Moritz Scottish, la nueva especialidad del Moritz Beer Lab

La Fábri­ca Moritz, que fue cer­ve­za de refe­ren­cia en Bar­ce­lo­na des­de 1856 se con­ti­núa rein­ven­tan­do des­de que en el 2004 se recu­pe­ró el pro­yec­to de esta cer­ve­ce­ra. Sus ela­bo­ra­cio­nes clá­si­cas, Moritz y Epi­dor no pas­teu­ri­za­das, son todo un éxi­to que salen del cora­zón sub­te­rrá­neo del edi­fi­cio don­de se encuen­tra la micro­cer­ver­ce­ría, para su con­su­mo en el local o bien para lle­var a casa con fecha de cadu­ci­dad cor­ta.

En el 2016 se incor­po­ró la Moritz Beer Lab para rein­vin­di­car el carác­ter cer­ve­ce­ro arte­sa­nal de la com­pa­ñía y de aquí se lan­za­ron al mer­ca­do, con gran acep­ta­ción entre los con­su­mi­do­res, tres edi­cio­nes limi­ta­das en el tiem­po: la Moritz Red Ipa, una cer­ve­za que juga­ba con la sofis­ti­ca­ción del lúpu­lo y fue la pri­me­ra Moritz de alta fer­men­ta­ción. La Moritz Blat que se pre­pa­ró con leva­du­ra de masa madre de los pana­de­ros Tri­ti­cum (pre­sen­tes en la Moritz Sto­re) y por últi­mo la Moritz Negra, la cer­ve­za icó­ni­ca de la mar­ca y que los vie­jos del lugar recor­da­ban, fue recu­pe­ra­da con moti­vo de la cele­bra­ción del 160 ani­ver­sa­rio.

Moritz Scottish

Cer­ve­za Moritz Scot­tish. Foto­gra­fía de José María Toro

La Moritz Scot­tish Ale es la pri­me­ra aven­tu­ra de este año 2017 y que se ha pro­du­ci­do con moti­vo de la cele­bra­ción de la 6ª edi­ción de la Bar­ce­lo­na Beer Fes­ti­val (del 24 al 26 de Mar­zo) don­de ten­drán stand pro­pio para su degus­ta­ción. Por dicho moti­vo, excep­cio­nal­men­te sal­drá de la Fábri­ca para poder ser con­su­mi­da en la nue­va ubi­ca­ción de La Far­ga de L’Hos­pi­ta­let.

Moritz Scottish

Cer­ve­za Moritz Scot­tish. Foto­gra­fía de José María Toro

Esta edi­ción rin­de tri­bu­to al país del tar­tán y está ela­bo­ra­da con 6 tipos de mal­tas páli­das, cara­me­li­za­das y torre­fac­tas, ya que su par­ti­cu­lar cli­ma frío impo­si­bi­li­ta la posi­bi­li­dad de cul­ti­var lúpu­lo. Su color ámbar roji­zo recuer­da al whisky. Aro­mas a leva­du­ra, cara­me­los y galle­ta. En boca es dul­ce al prin­ci­pio, un lige­ro amar­gor de fon­do da paso a un sutil torre­fac­to final que se deri­van de las mal­tas. Espu­ma den­sa y adhe­ren­te que actúa como escu­do pro­tec­tor de los aro­mas has­ta el últi­mo sor­bo.

Pen­sa­da para acom­pa­ñar que­sos azu­les, y pla­tos como la terri­na de paté de cam­pa­ña, sal­món ahu­ma­do, car­ne ahu­ma­da y cre­ma de pata­tas entre otros.

Moritz

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