Castelo de Medina: Vendimia Seleccionada 2018 verdejo y sauvignon blanc

La últi­ma prop­ues­ta de vinos de la bode­ga val­liso­le­tana Caste­lo de Med­i­na adscri­ta a la DO Rue­da, se lla­ma Vendimia Selec­ciona­da y se tratan de dos blan­cos, un verde­jo y un sauvi­gnon blanc, ide­ales para la pri­mav­era y por supuesto para todas las esta­ciones del año.

Bode­gas Caste­lo de Med­i­na ocu­pa un edi­fi­cio con­stru­i­do en 1996 sigu­ien­do los cánones de la arqui­tec­tura tradi­cional castel­lana, es decir a par­tir de ladrillo, piedra, for­ja y madera, pero dota­do de la más avan­za­da tec­nología para la elab­o­ración de vinos de cal­i­dad. Apues­tan por la I+D pero sin perder de vista los prin­ci­p­ios tradi­cionales de elab­o­ración de toda la vida. Tienen más de 180 hec­táreas de viñe­do pro­pio en Villaverde de Med­i­na (Val­ladol­id), de los cuales 170 son de var­iedades blan­cas: verde­jo, sauvi­gnon blanc, viu­ra y chardon­nay, y las restantes 10 hec­táreas son tin­tas de tem­pranil­lo, gar­nacha y syrah. Pueden pre­sumir de muchos pre­mios por sus mono­va­ri­etales tan­to de verde­jo como sauvi­gnon blanc que se pueden con­sul­tar en su web.

Castelo de Medina Verdejo y Sauvignon Blanc Vendimia Seleccionada 2018

Caste­lo de Med­i­na Verde­jo y Sauvi­gnon Blanc Vendimia Selec­ciona­da 2018

 

Caste­lo de Med­i­na Verde­jo Vendimia Selec­ciona­da 2018 ha sido galar­don­a­do como Mejor Vino Blan­co Joven de la Guía Vivir el Vino 2020 y es uno los 11 Mag­ní­fi­cos de esta mis­ma pub­li­cación. Tam­bién ha tenido reconocimien­tos en Fran­cia, así como Medal­la de Oro en el pres­ti­gioso con­cur­so Mundus Vini 2019 de Ale­ma­nia, y en los Saku­ra Awards 2020 de Japón. En su eti­que­ta está rep­re­sen­ta­da la luna y difer­entes estrel­las que bril­lan con luz propia en la bóve­da celeste, en ref­er­en­cia a la vendimia noc­tur­na que se real­iza para man­ten­er todas las notas que car­ac­ter­i­za a la verde­jo. Ha pasa­do 6 meses en sus lías y pos­te­ri­or­mente 3 meses en bar­ri­ca de roble francés, ganan­do en sutileza y ele­gan­cia sin perder la fres­cu­ra de un vino joven. En la cata visu­al es de col­or amar­il­lo limpio y bril­lante con ribetes ver­dosos pro­pios de su juven­tud. En nar­iz nos recuer­da a hino­jo, anís y man­zana, de su cri­an­za en lías nos trae a la memo­ria las notas de pastel­ería y de la bar­ri­ca ligeros tosta­dos y espe­cias. En boca se mues­tra carnoso, redon­do, y apare­cen las fru­tas y las espe­cias. Per­sis­tente ret­ro­gus­to que invi­ta a seguir bebi­en­do. Para acom­pañar aper­i­tivos, mariscos, pesca­dos azules, ahu­ma­dos y carnes blancas.

Castelo de Medina Verdejo Vendimia Seleccionada 2018

Caste­lo de Med­i­na Verde­jo Vendimia Selec­ciona­da 2018

 

Caste­lo de Med­i­na Sauvi­gnon Blanc Vendimia Selec­ciona­da 2018 ha sido recono­ci­do con Medal­la de Oro en Mundus Vini 2020, en el Berlin­er Wein Tro­phy 2019 y en el Asia Wine Tro­phy 2019. En su eti­que­ta el pro­tag­o­nista es el astro rey que hace aflo­rar los aro­mas y sabores trop­i­cales pro­pios de esta uva. Ha pasa­do 9 meses sobre sus lías. La cata a niv­el visu­al es amar­il­lo paji­zo con refle­jos ver­dosos, limpios y bril­lantes. En nar­iz apare­cen fru­tas trop­i­cales y en boca tiene vol­u­men, de paso untu­oso, gra­so y bien estruc­tura­do. Armo­niza con unas oli­vas o anchoas, con que­so, anchoas, ensal­adas con fru­tos sec­os, arro­ces, carnes blan­cas y pesca­dos a la plancha.

Castelo de Medina Sauvignon Blanc Vendimia Seleccionada 2018

Caste­lo de Med­i­na Sauvi­gnon Blanc Vendimia Selec­ciona­da 2018

 

Más infor­ma­ción en la web de Caste­lo de Med­i­na con acce­so direc­to a la tien­da online para la com­pra de estos vinos o cualquier otro de la bode­ga, así como condi­ciones de entre­ga, des­cuen­to del 10% mien­tras dure el Esta­do de Alar­ma, etc.

© 2020 José María Toro. All rights reserved

 

Cata de Cavas y Vinos de Castillo Perelada

El pasa­do 8 de mar­zo, el emblemáti­co Hotel W Barcelona, fue el esce­nario per­fec­to para la extra­or­di­nar­ia pre­sentación y cata de cavas y vinos del Grup Per­al­a­da (D.O. Empordà) a manos de Ale­jan­dro Rodríguez.

Hablar de los cal­dos del Castil­lo de Pere­la­da es hablar de his­to­ria, de tradi­ción famil­iar y de arte.

Si bien la elab­o­ración de vinos en dicho enclave data de la Edad Media, no sería has­ta 1923   en el que Miquel Mateu, políti­co, apa­sion­a­do del arte y la cul­tura, e hijo del que fuera cofun­dador de His­pano-Suiza Damián Mateu, com­prara el con­jun­to mon­u­men­tal del Castil­lo de Pere­la­da para con­ver­tir­lo en un ref­er­ente artís­ti­co y, por supuesto, para revi­talizar una impor­tante tradi­ción vitiv­iní­co­la pre­sente en la zona del Empordà.

En 1972, Arturo Suqué, yer­no de Miquel Mateu, lid­er­aría una trans­for­ma­ción enfo­ca­da en la cal­i­dad y en la meta de hac­er de Pere­la­da una de las más pres­ti­giosas bode­gas del país. A parte, jun­to a su esposa Car­men Mateu, inau­gu­raría el recono­ci­do inter­na­cional­mente Fes­ti­val del Castell de Pere­la­da por el que han pasa­do infinidad de grandes artis­tas y músicos.

Hoy en día, Javier Suqué Mateu se encar­ga de diri­gir el rum­bo de este gran navío apo­s­tan­do por vinos de cal­i­dad, plan­tan­do y adquirien­do nuevos viñe­dos y enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia del I+D medi­ante una con­stante inves­ti­gación en tier­ras ampur­dane­sas con la final­i­dad de aprovechar esas cual­i­dades geofísi­cas y cli­ma­tológ­i­cas que ofrece este ter­ri­to­rio tan ama­do por Sal­vador Dalí.

En cuan­to a la D.O. Empordà, se car­ac­ter­i­za por una het­ero­genei­dad en la tier­ra en la que pri­man la tex­tu­ra arenosa y la pobreza en mate­ria orgáni­ca. Sue­len ser sue­los áci­dos que se sitúan des­de el niv­el del mar has­ta una altura cer­cana a los 260 met­ros. El cli­ma dis­fru­ta del vien­to de tra­mon­tana, que con­tribuye de man­era acti­va a la bue­na salud de las viñas. Con invier­nos suaves y ver­a­nos calurosos pero tem­pla­dos por el Mediter­rá­neo, la tem­per­atu­ra se sitúa entre los 14 y los 16°C, per­mi­tien­do el cul­ti­vo de var­iedades de ciclo medio y largo. Ref­er­ente a los viñe­dos, son de antigua implantación, si bien en los últi­mos años se ha ido ren­o­van­do para adop­tar cier­tos cam­bios vari­etales. Las uvas que pre­dom­i­nan son prin­ci­pal­mente car­iñe­na y gar­nacha negra en tin­tos, y gar­nacha blan­ca y roja jun­to a  macabeo en blancos.

vinos y cavas de Castillo de Perelada

Para esta cata se pre­sen­taron los sigu­ientes cavas y vinos:

-Cava Stars Touch of Rosé 2014 (90% gar­nacha y 10% pinot noir): sien­do un hom­e­na­je a todas esas estrel­las que han pasa­do y pasarán por el Fes­ti­val Castell de Pere­la­da, este cava elab­o­ra­do a par­tir de uvas selec­cionadas bajo la D.O. Cava, ofrece un col­or páli­do y rosáceo, así como finas bur­bu­jas con for­ma­ción de coro­na. Mod­er­no y agrad­able, se mues­tra muy flo­ral en boca, seco, pero con vida áci­da. La pres­en­cia de fru­ta blan­ca es más que notable.

-Només Gar­natxa Blan­ca 2016 (100% gar­nacha blan­ca): con uvas proce­dentes de viñe­dos de entre cin­cuen­ta y sesen­ta años situ­a­dos en la fin­ca Pont de Molins, se obtiene este mono­va­ri­etal com­ple­jo y con alma de man­zana. A la vista, pre­sen­ta un col­or amar­il­lo páli­do con ligeros toques ver­dosos. En boca ofrece cier­to amar­gor y un gran recor­ri­do. Un claro ejem­p­lo de lo que es un vino con personalidad.

-Col­lec­tion Blanc 2015 (64% chardon­nay y 63% sauvi­gnon blanc): este joven de cabel­lo rubio bril­lante, rebelde e inten­so debe bue­na parte de su per­son­al­i­dad a un 5% de chardon­nay que durante el 2015 vivió inten­sa­mente en bar­ri­ca de aca­cia, adquirien­do un ligero y pecu­liar toque de madera que se sumaría a un per­fume de fru­tas dul­ces y trop­i­cales. En boca es redon­do y fres­co, con un ligero pun­to carbónico.

-Fin­ca Espol­la 2012 (50% syrah, 30% monas­trell, 8% caber­net sauvi­gnon, 6% gar­nacha y 6% sam­só): con una exten­sión de 21 hec­táreas, Fin­ca Espol­la se sitúa en Les Alberes, cer­ca de los Piri­neos, y tiene como prin­ci­pal car­ac­terís­ti­ca un sue­lo negro, áci­do y pizarroso. Este leal escud­ero de las carnes “cor­tas” (pies, car­rilleras…) desta­ca por un col­or rojo rubí de capa alta. Encon­tramos abun­dantes aro­mas de fru­tas rojas, así como a bal­sámi­cos. En boca es ele­gante y con una acidez propia de la tier­ra de la que procede.

-Fin­ca Malaveï­na 2013 (46% mer­lot, 21% caber­net sauvi­gnon, 12% caber­net franc, 11% syrah y 10% gar­nacha): uno de los buques insignia de Pere­la­da, esta «bue­na veci­na» nace de 19 hec­táreas de arcil­la rojiza y de can­tos roda­dos. Mues­tra en su ros­tro un bel­lo col­or rojo cereza y desprende un aro­ma a fru­tos negros con toques tosta­dos. Sus besos son redon­dos, carnosos, casi cre­mosos, y lig­era­mente áci­dos, son besos que per­du­ran. Esta veci­na enve­je­cerá, por supuesto, pero lo hará de la mejor for­ma, enam­oran­do de nuevo.

-Aires de Gar­bet 2013 (100% gar­nacha): De una con­jun­ción dada por el Mediter­rá­neo, la calidez del sol, la tra­mon­tana y el sue­lo pizarroso de la fin­ca Gar­bet surge este esplen­di­do tin­to pla­ga­do de recuer­dos a hier­bas mediter­ráneas, bal­sámi­cos, tor­refac­tos, min­erales y fru­tos rojos. Pre­sen­ta unos tani­nos maduros y sedosos, así como un paso por boca agrad­able y exten­so. Igual que Fin­ca Malaveï­na, pre­sen­ta un enve­jec­imien­to con buen potencial.

-Cava Gran Claus­tro 2012 (45% pinot noir, 45% chardon­nay y 10% xarel·lo): elab­o­ra­do arte­sanal­mente, se cri­a­ba en su ori­gen en las bode­gas del claus­tro situ­a­do jun­to al Castil­lo Pere­la­da. Se tra­ta de un cava bas­tante acham­pana­do, de apari­en­cia col­or amar­il­lo paja con refle­jos ver­dosos y bril­lantes. Su bur­bu­ja es fina y con­tin­ua, y su sabor, seco y suave, deja ves­ti­gios afrutados.

© 2017 Aarón González. All rights reserved 

Viñachy, la bebida chyspeante

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Aún que­da ver­a­no para dis­fru­tar­lo y sabore­ar­lo. Me resis­to numan­ti­na­mente a creer que hay pro­duc­tos y viven­cias que son sola­mente para una estación del año ‑obvi­a­mente sino hay un cat­a­clis­mo o un cam­bio climáti­co a la vista, seguire­mos esquian­do en invier­no y bañán­donos en la playa en ver­a­no- para todo lo demás podemos jugar a adap­tar­lo con más o menos sen­ti­do, sin romper el orden nat­ur­al de las cosas, es decir sin actu­ar con­tra natu­ra. Ver­bigra­cia podemos com­er hela­do de tur­rón en ver­a­no o podemos beber­nos una cerveza bien fría en invier­no y no por ello el cos­mos se tiene que romper en pedazos.

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Mi des­cubrim­ien­to tardío, ya avan­za­do el ver­a­no, en uno de los anaque­les de la estantería de mi tien­da favorita y provee­do­ra habit­u­al de mi despen­sa y de mi cava, de esta nove­dosa bebi­da elab­o­ra­da a base de Vichy Catalán con los vinos de la pre­mi­a­da bode­ga Casa de la Viña de la D.O. Valde­peñas, ha sido toda una rev­elación en el sen­ti­do de cubrir una necesi­dad que hacía tiem­po iba anhelando. Y me expli­co lo que quiero decir, por un lado bus­ca­ba una bebi­da para ofre­cer a mis más jóvenes invi­ta­dos y tam­bién para aque­l­los amigos/as que no beben nada de alco­hol ‑unos temerosos por sus efec­tos colat­erales, inclu­idas mul­tas de trá­fi­co, y otros por su deter­mi­nación de odio vis­cer­al a todos los eflu­vios etíli­cos-  y por otro lado, quería algo  refres­cante y ligero,  apropi­a­do para la época de calor, que me siriv­iera tan­to para ese momen­to dis­ten­di­do y desen­fada­do del aper­i­ti­vo, como para acom­pañar platos más ligeros pro­pios del ver­a­no pero tam­bién del resto del año.
De la con­trac­ción de estas dos grandes mar­cas, ya citadas ante­ri­or­mente, se ha con­stru­i­do este sim­pá­tio nom­bre que rep­re­sen­ta el ideario de esta nove­dosa empre­sa: ViñaChy. Una bebi­da chys­peante, con bur­bu­jas y de poca grad­uación con sólo 7%. Viene con fuerza para romper clichés y esteroti­pos que están arraiga­dos en el imag­i­nario colec­ti­vo, pre­sen­tán­dose como una bebi­da opti­mista, jovial, ale­gre y rompe­do­ra para dis­fru­tar social­mente con mod­eración.

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ViñaChy blan­co chys­peante: está elab­o­ra­do con las var­iedades chardon­nay, sauvi­gnon blanc y macabeo de Casa de la Viña jun­to a Vichy Catalán para obten­er un vino de col­or amar­il­lo con ligeros refle­jos ver­dosos, en boca es goloso con aro­mas de fru­ta top­i­cal, en espe­cial fru­ta de la pasión y tam­bién a peras maduras. Ide­al para acom­pañar aper­i­tivos, mariscos, aves y pesca­dos a la plan­cha y tam­bién arro­ces de marisco.

ViñaChy rosa­do chys­peante: es el resul­ta­do de la unión de las uvas petit ver­dot y tem­pranil­lo de Casa de la Viña a Vichy Catalán para con­seguir un vino de col­or rosa­do, aro­mas dul­ces y embria­gadores a fram­bue­sa, en boca es fres­co. Para mari­dar con un salmón ahu­ma­do, pesca­dos a la plan­cha, arro­ces y con tar­tas recu­bier­tas de fru­tas de bosque.

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ViñaChy tin­to chys­peante: naci­da de la mez­cla de uvas mer­lot y tem­pranil­lo de la Casa de la Viña y Vichy Catalán para lograr un col­or rojo cereza y ribetes de un boni­to vio­láceo car­de­na­li­cio que se esconde deba­jo de la espuma de las bur­bu­jas. Aro­mas de fru­tas negras del bosque. En boca tiene un paso fácil y agrad­able. Para ennoviar con algún pla­to coci­na­do de pavo, pol­lo o cer­do adereza­do con fru­tas como la pera, albari­co­ques o inclu­so higos.

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