La historia se reescribe continuamente con nuevos hallazgos, y tenemos que remontarnos a esa época que los celtas ocuparon la parte más noroccidental de la Penísula Ibérica para que los sesudos científicos aseveren que ya por esa época pretérita se hacía vino a partir de excavaciones recientes. Más tarde los romanos que con su culto a Baco, y a ese loco frenesí, siguieron haciendo zumo de uva y seguro que disfrutaron de su sabor y sus aromas. Posteriormente los bárbaros, de ahí su nombre, se lo cargaron. Más tarde los monjes benedictinos y cistercienses recuperaron las plantaciones de viñedo por dos razones: una porque necesitaban obligatoriamente el vino para la Santa Misa y otra porque era la manera de marcar la frontera con los musulmanes en ese período de la Reconquista iniciada por los reinos cristianos del norte de la Península Ibérica. Monjes del Monasterio de Oseira, Melón, Celanova, San Martiño Pinario y por supuesto los Cabildos de las catedrales de Santiago, Lugo y Ourense fueron los primeros interesados en gestionar el cultivo de la vid en los campos conlindantes a los prioratos.

Ruta do río Miño
En 1579 las Ordenanzas Municipales de Ribadavia determinaron las zonas donde se podía producir, como manipular y vender vino de Ribeiro. Todo un precedente de los reglamentos de los actuales Consejos Reguladores de la actualidad. El Estatuto del Vino en 1932 reconoció a la D.O. Ribeiro como la más antigua e histórica de Galicia. En 1956 se constituyó su Consejo Regulador. En 1967 se comenzó a controlar las etiquetas de los vinos con un troquel realizado en la misma etiqueta de las botellas. En 1977 se impuso la precinta certificadora. En 1992 se rediseña su nueva imagen. En enero de 2017 unificó en una sola precinta, producida por la Real Casa de la Moneda FNMT, todos los tipos de vinos de la Denominación de Origen, para garantizar la calidad y la trazabilidad.

En la viña de Finca Teira de Manuel Formigo
Las características principales que diferencian, y le dan personalidad, a esta zona de Galicia son las siguientes:
El suelo está formado de materiales graníticos, con texturas franco-arenosas y en menor medida areno-francosas. El “sábrego” o granito descompuesto es muy abundante en todo el Ribeiro. Cultivos abancalados en las pendientes de las laderas, para facilitar su trabajo y las horas de exposición al sol. El minifundismo es el otro gran hándicap de la zona.
El clima, como factor determinante de las uvas a cultivar en esta zona, que aunque distante apenas 45 kms. del Océano Atlántico, la sucesión de montañas la guarda de su influencia dejándola en una zona de transición mediterránea que genera una viticultura en donde la maduración alcohólica (el azúcar que contiene la uva) se desarrolle en paralelo a la maduración fenólica (se refiere a sus componentes como los aromas, el sabor, el color o los taninos), de tal manera que conservan un equilibrado frescor propiciado por la acidez natural, dominando el tartárico sobre el málico. La diferencia térmica entre el día y la noche favorecen la lenta maduración respetando los aromas y su frescor natural. El Riberio se asienta sobre 3 valles a partir de sus 3 ríos principales: Miño, Avia y Arnoia. La influencia atlántica que entra por el río Miño limita el cultivo hasta los 450 metros de altura sobre el nivel del mar.

En el Priorato de Razamonde
La tercera pata son las variedades de uva permitidas por la D.O. Ribeiro y que son las siguientes:
Blancas
- Treixadura son la genuina expresión del terruño junto a aromas de frutas, hierbas aromáticas, cítricos y florales. En boca nos regala estructura, profundidad y frescor.
- La delicada albariño nos recuerda a frutas de hueso, flores, balsámicos y cítricos. En boca entra como la seda, con frescor y estructura ligera.
- Lado, ancestral y única en Ribeiro, proporciona hierbas aromáticas, cítricos, frutas y balsámicos. En boca es frescor, sabrosidad y estructura fina.
- La godello es la sobria y sutil elegancia con sus notas de frutas y vegetales. En boca es el suelo y proporciona sabrosidad y untuosidad.
- La exhuberante loureira es expresión floral, cítrica y de hierbas aromáticas. Su paso por boca es delicado, ligero y elegante.
- Torrontés da notas de fruta, heno y de hierbas aromáticas. Con estructura ligera pasa por boca amable, equilibrada y sedosa.
- Caíño blanco con su aromas de manzana y florales son intensos y aromáticos. En boca, los vinos son estructurados, con cuerpo y muy ajustada acidez.
Tintas
- Brancellao de aromas de fruta roja, balsámicos y especiados. Proporciona cuerpo y untuosidad sin perder la frescura.
- Sousón da un intenso color y profunda capa, aromas de frutos negros y violetas.
- La mencía es suave y desprende fragancia de frutos silvestres. En boca es equilibrada y sedosa.
- La compleja ferrón es de aromas de fruta roja, hierbas aromáticas, notas balsámicas y ligeros especiados.
- Caíño Longo son aromas de flores, frutas frescas y balsámicos.
- Caíño Tinto es exhuberante e intensa de aromas florales, cítricos y frutas rojas.
- Caíno Bravo es aroma cítrico y frutal en general.
Los vinos resultantes se dividen en: Ribeiro, Ribeiro Castes, Ribeiro Barrica, Ribeiro Espumoso (según el método tradicional de segunda fermentación en botella) y Tostado Ribeiro (de uvas pasificadas a cubierto de aromas a frutos secos y confitados, miel, flores amarillas, dulce de membrillo, piel de naranja confitada. Vinos concentrados con buen equilibrio entre la acidez y la dulzor).

Desde la Bodega de Ramón do Casar
Otra de las características de la D.O. Ribeiro, y reglamentado en 1987, es su clasificación entre adega (bodega), que pueden elaborar con uva propia o compra a otros viticultures, y colleiteiro/a (cosechero), que elaboran menos de 60.000 litros al año y solo a partir de uva de cosecha propia, sin poder adquirir uva de otros viticultores.
Los vinos de Ribeiro representan la esencia gallega por su paisaje y su gente que han luchado contra todos los elementos, pero que esa adversidad los hace únicos.
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