Restaurante Solomillo de Barcelona es todo un tributo a la pieza de carne más noble del ganado vacuno

Oda a la pie­za de car­ne más noble del gana­do vacuno: el solo­mi­llo, y rin­dien­do home­na­je a este deli­ca­do y tierno tro­zo coge pres­ta­do su nom­bre para iden­ti­fi­car a este res­tau­ran­te temá­ti­co, de tal mane­ra que se con­vier­te en el leit­mo­tiv de esta casa de comi­das para car­ní­vo­ros recal­ci­tran­tes don­de se sir­ve “car­ne al peso” como ele­men­to dife­ren­cia­dor de otros res­tau­ran­tes don­de el solo­mi­llo es un pla­to más del elen­co de la car­ta.

Interior Restaurante Solomillo

Inte­rior Res­tau­ran­te Solo­mi­llo

 

Está ubi­ca­do en el cén­tri­co Hotel Ale­xan­dra de la Ciu­dad Con­dal y divi­di­do en dos plan­tas. Por la que se acce­de direc­ta­men­te des­de la calle tene­mos “la Char­cu­te­ría” con una terra­za exte­rior en el carrer Mallor­ca entre Pas­seig de Grà­cia y Ram­bla de Cata­lun­ya. Es la par­te infor­mal, pen­sa­da para todas las horas del día, para picar y tam­bién para com­par­tir. En este espa­cio ele­gan­te y moderno se pue­de degus­tar tablas de que­sos per­so­na­li­za­das con algu­na de las más de 25 refe­ren­cias dis­po­ni­bles (afi­na­ción y selec­ción de Eva Vila de Vila Vini­te­ca) , embu­ti­dos al cor­te y pro­duc­tos de mer­ca­do y don­de una máqui­na cor­ta­do­ra ita­lia­na Sir­man pre­si­de la sala como seña de iden­ti­dad de la exce­len­te mate­ria pri­ma con carác­ter arte­sa­nal. En la plan­ta supe­rior o pri­mer piso se encuen­tra lo que sería en el país galo una bras­se­rie y don­de se sir­ve la car­ne al peso.

A títu­lo infor­ma­ti­vo, y antes de entrar en mate­ria, en espe­cial para neó­fi­tos en este tipo de car­nes, vale la pena recor­dar que den­tro del pro­pio solo­mi­llo se dis­tin­guen dife­ren­tes par­tes: la cabe­za (la par­te más grue­sa), el rosa­rio, el cen­tro y la pun­ta. Algu­nas par­tes del solo­mi­llo tie­nen nom­bre pro­pio que las desig­nan espe­cí­fi­ca­men­te, como la pun­ta de don­de obte­ne­mos el file­te miñón o min­gnon en fran­cés (file­te boni­to y en sen­ti­do culi­na­rio file­te tierno), la par­te más grue­sa es el cha­teau­briand, y la par­te inter­me­dia es el tur­ne­dó o tour­ne­dó.

Otro deta­lle a tener en cuen­ta es la cuber­te­ría del Res­tau­ran­te Solo­mi­llo y más con­cre­ta­men­te a los cuchi­llos Palla­rés de Sol­so­na para rea­li­zar el cor­te en la mesa por el comen­sal. Estas pie­zas son de ace­ro car­bono con ele­gan­te man­go de boj que se fabri­can arte­sa­nal­men­te y que se man­tie­nen afi­la­dos mucho más tiem­po que los de ace­ro inoxi­da­ble con lo cual su inci­sión es muy pre­ci­sa. .

La pro­pues­ta de este res­tau­ran­te es ele­gir dife­ren­tes solo­mi­llos que pro­ce­den de varias razas bovi­nas dife­ren­tes, y que se per­so­na­li­za al gus­to del comen­sal en su pun­to de coc­ción, peso y acom­pa­ña­mien­tos.

 

Cecina de León y mortadela

Ceci­na de León y mor­ta­de­la

 

Razas según tem­po­ra­da: Salers, Black Angus Nebras­ka, Fri­sian, Rubia Galle­ga, buey y Wag­yu.

Solomillo de ternera con sus acompañamientos

Solo­mi­llo de ter­ne­ra Fri­sian con sus acom­pa­ña­mien­tos

 

Sal­sas: bear­ne­sa, Café de París (impre­sio­nan­te) que­so azul, pimien­ta negra, mos­ta­za anti­gua o mojo de hier­bas, sal­sa de foie.

Guar­ni­cio­nes: ensa­la­das para refres­car, clá­si­cas pata­tas fri­tas, ver­du­ras, arroz, pas­ta, legum­bres o chou­crou­te. Tam­bién según tem­po­ra­da ensa­la­da de len­te­jas y ver­du­ras, coli­flor gra­ti­na­da, tué­tano a la bra­sa, lasa­ña de espi­na­cas y ceps.

Pla­tos degus­ta­dos:

  • Mor­ta­de­la y una exqui­si­ta ceci­na de León.
  • Solo­mi­llo (150 gra­mos) de raza Fri­sian con exce­len­te sal­sa de Café de París, pata­tas gra­ti­na­das dauphi­noi­se, menes­tra de ver­du­ras de tem­po­ra­da y una refres­can­te ensa­la­da de cogo­llos.
  • Solo­mi­llo (150 gra­mos) de rubia galle­ga con sal­sa bear­ne­sa, espá­rra­gos, puré de pata­tas y ensa­la­da roble.
Solomillo de vaca gallega

Solo­mi­llo de vaca rubia galle­ga

 

  • Solo­mi­llo (150 gra­mos) de buey con sus pimien­tos del piqui­llo, ensa­la­da con cebo­lla y pata­tas fri­tas.
Solomillo de buey

Solo­mi­llo de buey

 

  • Pos­tre tam­bién per­so­na­li­za­do a base de hojal­dre con cre­ma de vai­ni­lla y man­go y sus top­pings.
Hojaldre con crema de vainilla y mango

Hojal­dre con cre­ma de vai­ni­lla y man­go

 

Ade­más ofre­cen la posi­bi­li­dad de dis­fru­tar de una bue­na pie­za de solo­mi­llo en otro tipo pre­sen­ta­cio­nes como el “Roast­beef de solo­mi­llo con mayo­ne­sa de curry”, “Solo­mi­llo stro­go­noff con arroz pilaf” o el deli­cio­so “steak tar­tar de solo­mi­llo con sus inse­pa­ra­bles pata­tas fri­tas” y pre­pa­ra­do delan­te del comen­sal como man­da la tra­di­ción.

El pos­tre sigue la mis­ma línea edi­to­rial, es decir, de que el comen­sal pue­da ele­gir, a saber se eli­ge la masa del pos­tre: babá al ron, hojal­dre o masa sablé, una cre­ma a aña­dir: vai­ni­lla, man­go, fru­ta de la pasión o cho­co­la­te, y los acom­pa­ña­nien­tos como man­za­na tipo tatin, chan­tilly, piña asa­da, ave­lla­nas garra­pi­ña­das, coulis de man­go con tro­pe­zo­nes de man­go fres­co o pra­li­né de ave­lla­nas. Para los que no per­do­nan un hela­do haga la tem­pe­ra­tu­ra que haga en el exte­rior o sim­ple­men­te para refres­car­nos en estos meses de calor ofre­cen una selec­ción de sor­be­tes y hela­dos ela­bo­ra­dos arte­sa­nal­men­te.

El Patio del Restaurante Solomillo

El Patio del Res­tau­ran­te Solo­mi­llo

 

Duran­te la épo­ca de tem­pe­ra­tu­ras cáli­das se pue­de dis­fru­tar de un ter­cer espa­cio que es el bus­ca­do y desea­do patio, que a modo de oasis urbano lejos del mun­da­nal rui­do, es el lugar ade­cua­do para las noches de verano o medio­días sin­tien­do el fres­cor de la vege­ta­ción que lo rodea y de la cer­ca­na pis­ci­na del hotel para los clien­tes hos­pe­da­dos. Ade­más de poder sabo­rear la mate­ria pri­ma de pri­me­rí­si­ma cali­dad del res­tau­ran­te Solo­mi­llo, en la zona de bar abre todos los días del año has­ta las 23 horas, se pue­den degus­tar ape­ri­ti­vos o ver­muts de 12 a 14:30H cada día, zumos arte­sa­nos y healthy así como cóc­te­les de autor duran­te toda la jor­na­da.

Cóctel en el Patio del Restaurante Solomillo

Cóc­tel en el Patio del Res­tau­ran­te Solo­mi­llo

 

Menú eje­cu­ti­vo de lunes a vier­nes no fes­ti­vos en la Char­cu­te­ría de 13 a 15:30h por 22 euros.

Res­tau­ran­te Solo­mi­llo Carrer Mallor­ca, 251. 08008 Bar­ce­lo­na. Telé­fono 934 677 755. Den­tro del Hotel Ale­xan­dra Bar­ce­lo­na. Curio Collec­tion by Hil­ton Este hotel está inclui­do den­tro de los 50 esta­ble­ci­mien­tos exclu­si­vos selec­cio­na­dos por su carác­ter tan úni­co y per­so­nal, que refle­ja el espí­ri­tu de cada ciu­dad. Todo bajo el para­guas de los mis­mos bene­fi­cios que Hil­ton ofre­ce a sus hués­pe­des de todo el mun­do.

© 2019 José María Toro. All rights reser­ved

 

Lomo Bajo, el restaurante casual de carnes

El local de Lomo Bajo está situa­do en pleno cen­tro de Bar­ce­lo­na, a un tiro de pie­dra del cén­tri­co y comer­cial Pas­seig de Grà­cia. Cus­to­dia­do por su her­mano mayor, Lomo Alto, un res­tau­ran­te don­de la car­ne alcan­za su máxi­mo esplen­dor. Lomo Bajo ha naci­do para ofre­cer al comen­sal una pro­pues­ta de comi­da rápi­da pero con un nivel de cali­dad muy alto. En este espa­cio lleno de luz e inma­cu­la­do inte­rio­ris­mo (con fir­ma de Láza­ro Rosa-Vio­lán), los boca­di­llos rei­nan en la car­ta y se pre­sen­tan como dig­nos suce­so­res del boom de las ham­bur­gue­sas gour­met.
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Inte­rior de Lomo Bajo. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

El chef titu­lar de ambos pro­yec­tos, Lomo Alto y Lomo Bajo, y res­pon­sa­ble de garan­ti­zar el atlí­si­mo sello de cali­dad, es Car­los Teje­dor, que duran­te estos últi­mos años ha capi­ta­nea­do pro­pues­tas como El Nacio­nal y Spea­keasy entre otros pro­yec­tos.
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Pie­zas de car­ne de Lomo Bajo. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

La pro­pues­ta gas­tro­nó­mi­ca de Lomo Bajo es des­en­fa­da­da e infor­mal, un mari­da­je per­fec­to entre la car­ne y el pan, para con­ver­tir los boca­di­llos que salen de la coci­na en autén­ti­cos empa­re­da­dos gour­mets, de cul­to: panes crea­dos por el equi­po del chef Teje­dor a par­tir de rece­ta pro­pia y relle­nos de exqui­si­tos cor­tes de ter­ne­ra, vaca vie­ja y buey  (aquí sí, buey de ver­dad).
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Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

La car­ta de Lomo Bajo está pen­sa­da para com­par­tir y por ello es impres­cin­di­ble no per­der­se los acom­pa­ña­mien­tos, que pue­den actuar tam­bién como entran­tes: las cro­que­tas de ceci­na, pre­pa­ra­das con leche de case­río, pan tos­ta­do y maíz, son man­jar de dio­ses. No pue­den fal­tar los aros de pata­ta, pre­sen­ta­dos en un ori­gi­nal for­ma­to, que per­mi­te que al freír­se no que­den nada acei­to­sos, si no todo lo con­tra­rio, lo cual les con­fie­re una tex­tu­ra per­fec­ta. Para los días calu­ro­sos es impres­cin­di­ble pro­bar la ensa­la­da de toma­te y ven­tres­ca.
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Ensa­la­da de toma­te y ven­tres­ca. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

El pla­to fuer­te, la estre­lla de la casa, digno de pre­mio es el tar­tar roll de buey con cebo­lla cru­jien­te y cre­mo­sa yema de hue­vo, que se coci­na como un toci­ni­llo de cie­lo, un acier­to más. El pan selec­cio­na­do para este boca­di­llo es un pane­ci­llo inglés abrio­cha­do, sua­ve en tex­tu­ra y que se fun­de con el tar­tar de for­ma exqui­si­ta.
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Ceci­na roll extra de vaca arte­sa­na. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

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Tar­tar roll de buey. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

La segun­da opción a com­par­tir fue el exce­len­te Ceci­na roll extra de vaca arte­sa­na, con bro­tes y cítri­cos, para con­se­guir un extra de sabor. Segui­do del roll de sobra­sa­da de buey con que­so y miel, al usar car­ne bovi­na resul­ta menos gra­so­so en boca que el tra­di­cio­nal de cer­do. Ambos se pre­pa­ran tam­bién con pan inglés. Las racio­nes son gene­ro­sas por lo que es reco­men­da­ble com­par­tir y de esta mane­ra poder pro­bar dife­ren­tes opcio­nes.
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Pata­tas fri­tas. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

En el fes­ti­val car­ní­vo­ro no podía fal­ta la ham­bur­gue­sa y el pepi­to, para acom­pa­ñar, obvia­men­te, con pata­tas fri­tas, como las que nos hacían nues­tras abue­las, cor­ta­das a mano, coci­na­das en su pun­to jus­to y con mucho sabor. El Pepi­to de solo­mi­llo de ter­ne­ra se sir­ve con finas lámi­nas de pimien­to ver­de, que­so y mayo­ne­sa de car­ne. El pan usa­do para sellar esta ben­di­ción de boca­di­llo es el pan negro, que es un pan anti­guo, como el que nues­tros ante­pa­sa­dos ya hor­nea­ban en épo­cas no tan boyan­tes, y se pre­pa­ra con alga­rro­ba, que lo dota de un inten­so sabor que recuer­da al cho­co­la­te y que tan bien mari­da con la car­ne de ter­ne­ra. Entu­sias­ma el pun­to de coc­ción de la car­ne, uno de los pun­tos fuer­tes de Lomo Bajo y su aca­ba­do final en el horno.
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Pepi­to de solo­mi­llo de ter­ne­ra. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

Cuan­do uno cree que es el final, a pun­to de pedir un alto el fue­go, de levan­tar la ban­de­ra blan­ca y pedir la ren­di­ción sin con­di­cio­nes, apa­re­ce majes­tuo­sa la ham­bur­gue­sa gour­met por exce­len­cia, esa irre­sis­ti­ble ham­bur­gue­sa que se gra­ba­rá con tin­ta inde­le­ble en nues­tra memo­ria más hedo­nis­ta: la ham­bur­gue­sa de buey, con que­so, lechu­ga, toma­te y cebo­lla a la bra­sa. Y (un “y” que hay que resal­tar con una mar­ca­da pau­sa) el pan bretzel. Un pan que mere­ce un capí­tu­lo apar­te, no sólo por dig­ni­fi­car de una vez por todas el pan que envuel­ve la ham­bur­gue­sa, sino por su pun­to exac­to de sal y tex­tu­ra ni dema­sia­do dura ni dema­sia­do blan­da: sim­ple­men­te per­fec­ta. La car­ne de buey con la que se relle­na el inte­rior se deja enve­je­cer entre 65 y 75 días. Todo sabor y tex­tu­ra.
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Ham­bur­gue­sa en pan bretzel. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

Pocas opcio­nes en el apar­ta­do de pos­tres pero sufi­cien­tes para con­ten­tar a todos los pala­da­res. El vaso de piña natu­ral es una bue­na opción si ape­te­ce un pos­tre lige­ro que ayu­de a dige­rir la inten­sa degus­ta­ción de pro­teí­na ani­mal. Para los que siem­pre guar­dan sitio para el pos­tre, sin duda la elec­ción será el babá a la birra y nata mon­ta­da. Y para los aman­tes del cho­co­la­te, no podía fal­tar el vaso “cho­co­la­te, cho­co­la­te, cho­co­la­te” que es una pro­pues­ta con un rico sabor a cho­co­la­te pero con una mous­se lige­ra que no recar­ga­rá este cie­rre.
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Cho­co­la­te, cho­co­la­te y cho­co­la­te. Foto­gra­fía de Geòr­gia Casas

De los mejo­res boca­di­llos de Bar­ce­lo­na. ¡Que no te lo cuen­ten!
© 2016 Geòr­gia Casas. All rights reser­ved.
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