La coci­na del restau­rante Blau BCN del chef Marc Roca en la Ciu­dad Con­dal se car­ac­ter­i­za por su obsesión con el pro­duc­to de tem­po­ra­da y sobre todo que ten­ga sabor. Le añade sutiles com­ple­men­tos pero que nun­ca enmas­caren al pro­tag­o­nista y que da nom­bre al plato. 

Esta pasión por el sabor le viene de famil­ia y a su ori­gen. Cri­a­do en Castell­nou d’Olugues, un pequeño pueblo de Llei­da de agricul­tores y cre­ció entre ver­duras y fru­tas de tem­po­ra­da cogi­das en el pun­to exac­to de madurez y en la plen­i­tud de su sabor. Asimis­mo los pro­duc­tos de la matan­za del cer­do tam­bién for­man parte de su memo­ria gus­ta­ti­va y olfativa. 

El sigu­iente paso nat­ur­al fue irse a Begur, en la Cos­ta Bra­va, dónde abrió su primer Blau. Pos­te­ri­or­mente se trasladó con sus bár­tu­los y las enseñan­zas bien apren­di­das a Barcelona.

Platos degus­ta­dos en Blau BCN:

• Boni­to en escabeche y cebol­la escali­va­da a la vas­ca. Con­traste de sabores sal­a­dos y dulces. 

• Alca­chofas con­fi­tadas con jamón ibéri­co. Un pla­to para repe­tir cada día mien­tras este­mos en tem­po­ra­da de alcachofas.

• Cro­que­tas con trope­zones vis­i­bles de jamón y troc­i­tos de jengibre.

• Ven­tresca mari­na­da con aceite y soja. Muy adictiva. 

• Arroz de ver­du­ri­tas. Muy bien interpretado.

• Cala­mares, puré de guisantes, cebol­la con­fi­ta­da y perejil.

• Escór­po­ra (cabra­cho) con ligeros toques de may­one­sa de soja. 

• La tar­ta de man­zana. Es un clási­co que nun­ca se va de la carta. 

Blau BCN del chef Marc Roca es un local de pare­des azules como indi­ca el nom­bre de este restau­rante de l’Eix­am­ple, y con fotografías en blan­co y negro que le dan mucha lumi­nosi­dad al espacio. 

El Blau BCN del chef Marc Roca. Car­rer de Lon­dres, 89. 08036 Barcelona. Reser­vas por What­sApp 682 357 558, al 934 193 032. Por email reservas@blaubcn.com Más infor­ma­ción en la web

Ofrece una car­ta de platos emblemáti­cos coci­na­dos al vacío. Se mantienen en per­fec­to esta­do durante 36 horas en el frig­orí­fi­co, y has­ta 3 meses si se guar­da en el con­ge­lador, obvi­a­mente sin romper la cade­na del frío.

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