Enoturismo en el Penedès: Parés Baltà. Vinos y cavas ecológicos, biodinámicos y naturales

Cuan­do se vive una situa­ción de cri­sis sani­ta­ria, y por ende eco­nó­mi­ca, como la que esta­mos vivien­do del coro­na­vi­rus, para lo cual no está­ba­mos pre­pa­ra­dos ni en el peor de los sue­ños de Holly­wood, bus­ca­mos cla­vos ardien­do don­de aga­rrar­nos para vol­ver a tener espe­ran­za de que todo vol­ve­rá a la nor­ma­li­dad. Segu­ra­men­te de lo que más extra­ña­mos, en líneas gene­ra­les, es el de vol­ver a abra­zar a nues­tros seres que­ri­dos, com­par­tir comi­das con ami­gos y fami­lia­res y vol­ver a via­jar, amén de que cada uno par­ti­cu­lar­men­te año­re algo muy con­cre­to.

Si se con­tro­la ade­cua­da­men­te esta pan­de­mia pron­to vol­ve­re­mos a abra­zar y com­par­tir comi­das y cenas, y lo de via­jar segu­ra­men­te se redu­ci­rá a lo más pró­xi­mo, a todos aque­llos sitios que en otras cir­cuns­tan­cias, sani­ta­ria­men­te con­tro­la­das, hubié­ra­mos des­car­ta­dos con la pere­gri­na excu­sa de “ya iré más ade­lan­te que eso está cer­ca”.

El enotu­ris­mo, con­jun­ta­men­te con el via­je cul­tu­ral y por supues­to de sol y pla­ya se colo­can en las pri­me­ras posi­cio­nes de elec­ción para el via­je de pro­xi­mi­dad de este verano raro de 2020.

Parés Baltà. Fotografía gentileza de Emma Espejo

Parés Bal­tà. Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Emma Espe­jo

Las dife­ren­tes ofer­tas de enotu­ris­mo ade­más de cono­cer de pri­me­ra mano los vinos, tam­bién ofre­cen reco­rri­dos por la viña acer­cán­do­nos la natu­ra­le­za para entrar en con­tac­to con ella, con expli­ca­cio­nes de cómo se cul­ti­va de una for­ma res­pe­tuo­sa con el medio ambien­te siguien­do los cri­te­rios cer­ti­fi­ca­dos de la agri­cul­tu­ra eco­ló­gi­ca y bio­di­ná­mi­ca tal como hacen en Parés Bal­tà. Una bode­ga con más de 230 años de his­to­ria en el Pene­dés, con cons­tan­cia de viñas plan­ta­das en las pos­tri­me­rías del siglo XVIII. Actual­me­ne es la ter­ce­ra gene­ra­ción de la fami­lia Cusi­né la que está al man­do, Joan y Josep Cusi­né Carol que con­jun­ta­men­te con sus espo­sas, María Ele­na Jimé­nez y Mar­ta Casas, como enó­lo­gas, han situa­do a esta bode­ga en una refe­ren­cia en vinos y cavas de cali­dad tan­to den­tro del mer­ca­do nacio­nal como del  inter­na­cio­nal.

Parés Baltà. Fotografía gentileza de Emma Espejo

Parés Bal­tà. Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Emma Espe­jo

Toda la vida eno­ló­gi­ca gira en torno a la ori­gi­nal masía de Parés Bal­tà que data de 1790. La ane­xa sala de barri­cas, reno­va­da y amplia­da hace unos años, es el espa­cio don­de se depo­si­tan los vinos para que ten­gan la crian­za ópti­ma. En la refor­ma se res­pe­tó la arqui­tec­tu­ra ori­gi­nal que garan­ti­za poder man­te­ner los vinos a una tem­pe­ra­tu­ra ideal, inclu­so cuan­do en el perío­do caní­cu­lar las tem­pe­ra­tu­ras son muy ele­va­das en el exte­rior. La cava es la par­te más pro­fun­da, situa­da a 10 metros bajo tie­rra, y dón­de enve­je­cen los espu­mo­sos con el mer­cu­rio esta­ble duran­te todo el año alre­de­dor de 15ºC.

Parés Baltà. Fotografía gentileza de Emma Espejo

Inte­rior de la cava de Parés Bal­tà. Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Emma Espe­jo

Todos los vinos y cavas de Parés Bal­tà se ela­bo­ran a par­tir de viñe­dos pro­pios dis­tri­bui­dos en 5 cer­ca­nas fin­cas de pro­pie­dad. Cada uno expre­sa las carac­te­rís­ti­cas pro­pias del terri­to­rio con su dife­ren­cias par­ti­cu­la­res de sue­lo, cli­ma y varie­da­des cul­ti­va­das. Vinos pro­ce­den­tes de agri­cul­tu­ra eco­ló­gi­ca con prác­ti­cas como el uso de ove­jas que lim­pian fácil­men­te el viñe­do y que el úni­co ras­tro que deja­rán tras su paso será un abono natu­ral para el cam­po o las abe­jas como cóm­pli­ces de una correc­ta poli­ni­za­ción. Todo ello redun­da­rá en una tie­rra más sana y no con­ta­mi­na­da al no usar her­bi­ci­das, ni pes­ti­ci­das ni abo­nos quí­mi­cos. Des­de el 2011 expe­ri­men­ta­ron con la bio­di­ná­mi­ca que se rige por el calen­da­rio lunar y la influen­cia del uni­ver­so para aumen­tar la fer­ti­li­dad de las plan­tas y con­trol natu­ral de las pla­gas, y un año más tar­de se siguen esos prin­ci­pios en todas las fin­cas. La últi­ma nove­dad ha sido incor­po­rar el vino natu­ral a la bode­ga, ela­bo­ra­do a par­tir de la fer­men­ta­ción alcohó­li­ca natu­ral en ánfo­ras de arci­lla. Este tipo de enva­se, que ya lo usa­ban los íbe­ros cuan­do habi­ta­ron este lugar hace más de 2.000 años, pro­vo­ca una hiper­oxi­da­ción que hace pre­ci­pi­tar todas las par­tí­cu­las oxi­da­bles y de esta mane­ra se obtie­ne un vino lim­po y cris­ta­lino sin inter­ven­ción huma­na.

Parés Baltà. Fotografía gentileza de Emma Espejo

Cata en Parés Bal­tà. Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Emma Espe­jo

Los vinos y cavas están seg­men­ta­dos de la siguien­te for­ma:

  • Micro­cu­vée: de pro­duc­ción limi­ta­da y sola­men­te cuan­do la cali­dad de la aña­da es altí­si­ma.
  • R‑Evolution: a par­tir de varie­da­des dis­tin­ti­vas del Pene­dès.
  • Ori­gen: el vino más joven y fres­co, para el día a día, fácil de beber.
  • Cavas: segu­ra­men­te la mejor repre­sen­ta­ción de esta bode­ga que une la tra­di­ción y la más rabio­sa actua­li­dad.
La masía y el pai­sa­je del viñe­do están pen­sa­dos para las dife­ren­tes opcio­nes de enotu­ris­mo como: mari­da­je de que­sos o cho­co­la­te con los vinos pro­pios en el incom­pa­ra­ble mar­co de la masía, visi­ta a la bode­ga para fina­li­zar con una cata comen­ta­da, paseo en 4x4 por las viñas para enten­der el con­cep­to de terroir, de la bio­di­ná­mi­ca y siem­pre para fina­li­zar con una degus­ta­ción de los vinos y cavas.
Propuesta de maridaje con el vino Calcari de Parés Baltà

Pro­pues­ta de mari­da­je con el vino Cal­ca­ri de Parés Bal­tà. Foto­gra­fía gen­ti­le­za de Nuria Teje­dor

Más infor­ma­ción de los vinos y de la ofer­ta enotu­rís­ti­ca así como de la tien­da onli­ne en la web de Parés Bal­tà

Parés Bal­tà. Masía Can Bal­tà, s/n. 08796 Pacs del Pene­dès (Bar­ce­lo­na). Telé­fono 938 901 399.

© 2020 José María Toro. All rights reser­ved

Dominik Huber presentó en Barcelona el proyecto Terroir sense Fronteres y las nuevas añadas de Terroir al Límit

En unos de los espa­cios de la tien­da bar­ce­lo­ne­sa espe­cia­li­za­da en vinos, El Petit Celler, Domi­nik Huber hizo la pre­sen­ta­ción del pro­yec­to de vinos Terroir Sen­se Fron­te­res en el Mon­tsant y de las nue­vas aña­das de Terroir al Límit del Prio­rat.

En una ani­ma­da con­ver­sa­ción Domi­nik Huber, ale­mán natu­ral de Bavie­ra, con­tó su his­to­ria per­so­nal de como lle­gó al Prio­rat hace ya más de 20 años con dos ideas cla­ras: mejo­rar su domi­nio del cas­te­llano, y ampliar cono­ci­mien­tos del mun­do viní­co­la. A par­tir de aquí su meticu­losi­dad y cons­tan­cia le lle­vó a domi­nar sus dos obje­ti­vos, tan­to nues­tro idio­ma y como el del mun­do del vino, has­ta el pun­to de con­se­guir los lau­re­les con sus 100 pun­tos Par­ker en su vino Les Man­yes 2016. Aun­que reco­no­ció que su pro­pó­si­to últi­mo es que todos sus vinos alcan­cen el podio viní­co­la.

Los vinos que a él le gus­tan y que son los que ela­bo­ra, se ale­jan del exce­so de madu­ra­ción y del gus­to aña­di­do de la made­ra, quie­re un vino sin maqui­lla­je, que dé paso a la expre­sión del terroir. Y tie­ne su expli­ca­ción ya que su fe en la bio­di­ná­mi­ca le hace res­pe­tar la natu­ra­le­za, y por tan­to quie­re que ese mara­vi­llo­so pai­sa­je medi­te­rrá­neo que le rodea se vea refle­ja­do en sus vinos.

Sus vinos son para dis­fru­tar y para unir­los a una bue­na gas­tro­no­mía, por­que no entien­de la bebi­da sin la comi­da. Su leit­mo­tiv es con­se­guir que los clien­tes que com­pran, y obvia­men­te beben su vino, se emo­cio­nen y for­men par­te de una expe­rien­cia con la gas­tro­no­mía como él cuan­do lo está ela­bo­ran­do.

Con los vinos de la Deno­mi­na­ción de Ori­gen Mon­tsant, Terroir sen­se Fron­te­res, en el nom­bre que le ha pues­to a la bode­ga nos lo está dicien­do todo, es su decla­ra­ción de inten­cio­nes, sigue explo­ran­do la expre­sión del terru­ño, del terroir que dirían los fran­ce­ses, obvia com­ple­ta­men­te la made­ra y abo­ga por el ace­ro, el cemen­to y/o el ánfo­ra para obte­ner vinos fres­cos, direc­tos, de mar­ca­da aci­dez y menor gra­dua­ción alcohó­li­ca que lo que con­si­gue en la veci­na DO del Prio­rat.

Las nue­vas aña­das de Terroir al Límit

  • Terra de Cuques Blanc 2017. Vi de terra viva. De viñas de 25 a 30 años de anti­güe­dad. Se ela­bo­ra con 90% de Pedro Xime­nez y 10% de mos­ca­tel de Ale­jan­dría.
  • Terra de Cuques Negre 2017. Vi de terra viva. De viñas entre 25 y 40 años de anti­güe­dad. Se ela­bo­ra con cari­ñe­na y gar­na­cha a par­tes igua­les.
  • Pedra de Guix 2016. Vi de cos­ter. De viñas vie­jas entre 50 y 80 años de edad. Varie­da­des: PX, maca­beo y gar­na­cha blan­ca a par­tes igua­les.
  • Arbos­sar 2017. Vi de cos­ter. Viñas con 110 años. Mono­va­rie­tal de cari­ñe­na.
  • Dits del Terra 2017. Vi de cos­ter. Viñas con 85 años de anti­güe­dad. Cari­ñe­na 100%.
  • Les Man­yes 2017. Vi de altu­ra. Viñas con 55 años y situa­das a 800 metros de alti­tud. Mono­va­rie­tal de gar­na­cha.
  • Les Tos­ses 2017. Vi de altu­ra. Viñas sobre 80 años y plan­ta­das a 600 metros de alti­tud. Cari­ñe­na 100%.
botellas de vino de Terroir al Límit

Vinos de Terroir al Límit

Terroir Sen­se Fron­te­res

  • Terroir Sen­se Fron­te­res Bri­sat 2018. Viñas entre 15 y 35 años. Varie­da­des gar­na­cha blan­ca 75%, maca­beo 25%.
  • Terroir Sen­se Fron­te­res Negre 2018. Viñas de edad entre 15 y 35 años. Varie­da­des 75% gar­na­cha y 25 % cari­ñe­na.
  • Vèr­te­bra de la Figue­ra 2018. Viñas entre 40 y 80 años y altu­ra del viñe­do de 600 metros. Mono­va­rie­tal de gar­na­cha negra, tam­bién cono­ci­da en la zona como “gar­na­cha fina”.
  • Guix Ver­mell Negre 2017. Viñas de 45 años y la altu­ra del viñe­do 800 metros. Úni­ca­men­te 100% gar­na­cha negra.
botellas de vino de Terroir Sense Fronteres

Vinos de Terroir Sen­se Fron­te­res

Más infor­ma­ción de los vinos en la web de Terroir Sen­se Fron­te­res y en Terroir Al Límit

De vinos y libros

Yo soy de vinos y libros. Ni cer­ve­zas arte­sa­na­les ni series de éxi­to. Creo que la últi­ma vez que me engan­ché a una fue a Hos­pi­tal Cen­tral, allá por el año 2000. Con­fie­so sin pudor que no he vis­to ni un minu­to de Jue­go de Tro­nos y tam­bién que no ten­go Net­fix. Pue­de que sea rebel­día vin­ta­ge o sim­ple igno­ran­cia. Opi­nen lo que quie­ran pero es que el tiem­po no me da para todo.

A mí me gus­ta ir de libre­rías y vino­te­cas más que de tien­das de ropa y com­ple­men­tos. Ver lo últi­mo que ha sali­do, lo que se está lle­van­do la gen­te, lo más leí­do, lo más bebi­do. Lo clá­si­co, lo de ple­na actua­li­dad.  Me encan­ta pasear entre estan­te­rías, des­cu­brir joyas, hojear libros, ima­gi­nar­me con ellos pues­tos. Catar tintos…Uno de mis múl­ti­ples ofi­cios frus­tra­dos es el de libre­ra. Y una libre­ría don­de se sir­vie­ra vino ya sería el éxta­sis.

 

La ver­dad es que encuen­tro un enor­me para­le­lis­mo entre el gus­to por el vino y la lite­ra­tu­ra. Te pue­den reco­men­dar libros y cal­dos y encon­trar­los fas­ci­nan­tes o leer dos pági­nas y parar en seco. O tomar un sor­bo y no ter­mi­nar la copa. Tam­bién ena­mo­rar­te de la por­ta­da de una obra o del dise­ño de la eti­que­ta de una bote­lla, de un títu­lo, de un nom­bre, de una deno­mi­na­ción de ori­gen, de un autor…  Al final en ambos casos,  lo que te hace feliz es lo que te toca el cora­zón y el pala­dar: lo que está bien hecho que nor­mal­men­te coin­ci­de con lo que está hecho con pasión.  Como en todo.

Otra de mis manías ina­mo­vi­bles es el papel. Qui­zá no sea la opción más eco­ló­gi­ca  pero por el momen­to no quie­ro leer en un libro elec­tró­ni­co. Bas­tan­tes pan­ta­llas tene­mos ya a nues­tro alre­de­dor. El día que me com­pre un e‑book será el mis­mo en el que beba vino en un vaso de plás­ti­co. A mí así no me sabe. Yo quie­ro sen­tar­me con mi libro, tocar­lo, oler­lo, usar mis mar­ca­do­res y sí, doblar una pagi­ni­ta cuan­do se ter­cie, pero con cari­ño. Y lo mis­mo con el vino, nece­si­to una copa de ver­dad, gran­de y bri­llan­te.

Tal vez con el tiem­po, empie­ce a ver series de madru­ga­da con un bote­llín de cer­ve­za en la mano. O me com­pre un e‑book y me des­car­gue con vora­ci­dad las últi­mas nove­da­des. Qui­zá en unos años pre­fie­ra ir a un cen­tro comer­cial en lugar de a una libre­ría. Dicen que la exis­ten­cia es puro cam­bio pero a día de hoy, 23 de abril de 2019, brin­do por los libros con una enor­me copa de vino cana­rio. Salud y lar­ga vida para ellos.

(Y mien­tras, escu­cho: Fee­ling Lonely on a Sun­day After­noon Ban­da Sono­ra de “La Libre­ría” de Isa­bel Coixet)

© 2019 Noemi Mar­tin. All rights reser­ved

 

 

Experto en vinos en 24 horas de la mano de Jancis Robinson y de Planeta Gastro

Tras la lec­tu­ra voraz y casi inin­te­rrum­pi­da de esta obra de la edi­to­ra del Oxford Com­pa­nion of Wine y colum­nis­ta sema­nal en el Finan­cial Times (no sé cuál de estos dos de sus car­gos envi­dio ‑sana­men­te- más), Jan­cis Robin­son, me que­do con la sen­sa­ción de haber asis­ti­do una cla­se inten­si­va de más­ter, a una cla­se magis­tral, ya que es un libro de faci­lí­si­ma lec­tu­ra que se pue­de devo­rar en unas horas o bien degus­tar­lo en unas pocas más.

El libro cons­ta de algo más de 150 pági­nas dis­tri­bui­das en 6 sen­ci­llos blo­ques: una intro­duc­ción bási­ca, cómo ele­gir y cómo catar, cómo selec­cio­nar según la comi­da o la oca­sión y cuán­to gas­tar, qué ins­tru­men­tal exis­te y cómo tra­tar el vino, qué varie­da­des de uva hay y final­men­te cuá­les son las regio­nes viní­co­las exis­ten­tes a nivel mun­dial. A modo de resu­men y para con­so­li­dar el cono­ci­mien­to adqui­ri­do se inclu­ye al final  de la obra un glo­sa­rio de tér­mi­nos con sus defi­ni­cio­nes.

Algu­nas de las curio­si­da­des que se apren­den a lo lar­go de esta lec­tu­ra, y que si no sabía­mos, que­da­rán vagan­do duran­te un tiem­po en nues­tro pen­sa­mien­to son, por ejem­plo, que si no fue­ra por la piel de la uva todos los vinos serían blan­cos. O que inge­rir alca­cho­fas es incom­pa­ti­ble (en cuan­to a mari­da­je se refie­re) con un buen vino. O que el tama­ño per­fec­to de una bote­lla de vino es la de 1,5 litros cono­ci­da como mag­num, y hay un buen moti­vo para ello (tie­ne que ver con la oxi­ge­na­ción del vino, pero ¡no lo des­ve­la­re­mos!). O cómo saber si somos “super­ca­ta­do­res” por nues­tro núme­ro de papi­las gus­ta­ti­vas – tene­mos un 25% de posi­bi­li­da­des de ser­lo – y la impor­tan­cia del olfa­to. O tam­bién que hay vinos, como el Opor­to, que tie­nen mar­gen de mejo­ra has­ta los 40 años. O inclu­so, cómo uti­li­zar nues­tro calor cor­po­ral para calen­tar el vino en caso de emer­gen­cia.

Ade­más de estas muchí­si­mas curio­si­da­des apren­de­re­mos con­se­jos prác­ti­cos, como por ejem­plo, que el pre­cio que debe­ría­mos pagar por una bote­lla no debe­ría ser infe­rior a 12 euros ni supe­rior a 40, o que para el alma­ce­na­je la luz y el olor son malos y la hume­dad es bue­na, o que debe­ría­mos uti­li­zar las tien­das per­so­na­li­za­das de barrio y las redes socia­les para dejar­nos ser per­fec­ta y per­so­na­li­za­da­men­te acon­se­ja­dos.

Experto en vinos en 24 horas de Jancis Robinson. Planeta Gastro

Exper­to en vino en 24 horas de Jan­cis Robin­son

 

En cuan­to a la pro­ce­den­cia del vino, nos dare­mos cuen­ta de la suer­te que tene­mos de haber naci­do aquí en Espa­ña, con nues­tra DOCa Rio­ja, pero aún así,  nos que­da­rá cla­ro que el mejor vino es el fran­cés, con Fran­cia sien­do la cuna del vino y gran pro­duc­to­ra jun­to con Ita­lia. En Espa­ña tene­mos mucha super­fi­cie con las vides cre­cien­do a sus anchas, y EEUU es el pri­mer mer­ca­do con­su­mi­dor. La auto­ra, ade­más, dis­tin­gue entre “vie­jo mun­do” y “nue­vo mun­do” y hace que refle­xio­ne­mos, nos pare­mos a pen­sar, y nos demos cuen­ta de que ha habi­do una expan­sión hacia nue­vos paí­ses pro­duc­to­res en los últi­mos 40 años que se han cons­ti­tui­do como un copiar y pegar de lo mejor de cada región y varie­dad, des­de Euro­pa hacia Amé­ri­ca y Ocea­nía.

Por lo que res­pec­ta a las varie­da­des de uva, según la admi­ra­da auto­ra, bas­ta­ría con cono­cer unos 10 tipos ‑de los 1300 que hay- y un adje­ti­vo para cada varie­dad, ya que de esta mane­ra podria­mos mane­jar­nos y com­pren­der muchí­si­mas cosas: Caber­net Sau­vig­non, Mer­lot, Char­don­nay, Pinot Noir son varie­da­des apre­cia­das y pre­ci­sa­men­te las que se han ido replan­tan­do en el nue­vo mun­do, pero cada país tie­ne sus pecu­lia­ri­da­des, por ejem­plo, en Espa­ña tene­mos nues­tro tem­pra­ni­llo, Por­tu­gal con­su­me sus rarí­si­mas varie­da­des y en Geor­gia fer­men­tan sus varie­da­des espe­cí­fi­cas ente­rra­das en unas ollas de barro.

Muy útil es la visión que nos trans­mi­te la auto­ra casi al final del libro, sobre pre­sen­te y futu­ro, y es que las dife­ren­cias entre pro­duc­to­res a nivel mun­dial se han redu­ci­do y los pro­duc­to­res de nue­vo mun­do han per­fec­cio­na­do los pro­ce­sos con su tec­no­lo­gía y lim­pie­za. Las nue­vas gene­ra­cio­nes han afi­na­do sus gus­tos y algu­nos pro­duc­to­res tra­ba­jan para que el vino no exce­da de 12 o 13 gra­dos, redu­cien­do el sabor de made­ra con la sus­ti­tu­ción de barri­les por tan­ques de hor­mi­gón o ace­ro y eli­mi­nan­do el tapón de cor­cho por el ries­go de corrom­per el vino. Lo que se hará común entre todos los pro­duc­to­res es inten­tar trans­mi­tir la expre­sión de un lugar, del terroir o terru­ño, con una míni­ma inter­ven­ción en bode­ga, lo que hará que algu­nos ten­gan que reci­clar­se.

Con un esti­lo moti­va­cio­nal, la auto­ra Jan­cis Robin­son ani­ma a los no ini­cia­dos a apro­ve­char esa ven­ta­ja de no tener ideas pre­con­ce­bi­das, a uti­li­zar su pro­pio len­gua­je para des­cri­bir lo que sien­ten en sus catas y les da pau­tas para encon­trar la máxi­ma rela­ción cali­dad-pre­cio en sus adqui­si­cio­nes. Para los exper­tos, apor­ta algu­nas opi­nio­nes per­so­na­les e infor­ma­ción actua­li­za­dí­si­ma sobre las varie­da­des de uva y su loca­li­za­ción mun­dial. Pero este es un libro, en mi opi­nión, sobre todo para aque­llos que sim­ple­men­te hemos sido toca­dos por el vino, en algún sen­ti­do, por algu­na de sus face­tas, y lo que­rría­mos saber todo de él, y por mie­do al ridícu­lo no nos atre­vía­mos a pre­gun­tar. Al aca­bar la lec­tu­ra nos sen­ti­mos posee­do­res de un mayor cono­ci­mien­to y tam­bién y por qué no, con anéc­do­tas que con­tar a nues­tros ami­gos duran­te las comi­das, sin­tién­do­nos ver­da­de­ros exper­tos con una bue­na base para ser­lo y con una visión amplia que hará que degus­te­mos esos sor­bos con toda su ple­ni­tud. En defi­ni­ti­va, este es un libro para todos, que deja con la sen­sa­ción de haber acu­di­do a una cata magis­tral con exper­tos y con esa ilu­sión con­ta­gia­da. Dan ganas de releer­lo y esta vez con la copa Richard Bren­don — de la que la auto­ra se des­ha­ce en elo­gios — en nues­tras manos.

“Exper­to en vinos en 24 horas”, de la Edi­to­rial Pla­ne­ta Gas­tro, a la ven­ta en el Cor­te Inglés, Fnac, La Casa del Libro, y demás libre­rías.

© 2019 Raquel Carrio. All rights reser­ved. 

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