Nueva línea sin gluten de bizcochos, magdalenas y snacks de La Granja Foods

Nue­va línea sin glu­ten, sin lac­to­sa y sin hari­na de maíz de La Gran­ja Foods. Es la últi­ma inno­va­ción de esta empre­sa fami­liar que nació en 1959. Fue fun­da­da con la cla­ra voca­ción de ela­bo­rar pro­duc­tos con sabor y natu­ra­les, no han deja­do de evo­lu­cio­nar con los tiem­pos. En los años 80 crea­ron la gama Diet para aten­der nece­si­da­des die­té­ti­cas. Pos­te­rior­men­te la línea Bio se ela­bo­ró a par­tir de ingre­dien­tes úni­ca­men­te de agri­cul­tu­ra eco­ló­gi­ca. La gama Vegan para con­su­mi­do­res vega­nos fue la penúl­ti­ma incor­po­ra­ción al elen­co de pro­duc­tos de La Gran­ja Foods.


La Gran­ja Foods ha crea­do esta gama sin glu­ten de biz­co­chos, mag­da­le­nas y snacks a par­tir de hue­vo fres­co, hor­nea­do len­ta­men­te para que que­de tierno y espon­jo­so. Es defi­ni­ti­va que el resul­ta­do sea más sabro­so, natu­ral y diges­ti­vo.

Productos sin gluten de La Granja Foods
Pro­duc­tos sin glu­ten de La Gran­ja Foods


Este pro­yec­to se ini­ció hace 6 años a peti­ción de la Aso­cia­ción de Celía­cos de Cata­lun­ya, para con­se­guir un pro­duc­to con mejor tex­tu­ra, libre de glu­ten, lac­to­sa y de maíz.

Nueva gama de productos sin gluten, sin lactosa y sin harina de maíz de La Granja Foods

Para lle­var a buen puer­to estos pro­duc­tos si glu­ten cons­tru­ye­ron una nue­va fábri­ca exclu­si­va para evi­tar la con­ta­mi­na­ción cru­za­da con el res­to de pro­duc­tos más tra­di­cio­na­les de La Gran­ja Foods.

Pro­duc­tos glu­ten free de La Gran­ja Foods
👌biz­co­cho de cala­ba­za y yuzu (el cítri­co japo­nés)
👌biz­co­cho de cacao puro en pol­vo con chips de cho­co­la­te negro
👌biz­co­cho carrot cake de zanaho­ria des­hi­dra­ta­da y nue­ces
👌biz­co­cho már­mol. Con pepi­tas de cho­co­la­te y hor­nea­do len­ta­men­te
👌biz­co­cho de plá­tano des­hi­dra­ta­do y coco ralla­do
👌biz­co­cho tra­di­cio­nal sin azú­ca­res aña­di­dos
👌mag­da­le­nas tra­di­cio­na­les sin azú­ca­res aña­di­dos

Estos dos últi­mos pro­duc­tos (el biz­co­cho tra­di­cio­nal y las mag­da­le­nas tra­di­cio­na­les) son menos caló­ri­cos y aptos para dia­bé­ti­cos ya que no usan azú­ca­res. Aña­den edul­co­ran­te mal­ti­tol en su lugar.

Más infor­ma­ción en la web de La Gran­ja Foods

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Baker Band, la pastelería que compone música de sabores en cada tarta que sale de su obrador

La pas­te­le­ría que crea músi­ca de sabo­res en cada tar­ta, bien a esco­ger de su pro­pio catá­lo­go o bien sien­do tú mis­mo el com­po­si­tor de tu pas­tel pre­fe­ri­do com­bi­nan­do el tipo de biz­co­cho, el relleno, el almí­bar o la cre­ma, en defi­ni­ti­va crean­do tu pro­pio sabor.

Pas­tel de nue­ces e higos con cara­me­lo case­ro

Kari­na, la crea­do­ra de Baker Band en el 2015 y de la “músi­ca del sabor”, jun­to a su exper­to y vir­tuo­so equi­po, bus­ca que cada pas­tel que sale de su obra­dor sea úni­co y refle­je los gus­tos del clien­te o de la per­so­na a la que va diri­gi­da. Que los sabo­res que encon­tra­rá en la tar­ta que tie­ne entre sus manos le recuer­den sus notas musi­ca­les pre­fe­ri­das.

Pas­tel de nue­ces e higos con cara­me­lo case­ro en su caja de trans­por­te

A par­tir de rece­tas case­ras, Kari­na expe­ri­men­ta en su obra­dor, y crea nue­vas rece­tas por eso las asi­mi­la a la com­po­si­ción de un nue­vo tema musi­cal. Y cada com­po­nen­te de una tar­ta es como una nota, de esta for­ma con­se­gui­re­mos nues­tra músi­ca favo­ri­ta en for­ma de sabo­res. Del mis­mo modo que fun­cio­nan las sen­sa­cio­nes de sines­te­sia, en la cual uni­mos dos emo­cio­nes, el sabor y la músi­ca, pro­ce­den­tes de dos domi­nios sen­so­ria­les dife­ren­tes, el gus­to y el oído.

Deta­lle del pas­tel de nue­ces e higos con cara­me­lo case­ro

De esta for­ma, Kari­na y su equi­po con­si­guen que el cho­co­la­te con plá­tano y bai­leys te recuer­den a una sesión de jazz en algún club de Nue­va York o de París o las fru­tas tro­pi­ca­les te pue­den traer rit­mos lati­nos como la cum­bia, el balle­na­to o la bacha­ta de algún via­je al Cari­be. Sola­men­te tie­nes que coger una cucha­ra­da, cerrar los ojos y sen­tir en tu mun­do inte­rior esa can­ción que te hace vibrar y eri­zar la piel y que te trae boni­tos recuer­dos.

Pastel de coco y maracuyá de Banker Band. La música del sabor
Pas­tel de coco y mara­cu­yá

Baker Band, la música del sabor

Todo ela­bo­ra­do con ingre­dien­tes natu­ra­les y de cali­dad, selec­cio­na­dos con cari­ño para que expre­sen esa músi­ca de sabor. No usan ni colo­ran­tes ni con­ser­van­tes, y siem­pre bajo pedi­do se ela­bo­ra el día de la entre­ga para que el pas­tel sea fres­co. El resul­ta­do es una tar­ta jugo­sa y con un gene­ro­so relleno.

Varios pasteles de Baker Band. La música del sabor
Sur­ti­do de pas­te­les de Baker Band

Los pas­te­les se pre­pa­ran en el inte­rior de una atrac­ti­va caja indi­vi­dual con una tapa trans­pa­ren­te para poder ver su inte­rior. Se pre­sen­tan en dos for­ma­tos: de 500 gra­mos y de 1 kilo. Y son fáci­les de trans­por­tar sin que su dul­ce con­te­ni­do pier­da su for­ma. Idea­les para una cele­bra­ción fami­liar, con ami­gos, o inclu­so para una excur­sión y dis­fru­tar de tu momen­to dul­ce en una comi­da en el cam­po o en la pla­ya. Las cajas son fáci­les de abrir por el late­ral y colo­car en un boni­to pla­to o comer direc­ta­men­te des­de la caja, si tan deses­pe­ra­dos esta­mos. El res­to del pas­tel, si es que que­da, se guar­da nue­va­men­te en la caja y se pone en la neve­ra para con­su­mir al día siguien­te.

Fachada del obrador de Baker Band
Facha­da del obra­dor de Baker Band en Bar­ce­lo­na

Pedi­dos en la web de Baker Band Se pue­den reco­ger en el obra­dor o bien con entre­ga a domi­ci­lio. Como extra se pue­de aña­dir velas de cum­plea­ños o tar­je­tas de feli­ci­ta­ción. Tam­bién carrot cake con hari­na sin glu­ten.

Baker Band está en el Carrer Sant Joan de Mal­ta, 131–135, local, 08018, Bar­ce­lo­na. Telé­fono 625 720 088. Email info@bakerband.es

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Las rebuenas empanadas argentinas de La Fábrica en Barcelona

Empa­na­das argen­ti­nas de La Fábri­ca de Bar­ce­lo­na son “como allá, acá” y están rebue­nas.

empanadas argentinas de diferentes tipos.
Empa­na­das argen­ti­nas de La Fábri­ca

La Fábri­ca está ges­tio­na­da por argen­ti­nos, que tie­nen la mano rota en esto de las empa­na­das. De tan­tas que han hecho has­ta hoy y las que les fal­tan por hacer. Bus­can los mejo­res ingre­dien­tes y relle­nan las empa­na­das has­ta que la masa ya no da más de sí o se rom­pe­ría. Y por supues­to, el secre­to está en la masa, y que des­de hace poco son sin glu­ten.

El elen­co de empa­na­das se com­po­ne de los siguien­tes relle­nos:

  • De car­ne: de ter­ne­ra con cebo­lla, hue­vo y oli­vas; de ter­ne­ra pican­te con cebo­lla, pimien­to, hue­vo, oli­vas y guin­di­lla; pasas con cebo­lla, hue­vo, oli­vas, pimien­to y pasas; a cuchi­llo de ter­ne­ra cor­ta­da con el idem, oli­vas, hue­vo, cebo­lle­ta, pimien­tos y cer­ve­za; cho­ri­zo crio­llo con cebo­lla y pimien­to; de crio­llo pican­te con cebo­lla, pimien­to y guin­di­lla.
  • De pollo: con cebo­lla, hue­vo y pimien­to; pollo pican­te con hue­vo, cebo­lla, pimien­to y guin­di­lla; y thai con cebo­lla, lima, leche de coco y curry.
  • Vega­nas: Tahi­ni tofu de beren­je­na, cala­ba­za, espá­rra­gos, tri­gue­ros, bró­co­li, tofu y tahi­ni; wok de bró­co­li, zanaho­ria, espá­rra­gos tri­gue­ros, alca­cho­fa y soja; toma­te seco con tofu, coles de bru­se­las, cham­pi­ño­nes, cala­ba­cín, beren­je­na y toma­te seco.
  • De atún: con hue­vo, cebo­lla y pimien­to; atún pican­te con hue­vo, cebo­lla, pimien­to y guin­di­lla.
  • De que­so: jamón york y que­so con moz­za­re­lla, man­che­go y emmen­tal, roque­fort con jamón york, moz­za­re­lla y nue­ces; cua­tro que­sos con pro­vo­lo­ne, emmen­tal, moz­za­re­lla y gor­gon­zo­la; cebo­lla con moz­za­re­lla y man­che­go; capre­se con moz­za­re­lla, toma­te, man­che­go y albaha­ca; pró­vo­la con beren­je­na ita­lia­na, moz­za­re­lla y pes­to.
  • De vege­ta­les: esca­li­va­da con pimien­to rojo, cebo­lla, beren­je­na y que­so de cabra; espi­na­cas con cebo­lla, emmen­tal y becha­mel; maíz con cebo­lla, gru­yè­re y becha­mel; cham­pi­ño­nes con cala­ba­cín, emmen­tal, alca­cho­fas y becha­mel.

El pedi­do se pue­de acom­pa­ñar de los cono­ci­dí­si­mos y deli­cios alfa­jo­res Havan­na.

Tie­nen 6 tien­das loca­li­za­das en toda la ciu­dad de Bar­ce­lo­na:

  • Eixam­ple: Ave­ni­da de Sarrià, 15.
  • Bar­ce­lo­ne­ta: Carrer Pepe Rubia­nes, 26.
  • El Born: Plaça de la Lla­na, 15.
  • Poble Nou: Carrer Ramón Turó, 212.
  • Pl. Sant Jau­me: Carrer Call, 19.
  • El Born: Carrer Cor­ders, 10.

Están abier­tos todos los días de la sema­na.

Opcio­nes de take away y deli­very con las pla­ta­for­mas de Deli­ve­roo o Glo­vo.

Para saber más sobre ellos entra en su web de La Fábri­ca

© 2020 José María Toro. All rights reser­ved

Tres recetas fáciles con productos de Tierra Palaciega, la empresa sevillana especializada en tomates de calidad y con sabor

Tomate frito, pisto y mermeladas de tomate rojo y verde de Tierra Palaciega para un menú completo.

Tie­rra Pala­cie­ga es el sue­ño hecho reali­dad de un joven inge­nie­ro agrí­co­la que le movía la gas­tro­no­mía des­de su más tier­na infan­cia, y una vez aca­ba­da la carre­ra se puso a recu­pe­rar sabo­res pre­té­ri­tos para las gene­ra­cio­nes pre­sen­tes y futu­ras. Es en la sevi­lla­na loca­li­dad de  Los Pala­cios y Villa­fran­ca don­de deci­de dar­le un giro a la empre­sa fami­liar, con el cla­ro leit­mo­tiv de con­se­guir un pro­duc­to natu­ral, de for­ma arte­sa­nal y poner en valor la mate­ria pri­ma de su terri­to­rio.

A par­tir de toma­tes del tipo redon­dos liso, de cose­cha pro­pia, selec­cio­nan y reco­gen manual­men­te de la plan­ta en el momen­to jus­to de su madu­rez para con­se­guir un toma­te úni­co y con mucho sabor, ale­ja­dos de las pro­duc­cio­nes masi­vas e indus­tria­les que bus­can can­ti­dad en lugar de cali­dad. Todos los pro­duc­tos son 100% natu­ra­les, sin con­ser­van­tes, ni colo­ran­tes, ni espe­san­tes. Están exen­tos de glu­ten y lac­to­sa y lle­van la eti­que­ta de pro­duc­to vegano.

Tie­rra Pala­cie­ga están cer­ti­fi­ca­dos por Glo­bal Gap que auten­ti­fi­ca­ba las bue­nas prác­ti­cas agrí­co­las, su preo­cu­pa­ción por el medio ambien­te y el bien­es­tar del con­su­mi­dor, así como de la Mar­ca Colec­ti­va de Toma­te de Los Pala­cios (cono­ci­dos como “el bom­bón colo­rao”) que le dan un dis­tin­ti­vo de cali­dad a sus pro­duc­tos. Para el res­to de ingre­dien­tes se abas­te­cen a par­tir de ver­du­ras fres­cas pro­ce­den­tes de fin­cas cer­ca­nas a la plan­ta­ción de toma­tes.

“Pro­ba­ble­men­te la mejor fri­tá de toma­te del mun­do”

Sus dife­ren­tes pro­duc­tos se ela­bo­ran arte­sa­nal­men­te siguien­do las rece­tas tra­di­cio­na­les de la abue­la del fun­da­dor de esta empre­sa con el obje­ti­vo de con­se­guir un pro­duc­to case­ro y de máxi­ma cali­dad. Se coci­nan a fue­go len­to y duran­te un perío­do míni­mo de tres horas para con­se­guir una reduc­ción ade­cua­da, de tal for­ma que se con­sui­gue un tarro de 365 gra­mos a par­tir de 1,350 kg. de toma­te natu­ral. El toma­te fri­to y el pis­to se pre­pa­ra con AOVE.

Productos artesanos totalmente naturales, sin gluten, sin lactosa y veganos.

La inno­va­ción a los pro­duc­tos tra­di­cio­na­les ha sido con la incor­po­ra­ción de las nue­vas líneas de mer­me­la­da de toma­te rojo y ver­de, que tam­bién se ela­bo­ran arte­sa­nal­men­te, res­pe­tan­do los tiem­pos de coc­ción y sin nin­gún tipo de espe­san­te ni con­ser­van­tes, colo­ran­tes ni pec­ti­nas, sola­men­te zumo de limón natu­ral recién expri­mi­do.

“Pro­ba­ble­men­te la mejor fri­tá de toma­te del mun­do”

Catá­lo­go de pro­duc­tos de Tie­rra Pala­cie­ga:

  • Toma­te fri­to de Los Pala­cios.
  • Pis­to caseo con toma­te de Los Pala­cios.
  • Mer­me­la­da extra de toma­te rojo.
  • Mer­me­la­da extra de toma­te ver­de.
  • Pack degus­ta­ción.

Más infor­ma­ción y acce­so a la tien­da onli­ne de Tie­rra Pala­cie­ga en el siguien­te enla­ce https://www.tierrapalaciega.com/empresa-artesanal-de-productos-gourmet con envío gra­tui­to a par­tir de la com­pra de 6 tarros. Tam­bién dis­po­ni­ble en el Club del Gour­met de El Cor­te Inglés.

Menú com­ple­to acom­pa­ña­do de los pro­duc­tos de Tie­rra Pala­cie­ga

Tres rece­tas con los pro­duc­tos de Tie­rra Pala­cie­ga.

Pas­ta fres­ca con toma­te fri­to de Los Pala­cios:

  • Her­vir la pas­ta fres­ca según indi­cia­cio­nes de la mar­ca.
  • Una vez her­vi­da la pas­ta, escu­rrir bien.
  • Poner 50 gra­mos de man­te­qui­lla en una cazue­la y vol­ver a colo­car la pas­ta recién her­vi­da y escu­rri­da.
  • Remo­ver bien la pas­ta y la man­te­qui­lla para que se impreg­nen la una de la otra.
  • Empla­tar, poner dos cucha­ra­das sope­ras de toma­te fri­to Los Pala­cios, ador­nar con oré­gano o unas hojas de albaha­ca.
Pas­ta fres­ca con toma­te fri­to de Los Pala­cios y Baca­lao acom­pa­ña­do de pis­to case­ro con toma­te de Los Pala­cios

Baca­lao sobre pis­to case­ro con toma­te de Los Pala­cios:

  • Dorar en AOVE un par de ajos.
  • Freír los lomos de baca­lao.
  • Calen­tar el pis­to case­ro con toma­te de Los Pala­cios.
  • Exten­der sobre un pla­to el pis­to una vez calen­ta­do.
  • Colo­car el baca­lao enci­ma.
  • Y a dis­fru­tar.
Tabla de que­so acom­pa­ña­do de Mer­me­la­da extra de toma­te rojo y ver­de de Los Pala­cios

Tabla de que­sos con mer­me­la­da extra de toma­te rojo y ver­de:

  • Selec­cio­nar tus que­sos favo­ri­tos. Lo ideal es que haya un sur­ti­do de pas­ta blan­da, semi­cu­ra­do, cura­do y azul.
  • Sacar los que­sos pre­via­men­te de la neve­ra unos 15 minu­tos para atem­pe­rar­los.
  • Acom­pa­ñar de fru­ta fres­ca dul­ce que va muy bien con los semi­cu­ra­dos, y fru­ta áci­da para lim­piar la boca entre que­sos y que­so y así apre­ciar todos los mati­ces.
  • Aña­dir fru­tos secos que le apor­tan un toque cru­jien­te a la tabla de que­sos.
  • Colo­car tos­ta­das para poder untar de la mer­me­la­da extra de toma­te rojo y ver­de de Los Pala­cios.

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Señorío de Montanera ha lanzado un sistema ultra novedoso de envasado en atmósfera protectora para sus productos ibéricos.

Para sacar todo el sabor y aro­ma de un jamón de bello­ta 100% ibé­ri­co se tie­ne que lon­chear o file­tear de for­ma manual con un afi­la­do cuchi­llo tipo jamo­ne­ro, lar­go y del­ga­do. Los cor­tes tie­nen que ser lo más fino posi­ble, como si de papel de fumar se tra­ta­ra, que se tras­luz­ca y que al cor­tar por el maes­tro cor­ta­dor de jamón se pue­da leer la mar­ca del cuchi­llo. Has­ta aquí es lo ideal, pero no todo el mun­do tie­ne un jamo­ne­ro don­de depo­si­tar una pie­za de jamón o pale­ti­lla, ni tam­po­co las herra­mien­tas para hacer un cor­te per­fec­to y mucho menos la habi­li­dad para efec­tuar ese lon­chea­do. Asi­mis­mo tam­bién muchas veces se des­car­ta el tener una pie­za ente­ra para evi­tar que se seque y se dete­rio­re por el con­tac­to con el aire al no con­su­mir­se rápi­da­men­te.

Has­ta el momen­to tenía­mos en el mer­ca­do unos sobres don­de esta­ban depo­si­ta­das las lon­chas del jamón ya cor­ta­das fina­men­te pero ni el sabor ni el aro­ma era el espe­ra­do, ése que recor­da­mos de momen­tos glo­rio­sos dón­de un maes­tro cor­ta­dor con sus afi­la­das herra­mien­tas nos hacía sali­var, como el perro de Pavlov, mien­tras iba cor­tan­do y depo­si­tan­do ele­gan­te­men­te en un pla­ti­to los dife­ren­tes cor­tes.

Seño­río de Mon­ta­ne­ra, la empre­sa extre­me­ña de pro­duc­tos ibé­ri­cos, ha dado una vuel­ta de tuer­ca para que el públi­co pue­da sabo­rear los lon­chea­dos como si estu­vie­ran recién cor­ta­dos a cuchi­llo, median­te el enva­sa­do en atmós­fe­ra pro­tec­to­ra. Si des­pués de todo el pro­ce­so de cría y ela­bo­ra­ción de una pie­za de este valor no se podía apre­ciar en su tota­li­dad algo falla­ba en todo este pro­ce­so, y se ha resuel­to con este sis­te­ma ultra nove­do­so.

Ven­ta­jas del sis­te­ma de enva­sa­do en atmós­fe­ra pro­tec­to­ra:

  • Se pre­sen­ta en un enva­se reuti­li­za­ble que es de muy fácil aper­tu­ra y de con­ser­va­ción, ya que su tapa rígi­da faci­li­ta su pre­ser­va­ción.
  • Man­tie­ne todos los sabo­res, aro­mas y tex­tu­ras como recién cor­ta­do.
  • Se eli­mi­na esa apa­rien­cia plas­ti­fi­ca­da, y por tan­to se libe­ra de olo­res y sabo­res a mate­ria­les sin­té­ti­cos.
  • No es nece­sa­rio some­ter el enva­se a calen­ta­mien­to para faci­li­tar la sepa­ra­ción de las lon­chas.
  • No hay que recu­rrir a plás­ti­cos para sepa­rar las dife­ren­tes capas.

 

Loncheados de Señorío de Montanera envasado en atmósfera protectora

Lon­chea­dos de Seño­río de Mon­ta­ne­ra enva­sa­do en atmós­fe­ra pro­tec­to­ra

 

Todas estas carac­te­rís­ti­cas del nue­vo enva­se en atmós­fe­ra pro­tec­to­ra per­mi­te dis­fru­tar de unas lon­chas de jamón en cual­quier momen­to como si estu­vie­ra recién cor­ta­do a cuchi­llo por un maes­tro cor­ta­dor de jamón. Sola­men­te hay que sacar­lo del fri­go­rí­fi­co unos 5 minu­tos antes para que el pro­duc­to se atem­pe­re. Una vez abier­to hay que con­su­mir antes de 5 días.

Pro­duc­tos dis­po­ni­bles en este sis­te­ma de atmós­fe­ra pro­tec­to­ra:

  • Jamón de bello­ta 100% ibé­ri­co D.O. Dehe­sa de Extre­ma­du­ra.
  • Jamón de bello­ta 100% ibé­ri­co.
  • Pale­ta de bello­ta 100% ibé­ri­co.
  • Lomo dobla­do ibé­ri­co de bello­ta.
  • Lomo de bello­ta 100% ibé­ri­co.
  • Sal­chi­chón de bello­ta 100% ibé­ri­co.
  • Cho­ri­zo de bello­ta 100% ibé­ri­co.

Dis­po­ni­ble en la tien­da vir­tual de Seño­río de Mon­ta­ne­ra en el Club del Gour­met de El Cor­te Inglés y en tien­das gour­met espe­cia­li­za­das en ibé­ri­co puro.

© 2019 José María Toro. All rights reser­ved

El chef Pierre Thiam y su cocina senegalesa en versión pop-up en el Cotton House Hotel

Una mala pasa­da, un infor­tu­nio del des­tino y como con­se­cuen­cia una carre­ra trun­ca­da con sus con­si­guien­tes sue­ños roto de un joven­cí­si­mo Pie­rre Thiam recién lle­ga­do de Áfri­ca a la ciu­dad que nun­ca duer­me, a la capi­tal por anto­no­ma­sia de la tie­rra de las opor­tu­ni­da­des. Una divi­na o cós­mi­ca inter­ven­ción (leer una pala­bra u otra depen­dien­do de lo que crea­mos) de un ángel sal­va­dor cam­bió su sino por otro, el de chef, que le ha dado mucha feli­ci­dad y la opor­tu­ni­dad de dar a cono­cer la rica gas­tro­no­mía de su pue­blo, con­vir­tién­do­se en emba­ja­dor de la coci­na de su pue­blo y  por ende de la cos­ta oes­te afri­ca­na don­de está situa­do Sene­gal, su país natal.

El chef Pierre Thiam en la presentación de su pop-up en la Library del Cotton House Hotel

El chef Pie­rre Thiam en la pre­sen­ta­ción de su pop-up en la Library del Cot­ton Hou­se Hotel

 

Un hom­bre tran­qui­lo de mira­da sin­ce­ra y humil­de expli­có en la pre­sen­ta­ción de su pop-up, cómo lle­gó has­ta aquí hacien­do un repa­so a su tra­yec­to­ria pro­fe­sio­nal con la aper­tu­ra de cua­tro res­tau­ran­tes, una empre­sa de cate­ring y varios libros de coci­na y pro­gra­mas de tele­vi­sión divul­gan­do la coci­na sene­ga­le­sa. Libros reco­pi­la­ción de las rece­tas ora­les de las muje­res de su fami­lia que se trans­mi­tían de gene­ra­ción en gene­ra­ción. Varias veces ha for­ma­do par­te del gru­po de chefs invi­ta­dos a las Nacio­nes Uni­das. Actual­men­te ges­tio­na los res­tau­ran­tes Teran­ga de Nue­va York y Teran­ga Loun­ge en el Hotel Pull­man de Dakar. Reco­no­ci­mien­tos como el Pre­mio Sun­set Dias­po­ra por su con­tri­bu­ción a las Artes Culi­na­rias de Sene­gal, el Pre­mio al Desa­rro­llo del Turis­mo Res­pon­sa­ble otor­ga­do por la Aso­cia­ción Afri­ca­na de Via­jes, y con la Meda­lla de las Aso­cia­cio­nes de Chefs de Zim­bab­we y el Pre­mio al Libro de Coci­na Julia Child.

Cóctel de bienvenida

Cóc­tel de bien­ve­ni­da y que mari­da con las pro­pues­tas del menú degus­ta­ción

 

La coci­na del chef Pie­rre Thiam que duran­te 3 meses se podrá dis­fru­tar en el ele­gan­te Cot­ton Hou­se Hotel se basa en ali­mien­tos ori­gi­na­rios de Áfri­ca Occi­den­tal y que sólo se pro­du­cen y se pude com­prar en esa zona, como el fonio uno de los cerea­les más anti­guos de nues­tro pla­ne­ta, que cre­ce muy rápi­do, en sola­men­te 8 sema­nas y nece­si­ta muy poca agua con lo cual se cul­ti­va en zonas semi­de­sér­ti­cas. La okra que es una ver­du­ra con pro­pie­da­des diges­ti­vas, con­tro­lar la dia­be­tes, redu­cir la fati­ga y aumen­tar los nive­les de resis­ten­cia. Y el plan­tain, de la fámi­lia del plá­tano pero que se tra­ta como una ver­du­ra por­que se tie­ne que coci­nar para con­su­mir. Sus pla­tos son glu­ten free. El menú degus­ta­ción pue­de ser tam­bién en ver­sión vege­ta­ria­na y se sir­ve de miér­co­les a domin­go de 19 a 22:15h. Los mis­mos días de la sema­na se pue­den degus­tar tapas de 11:30 a 22:15h. Dis­po­ni­ble des­de el 2 de mayo has­ta el 31 de julio de 2019. Se com­ple­men­ta con una pro­pues­ta de cóc­te­les para acom­pa­ñar los sabo­res y aro­mas del menú. Pre­cio con mari­da­je 78 euros y sin mari­da­je 60 euros. La deco­ra­ción de la terra­za del Cot­ton Hou­se se ha ves­ti­do y mime­ti­za­do para la oca­sión en vibran­tes y vivos colo­res que evo­can el ori­gen afri­cano del chef Pie­rre Thiam.

Terraza del Cotton House Hotel

Vibran­tes y vivos colo­res para la ambien­ta­ción de la terra­za del Cot­ton Hou­se Hotel

 

Pla­tos degus­ta­dos:

  • Cro­que­tas de sal­món y yuca con gla­sea­do de tama­rin­do dul­ce.

Croquetas de salmón y yuzu

Cro­que­tas de sal­món y yuzu

 

  • Man­go y cere­les de fonio con ade­re­zo de lima y jen­gi­bre.

Mango y cereales de fonio

Man­go y cerea­les de fonio

 

  • Fri­jo­les pin­tos y beren­je­na hecha a la parri­lla envuel­ta en hoja de plá­tano (del menú vege­ta­riano)
  • Gam­bas en coco y lima sobre mijo de cous­cous thié­ré.

Gambas en coco y lima

Gam­bas en coco y lima

 

  • File­te de res al esti­lo hau­sa con ensa­la­da tibia de fri­jo­les y toma­te mari­na­do.

Filete de res

File­te de res

 

  • Pudin de arroz con coco, man­go asa­do con miel y con­fi­ta­do de “hibis­cus som­bi”.

Pudín de arroz con coco

Pudín de arroz con coco

 

Cot­ton Hou­se Hotel sigue en su línea de ofre­cer pro­pues­tas inno­va­do­ras a par­tir de la gas­tro­no­mía y otras ofer­tas como tea­tro en peque­ño for­ma­to en su ele­gan­te Library a seme­jan­za de los clubs ingle­ses, su mar­ket en su patio-jar­dín-oasis urbano, y mucho más, pen­sa­das para el via­je­ro curio­so que se hos­pe­da en el hotel y tam­bién para el ciu­da­dano de Bar­ce­lo­na con sen­si­bi­li­dad esté­ti­ca y cul­tu­ral. En estas expe­rien­cias gas­tro­nó­mi­cas pop-up pasa­ron en pri­mer lugar el chef Atul Kochar con su coci­na de espe­cias y ele­men­tos indios, y el segun­do fue el chef Davi­de Olda­ni con su coci­na mini­ma­lis­ta rein­te­pre­ta­ción de la tra­di­ción ita­lia­na.

Detalle del interior del restaurante Batuar

Deta­lle del inte­rior del res­tau­ran­te Batuar del Cot­ton Hou­se Hotel

 

Este cén­tri­co hotel de 5 estre­llas está deco­ra­do por el acla­ma­do inte­rio­ris­ta Láza­ro Rosa Vio­lán, ins­pi­ra­do en el algo­dón que evo­ca sua­vi­dad, como­di­dad, deli­ca­de­za y natu­ra­li­dad y que por otro lado revi­ve su ante­rior uso: sede de la Fun­da­ción Tex­til Algo­do­ne­ra. Es miem­bro de Auto­graph Collec­tion Hotels, una mar­ca del gru­po Marriott orien­ta­do a ofre­cer via­jes úni­cos en los des­ti­nos más bus­ca­dos del mun­do.

Cot­ton Hou­se Hotel Gran Vía de les Corts Cata­la­nes, 670. 08010 Bar­ce­lo­na Telé­fono 934 505 045

Teran­ga 1280 5th Ave­nue. Har­lem, New York 10019 (USA)

Teran­ga Loun­ge 10, rue Col­bert. Pull­man Hotel. BP 3380 Dakar (Sene­gal)

© 2019 José María Toro. All rights reser­ved

 

 

 

 

Juana Madrid la salsa brava más molona (y sin gluten)

¡Sí, es ver­dad! todos, o casi todos, en algún momen­to de nues­tra vida hemos can­ta­do en algún bar de barrio la can­ción Lady Madrid, ese himno entre año­ran­te y tris­te de los chi­cos de Pere­za, Rubén y Ley­va, que nos recuer­da a esa chi­ca que se fue y con los años segui­mos bebien­do los vien­tos por ella. Y como no podía ser de otra for­ma, todo los gatos y forá­neos, guar­da­mos una ama­ri­llen­ta foto­gra­fía suya en nues­tra mate­ria gris más poé­ti­ca y román­ti­ca, por mucho que vaya­mos de duro y de rocan­rol del heavy, de nues­tra par­ti­cu­lar Lady Madrid, cada uno tie­ne la suya “la chi­ca corrien­te más boni­ta que nin­gu­na” con la Puer­ta de Alca­lá detrás, la mis­ma que “ahí está, vien­do pasar el tiem­po”. Así es tam­bién Jua­na Madrid la sal­sa bra­va más molo­na y sin glu­ten.

Patatas con la salsa brava Juana Madrid

Pata­tas con la sal­sa bra­va Jua­na Madrid

 

Con un ape­lli­do que nos tras­la­da inme­dia­ta­men­te, y con el mis­mo ímpe­tu que el mue­lle de un resor­te, a ese bar de barrio de algu­na esqui­na de la madri­le­ña calle de Alca­lá, don­de nació nues­tra pro­ta­go­nis­ta allá por 1963, entre gri­tos de los parro­quia­nos y del cama­re­ro con tablas y con inma­cu­la­da cami­sa blan­ca pasan­do al jefe de barra con galo­nes, la coman­da de cañas y bra­vas. Que no con­ce­bi­mos un bar que mole sin su ración de pata­tas bra­vas con su sal­sa case­ra. Con el paso de los años, nues­tra Jua­na Madrid sigue sien­do ori­gi­nal pero aho­ra, y sin per­der su aire más cas­ti­zo, se ha hecho moder­na, y con su pañue­lo al cue­llo es tam­bién glu­ten free por­que los tiem­pos cam­bian, pero sin per­der su esen­cia, por­que antes no se aña­día endul­zan­tes ni tam­po­co lac­to­sa y aho­ra menos. Jua­na Madrid es así, es decir, total­men­te natu­ral.

En tres varie­da­des de pican­te iden­ti­fi­ca­das en la eti­que­ta por las guin­di­llas: una, dos o tres: Una, para los peques de la casa o para los que no sopor­tan el pican­te, que haber­los hay­los. Dos guin­di­llas que sería esa autén­ti­ca, la de bar de toda la vida. Para los que van de guays y la pala­bra mie­do no está en su dic­cio­na­rio (y su estó­ma­go pue­de con todo) está la sal­sa bra­va con 3 guin­di­llas. Como inno­va­ción y para los via­ja­dos, curio­sos, gour­mets y tam­bién para el/la hips­ter gafa­pas­ta están las varie­da­des de “Bra­va Tru­fa & miel” para acom­pa­ñar car­nes al horno, a la bar­ba­coa o dar­le ese pun­to dife­ren­te a una piz­za, y así pasar por un coci­ni­llas exper­to delan­te de tu chico/a preferido/a. La “Bra­va curry & man­go” que nos tras­la­da a la India sin mover­nos de Madrid, lo mejor de ambos mun­dos en un bote, y sir­ve para acom­pa­ñar maris­cos, pollo, cer­do o arroz bas­ma­ti. Y el últi­mo gui­ño es a otra cul­tu­ra her­ma­na, Méxi­co, que de pican­te sabe y mucho, la “Bra­va cilan­tro & chi­le serrano”, una sal­sa ¡padrí­si­ma! para acom­pa­ñar tacos, enchi­la­das, faji­tas y por supues­to los nachos con que­so. Aten­ción que si des­pués de pro­bar esta últi­ma sal­sa os sale acen­to mexi­cano no es con­se­cuen­cia de la sal­sa sino de las Coro­nas que os habéis bebi­do.

Más infor­ma­ción de la Sal­sa Bra­va Jua­na Madrid en su web así como don­de encon­trar­la o para com­prar en su tien­da onli­ne.

Los restaurantes de barrio ganadores de la segunda edición de los Premios Barcelona Restauración han sido Granja Elena, El Tomás de Sarrià, En Ville y el reconomiciento especial a Can Recasens

El Ajun­ta­ment de Bar­ce­lo­na creó en el 2018 este pre­mio para reco­no­cer el ser­vi­cio que pres­tan los dife­ren­tes res­tau­ran­tes de la Ciu­dad Con­dal y su con­tri­bu­ción como eje ver­te­bra­dor a for­mar barrio alre­de­dor de ellos.

II Premis Barcelona Restauració

II Pre­mis Bar­ce­lo­na Res­tau­ra­ció

 

Los pre­mios están cla­si­fi­ca­dos en 3 cate­go­rías y aspi­ran­do diez res­tau­ran­tes en cada una de ellas, uno por cada dis­tri­to bar­ce­lo­nés, de tal mane­ra que el con­jun­to de fina­lis­tas repre­sen­ta­ban un total de 30 res­tau­ran­tes bar­ce­lo­ne­ses.

Los pre­mios han esta­do sepa­ra­dos por “Cali­dad Gas­tro­nó­mi­ca”, “Inte­gra­ción en el barrio” y “Local noto­rio o inno­va­dor”. Para la edi­ción de este año se ha aña­di­do la cate­go­ría de “Reco­no­ci­mien­to espe­cial”.

Los gana­do­res y los fina­lis­tas en cada cate­go­ría han sido los siguien­tes:

  • En “Cali­dad Gas­tro­nó­mi­ca” se ha valo­ra­do el reco­rri­do gas­tro­nó­mi­co, y el ven­ce­dor ha sido un clá­si­co casi escon­di­do en el Pas­seig de la Zona Fran­ca, Gran­ja Ele­na del dis­tri­to de Sants-Mont­juïc. El res­to de fina­lis­tas han sido los siguien­tes res­tau­ran­tes: Roba­do­ra (Ciu­tat Vella), Agust Gas­tro­bar (Eixam­ple), Rab­bar (Les Corts), Vivan­da (Sarrià-Sant Ger­va­si) Roig Robí (Grà­cia), Bar Res­tau­rant Ginés (Hor­ta-Gui­nar­dó), L’Hos­ta­let (Nou Barris), El Palo­mo Cojo (Sant Andreu) y Els Pes­ca­dors (Sant Mar­tí).

Granja Elena

Gran­ja Ele­na

 

  • En “Inte­gra­ción en el barrio” se ha eva­lua­do la iden­ti­fi­ca­ción del res­tau­ran­te con el entorno y en este caso el cam­peón ha sido el míti­co El Tomás de Sarrià del dis­tri­to de Sarrià-Sant Ger­va­si. Los fina­lis­tas han sido: L’Òs­tia Bar­ce­lo­ne­ta (Ciu­tat Vella), Casa Dori­ta (Eixam­ple), Petit Mont­juïc (Sants-Mont­juïc) L’Es­co­pin­ya i el cuco (Les Corts), La Pepi­ta (Grà­cia), Las Deli­cias del Car­me­lo (Hor­ta-Gui­nar­dó), La For­qui­lla (Nou Barris), Can Pere Tapes (Sant Andreu), Can Reca­sens (Sant Mar­tí)

El Tomás de Sarrià

El Tomás de Sarrià

 

  • En “Local noto­rio o inno­va­dor” se ha apre­cia­do el local sin­gu­lar o su tra­yec­to­ria his­tó­ri­ca, y triun­fa­dor ha sido el res­tau­ran­te En Ville 100% sin glu­ten de Ciu­tat Vella. Los fina­lis­tas que han com­pe­ti­do por este títu­lo han sido: Art­te (Eixam­ple), La Por­ca (Sants-Mont­juïc), Metric Mar­ket (Les Corts), Bode­ga Pàdua (Sarrià-Sant Ger­va­si), Gar­den Piz­za by Rafa Pana­tie­ri (Grà­cia), Mar­ti­cof­fee (Hor­ta-Gui­nar­dó), Bar La Cho­li­ta (Nou Barris), Medi­na (Sant Andreu), La Clo­ten­ca (Sant Mar­tí)

En Ville

En Ville

 

  • El reco­no­ci­mien­to espe­cial ha sido para Can Reca­sens del dis­tri­to de Sant Mar­tí por su lar­ga tra­yec­to­ria de 113 años.

Can Recasens

Can Reca­sens

 

El jura­do estu­vo for­ma­do por dife­ren­tes per­so­na­li­da­des del ámbi­to polí­ti­co y pri­va­do de reco­no­ci­do pres­ti­gio.

© 2019 José María Toro. All rights reser­ved.

 

Un mordisco (sin gluten) a Canadá

Cana­dá es espa­cio­sa y ver­de como un cam­po de fút­bol gigan­te o de lacros­se, el jue­go nacio­nal jun­to con el hoc­key sobre hie­lo. Una cifra de sólo trein­ta y seis millo­nes de habi­tan­tes en el segun­do país más gran­de del mun­do per­mi­te que aquí se pue­da vivir hol­ga­da­men­te. Bas­ta con ver los jar­di­nes de las casas con sus mesi­tas y mece­do­ras. Hay cés­ped por todos los lados, has­ta en medio de los carri­les de las auto­pis­tas. Y hay lagos gigan­tes y gla­cia­res, balle­nas, islas, cam­pos de golf por doquier, bode­gas y ciu­da­des afa­bles como el carác­ter de los cana­dien­ses. Al menos en el mor­dis­co dul­ce y sin glu­ten que sabo­reé. Por­que este es un país tan inmen­so que no creo ni que su sobe­ra­na, la Rei­na Isa­bel II, lo haya reco­rri­do de nor­te a sur. Nece­si­ta­ría mucho tiem­po. Cuan­do deci­des ir a Cana­dá a menos de que dis­pon­gas de un par de meses, como míni­mo, debes ele­gir. Mi opción, como pri­mer acer­ca­mien­to a este enor­me país es la cos­ta este. Un coche en el aero­puer­to de Toron­to y todo a babor entre camio­nes gigan­tes­cos, algu­nos de pelí­cu­la, y cara­va­nas de todo tipo. Aquí casi todo el mun­do tie­ne una en el patio de su casa.  

Típicas casas canadienses en una calle de Gananoche

Sto­ne­wa­ter Bed and Break­fast en Gana­no­que

 

El pri­mer pun­to impor­tan­te del reco­rri­do des­pués de hacer noche en Osha­wa, es Kings­ton. En esta peque­ña ciu­dad, la más anti­gua de Cana­dá se res­pi­ra un ambien­te entre clá­si­co y moderno ade­re­za­do con mucho jazz en vivo. Hay tien­de­ci­llas y bares para ele­gir. Como a gus­tos eco no hay quien me gane, me que­do con un vis­to­so super­mer­ca­do de pro­duc­tos natu­ra­les, muchos a gra­nel: el Tara Natu­ral Foods, don­de com­pra­mos una miel deli­cio­sa, y Le Chien Noir, un bis­tro fran­cés con vinos de un mon­tón de sitios, has­ta alba­ri­ños había, y unas ensa­la­das espec­ta­cu­la­res.

Kingston

Kings­ton

 

A unos 30 kiló­me­tros de Kings­ton, la cita abso­lu­ta­men­te inelu­di­ble es en Gana­no­que. Este curio­so pue­ble­ci­to rezu­ma tran­qui­li­dad en sus calles pla­ga­das de las típi­cas casas bajas cana­dien­ses con sus ban­de­ras ondean­tes. Dan ganas de poner­se unas mallas y unas zapa­ti­llas de depor­te y lan­zar­se a correr por sus par­ques, don­de por cier­to, vi plan­ta­das coli­flo­res. Su pun­to fuer­te, ade­más de su cal­ma inque­bran­ta­ble, es ser mue­lle de par­ti­da hacia las famo­sas Mil Islas, un fan­tás­ti­co must cuan­do via­jas a la zona. Un lugar ideal para dor­mir jun­to al puer­to es el Sto­ne­wa­ter Manor B&B. Las habi­ta­cio­nes son pre­cio­sas y sus due­ños que tam­bién regen­tan un fabu­lo­so pub irlan­dés ane­xo (con bur­gers glu­ten free, algu­nas vega­nas) son encan­ta­do­res. Ade­más, sir­ven unos desa­yu­nos esplén­di­dos que inclu­yen unas tos­ta­das sin glu­ten con man­te­qui­lla y una tor­ti­lla de cham­pi­ño­nes para llo­rar de ale­gría.

Casa en las Mil Islas

Casa en las Mil Islas

 

Otta­wa, capi­tal can­dien­ses y siguien­te para­da, se mere­ce medio día de via­je y una noche en el Blue Cac­tus para beber una copa de vino del Niá­ga­ra con una ban­de­ja gigan­te de bonia­to fri­to. Antes, visi­ta los pues­tos y cafés del ani­ma­do mer­ca­do Byward, las exclu­sas del Canal Rideau, los edi­fi­cios del Par­la­men­to que recuer­dan al West­mins­ter de Lon­dres y, si tie­nes tiem­po, la Natio­nal Gallery. Lue­go sigue tu rum­bo sin mirar atrás.

Ottawa

Un rin­cón para wine­lo­vers en Otta­wa

 

Des­pués de Otta­wa nos diri­gi­mos hacia el Par­que Nacio­nal de la Mau­ri­cie y hace­mos para­da para dor­mir y cenar en Sha­wi­ni­gan a pocos kiló­me­tros del Par­que. Este refu­gio natu­ral don­de habi­tan osos negros, alces y cas­to­res, es una autén­ti­ca mara­vi­lla, sobre todo cuan­do des­cu­bri­mos una pla­ya desier­ta en uno de los lagos que la inun­dan. Qué bien sabe un baño en aguas cris­ta­li­nas. Un pic­nic con pro­duc­tos de la zona y a soñar. Rum­bo al nor­te, tras aban­do­nar el Par­que, reco­rre­mos un para­je pla­ga­do de lagos para dor­mir en La Tuque, una loca­li­dad con su pro­pia esta­ción de esquí alpino, don­de reco­mien­do el BB La gui­te du parc. Si eres glu­ten free, éste es tu lugar por­que su due­ña es celía­ca. Como una de las carac­te­rís­ti­cas de la con­di­ción cana­dien­se jun­to con la ama­bi­li­dad es la hones­ti­dad, hacien­do caso a nues­tra anfi­trio­na, cena­mos en Le Boke: bue­nos vinos y un con­fit de pato con risot­to de setas y ver­du­ri­tas para recor­dar todo el via­je.

Parque Nacional de La Maurice

Par­que Nacio­nal de La Mau­ri­ce

 

Des­de La Tuque avan­za­mos hacia el Lago St. Jean duran­te desér­ti­cos kiló­me­tros para dar­nos un bañi­to hela­do en la villa de Rover­bal y aca­bar en la ciu­dad de Alma, con­cre­ta­men­te en La Mai­son de Mate­lot, un sen­ci­llo hote­li­to de 5 habi­ta­cio­nes, una terra­za con vis­tas de agua dul­ce y deli­cio­sos desa­yu­nos glu­ten free. La vida es her­mo­sa. A ori­llas del lago, pre­cio­sas casi­tas se suce­den. Es el lujo cana­dien­se que con­sis­te en tener a tu dis­po­si­ción un tro­ci­to de lago con un embar­ca­de­ro o unas tum­bo­nas. Así que sal­vo en las pla­yas auto­ri­za­das, los acce­sos a St. Jean son pri­va­dos. Un lugar ideal en el Lago para coger una bici y pasar el día con un buen pic­nic es el Par­que Nacio­nal de la Poin­te-Tai­llon, un refu­gio de cas­to­res y pre­cio­sos sen­de­ros acom­pa­ña­do de kiló­me­tros de pla­yas sose­ga­das. Al nor­te del lago Saint Jean, visi­ta el peque­ño pue­blo de Perin­bo­ka. Pedi­rás a tu dios o a la lote­ría nacio­nal asi­lo en uno de esos rin­co­nes.

Maison de Matelot

Mai­son de Mate­lot

 

Des­pués de aban­do­nar Alma y haber cena­do en Mario Trem­blay o en el Café du Clo­cher, en ambos sir­ven un jugo­so sal­món, dirí­ge­te a Tados­sac pasan­do por el fan­tás­ti­co Par­que Nacio­nal des Monts Valin. Los lagos siguen sien­do los mejo­res com­pa­ñe­ros pero su pla­ci­dez y sus fan­tás­ti­cas casas no dejan de asom­brar al visi­tan­te. Tados­sac es uno de los luga­res del mun­do más impor­tan­tes para avis­tar balle­nas, ade­más de situar­se jun­to a un her­mo­so fior­do. Los cetá­ceos se pue­den divi­sar des­de un bar­co o zodiac pero tam­bién a sim­ple vis­ta des­de la cos­ta. Reco­rre el paseo que par­te del puer­to y si vas entre junio y noviem­bre las verás jugue­tean­do entre las olas. El pue­blo es un encla­ve agra­da­ble y ani­ma­do en medio de la tran­qui­la Cana­dá. Ade­más, alber­ga una pre­cio­sa capi­lla que es la igle­sia de made­ra más anti­gua del país. Para tomar una ensa­la­da de pato o una bur­ger de sal­món (opción glu­ten free) pasa por el Pick Up Gri­llé. Para el mejor café (bio) de la zona, acér­ca­te al vecino pue­blo de L’An­se de Roche. En el úni­co que hay, el Cas­ta Fjord, su estram­bó­ti­ca encar­ga­da hará que el paseo merez­ca aún más la pena. Para una cena deli­cio­sa dirí­ge­te al Café Bohè­me. Un con­se­jo, como no admi­ten reser­vas, vete como a eso de las 8:30h (cie­rran a las 10h) cuan­do los “no espa­ño­les” están ter­mi­nan­do.

Tadossac

Café Bohè­me en Tados­sac

 

En Que­bec, la úni­ca ciu­dad amu­ra­lla­da del Nor­te de Amé­ri­ca, hue­le a Paris y a las palo­mi­tas con man­te­qui­lla y cara­me­lo de Marys. Me enten­de­rás cuan­do la visi­tes. Pasea por sus calles, entra en sus gale­rías de arte y sus tien­das de anti­güe­da­des. Date un paseo por el mer­ca­do, com­pra las man­za­nas y fre­sas más vivas que he vis­to y si nece­si­tas algo más dul­ce prue­ba el siro­pe de Maple. No te olvi­des de dis­fru­tar de un almuer­zo eco­ló­gi­co en el bis­tro orga­nic L’ory­gin (tie­nen una car­ta de vinos inmen­sa) y para cenar y arrui­nar la die­ta del medio día, toma una fan­tás­ti­ca piz­za de que­so de cabra sin glu­ten en La Piaz­zet­ta. Y ya que esta­mos de que­sos, encuen­tra los mejo­res, inclui­dos algu­nos de Fuer­te­ven­tu­ra, en la calle Saint Jean (Épi­ce­rie Euro­péen­ne), don­de podrás escu­char músi­ca en vivo en algu­nos de sus loca­les. Recuer­da visi­tar el barrio de Saint Roth para cono­cer la par­te más alter­na­ti­va de la city y sus múl­ti­ples cafe­te­rías. Por cier­to, en esta ciu­dad se habla espa­ñol. En cin­co esta­ble­ci­mien­tos encon­tra­mos encan­tan­do­res cana­dien­ses que lo domi­na­ban a la per­fec­ción. Nues­tra elec­ción para dor­mir fue una habi­ta­ción abuhar­di­lla­da en el sen­ci­llo y pin­to­res­co hote­li­to Mai­son Ste-Ursu­le, den­tro del colo­ri­do y musi­cal cas­co his­tó­ri­co.

Quebec. La Perle

Que­bec. La Per­le

 

La últi­ma para­da de nues­tro via­je es la ciu­dad de Toron­to, una gran urbe de más de seis millo­nes de per­so­nas pro­ve­nien­tes de todos los rin­co­nes del pla­ne­ta. Qui­zás Toron­to no tie­ne el saber estar ni la ele­gan­cia pari­si­na de Que­bec pero tie­ne chis­pa. Y de la bue­na. Bas­ta con cami­nar sus calles y acer­car­se al barrio bohe­mio de Ken­sing­ton para com­pro­bar­lo. Ropa de segun­da mano, tien­das bio y un mon­tón de gari­tos don­de tomar comi­das del mun­do ¿qué tal unos tacos y un mar­ga­ri­ta en el meji­cano Pan­cho y Emi­liano? Otro lugar imper­di­ble de la ciu­dad para los glu­ten free y tam­bién para los aman­tes de la comi­da vene­zo­la­na es el Are­pa Café, con pla­tos deli­cio­sos y con­tun­den­tes que sir­ven como cate­ring al equi­po local de béis­bol, el que­ri­do Blue Jays. En Toron­to, ade­más de pro­bar una deli­cio­sas pako­ras en Little India, visi­ta la famo­sa torre CN que lide­ra la ciu­dad des­de lo alto si no temes a las colas. Tam­bién, acér­ca­te a sus museos, al puer­to o a la cono­ci­da Casa Loma. Por últi­mo, no te olvi­des de tomar algo en el mer­ca­do de St. Law­ren­ce, el mejor del mun­do según Natio­nal Geo­graphic.

Centro de Toronto

Cen­tro de Toron­to

 

Para ter­mi­nar el mor­dis­co cana­dien­se, nos acer­ca­mos una jor­na­da a las famo­sas Cata­ra­tas del Niá­ga­ra. Por cier­to, cóm­pra­te un chu­bas­que­ro si no quie­res ter­mi­nar empa­pa­do. Lue­go, dis­fru­ta del día como quie­ras, tie­nes todo tipo de acti­vi­da­des para rea­li­zar pero no te que­des sin delei­tar­te con una copa de vino autóc­tono con vis­tas al estra­tos­fé­ri­co cau­dal de agua.

Cataratas del Niágara

Cata­ra­tas del Niá­ga­ra

 

Ya en el aero­puer­to Pear­son de Toron­to, rum­bo a casa, el ansia via­je­ra no ha que­da­do sacia­da. O a lo mejor es gula. La sen­sa­ción es la de que­rer ver más y más ver­de. Y más azul. En la son­ri­sa lle­vo el impul­so qui­mé­ri­co de tomar un coche o un avión y diri­gir­nos hacia Van­cou­ver para seguir des­cu­brien­do pai­sa­jes fan­tás­ti­cos y ciu­da­des ami­ga­bles. En el espí­ri­tu, el anhe­lo nave­gan­te de con­ti­nuar sabo­rean­do esa fru­ta enor­me y jugo­sa que es Cana­dá.

© 2018 Noe­mi Mar­tin . All rights reser­ved. 

 

 

 

 

Cerdeña en modo love

Si bus­cas un rin­cón del pla­ne­ta Tie­rra don­de pasar unas vaca­cio­nes román­ti­cas, aquí lle­ga la últi­ma pro­pues­ta del Blog Hedo­nis­ta: Cer­de­ña. Esta her­mo­sa isla ita­lia­na es ideal para dar rien­da suel­ta al amor y la ñoñe­ría. Eso sí, te pedi­mos que esco­jas los meses de mayo, junio o sep­tiem­bre si quie­res que tu fogo­si­dad no se vaya al tras­te entre hor­das de turis­tas inva­dien­do sus pre­cio­sas calas. Aquí tie­nes diez con­se­jos para reco­rrer Cer­de­ña en “modo love”:
 
Pri­me­ro: Piér­de­te en las calle­jue­las de la capi­tal, Caglia­ri, dis­fru­tan­do de sus terra­zas y res­tau­ran­tes con tu aman­te o “aman­ta”. Miti­ga el calor en la pla­ya del Poet­to, toma un hela­do en la Pla­za Jen­ne y una copa de vino con una bue­na comi­da sar­da y ambien­te musi­cal en Sei Otta­vi.  Para pasar noche, apun­ta: Anti­co Cor­so Char­me, habi­ta­cio­nes sen­ci­llas pero mara­vi­llo­sas en un anti­guo edi­fi­cio del siglo XVIII. Y para repo­ner fuer­zas  des­pués de una noche de desen­freno, un sucu­len­to desa­yuno ser­vi­do con mimo en la habi­ta­ción.

Cagliari

Caglia­ri

Antico Corso Charme

Anti­co Cor­so Char­me

Segun­do: Visi­ta las her­mo­sas rui­nas de la ciu­dad feni­cia y roma­na de Tha­rros, pasan­do antes por la igle­sia paleo­cris­tia­na de San Gio­van­ni di Sinis para jurar­te pasión eter­na en el tem­plo más anti­guo de la Isla (siglo VI). Al atar­de­cer date un baño en la pla­ya de Is Aru­tas y pasea por su bri­llan­te are­na. Recuer­da que no podrás lle­var­te ni un gra­ni­to por­que está pro­te­gi­da. La cena en Oris­tano, una peque­ña y sere­na ciu­dad con una estu­pen­da ofer­ta gas­tro­nó­mi­ca. Un ejem­plo: el Bleu. Para dor­mir, eli­ge un hotel tran­qui­lo en pleno cen­tro como el Mariano IV Pala­ce con un per­so­nal ama­ble y un recon­for­tan­te desa­yuno.

Ruinas de Tharros

Rui­nas de Tha­rros

Ter­ce­ro: Des­de Oris­tano dirí­ge­te a Bosa para tomar un ten­tem­pié en esta román­ti­ca y colo­ris­ta ciu­dad. A medio día esta­rás en Alghe­ro, don­de podrás dis­fru­tar de sus her­mo­sas calles con sabor cata­lán y sus terra­ci­tas jun­to al mar. Si bus­cas tomar un buen vino ita­liano ade­re­za­do con pin­chos vas­cos y peco­rino sar­do,  la direc­ción es cla­ra: Sar­doa Ape­ri­ti­vo di Vino. No te sor­pren­das si mien­tras sabo­reas tu copa de Can­no­nau (la gar­na­cha sar­da) y mor­dis­queas el famo­so pan Cara­sau, sue­na de fon­do Ismael Serrano. 
 
Cuar­to: Sigue des­cu­brien­do la cos­ta Oes­te y tóma­te unos días de relax en El Faro Hotel Spa, situa­do en el Par­que Natu­ral de Por­to Con­te.  El desa­yuno y las cenas son deli­cio­sos y tie­ne un increí­ble acce­so pri­va­do al mar. Des­de aquí visi­ta las encan­ta­do­ras pla­yas de la zona y déja­te mimar por tu pare­ja mien­tras pala­deas una copi­ta de Mir­to, el licor isle­ño por exce­len­cia.

El Faro Hotel Spa

El Faro Hotel Spa

Quin­to: Reco­rre el nor­te de la Isla pasan­do por sus tran­qui­las pla­yas y dis­fru­ta de un autén­ti­co espres­so ita­liano en el her­mo­so pue­blo medie­val de Cas­tel­sar­do mien­tras te vigi­la su impo­nen­te cas­ti­llo.  Des­pués, resér­va­te unos días, o si pue­des, media vida, para soñar des­pier­to en la apa­ci­ble loca­li­dad de Iso­la Ros­sa.  Te apun­ta­mos el Hotel Mari­ned­da Tha­las­so Spa jun­to a la tran­qui­la pla­ya del mis­mo nom­bre, don­de mori­rás de amor con sus cenas y desa­yu­nos con vis­tas al Tirreno, pre­pa­ra­dos con espe­cial cari­ño para celia­cos y “glu­ten free”.     
               
Sex­to: Toma un ferry en el Puer­to de Palau hacia el peque­ño Archi­pié­la­go de la Mad­da­le­na. Tíra­te al sol en sus cali­tas escon­di­das de color ver­de azu­la­do y cru­za has­ta la isla de Capre­ra en coche. Visi­ta la casa de Gari­bal­di, líder de la uni­fi­ca­ción ita­lia­na, aven­tu­re­ro y un entu­sias­ta galán: tres espo­sas y algu­na que otra aman­te con­fir­ma­da. A la vuel­ta de la visi­ta cul­tu­ral, un baño en Cala Sere­na, cata­lo­ga­da como una de las pla­yas más román­ti­cas del mun­do, tam­bién en Capre­ra. Para cenar, te reco­men­da­mos cual­quie­ra de las taber­nas del ani­ma­do puer­to de La Mad­da­le­na, don­de si tie­nes suer­te podrás escu­char algún con­cier­to de músi­ca en vivo. Para dor­mir en ple­na ave­ni­da marí­ti­ma, un clá­si­co: el Excel­sior.    

Costa de la Maddalena

Cos­ta de la Mad­da­le­na

Sép­ti­mo: Pon a prue­ba la gene­ro­si­dad de tu acom­pa­ñan­te en los esca­pa­ra­tes de Por­to Cer­vo. Este peque­ño encla­ve de la Cos­ta Esme­ral­da es un lugar de encuen­tro de ricos y famo­sos. Pre­cio­sas casi­tas miran­do a un puer­to pla­ga­do de yates. Res­tau­ran­tes y tien­das vip. Y ya sabes que si a estas altu­ras, tu com­pa­ñe­ro de via­je no te con­ven­ce, siem­pre te que­da­rá la posi­bi­li­dad de encon­trar­te a Geor­ge Cloo­ney toman­do un negro­ni en algún gari­to cool.
 
Octa­vo: Dis­fru­ta de una jor­na­da de sol medi­te­rrá­neo en la Cala Capric­cio­li, una de las más boni­tas de Cos­ta Esme­ral­da. Apro­ve­cha para degus­tar en cual­quie­ra de los res­tau­ran­tes de la zona los pla­tos de pas­ta sar­dos más cono­ci­dos: los culur­gio­nes o los gno­chet­ti sar­di. Tam­bién tie­nes la opción más pla­ye­ra de los chi­rin­gui­tos: una Ich­nu­sa (la cer­ve­za más popu­lar de la Isla con más de cien años) y un pul­pi­to y a morir de pla­cer.  

Ichnusa

La cer­ve­za Ich­nu­sa. Recu­pe­ra el nom­bre de la anti­gua deno­mi­na­ción grie­ga de esta isla.

Noveno: Pasa una tar­de en Olbia, la “ciu­dad feliz” según los grie­gos, des­pués de visi­tar alguno de los yaci­mien­tos arqueo­ló­gi­cos cer­ca­nos. Para la oca­sión, cóm­pra­te un mode­li­to en cual­quie­ra de las tien­das de Cor­so Hum­ber­to. Si bus­cas cenar en un sitio clá­si­co, te suge­ri­mos el mag­ní­fi­co Da Pao­lo y sus pla­tos tra­di­cio­na­les. Si te ape­te­ce algo más moder­ni­llo y esti­lo­so, prue­ba el deli­cio­so que­so fri­to en las mesi­tas exte­rio­res del  Anti­cas Lican­zias. Fina­li­za la jor­na­da en el Hotel Pano­ra­ma con increí­bles vis­tas a la ciu­dad y una terra­ci­ta espec­ta­cu­lar don­de tomar una copa en la últi­ma plan­ta.                    

 
Déci­mo: Ter­mi­na tu via­je reco­rrien­do las pla­yi­tas natu­ra­les y casi desér­ti­cas de la cos­ta este de Cer­de­ña. Como a algu­nas sólo podrás acce­der en bar­co o a pie tras un buen paseo, esta­rán casi a tu exclu­si­va dis­po­si­ción. Cala Luna, Gogo­ne o Golo­ritze son algu­nos ejem­plos. Dis­fru­ta de un últi­mo baño en sus aguas trans­pa­ren­tes y des­pués des­pí­de­te de la Isla con la pro­me­sa de regre­sar algún día.      
 
Y recuer­da: si a la vuel­ta de nues­tra ruta román­ti­ca, con unos kili­tos de más –por­que en Cer­de­ña se come muy bien- pero con el tor­so bien  moreno para esti­li­zar la figu­ra, tu com­pa­ñe­ro de via­je te pro­po­ne una nue­va aven­tu­ra, la expe­rien­cia hedo­nis­ta habrá sido un éxi­to y ten­drás que con­ti­nuar leyen­do nues­tras reco­men­da­cio­nes para siem­pre. Que viva l’amore. 

© 2017 Noe­mi Mar­tin. All rights reser­ved.

    

 
        
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