Grandes ventanales que iluminan generosamente la estancia de este deli & coffe bar, y que a la vez, permiten disfrutar de ver la vida pasar tranquilamente desde alguno de sus taburetes altos en las mesas largas para compartir, o desde sus mesas bajas. Techos restaurados con la bóveda catalana a la vista y las pinturas policromadas originales felizmente recuperadas. Una colección de muñecos de Atomic Boys adornan las paredes. Ambiente hipster de chicos con barbas pobladas y chicas gafapastas atentas a la bandeja de entrada de sus email,s en su plateado MacBook Air. También algún turista despistado con su cámara preparada para entrar en acción y muchos con la hoja de ruta bien aprendida para descansar aquí con un buen café, algo healthy para comer y por supuesto wifi para seguir conectados con los de allí y los de aquí.

Fotografía de José María Toro
El concepto es fruto de lo aprendido en los muchos viajes realizados por la familia Ascaso, vinculados con el mundo del café desde hace 3 generaciones (seguro que en un análisis de ADN se les puede detectar su pasión por esta bebida negra). Comenzaron como fabricantes de molinos de café profesionales con la empresa Compak Coffee Grinders, y la exportación hasta más de 70 países, para por fin hacer realidad el sueño gestado tiempo atrás de tener su propia cafetería siguiendo un modelo propio más acorde con los nuevos tiempos: buena materia prima, proveedores de confianza y de proximidad, trabajadores comprometidos con el buen funcionamiento de la empresa, tanto en la calidad del servicio como en el esmerado cuidado en la presentación de los platos.

Fotografía de José María Toro
Junto con los seleccionados cafés de finca y que posteriormente son tostados por micro-roasters, se acompañan de propuestas gastronómicas saludables siguiendo la filosofía slow food, como la ensaladas de autor preparadas por Lara Petraella combinando los mejores vegetales con cereales, granos y semillas, siempre de producción ecológica, para tomar solos o para acompañar los House Sandwiches como el pulled pork, el pastrami al más puro estilo de NY, el philly cheese steak sandwich o las veggie burger para veganos. Los ahumados son un capítulo aparte que merecen mención especial por sus lentos procesos, entre 5 y 15 horas según el tipo de carne, y que siguen el método tradicional japonés, por ejemplo el pulled pork dura 14 horas, o preparar el roast beef y el slow rubbed chiked que se tarda 5 horas después de una maceración de 2 ó 3 horas.

Pastrami. Fotografía de José María Toro

The Roastbeef Classic. Fotografía de José María Toro
La sección para golosos empedernidos dispone de la carrot cake y la new york cheesecake que comienzan a ser una leyenda en la Ciudad Condal. También fruto de la colaboración con los panaderos de Cloud Street Bakery, esos bread lovers que no paran de hacer pedagogía de usar masa madre y cocer en horno de leña, les sirven el pan y sus famosos Cinnamon Rolls. O los donuts servidos por otra referente barcelonés que es Lukumas.

New York Cheesecake. Fotografía de José María Toro
La kalita es seguramente la protagonista indiscutible de todo el local, así como su lenta preparación: se moja el filtro con agua a 85ºC, se pesa 30 gramos de café en una báscula digital, preinfusión de 30 segundos que moja todo el café con el fin de que se ablande y poder extraer más aromas a esta bebida negra que tan bien nos hace sentir.
Black Remedy Deli & Coffee Bar Carrer Ciutat, 5 08002 Barcelona Teléfono 934 619 212. Precio medio a la carta 15 euros. Los domingos brunch de 11 a 17h.
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