer en la maratón de La Habana o Nue­va York. Dos veces en Euro­visión, vicepres­i­dente durante cua­tros años de la Fed­eración Inter­na­cional de Deportes para cie­gos, locu­tor o actor, Zubiri sigue en la músi­ca rein­ven­tán­dose con valen­tía y sen­ti­do de humor. Próx­i­ma­mente le escuchare­mos con su piano en un espec­tácu­lo sobre Euro­visión que recor­rerá toda España. 

Músi­co, locu­tor, actor, deportista… Eres un hom­bre impa­ra­ble, ¿siem­pre has sido un terremoto? 

La ver­dad es que siem­pre he sido una per­sona con muchas inqui­etudes y me ha gus­ta­do diver­si­ficar mi vida en dis­tin­tos ámbitos. Pro­bar sen­sa­ciones difer­entes… De algu­na man­era, esto viene con­mi­go de serie.

Por cier­to, en esas aven­turas deporti­vas que has pro­tag­on­i­za­do (mara­tones por todo el mun­do, pati­na­je, escal­a­da…) me lla­ma la aten­ción la subi­da al Aconcagua y sus 6.960 met­ros de altura. ¿Cómo es esa expe­ri­en­cia? ¿Cómo lo consigues? 

Lo logramos con un equipo de mon­tañeros pro­fe­sion­ales con los que entre­n­amos durante un tiem­po y fuimos adquirien­do la destreza de movil­i­dad den­tro de la mon­taña con los bas­tones que uti­liza todo el mun­do. Y luego usan­do el resto de los sen­ti­dos para lle­var a buen puer­to la haz­a­ña. Lo con­seguimos, y tam­bién el Kil­i­man­jaro en África o el Mont Blanc en Europa, entre otros.

Has via­ja­do muchísi­mo. ¿Qué expe­ri­en­cias sen­so­ri­ales bus­cas cuan­do ater­rizas en una ciudad? 

Sonidos, olores, comi­das… lo que perci­bo con el resto de los sen­ti­dos. Tam­bién me gus­ta pre­gun­tar mucho para cono­cer a fon­do el entorno en el que estoy y hac­erme una ima­gen más o menos aprox­i­ma­da de los sitios que visito.

Tal vez has­ta te abres más a la gente…

No sé, yo creo que eso va más con la per­sona. No tiene porqué estar deter­mi­na­do por la caren­cia, en mi caso, de la vista. Depende del carác­ter más o menos abier­to de cada uno.

Además de ese carác­ter impa­ra­ble y extro­ver­tido, otra de las cosas que te car­ac­ter­i­zan es la ale­gría y el sen­ti­do del humor. Te ríes has­ta de ti mis­mo sin ningún prob­le­ma. ¿Te ayu­da­do en momen­tos difí­ciles esta for­ma de enten­der la vida? 

Bueno, el sen­ti­do del humor es un indi­cador claro de afrontamien­to pos­i­ti­vo ante los prob­le­mas. Y para mí el sen­ti­do del humor es fun­da­men­tal: hay que tomarse la vida con la seriedad que requiere pero sin dar­le tan­ta impor­tan­cia a las cosas. Es decir, todo en su jus­ta medi­da y siem­pre con un sen­ti­do positivo.

Tienes dotes de psicól­o­go. De hecho, has esta­do estu­dian­do psi­cología e impar­tien­do char­las de motivación…

Sí, esa es otra de las partes de mi vida. Lle­vo catorce o quince años dan­do char­las de motivación.

Y pasan­do al tema Euro­visión, que supon­go que es uno de los pun­tos fun­da­men­tales en tu car­rera con dos par­tic­i­pa­ciones en 1992 y en el año 2000, ¿qué es lo más que recuer­das de estos momentos? 

La ver­dad es que fueron dos expe­ri­en­cias muy intere­santes y yo me lo pasé muy bien. Todo en gen­er­al fue pos­i­ti­vo, no recuer­do nada neg­a­ti­vo. Sobre todo a mí me llegó muchísi­mo la segun­da vez cuan­do fui elegi­do por votación pop­u­lar en un momen­to en el que esta­ba a pun­to de dejar la músi­ca. Fue muy espe­cial, un det­o­nante claro en mi vida. Si no hubiera sido por aque­l­la can­ción posi­ble­mente yo no estaría aho­ra hablan­do contigo.

Te atreverías con una ter­cera, ¿ver­dad?

Nun­ca me lo he plantea­do pero tam­poco lo con­trario. No es algo que piense pero tal vez si se dier­an las cir­cun­stan­cias y apareciera una can­ción fan­tás­ti­ca… ¿Por qué no? La ver­dad es que no com­pren­do a la gente que ha esta­do en Euro­visión y ren­ie­ga del Fes­ti­val. Es poco coher­ente. Hay que ser con­se­cuente con lo que uno hace. Si en el momen­to en el que estu­viste, lo hiciste sin que nadie te obligara, no se entiende que luego reniegues de tu paso por Eurovisión.

¿Y que te parece Blas Cantó?

La ver­dad es que creo que este año hemos hecho una gran elec­ción. Me parece per­fec­ta. Posi­ble­mente la mejor elec­ción que ha hecho España en los últi­mos años, sin duda. Blas es un gran artista, can­ta muy bien, es un chico joven, guapo… Lo tiene todo para tri­un­far. Aho­ra fal­ta la can­ción que es muy importante.

Por cier­to, estás preparan­do un musi­cal sobre Euro­visión que se estre­na el año que viene.

Sí, estoy muy con­tento con este tema. Llev­a­ba muchos años con la idea en la cabeza y hace dos empecé a preparar­lo. Van a ser cua­tro décadas en cua­tro blo­ques: años 60, 70, 80 y 90. Den­tro de cada déca­da estará lo más rep­re­sen­ta­ti­vo de las actua­ciones españo­las y cada bloque se cer­rará con los números más impor­tantes del Fes­ti­val. Creo que va quedar bien porque tiene un hilo muy coher­ente. Además, en los bis­es meter­e­mos cosas más con­tem­poráneas, temas del siglo XXI como la últi­ma can­ción ganado­ra por Por­tu­gal, el “Rise like a Phoenix” de Con­chi­ta Wurst , “Eupho­ria” o “Qué­date con­mi­go”. Y todo ello con Anabel Conde (segun­da posi­ción en 1995) y su her­mana que tam­bién es cantante.

Se estre­na el próx­i­mo 1 de mar­zo, ¿ver­dad?

Sí, en el Pala­cio Euskalduna en Bil­bao. Y luego estare­mos por todo el país. Va a ser un espec­tácu­lo de largo recor­ri­do y espero que dure muchos años. Igual que lo que estoy hacien­do aho­ra: siete años ya con Nino Bra­vo. A mí me gus­ta desar­rol­lar espec­tácu­los atem­po­rales que val­gan para este año y para den­tro de cin­co. En el caso de Euro­visión iré intro­ducien­do las nuevas can­ciones que vayan sonando.

Por ejem­p­lo, si gana Blas Cantó… 

Por supuesto, ahí estaría.

Está claro que sigues en la músi­ca rein­ven­tán­dote y bus­can­do cosas nuevas. ¿Es difí­cil con­tin­uar ahí a través de los años? 

Es com­pli­ca­do pero yo estoy tenien­do la suerte de poder con­seguir­lo. Me sien­to priv­i­le­gia­do y afor­tu­na­do por lograr­lo. Hay que estar al día, pele­an­do muchísi­mo, reinventándose…Pero ahí estoy, en la pelea y no me va mal. Así que estoy contento.

La ver­dad es que eres un hom­bre inspi­rador. ¿Tú tam­bién te inspi­ras en algo o alguien? 

Sí claro. Sobre todo en la vida en gen­er­al, en los momen­tos o situa­ciones per­son­ales que vas pasan­do. La vida es músi­ca y la músi­ca es vida. “Todo esto es la músi­ca”, como decía mi can­ción en 1992. Al final, uno refle­ja lo que es y lo que siente a través de lo que mejor sabe hac­er. En mi caso, la músi­ca. Otros lo podrán plas­mar en otro tipo de artes.

“Col­ga­do de un sueño” es la can­ción con que rep­re­sen­tas a España en el año 2000 y es la que te devuelve al mun­do de la músi­ca cuan­do ibas a aban­donarlo. ¿Ser­afín sigue soñando?

Creo que ya no soy tan soñador como entonces. Quizá soy más prag­máti­co. Aunque bueno, mi sueño es seguir hacien­do lo que hago, dis­fru­tar de lo que ten­go y man­ten­er una bue­na salud. No pido más.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reserved

20 responses

  1. Qué tipo tan fan­tás­ti­co. La entre­vista cuen­ta cosas de las que no tenía ni idea. Me declaro fan de este señor.

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