Experto en vinos en 24 horas de la mano de Jancis Robinson y de Planeta Gastro

Tras la lec­tura voraz y casi inin­ter­rump­i­da de esta obra de la edi­to­ra del Oxford Com­pan­ion of Wine y colum­nista sem­anal en el Finan­cial Times (no sé cuál de estos dos de sus car­gos envidio ‑sana­mente- más), Jan­cis Robin­son, me que­do con la sen­sación de haber asis­ti­do una clase inten­si­va de máster, a una clase magis­tral, ya que es un libro de facilísi­ma lec­tura que se puede devo­rar en unas horas o bien degus­tar­lo en unas pocas más.

El libro con­s­ta de algo más de 150 pági­nas dis­tribuidas en 6 sen­cil­los blo­ques: una intro­duc­ción bási­ca, cómo ele­gir y cómo catar, cómo selec­cionar según la comi­da o la ocasión y cuán­to gas­tar, qué instru­men­tal existe y cómo tratar el vino, qué var­iedades de uva hay y final­mente cuáles son las regiones viní­co­las exis­tentes a niv­el mundi­al. A modo de resumen y para con­sol­i­dar el conocimien­to adquiri­do se incluye al final  de la obra un glosario de tér­mi­nos con sus definiciones.

Algu­nas de las curiosi­dades que se apren­den a lo largo de esta lec­tura, y que si no sabíamos, quedarán vagan­do durante un tiem­po en nue­stro pen­samien­to son, por ejem­p­lo, que si no fuera por la piel de la uva todos los vinos serían blan­cos. O que ingerir alca­chofas es incom­pat­i­ble (en cuan­to a mari­da­je se refiere) con un buen vino. O que el tamaño per­fec­to de una botel­la de vino es la de 1,5 litros cono­ci­da como mag­num, y hay un buen moti­vo para ello (tiene que ver con la oxi­ge­nación del vino, pero ¡no lo desve­lare­mos!). O cómo saber si somos “super­cata­dores” por nue­stro número de papi­las gus­ta­ti­vas – ten­emos un 25% de posi­bil­i­dades de ser­lo – y la impor­tan­cia del olfa­to. O tam­bién que hay vinos, como el Opor­to, que tienen mar­gen de mejo­ra has­ta los 40 años. O inclu­so, cómo uti­lizar nue­stro calor cor­po­ral para calen­tar el vino en caso de emergencia.

Además de estas muchísi­mas curiosi­dades apren­der­e­mos con­se­jos prác­ti­cos, como por ejem­p­lo, que el pre­cio que deberíamos pagar por una botel­la no debería ser infe­ri­or a 12 euros ni supe­ri­or a 40, o que para el alma­ce­na­je la luz y el olor son mal­os y la humedad es bue­na, o que deberíamos uti­lizar las tien­das per­son­al­izadas de bar­rio y las redes sociales para dejarnos ser per­fec­ta y per­son­al­izada­mente aconsejados.

Experto en vinos en 24 horas de Jancis Robinson. Planeta Gastro

Exper­to en vino en 24 horas de Jan­cis Robinson

 

En cuan­to a la proce­den­cia del vino, nos dare­mos cuen­ta de la suerte que ten­emos de haber naci­do aquí en España, con nues­tra DOCa Rio­ja, pero aún así,  nos quedará claro que el mejor vino es el francés, con Fran­cia sien­do la cuna del vino y gran pro­duc­to­ra jun­to con Italia. En España ten­emos mucha super­fi­cie con las vides cre­cien­do a sus anchas, y EEUU es el primer mer­ca­do con­sum­i­dor. La auto­ra, además, dis­tingue entre “viejo mun­do” y “nue­vo mun­do” y hace que reflex­ionemos, nos pare­mos a pen­sar, y nos demos cuen­ta de que ha habido una expan­sión hacia nuevos país­es pro­duc­tores en los últi­mos 40 años que se han con­sti­tu­i­do como un copi­ar y pegar de lo mejor de cada región y var­iedad, des­de Europa hacia Améri­ca y Oceanía.

Por lo que respec­ta a las var­iedades de uva, según la admi­ra­da auto­ra, bas­taría con cono­cer unos 10 tipos ‑de los 1300 que hay- y un adje­ti­vo para cada var­iedad, ya que de esta man­era podri­amos mane­jarnos y com­pren­der muchísi­mas cosas: Caber­net Sauvi­gnon, Mer­lot, Chardon­nay, Pinot Noir son var­iedades apre­ci­adas y pre­cisa­mente las que se han ido replan­tan­do en el nue­vo mun­do, pero cada país tiene sus pecu­liari­dades, por ejem­p­lo, en España ten­emos nue­stro tem­pranil­lo, Por­tu­gal con­sume sus rarísi­mas var­iedades y en Geor­gia fer­men­tan sus var­iedades especí­fi­cas enter­radas en unas ollas de barro.

Muy útil es la visión que nos trans­mite la auto­ra casi al final del libro, sobre pre­sente y futuro, y es que las difer­en­cias entre pro­duc­tores a niv­el mundi­al se han reduci­do y los pro­duc­tores de nue­vo mun­do han per­fec­ciona­do los pro­ce­sos con su tec­nología y limpieza. Las nuevas gen­era­ciones han afi­na­do sus gus­tos y algunos pro­duc­tores tra­ba­jan para que el vino no exce­da de 12 o 13 gra­dos, reducien­do el sabor de madera con la susti­tu­ción de bar­riles por tan­ques de hormigón o acero y elim­i­nan­do el tapón de cor­cho por el ries­go de cor­romper el vino. Lo que se hará común entre todos los pro­duc­tores es inten­tar trans­mi­tir la expre­sión de un lugar, del ter­roir o ter­ruño, con una mín­i­ma inter­ven­ción en bode­ga, lo que hará que algunos ten­gan que reciclarse.

Con un esti­lo moti­va­cional, la auto­ra Jan­cis Robin­son ani­ma a los no ini­ci­a­dos a aprovechar esa ven­ta­ja de no ten­er ideas pre­con­ce­bidas, a uti­lizar su pro­pio lengua­je para describir lo que sien­ten en sus catas y les da pau­tas para encon­trar la máx­i­ma relación cal­i­dad-pre­cio en sus adquisi­ciones. Para los exper­tos, apor­ta algu­nas opin­iones per­son­ales e infor­ma­ción actu­al­izadísi­ma sobre las var­iedades de uva y su local­ización mundi­al. Pero este es un libro, en mi opinión, sobre todo para aque­l­los que sim­ple­mente hemos sido toca­dos por el vino, en algún sen­ti­do, por algu­na de sus fac­etas, y lo quer­ríamos saber todo de él, y por miedo al ridícu­lo no nos atrevíamos a pre­gun­tar. Al acabar la lec­tura nos sen­ti­mos posee­dores de un may­or conocimien­to y tam­bién y por qué no, con anéc­do­tas que con­tar a nue­stros ami­gos durante las comi­das, sin­tién­donos ver­daderos exper­tos con una bue­na base para ser­lo y con una visión amplia que hará que deguste­mos esos sor­bos con toda su plen­i­tud. En defin­i­ti­va, este es un libro para todos, que deja con la sen­sación de haber acu­d­i­do a una cata magis­tral con exper­tos y con esa ilusión con­ta­gia­da. Dan ganas de releer­lo y esta vez con la copa Richard Bren­don — de la que la auto­ra se deshace en elo­gios — en nues­tras manos.

“Exper­to en vinos en 24 horas”, de la Edi­to­r­i­al Plan­e­ta Gas­tro, a la ven­ta en el Corte Inglés, Fnac, La Casa del Libro, y demás librerías.

© 2019 Raquel Car­rio. All rights reserved. 

Ana Vega del blog ‘Biscayenne’, publica ‘Cocina Viejuna’ de Larousse, con las recetas más características de la España de ayer y de siempre

Ten­emos por cos­tum­bre decir que el pasa­do siem­pre vuelve, para casi todos los ámbitos y lo que nos pasa en la vida, llegue ver­dadera­mente a volver o no, y que los que nos peinamos canas repeti­mos casi como un latigu­il­lo en nues­tras con­ver­sa­ciones de café. Pero aho­ra, Ana Vega Pérez de Arlucea nos pre­sen­ta su primer libro ‘Coci­na Vieju­na’, donde nos demues­tra que en la coci­na esto no sólo es que siem­pre ocur­ra, si no que exis­ten platos pasa­dos que en real­i­dad nun­ca lle­garon a irse, y que lo ver­dadera­mente mod­er­no es recu­per­ar­los con un twist actual.

Cocina Viejuna

Coci­na Viejuna

 

El pról­o­go que Mikel López Itur­ria­ga le brin­da a Ana Vega ya nos hace intuir la envidia, como él expre­sa, que sen­tire­mos al leer ‘Comi­da Vieju­na’, no sólo por el rig­or históri­co y téc­ni­co que le reconoce a la auto­ra con­tan­do los orí­genes de los platos, si no por el sen­ti­do del humor que Itur­ria­ga nos ade­lan­ta que se despl­ie­ga a lo largo de toda la obra y que está seguro que nos engan­chará con su mez­cla de dulzu­ra sin empalague y acidez constantes.

La auto­ra comien­za qui­tan­do hier­ro a la expre­sión “viejuno/a”, que en un primer momen­to podría gener­ar rec­ha­zo en el lec­tor, por poder enten­der equiv­o­cada­mente que se tra­ta de un adje­ti­vo pey­ora­ti­vo. Ana Vega, sin embar­go, uti­liza este adje­ti­vo des­de el car­iño, y nos hace recono­cer a los que vivi­mos (y comi­mos) entre los años 60 y los 90, que la coci­na era un tan­to hort­era, antigua, ran­cia inclu­so, pero que es en esta coci­na en la que comien­za a exi­s­tir una gas­tronomía españo­la cre­ati­va, sofisti­ca­da, y que quer­amos admi­tir­lo o no, sien­ta las bases de todo lo que aho­ra en cier­ta medi­da nos avergüen­za, pero que sin duda recor­damos con ter­nu­ra, sim­patía y diversión.

El libro está divi­di­do en 6 sec­ciones que ya des­de el índice nos provo­ca varias car­ca­jadas: i) dig­no de restorán, ii) guate­ques y vis­i­tas, iii) merien­das infan­tiles, iv) iconos del ver­a­no, vi) ban­quete navideño y por últi­mo, el tan míti­co vii) mue­ble bar, que no hay casa de abue­los, padres, tíos y demás famil­ia, que no cuente con uno, y cuan­to más sur­tido de clási­cos como el anís del Mono, el gran Marie Brizard o el irrem­paz­able ponche Caballero, mejor que mejor (o guay del Paraguay, que diría Ana Vega).

Receta de huevos rellenos del libro Cocina Viejuna

Rec­eta de huevos rel­lenos del libro Coci­na Viejuna

 

España aún no intuía la pos­te­ri­or y tan actu­al apari­ción de las esfer­i­fi­ca­ciones y demás téc­ni­cas culi­nar­ias, pero de lo que sí empez­a­ba a usar y abusar, es de los restau­rantes y sus rompe­do­ras crea­ciones, recreadas pos­te­ri­or­mente en nues­tras coci­nas, y con las que esperábamos la ovación de nue­stros invi­ta­dos tras largas jor­nadas coci­nan­do. Con fotos de restau­rantes como el Zala­caín en Madrid en los años 80, y el Mesón de Cán­di­do en Segovia, comien­za un recor­ri­do que comien­za con una rec­eta que era muy de tiros lar­gos de aque­l­la época: el cóc­tel de gam­bas. Y es que como así nos cuen­ta Ana, no había hog­ar bien avenido que se pre­cia­ra que no con­tara con gam­bas en sus comi­das de postín, lo que suponía prue­ba irrefutable de bonan­za económica.

Y es que hay fechas en las que nadie teme al médi­co, ni al coles­terol o la subi­da del áci­do úri­co, y sobre todo, hay per­son­ajes que pro­tag­on­i­zan las más insospechadas inges­tas de marisco: el cuña­do, ese famil­iar políti­co que puede acabar con todas las exis­ten­cias de ese ani­mal mari­no inver­te­bra­do y comestible. Toneladas ingentes que des­de la lle­ga­da del frig­orí­fi­co y el ultra­con­ge­la­do, y con la apari­ción de los bufés en los años 80, supu­so una pla­ga de mini gam­bas con­ge­ladas, y el ter­ror de todos los padres y sue­gros encar­ga­dos de sacar ade­lante las comi­das y cenas famil­iares en oca­siones especiales.

Como gran rec­eta donde las haya (o las hubo), Ana Vega nos mues­tra una gran foto y rec­eta de las tan afamadas gam­bas a la gabar­di­na, decen­di­entes direc­tas de la alta coci­na france­sa: las gam­bas Orly, advir­tien­do que úni­ca­mente pueden servirse con sal­sa tár­tara o vina­gre­ta picante.

Como guin­da al postre de este tron­chante libro de rec­etas, nos quedamos con la tan afama­da como denos­ta­da tar­ta al whisky. Esa pilin­gui de medio pelo que la auto­ra nos rela­ta rel­e­ga­da a la com­pra ráp­i­da y fácil para una comi­da más que infor­mal, y cuan­to más bara­ta mejor, como bien podía ser una bar­ba­coa. O un piqui-niqui, esa comi­da campestre que el español medio nun­ca supo imi­tar de los veci­nos anglosajones, reyes de las comi­das campestres más sofisti­cadas con cubier­tos de pla­ta y tra­jes de tweed, susti­tu­i­dos en nue­stro país por nava­ja y palo del lugar. En todo caso, y sea como fuere el esti­lo, suponía esta tar­ta una sobreme­sa adults only, que actual­mente ha per­di­do grandes adep­tos y está casi en peli­gro de extin­ción ¡por favor firmem­os por su recu­peración, for­ma parte de nues­tra memo­ria históri­ca jun­to con las hom­br­eras, las mele­nas al vien­to, y la enési­ma reposi­ción de Ver­a­no Azul! Es como quer­er bor­rar de nues­tra mate­ria gris la tele­visión en blan­co y negro, de dos canales, sin man­do y de sus cor­re­spon­di­entes car­tas de ajuste.

Coci­na vieju­na de la edi­to­r­i­al Larousse, a la ven­ta en El Corte Inglés, Fnac, La casa del libro, Ama­zon y otras librerías.

© 2019 Raquel Car­rio. All rights reserved.

Isabel Pérez publica su primer libro ‘Pasteles con historia’, en el que fusiona sus dos pasiones: el arte y la repostería

Pis­ta­chos iraníes de Tava­zo, canela de Ceylán cin­co ceros, vainil­la en vaina (nun­ca en esen­cia), azú­car blan­quil­la, la mejor de las man­te­qui­l­las y el mejor de los que­sos (man­tenidos en secre­to, ¡como los ingre­di­entes más pre­ci­a­dos!) y por supuesto, mucha nata casera, fal­so merengue y cre­ma de Kinder Bueno®, Kit Kat® o Fer­rero Rocher®. Así responde Isabel cuan­do le pre­gun­tas por la clave de su éxi­to en la repostería.

Pero los que ten­emos la suerte de cono­cer­la un poco, sabe­mos que no es que eso no sea todo, si no que ella apor­ta mucho más a sus paste­les: pasión y sen­timien­to pro­pios. Le gus­ta gus­tar, claro que sí. Bus­ca encan­di­lar y sat­is­fac­er a su clien­tela ¡por supuesto!, pero sobre todo, ella elab­o­ra los postres que a ella le gus­ta dis­fru­tar, y con el amor que ella quiere vol­car, sabedo­ra de que solo así, será como logre enam­orarnos con sus dul­ces a todos los que hemos tenido o ten­drán la deli­ciosa suerte de degustar.

Para los que no viv­en en Gijón o no tienen la posi­bil­i­dad de vis­i­tar la ciu­dad can­tábri­ca por exce­len­cia, Isabel Pérez pub­licó el pasa­do mes de octubre su primer libro, con la edito­r­i­al Col&Col, que tuvo la feliz intu­ición de con­fi­ar en su proyec­to, y que tran­scur­ri­das unas pocas sem­anas, ya va por su ter­cera edi­ción. Además, y por si esta ven­ta masi­va de ejem­plares en tan poco tiem­po no fuera sufi­ciente, ‘Paste­les con his­to­ria’ ha gana­do recien­te­mente la pugna nacional de los Gour­mand World Cook­book Awards, resul­tan­do final­ista así, por España, y en la cat­e­goría inter­na­cional pas­try (pastel­ería), para la final mundi­al que se cel­e­brará el próx­i­mo mes de julio de 2019 en Macao, jun­to con los mejores libros de pastel­ería de otros 23 países.

Asimis­mo, este primer libro de Isabel y Col&Col, se ha cola­do ya entre los diez primeros libros de no fic­ción más ven­di­dos de 2018, según la lista Pub­lish­news y datos del Bookscan de Nielsen, y el ter­cer libro de gas­tronomía más ven­di­do de España, que puede com­prarse en todas las libr­erías: Corte Inglés, Fnac, La Casa del libro, e inclu­so en Ama­zon o direc­ta­mente a la Editorial.

Aliter Dulcia

Aliter Dul­cia

 

Miles de libros en defin­i­ti­va y por lo tan­to ya en casa de sus com­pradores, y con vocación de per­du­rar en el tiem­po. Es decir, que ‘Paste­les con his­to­ria’ ha naci­do para ser con­sul­ta­do durante toda la vida y para que pase de mano en mano a próx­i­mas gen­era­ciones. No es un libro de moda. Es el libro de repostería que Isabel sueña con que todos teng­amos de ref­er­en­cia en nues­tras bib­liote­cas, en nue­stros estantes, el mar­i­aluisa con­tem­porá­neo que no solo abrire­mos para bus­car la opción per­fec­ta para desayu­nar, meren­dar, o como cor­re­spon­da, si no que tam­bién leeremos.

Y es que, con cua­tro capí­tu­los, ded­i­ca­dos a la famil­ia, la his­to­ria, los via­jes, y Aliter Dul­cia (el nom­bre de su pastel­ería en Gijón), Isabel recrea de una for­ma espe­cial y úni­ca el arte antiguo de autores como Velázquez, Ver­meer o Car­avag­gio, mostran­do, y según sus propias pal­abras, reta­zos de mun­dos pasa­dos y de vidas aje­nas, en la for­ma más deli­ciosa posi­ble: tar­tas y bizcochos.

Con dece­nas de cur­sos impar­tidos a sus espal­das, tan­to online (a par­tir de una platafor­ma en la que sube video rec­etas y sus alum­nos inter­ac­túan entre ellos y con ella) como pres­en­ciales (en su obrador o en cualquier ciu­dad de dónde la lla­men para impar­tir­los), un blog en el que tími­da­mente comen­z­a­ba a relatar sus rec­etas, y el día a día en su local gijonés de la cén­tri­ca calle San Bernar­do, el primer libro de Isabel Pérez era el úni­co canal de expre­sión que le qued­a­ba por exper­i­men­tar. Nace así su libro, como una suma de recuer­dos, claros y muy pre­sentes en su vida, como las tan entrañables tardes con su abue­lo recor­rien­do pastel­erías, o con su madre y su tía abuela elab­o­ran­do pasteles.

Cuen­ta con 80 rec­etas de repostería, que incluye tar­tas, paste­les, gal­letas, etc., y que supon­drá el rega­lo ide­al para cualquier ocasión y des­ti­natario, siem­pre que sea amante de la repostería (¿¡quién no!?) e inde­pen­di­en­te­mente del niv­el de conocimien­to o peri­cia, ya que se adap­ta a todos los nive­les de difi­cul­tad. Todas sus rec­etas, además, pueden hac­erse a mano y cuen­tan con la garan­tía de la auto­ra de que “todas salen bien”, ya que según pudo expre­sarnos ella mis­ma, lo que le ha sali­do a ella en la elab­o­ración de todas y cada una de sus rec­etas, es lo que le va a salir a todo aquel que las siga.

Su próx­i­mo y esper­a­do proyec­to es la aper­tu­ra de una nue­va pastel­ería en el cen­tro de Madrid, que verá abier­tas sus puer­tas en la primera mitad del 2019, y que seguro que con­tará con una dec­o­ración pen­sa­da y esmer­a­da, como así lo es en su primer y ref­er­ente local asturiano.

Aliter Dul­cia Calle San Bernar­do, 20, 33201 Gijón. Telé­fono 984 394 481. Abier­to de lunes a sába­do de 10:00 a 14:00 y de 17:30 a 21:30. Con­tac­to por mail en info@aliterdulcia.com

Edi­to­r­i­al Col&Col, para con­sul­ta y com­pra de ejemplares.

© 2018 Raquel Car­rio. All rights reserved.

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