A grandes rasgos Le Circus de Millesime Madrid 2015 volvió a sorprender con la presentación de nuevas creaciones culinarias en general, y la de México, en particular, como país invitado. Si le añadimos las inigualables recreaciones oníricas de ambientes circenses diseñadas para esta edición, la visita se convirtió en todo un espectáculo para los sentidos donde todo estaba preparado para el más difícil todavía. Pasen y lean…
La Real Conservera Española, empresa que data de 1920 y que sólo usa marisco gallego en sus elaboraciones, emocionó con sus vasitos de almejas recubiertos con una salsa fría para realzar el sabor de este molusco ¡de fuegos artificiales!, la zamburiña de Cambados con aguachile de maíz o la almeja de con sopa yodada ¡para sentir todo la bravura del Océano Atlántico en boca!
Las exquisitas ostras de Daniel Sorlut (que para un momento de urgente necesidad se pueden encontrar en una de las paradas del madrileño Mercado de San Miguel) de un sabor potente y totalmente adictivas. Cómo no podía ser de otra manera proceden de la privilegiada zona de Marennes-Oléron, en la costa oeste de la France, ese excepcional hábitat con una condiciones envidiables para que vivan y se pongan así de sabrosas les huîtres galas.
Para satisfacer a los más carnívoros estaban los especialistas en carnes selectas de La Finca de Jiménez Barbero que asombraron con sus creaciones y sus cortes.
El color brillante, terso y casi hipnotizante junto al olor magnético de las piezas de atún de Balfegó ‑tan apreciada por los hijos del imperio del Sol Naciente, y por los originarios del Sol Poniente también- provocó a los presentes salivación (como el perro de Pavlov) fascinación, turbación, sobrecogimiento y embobamiento (en este orden).
La mejor mixología no podía faltar a un evento como éste, y ahí estaban los bartenders de Platea Madrid dándolo todo con sus cócteles de autor y sus movimientos precisos de preparación de sus combinados como si de modernos alquimistas de alguna secta secreta se tratasen. Para la circunstancia los representantes del país centroamericano, y para demostrar que hay vida más allá de las rancheras de Luis Miguel y de los mariachis, trajeron su tequilita de Hacienda Maravatio y el oaxaqueño mezcalito de culto Don Silverio.
Jorge de Andrés, chef del restaurante La Sucursal y Vertical de la capital del Turia, que se crió entre fogones con su madre Loles Salvador y de quien heredó su amor al producto y la búsqueda de una cocina de raíz ‑la que revisa los platos tradicionales para darles una nueva dimensión- nos regaló esa maravilla de plato inspirado en la cocina popular de los pescadores de barcas pequeñas, que recogían cangrejillos para hacer un suquet y le echaban unos huevos rotos para posteriormente mojar buen pan. ¡Sublime! o mejor dicho ¡de mascletá fallera!
La Escuela de Hostelería Gambrinus Madrid con Pedro Larumbe a la cabeza invitó a probar el tataki marinado con bombón de foie recubierto de chocolate blanco con lima yodada y grosella. Una explosión de sabor en el que cada elemento se sentía independientemente, sin mezclas.
Para animar la fiesta ahí estaban los del Teatro BOdevil con un extracto de su función DeliZia para repartir alegría, entretenimiento y diversión, arrancando muchas sonrisas en este maridaje de espectáculo y gastronomía.
Pd. Ya queda menos para la próxima edición.
Con la colaboración de Rosa Peñuelas
© 2015 José María Toro. Todos los derechos reservados.
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