Maridaje de vinos de Wineissocial y los platos de Hawker 45

Para gus­tos los col­ores (Pan­tone, claro está). Esta expre­sión tan socor­ri­da pro­cede de la máx­i­ma lati­na “De gustibus non est dis­putan­dum”, que se puede tra­ducir direc­ta­mente por “no hay que pelear por los gus­tos”, porque cada uno tiene el suyo y todos son respeta­bles. Hacien­do el para­lelis­mo con los mari­da­jes de platos y vinos ocurre lo mis­mo y de esto saben un rato los sumilleres de Wine­sis­so­cial, refir­ién­dome a los mari­da­jes y los gustos.

Y para mues­tra un botón, es decir, el vivi­do días atrás en Hawk­er 45 donde se jugó en la parte sól­i­da con el exo­tismo de los platos de la chef Laila Bazahm al man­do de los fogones de este restau­rante barcelonés, donde recu­pera platos del street food de la gas­tronomía asiáti­ca y que van entre sabores áci­dos, amar­gos, dul­ces, picantes y el uma­mi, y en la parte líqui­da a car­go de César Canovas, el que fue campeón de España en el 2006 como sumiller y aho­ra tra­ba­ja en wineis­so­cial y que pre­sen­tó dos vinos dis­pares para cada pla­to que sal­ió de la coci­na de Hawk­er 45 para que cada comen­sal pudiera ele­gir su prop­ues­ta favorita entre las dos opciones o que se quedase con las dos. Una expe­ri­en­cia lúdi­ca donde los vinos podían ensalzar, acom­pañar o com­ple­tar los platos de la chef Bazahm.

Prop­ues­tas del menú y sus dos vinos a maridar:

  • Uma­mi: ali­tas de pol­lo thai con mer­me­la­da de chili. Tosta­da de gam­ba okonomiya­ki son shichi­mi tog­a­rashi. El picante de esta prop­ues­ta se podía con­trastar con el áci­do y refres­cante Pazo Casano­va o con Sen­su­alis y sus per­fumes flo­rales de rosa y de fru­ta como el lichi o la pera.
Alitas de pollo Thai

Ali­tas de pol­lo Thai

 

  • Amar­go: bimi y cal­abazas asadas, cur­ry japonés y caviar de beren­je­na. Los vinos Willa Wolf Gewürz­tramin­er con una ele­gante fres­cu­ra de aro­mas a rosas y A Coroa que desprende aro­mas de fru­tas del bosque como la fram­bue­sa y los arán­danos y a espe­cias como el cla­vo y la pimienta.

 

  • Picante: risot­to lak­sa con mer­luza. Los vinos Charti­er le Blanc y sus aro­mas a coco, melo­cotón, miel y flo­res blan­cas, mien­tras que Rebeldes con sus aro­mas a bollería, melo­cotón y pera, está espe­cial­mente indi­ca­do para empare­jarse con arroces.
Risotto Laksa

Risot­to Lak­sa con merluza

 

 

  • Áci­do-dulce: adobo de cos­til­la de cer­do ahu­ma­da y cebol­la carameliza­da con reduc­ción de vina­gre de soja. Heren­cia Altés L’Es­tel con aro­mas a café, cereza, ciru­ela y fre­sa o Mad con sus aro­mas de hier­ba, limón y lirio.
  • Dulce: hela­do de choco­late con tur­rón de plá­tano. A ele­gir entre Valverán 20 man­zanas, una sidra asturi­ana inspi­ra­da en las ice-ciders de Canadá, con aro­mas de maracuyá y naran­ja pen­sa­da para acom­pañar pastel­ería clási­ca y obvi­a­mente la Tar­ta Tati, o  Ariyanas David Tin­to Dulce con aro­mas de fru­ta de la pasión, pera, piña o rosas, ide­al para acom­pañar postres a base de choco­late y fruta.

 

Helado de chocolate con turrón de plátano

Hela­do de choco­late con tur­rón de plátano

 

La trayec­to­ria pro­fe­sion­al de Laila Bazahm se ini­ció en el sec­tor de la ban­ca ges­tio­nan­do proyec­tos en plazas impor­tantes como Dubai, Sin­ga­pur y Mani­la. En el 2011 rompió su prom­ete­dor futur­o­con y se dirigió a las puer­tas de Mugaritz para comen­zar en la coci­na des­de cero pero con muchas ganas de apren­der. Tras su paso por Nineu en San Sebastián, se volvió a Sin­ga­pur para ser chef ejec­u­ti­va de un gran grupo de restau­ración. Más tarde entró en L’Ate­lier de Joël Robu­chon jus­to cuan­do este restau­rante con­sigu­ió su primera estrel­la Miche­lin. De vuelta a Sin­ga­pur entró en Anti:Dote, el bistrot del Hotel Fair­mont y aquí fue donde comen­zó a ges­tarse ya su actu­al restau­rante Hawk­er 45. Barcelona fue su sigu­iente para­da para cur­sar el Máster en Hos­pi­tal­i­ty de EADA donde pudo apren­der todo, abso­lu­ta­mente todo, sobre los pro­ce­sos de un restau­rante, des­de la coci­na, los recur­sos humanos, con­tabil­i­dad, has­ta la gestión inte­gral de la sala. Su par­tic­i­pación en var­ios pop ups en 2015 en Barcelona, la incli­naron por ele­gir la Ciu­dad Con­dal como sede de su restau­rante que abrió sus puer­tas en enero de 2017.

La selección de vinos

La selec­ción de vinos

 

Wineis­so­cial es más que un club de vinos, es una for­ma didác­ti­ca de enten­der la cul­tura del vino. Des­de el ini­cio, hace 5 años, sus creadores bus­caron una for­ma fácil de lle­gar a todos los públi­cos a par­tir de sím­bo­los y col­ores, de tal for­ma que idearon un test de 30 pre­gun­tas para encon­trar el mejor esti­lo de vino a cada una de las per­sonas intere­sadas en finalizar este cues­tionario. Con­jun­ta­mente con el club real­izan asesoría a restau­rantes para ade­cuar la car­ta de vinos a la prop­ues­ta gas­tronómi­ca, así como for­ma­ción al equipo de sala usan­do la mis­ma sim­bología y poder acer­tar con los gus­tos de los comen­sales. Los vinos que con­for­man el catál­o­go de wineis­so­cial tienen que cumplir los sigu­ientes req­ui­si­tos: expre­sar su ter­roir, de pro­duc­tores autén­ti­cos que apues­tan por una mín­i­ma inter­ven­ción, respeto del entorno y ofre­cer una alta relación “pre­cio-plac­er” como ellos la cal­i­f­i­can. El grupo de cata está for­ma­do por los exper­tos sumilleres César Canovas, Raúl Igual, David Sei­jas y David Forer.

Hawk­er 45 Car­rer de Casp, 45. 08010 Barcelona. Telé­fono 937 638 315. Horario de lunes a sába­do de 13 a 16h y de 20 a 23h.

Más infor­ma­ción de este club de vinos con opciones per­son­al­izadas en Wineis­so­cial

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Menú degustación modernista dentro de la Restaurant Lover Week en Restaurante Galaxó del Hotel Casa Fuster

«Per­fec­to Sr. Doménech, si ust­ed me con­fir­ma que ya tiene todos per­misos nece­sar­ios para la edi­fi­cación, pro­ce­da a ello. Avis­aré a la Sra. Fab­ra para que se per­sone en su despa­cho y puedan conc­re­tar los detalles de la obra.»

Así, tras col­gar su pecu­liar y rús­ti­co Gow­er-Bell, Mar­i­ano Fuster i Fuster, caballero de la alta sociedad mal­lorquina, pin­tor e indus­tri­al, segu­ra­mente habría dado el vis­to bueno al planteamien­to ofre­ci­do por el respeta­do arqui­tec­to barcelonés Lluís Doménech i Mon­tan­er para la con­struc­ción en 1905 de uno de los edi­fi­cios mod­ernistas más exclu­sivos y ele­gantes de la cap­i­tal cata­lana: La Casa Fuster.

Situ­a­do en el número 132 del con­cur­ri­do Paseo de Gra­cia, el Hotel Casa Fuster esconde bajo su sin­u­osa y mar­mórea arqui­tec­tura el restau­rante Galaxó. En claro hom­e­na­je a quién fuera el señor de la casa, Mar­i­ano Fuster, el local adquiere el nom­bre de la cum­bre mal­lorquina Puig de Galatzó dan­do a enten­der un carác­ter mediter­rá­neo que se aúna en per­fec­ta con­so­nan­cia con la van­guardia encar­na­da en el espíritu mod­ernista que rezu­ma cada rincón del hotel. En pal­abras de Ori­ol Canil­las (chef) y Mireia Pel­licer (maître som­me­li­er) «Nues­tra gas­tronomía apues­ta por el pro­duc­to mediter­rá­neo, mati­za­do con gus­tos exóti­cos. Pri­or­izamos el sabor tradi­cional y la min­u­ciosa com­bi­nación de gus­tos; además de una estu­di­a­da selec­ción cromáti­ca acorde con el peri­o­do mod­ernista al que pertenece este emblemáti­co edi­fi­cio».

Nada más atrav­es­ar la arca­da del Hotel Casa Fuster, la sen­sación de via­jar a otra época e inclu­so a otra dimen­sión, se apodera del espíritu de uno. Mobil­iario dota­do de vida gra­cias a sus for­mas orgáni­cas, pomos for­ja­dos que inspi­ran nat­u­raleza, jar­rones que bailan al son de tenues luces rega­lan­do mís­ti­cos reflejos…Todo ello da la bien­veni­da, invi­tan­do a aden­trarse en lo pro­fun­do de este bosque de már­mol, for­ja y madera. Ya en la plan­ta noble, Galaxó se deja ver tími­da­mente al final de un dis­tribuidor que lóbrego, como si fuera el momen­to en el que se besan los pár­pa­dos para ini­ciar un boni­to y oníri­co via­je, es el encar­ga­do de con­ducir al comen­sal a su des­ti­no. El Hada de Azú­car dan­za y danza.

Una vez en su inte­ri­or, un techo que evo­ca un ondu­lante mar de pla­ta acoge en su fon­do las mesas dis­pues­tas con bas­tante espa­cio entre sí para que cada expe­ri­en­cia sea úni­ca, ínti­ma e inolvidable.

Gar­gantuescos arcos de már­mol hacen la fun­ción de guardianes y de sep­a­rar las difer­entes sec­ciones del Galaxó. Mis­te­riosos espe­jos añe­jos y que­bra­dos pare­cen por­tales a uni­ver­sos de Car­roll. Amplios ven­tanales son cubier­tos por impo­nentes corti­nas moradas que como cataratas de vino, caen y se fun­den en un vacío que escapa a la vista de la per­sona ya sen­ta­da alrede­dor de unas mesas siem­pre acom­pañadas por escul­turas y motivos modernistas.

Tras un aper­i­ti­vo de bien­veni­da del chef con­sis­tente en un suave gua­camole con gam­bas y una selec­ción de sales: la sutil sal rosa del Himalaya, la Flor de Sal con hibis­co y la poderosa y oscu­ra sal vol­cáni­ca de Hawaï, acom­pañadas con pan blan­co y de nue­ces, y de un exce­lente AOVE como es el leri­dano y ecológi­co Uma­mi, se pro­cedió a la degustación de los sigu­ientes platos:

aperitivo

Aper­i­ti­vo mod­ernista. Fotografía de Aarón González

-Pica Pica Mod­ernista, ele­gante y col­ori­da com­posi­ción for­ma­da por:

      -Drac del Parc Güell (Canelón de cal­abacín rel­leno de mató y vina­gre­ta de pimien­tos de col­ores): un tren­cadís a base de vina­gre­ta de pimien­tos mul­ti­col­ores cubre a un dragón de suave cal­abacín que guar­da en su inte­ri­or una nube de ligero requesón.

    -Vidri­eres Mod­ernistes (Tar­tar de salmón con gelati­nas de pimien­to, pepino y tomate): un tar­tar de salmón fina­mente cor­ta­do, que evi­ta así la mal­ogra­da tex­tu­ra de puré, cobi­ja­do por un méz­clum de hojas jóvenes al que cada boca­do va son­sacan­do pequeños secre­tos de pal­adar. Las gelati­nas, difer­en­ci­adas y llenas de sabor, apor­tan ese aspec­to visu­al que le con­fiere el nom­bre al plato.

      -Sagra­da Famil­ia (pata­ta bra­va): unir dos con­cep­tos tan arraiga­dos como son las patatas bravas con uno de los sím­bo­los emblemáti­cos no solo del mod­ernismo catalán, sino de la propia iden­ti­dad barcelone­sa, es todo un acier­to. Más aún cuan­do se da la primera den­tel­la­da y la lava de este pequeño vol­cán empieza a vert­erse por sus costa­dos al mis­mo tiem­po que hace pres­en­cia en las papi­las del comensal.

Un primer pla­to dig­no de un mur­al de Mucha en el que col­ores y sabores vuel­ven a recor­dar que no se está en un restau­rante cualquiera. Se acom­paña con un Primer Brut Nature de Pere Ven­tu­ra (xarel.lo, par­el­la­da y macabeo), que apor­ta refle­jos dora­dos y brillantes.

-Mer­luza en suquet de choco­late con pas­tel de pata­ta y bole­tus: una cama de espon­josas patatas es tes­ti­go de este curioso idilio. No se sabe cuán­do el cacao empezó su relación con la sire­na, lo que sí es más que evi­dente es que recosta­dos en esos cojines de bole­tus, mantienen una relación de ensueño, casi pro­hibi­da, que sel­l­aron con un blan­co e inten­so Príncipe de Viana D.O. Navar­ra (chardon­nay). Shostakovich habría com­puesto una suite para esta pare­ja sin dudarlo.

-Frican­dó de tern­era al ver­mut con naran­jas fres­cas y oli­vas negras: o como el pla­to se trans­for­ma en un cam­po de batal­la por ver cuál de los ingre­di­entes per­manece más tiem­po en la mente y en el gus­to del comen­sal. La poderosa pero del­i­ca­da tern­era avan­za impa­ra­ble para ganarse el puesto de pal­adín mod­ernista, “lás­ti­ma” que una naran­ja que no se deja ame­drentar por una carne tan fina y dulce, desha­ga todo ese sabor para suplan­tar­lo por un fres­cor lig­era­mente áci­do. Esto provo­ca un tira y aflo­ja en el que el comen­sal está dese­an­do pro­bar otro boca­do de la primera para obligar al cítri­co a actu­ar. Has­ta aquí todo sería más o menos sen­cil­lo si no fuera porque otro ele­men­to entra en dis­cor­dia: de for­ma furti­va, las oli­vas negras hacen acto de pres­en­cia dan­do pequeñas esto­cadas tostadas en el pal­adar. Han venido, y lo hacen para quedarse. Un tin­to joven de Jardins Monas­trell D.O. Empordà (gar­nacha, mer­lot, syrah y caber­net suavi­gnon) es tes­ti­go de tan cru­en­ta batalla.

-Casa Fuster (semi­es­fera de mousse de choco­late con leche y baño de choco­late blan­co): líneas cur­vas mod­ernistas para pre­sen­tar un postre potente a la par que ligero y, por supuesto, dulce. Una pieza que se podría extrap­o­lar al cam­po de la arqui­tec­tura y enca­jar per­fec­ta­mente en cualquier obra de Josep Puig i Cadafalch.

postre,

Semi­es­fera de mousse de choco­late con leche y baño de choco­late blan­co. Fotografía de Aarón González

Tras esta degustación, se con­cluye que Galaxó es un uni­ver­so para­le­lo, un por­tal al pasa­do ¿o tal vez al futuro? En defin­i­ti­va, se puede decir que Galaxó es un lugar para soñar.

Galaxó for­ma parte de la Restau­rant Lover Week orga­ni­za­da por Atrá­pa­lo. Del tres al doce de mar­zo, una selec­ción de restau­rantes de Madrid y Barcelona ofre­cerán menús exclu­sivos a un pre­cio ase­quible e infe­ri­or al habit­u­al: 24 euros más IVA y un euro muy espe­cial que irá des­ti­na­do a colab­o­rar con la ONG Accem y ayu­dar así a refu­gia­dos y a las per­sonas más desfavorecidas.

Más infor­ma­ción y reser­vas en Atrá­pa­lo

© 2017 Aarón González. All rights reserved 

El Kursaal de San Sebastián se ha impregnado de aromas de cúrcuma y otros especias asiáticas.

Atrás quedó la XVII edi­ción del Con­gre­so de San Sebastián Gas­tronómi­ka. Han sido 4 días muy inten­sos de pre­senta­ciones, ponen­cias, show cook­ing y de net­work­ing. Este año se ha dirigi­do al des­cubrim­ien­to de dos ciu­dades que piv­o­ti­zan todo el avance gas­tronómi­co del con­ti­nente asiáti­co: Sin­ga­pur y Hong Kong.

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El stand de los hornos a la brasa Josper

Estas dos metrópo­lis reci­bieron una calurosa acogi­da de los ciu­dadanos de San Sebastián que se acer­caron a cono­cer de primera mano el street food asiáti­co que se mon­tó efímera­mente en la entra­da del Kur­saal y que es todo un trib­u­to a los que se orga­ni­zan por la calles de estas dos ciu­dades: los food mar­ket de Sin­ga­pur y los hutongs de Hong Kong. Se pudo degus­tar pro­duc­tos y platos rep­re­sen­ta­tivos de los restau­rantes que asistieron a este con­gre­so inter­na­cional de gas­tronomía como la sopa de fideo Lak­sa del restau­rante Les Amis del chef Peter Teo (Sin­ga­pur) las cro­que­tas de arroz y pol­lo “Chick­en Rice” del chef Emmanuel Stroobant (Sin­ga­pur), las deli­ciosas cos­til­las de cer­do con café “cof­fee pork ribs” del chef Wayne Liew del restau­rante Keng Eng Kee (Sin­ga­pur), las empanadil­las Dim Sum de carne y el guiso de pol­lo a las 1000 espe­cias del chef Josep María Kao del restau­rante Kao Dim Sum de Barcelona. Todo un luja­zo el poder pro­bar gas­tronomía de miles de kilómet­ros de dis­tan­cia sin desplazarse de la cap­i­tal donos­tiar­ra y sin perder de vista la belleza de la bahía de La Con­cha ni su mag­néti­ca barandil­la (reconoz­co que padez­co el sín­drome de esa cen­te­nar­ia barandil­la y que es lle­gar a esta ciu­dad, bajarme del tren e irme direc­to a este emble­ma de la ciu­dad, donde me puedo pasar horas miran­do el mar, a la isla de San­ta Clara y todo lo que sucede en la playa apoy­a­do en ella y que sólo me desen­gan­cho cuan­do la gazuza apri­eta y encamino mis pasos como un poseí­do hacia los bares de la Parte Vie­ja).

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Pla­to de tru­fa negra prepara­do por Andrea Tumbarello

Clases magis­trales for­ma­ti­vas de diver­sas temáti­cas en el Aula Makro, en petit comité, como el dirigi­do para recal­ci­trantes tru­fas lovers impar­tido por un diver­tido Andrea Tum­barel­lo, chef ital­iano afin­ca­do en el restau­rante madrileño Don Giovanni. 
Los chefs más rep­re­sen­ta­tivos de la gas­tronomía de las ciu­dades invi­tadas, cocineros de recono­ci­do pres­ti­gio inter­na­cional que con la sem­piter­na son­risa y acti­tud afa­ble y humilde se pre­sen­taron en sociedad ante peri­odis­tas curiosos por saber un poco más de su coci­na. De Sin­ga­pur nos tra­jeron la fusión, la mez­cla de cul­turas gas­tronómi­cas como la malaya, la chi­na, la India, la tamil, y la influ­en­cia de la col­o­nización británi­ca. Por su parte Hong Kong aportó lo que se coci­na en los restau­rantes más lujosos y tam­bién la pop­u­lar, la que se come en la calle, muy rica en aro­mas y col­ores que recoge la tradi­ción culi­nar­ia de la coci­na man­da­ri­na, la de Sichuan, la de Yunan y la de Hunan. Mal­com Lee nos ilus­tró sobre la coci­na per­anakan surgi­da de la fusión malaya y chi­na de Sin­ga­pur. Ryan Clift insis­tió en el uso del uma­mi con­sid­er­a­do como el 5º sabor. Justin Quek tra­jo la gas­tronomía de lujo sin­ga­purense. André Chi­ang ‑con­sid­er­a­do como el 5º de los 50 mejores de Asia 2015– alabó el papel de jugos y fer­men­ta­dos como alter­na­ti­va al vino en cualquier maridaje
Por su parte, los chefs patrios galar­don­a­dos con los lau­re­les de la pres­ti­giosa guía Miche­lin como Jor­di Cruz, Eneko Atxa, Martín Berasategui, entre otros, mostraron sus últi­mas novedades en el gran audi­to­rio y después departieron infor­mal­mente con todos los asis­tentes por los pasil­los. En la mis­ma sala que Josep Roca nos con­tag­ió un poco más de su amor por el vino, en su cata más grande jamás con­ta­da (y cata­da) rin­di­en­do un emo­ti­vo hom­e­na­je pós­tu­mo a su com­pañero de pro­fe­sión Juli Sol­er, y defen­di­en­do la tier­ra que habita­mos para poder seguir hacien­do vino. Por últi­mo, tra­jo para pro­bar un vino Jerez de 200 años que se repar­tió salomóni­ca­mente entre los más cer­canos a su púl­pi­to. El chef Paco Pérez nos hizo dis­fru­tar a par­tir del dicho que del “cer­do se aprovechan has­ta los andares” y ni cor­to ni pere­zoso nos impro­visó una man­te­qui­l­la ‑mucho más salud­able que la de vaca- y una cre­ma de choco­late a par­tir de los restos de una pata de jamón del elab­o­rador Arturo Sánchez. ¡De ovación en pie!. El rev­olu­cionario Mario San­doval pre­sen­tó un susti­tu­ti­vo de la sal a par­tir de los polifenoles, los com­puestos bioac­tivos extraí­dos de la piel de la uva, y que tienen un gran poder antiox­i­dante. Pre­sen­tó en prim­i­cia tam­bién su nue­va colec­ción de vajil­la “Diosa Anti­qua” inspi­ra­da en las sin­u­osas cur­vas femeni­nas. En con­clusión todos los cocineros coin­ci­dieron por una­n­im­i­dad en reivin­dicar el sabor en el pla­to por enci­ma de la belleza del mismo.

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Man­te­qui­l­la elab­o­ra­da con la pata de un jamón de cer­do elab­o­ra­da por Paco Pérez

Como activi­dades para­le­las al Con­gre­so se ofre­ció la posi­bil­i­dad de asi­s­tir a una clase par­tic­u­lar de coci­na o de guis­ar codo a codo con los pres­ti­giosos chefs Ele­na Arzak, Pedro Subi­jana o Andoni Luis Adur­iz.
El Con­cur­so Nacional de Par­ril­la ‑ya va por la sex­ta edi­ción- provocó mucha seg­re­gación sali­var entre los jue­ces, que val­o­ran­do las piezas, la coc­ción, la tex­tu­ra y el sabor, procla­maron ganador a Jon Ayala del Asador Laia de Hon­dar­rib­ia. La chule­ta tam­bién fue la pro­tag­o­nista indis­cutible de la cena cel­e­bra­da el lunes y el martes en el mar­co incom­pa­ra­ble de uno de los sun­tu­oso salones del Hotel María Cristi­na, sien­do recibi­da como una ruti­lante estrel­la de cine.
Por su parte, en el Mar­ket estu­vieron pre­sente una selec­ción de las mejores empre­sas provee­do­ras de pro­duc­tos ali­men­ti­cios y de bebidas, así como indus­trias auxiliares.

Esper­amos ya impa­cientes que novedades nos deparará el año próx­i­mo porque seguro que nos sor­pren­derán aún más, tenien­do en cuen­ta que San Sebastián ha sido procla­ma­da como la cap­i­tal cul­tur­al euro­pea 2016. ¡Doble interés! Sigo recor­dan­do esos aro­mas de espe­cias asiáti­cas que se han graba­do en mi memo­ria olfativa.

© 2015 José María Toro. Todos los dere­chos reservados

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