Mireia Riba ha ganado la XVI edición del Concurso Maestro del Espresso Junior 2019 de la Península Ibérica organizado por illycafé y Spaziale SA.

Las mar­cas líderes en su sec­tor como illy­café (empre­sa ital­iana que es sinón­i­mo de café de alta cal­i­dad) y Spaziale SA (com­pañía igual­mente del país de la bota que es todo un ref­er­ente en el mun­do de las máquinas pro­fe­sion­ales del café espres­so) y con el claro leit­mo­tiv de difundir la cul­tura del buen café espres­so han for­ma­do en esta déci­mo sex­ta edi­ción a más de 700 alum­nos de 70 escue­las de España y Portugal.

La final se cele­bró el 14 de mayo de  2019 en el Hotel Le Méri­di­en de Barcelona. Entre nervios y muchas ilu­siones de los jóvenes con­cur­santes, los 20 alum­nos clasi­fi­ca­dos han tenido que demostrar sus vir­tu­osas habil­i­dades para con­seguir un espres­so per­fec­to, ése por el que sus­pi­ramos cada mañana o en cada momen­to que quer­e­mos dis­fru­tar de un buen café: como elpun­to de molien­da del café, la dosis nece­saria para extraer, tiem­po deter­mi­na­do mar­ca­do por un rig­uroso jura­do, el vol­u­men de café en taza cor­re­spon­di­ente al per­fec­to espres­so. Una vez hecho todo esto con dos espres­sos, el alum­no ha tenido que mon­tar cor­rec­ta­mente la leche para con­seguir la tex­tu­ra ade­cua­da para elab­o­rar dos cap­puc­ci­nos. Todo esto en un tiem­po máx­i­mo de 10 minutos.

Después de difer­entes prue­bas se impu­so la estu­di­ante Mireia Riba de la Esco­la Jovi­at de Man­re­sa tras preparar con extrema­da pre­cisión un espres­so y un cap­puc­ci­no. El pre­mio para la ganado­ra ha sido de 2.000 euros, un cur­so de Cof­fee Expert en la Uni­ver­sità del Caf­fè di Tri­este (Italia), una máquina pro­fe­sion­al Spaziale SA. y el sum­in­istro de 60 kg. de café illy para su escuela.

Mireia Riba

Mireia Riba

 

El jura­do como no podía ser de otra for­ma estu­vo com­puesto por un grupo de 8 exper­tos ded­i­ca­dos al café como Massi­mo Saggese, Direc­tor Gen­er­al de illy­café sucur­sal en España y Por­tu­gal, Ser­gio Mar­garia pres­di­ente de Spaziale SA. entre otros.

Para illy­café el con­cep­to “espres­so” lo definen como “la quin­ta esen­cia del café, el per­fec­to equi­lib­rio entre cuer­po, sabor y aro­ma. Su preparación con­siste en 25 ml. de café en taza, recu­bier­to por una cre­ma den­sa, per­sis­tente y de col­or avel­lana, que se con­sigue gra­cias a la pre­sión de 9 atmós­feras pro­por­ciona­da por la máquina espres­so pro­fe­sion­al, y que deja cir­cu­lar agua a una tem­per­atu­ra aprox­i­ma­da de 90º C durante 30 segun­dos a través de un pan­el de 7 gramos de café con una molien­da ade­cua­da y bien prensada”. 

Mireia Riba en la recogida de su premio

Mireia Riba en la recogi­da de su premio

 

Esta empre­sa famil­iar de illy fue fun­da­da en 1933 y en la ciu­dad ital­iana de Tri­este nació con la vocación de ofre­cer el mejor café del mun­do. Su blend 100% Arábi­ca está com­puesto por nueve de las mejores var­iedades de café Arábi­ca del mun­do. Actual­mente se sir­ven más de 7 mil­lones de tazas de café en 140 país­es del mun­do cada día de su mar­ca. Des­de sus ini­cios no han deja­do de inno­var sien­do el pre­cur­sor del espres­so, con el primer Pre­mio Brasil a la mejor cal­i­dad del café en 1991 y al tra­ba­jar direc­ta­mente con los pro­duc­tores sin inter­me­di­ar­ios. Además de crear la Uni­ver­si­dad del Café para dig­nificar esta bebi­da y fomen­tar la cul­tura del café entre todos los agentes inter­vinientes en poder sabore­ar una per­fec­ta y exquisi­ta taza de café. Muy rela­ciona­dos con el arte des­de su logo dis­eña­do por el artista James Rosen­quist has­ta su colec­ción de tazas illy Art Col­lec­tion com­pues­ta por más de 100 tazas obra de dis­eñadores internacionales.

Más infor­ma­ción de la com­pañía de café illy

Más infor­ma­ción de la empre­sa de máquinas de café Spaziale

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Le Bouchon by Giuseppe (Mercer Hoteles Barcelona)

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Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

El Bar­ri Gótic de Barcelona es un dis­tri­to urbano de excep­ción car­ga­do de his­to­ria que ya es his­to­ria (val­ga la redun­dan­cia), que guar­da celosa­mente rin­cones inigual­ables, con igle­sias y edi­fi­cios civiles de un pasa­do glo­rioso entre sus calles laberín­ti­cas y estre­chas, con nom­bres que evo­can un ayer mem­o­rable, de mon­jes guer­reros como el Car­rer dels Tem­plers (Calle de los Tem­plar­ios), de un pasa­do judío como el Car­rer del Call, el paso de la Inquisi­ción como lo recuer­da el escu­do del Museu Marés del Car­rer dels Comtes y que pasa muchas veces desapercibido, o calles que evo­can el mar­tirio sufri­do por los primeros cris­tianos defen­di­en­do su fe como la Baix­a­da de San­ta Eulalia. Es en esta bar­ri­a­da, entre ves­ti­gios de la antigüedad que aso­man por doquier, donde se alza Mer­cer Hotel Barcelona en un edi­fi­cio feliz­mente recu­per­a­do por el pres­ti­gioso e inter­na­cional­mente cono­ci­do arqui­tec­to Rafael Mon­eo, que ha sabido inte­grar como nadie restos de las antiguas for­ti­fi­ca­ciones romanas con una estruc­tura de esti­lo góti­co y recu­peran­do sabi­a­mente fres­cos orig­i­nales en una de sus salas, para con­ver­tir este hotel en una expe­ri­en­cia úni­ca e inigual­able para sus huéspedes.

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Le Bou­chon by Giuseppe Ian­not­ti. Mer­cer Hote­les Barcelona

Sólo en este mar­co incom­pa­ra­ble con per­son­al­i­dad que bril­la con luz propia, podía inte­grarse la coci­na del chef Giuseppe Ian­noti, nat­ur­al de Telese Terme y dónde tiene su restau­rante Krè­sios, en la ital­iana provin­cia de Ben­even­to. Un cocinero que ha venido para quedarse y fusion­ar su coci­na con la autóc­tona. Lo suyo por los fogones es de una vocación pre­coz, des­de los 6 años. Los avatares de la vida le llevó a grad­uarse en Inge­niería Infor­máti­ca lo cual le ha aña­di­do un conocimien­to trans­ver­sal a su par­tic­u­lar man­era de enten­der la coci­na, como él la define basa­da en la “búsque­da, la inspiración, la imag­i­nación y la espon­tanei­dad” Pre­mi­a­do con el galardón de “Gio­vanne del­l’an­no” by l’E­spres­so y el “Pre­mio ven­t’an­ni” de San Pel­le­gri­no. Está con­sid­er­a­do como uno de los Jóvenes Restau­radores de Europa. Además está con­dec­o­ra­do des­de el 2013 con una estrel­la Miche­lin. Ha tans­porta­do su aplau­di­da y recono­ci­da coci­na mod­er­na, con toques clási­cos pero ele­gantes, des­de la Cam­pa­nia has­ta la ciu­dad de Bar­ci­no. Un guiño de la his­to­ria. Des­de comien­zos del 2016 ges­tiona toda la restau­ración de este emblemáti­co hotel bou­tique 5 estrellas.

Un primer acer­camien­to a su coci­na más desen­fada­da y casu­al es en Le Bou­chon by Giuseppe, dónde sus raíces ital­ianas enraizan con la nues­tra más pop­u­lar de tapas o lo que vienen sien­do platos pequeños, cre­an­do una sim­bio­sis muy enrique­ce­do­ra. Con entra­da direc­ta des­de el hotel o des­de la calle, abier­ta a todo el mun­do hospeda­dos o no, tras su gran portón de madera de unos 3 met­ros de altura y que da paso a un espa­cio diá­fano y amplio, de techos altos, con grandes vigas de madera que se apoy­an en anchas pare­des con­stru­idas con grandes piedras. Sue­lo de madera que le da calidez con­trastan­to con los fríos pedr­us­cos, una ilu­mi­nación tenue, mesas de madera alter­nan con las de már­mol blan­co, aunque mi preferi­da es la alarga­da que invi­ta a com­par­tir con descono­ci­dos tur­is­tas de paso, y por supuesto para gru­pos. De una estéti­ca rever­sion­a­da y recon­ver­ti­da de los antigu­os bares de bar­rio que abun­dan por toda la ciu­dad Con­dal. Su insin­u­ante colec­ción col­orista de sifones que con­vi­dan a parar y hac­er el ver­mut pre­vio a la comi­da, con ris­tras de ajos y tomates de pen­jar (col­gar) a la vista para pedir irrefle­na­mente ese pan con tomate tan sabroso y tan nue­stro. No pasan desapercibidas las 3 sim­páti­cas cabezas de toro, cuál tro­feos, un car­tel de una cor­ri­da tau­ri­na bené­fi­ca del míti­co gran espa­da José Tomás o los espe­jos de la pared con la descrip­ción de los platos prin­ci­pales escritas a mano con rotu­lador blan­co espe­cial para vidrio con ese caligrafía tan pecu­liar, anárquica pero boni­ta a la vez, que nos recuer­da un tiem­po pretéri­to en el cual las horas pasa­ban más lenta­mente que aho­ra, con boni­tos men­sajes que nos dibu­jan son­risas como “con vergüen­za ni se come ni se almuerza” o  expre­siones muy cata­lanas como “a la taula i al llit al primer crit” (a la mesa y a la cama al primer aviso)

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Chips de patatas cor­tadas a mano acom­paña­do de sus sal­sas ketchup, may­one­sa y bar­ba­coa. En Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

Platos degus­ta­dos:

Deli­ciosos chips de pata­ta cor­tadas a mano acom­paña­do de sus sal­sas ketchup, may­one­sa y de barbacoa.

Vitel­lo ton­na­to coci­na­do a baja tem­per­atu­ra rel­leno de hue­vo duro con alca­parras y atún en aceite.

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Ham­bur­gue­sa de vaca vie­ja y de sepia. En Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

Diver­ti­da ham­bur­gue­sa de sepia con lechuga cor­ta­da en juliana, may­one­sa, ajo y cítri­cos. Pan negro elab­o­ra­do con la propia tin­ta de la sepia.

Sabrosa ham­bur­gue­sa de vaca vie­ja acom­paña­da de cebol­la, bacon, que­so, champiñones, mostaza, ricot­ta y enel­do. Coci­na­da a 40ºC para no perder los jugos de la carne.

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Gnoc­chis de pata­ta, tomates y alme­jas. En Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

Vibrantes gnoc­chis de pata­ta, tomate y almejas.

Un pla­to clási­co y mem­o­rable, que además es la espe­cial­i­dad del chef Giuseppe Ian­not­ti, son las albóndi­gas en ragú con carne de cer­do y tern­era, elab­o­ran­do su sal­sa con 3 tipos de tomate. Para mojar pan sin ningún remordimien­to, has­ta dejar el pla­to bien rebaña­do. Un pan que merece men­ción espe­cial por su cal­i­dad y por estar prepara­do con levadu­ra madre con más de 75 años de existencia.

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Albóndi­gas en ragú. En Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

La parte dulce recoge la más pura tradi­ción del sur del país de la bota como el babá al ron con cre­ma y amarena.

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Babà al ron. Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

El clási­co e imperdi­ble tiramisú con melin­dros al café, crum­bles de cacao, cre­ma ingle­sa, sifón de mas­car­pone con una tex­tu­ra etérea y café en polvo.

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Tiramisú. Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

Pastiera, un pas­tel típi­co napoli­tano, prepara­do con ricot­ta, cre­ma ingle­sa de vainil­la, y aro­mas cítri­cos de naran­ja y limón para con­seguir un postre ligero y refrescante.

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Pastiera napoli­tana. Le Bou­chon by Giuseppe. Mer­cer Hote­les Barcelona.

Para acom­pañar los postres con un chupi­to de Il Liquore Stre­ga, infu­sion­a­do con aprox­i­mada­mente 70 hier­bas y espe­cias prove­nientes de todos el mun­do, según una antigua y sec­re­ta rec­eta de tradi­ción famil­iar. Ligero sabor amar­go para con­trastar con el dulce.

Menú busi­ness los mediodías a 25 euros. Pre­cio medio 25–30 euros.

Mer­cer Hote­les Barcelona Car­rer dels Lledó, 7 08002 Barcelona Tel. 933 107 480

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Vino para dos. Capítulo 1

Ahí esta­ba él con una enorme copa de vino tin­to en sus manos. Bril­lante y rojo, casi del col­or de sus labios grue­sos. Y en el pla­to, deli­rantes troc­i­tos de que­so de cabra. Yo me enam­ora­ba loca­mente des­de la mesa de enfrente cada vez que cogía uno. Y quería con­ver­tirme en que­so para ser devo­ra­da con avidez y desea­ba ser vino para deslizarme por su dulce boca. Y colarme en su inte­ri­or y ver qué pens­a­ba y cómo sen­tía. Y tan­tos y…

Me llamo Ana. Des­de ese día mági­co, todos los viernes por la noche hace ya catorce sem­anas, ten­go una cita en una pre­ciosa ter­raza jun­to al océano Atlán­ti­co. Bueno yo estoy den­tro, tras la cristalera, y él está fuera, con el mar al fon­do. Es mi imperdi­ble rit­u­al gas­tronómi­co. No sé su nom­bre pero sí que sus manos firmes sobre la copa y sus ojos golosos me hip­no­ti­zaron la primera noche en la que coin­cidi­mos. Es pun­tu­al. Cada viernes a las nueve. Entra y se sien­ta solo en la mesa número siete. Pide una botel­la de vino, dos platos y un postre. Tar­da cin­cuen­ta y nueve min­u­tos en total. En el min­u­to sesen­ta lle­ga la cuen­ta. La ojea.  En el min­u­to sesen­ta y uno saca dinero del bol­sil­lo en efec­ti­vo y paga. Se lev­an­ta, se lle­va lo que que­da de la botel­la de vino en una bol­si­ta negra y se mar­cha. No sé a donde. Siem­pre igual. Como una oración.

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Fotografía de Noe­mi Martin

La sem­ana pasa­da se tomó un risot­to de salmón enorme. Lo sabore­a­ba radi­ante. No sé lo que pasaría por su mente pero son­reía. Me fasci­na la gente que come y es feliz. Yo tam­bién son­reía cuan­do le mira­ba de reo­jo. Al igual que él, des­de la soledad de mi mesa, me sen­tía pletóri­ca. Cuan­do ter­minó, lo mis­mo de siem­pre: un postre ligero, esta vez de man­go y choco­late negro y un solo descafeina­do. Y mien­tras él revolvía el azú­car con suavi­dad, yo me recre­a­ba en cada sor­bo de mi espres­so, soñan­do y escuchan­do a Ella Fitzger­ald de fondo.

Un momen­to después, esta­ba tan dis­traí­da sigu­ien­do sus pasos hacia la sal­i­da, que no me di cuen­ta de que el camarero había deja­do sobre la mesa la caji­ta de roble con mi cuen­ta. Cuan­do la abrí, pasa­dos unos min­u­tos, un fre­na­zo en el tiem­po. Jun­to a la fac­tura, una nota pequeña escri­ta a mano con una letra deli­ciosa: “Si te parece bien, el próx­i­mo viernes podemos com­par­tir el vino. Siem­pre me lle­vo la botel­la a medias. Te espero a las nueve”. 

Después del ter­re­mo­to que provocó la invitación en cada una de las célu­las de mi cuer­po, es imposi­ble nar­rar todo lo que ha pasa­do por mi mente durante estos días llu­viosos. Aho­ra me diri­jo lenta­mente a nues­tra ter­raza jun­to al Atlán­ti­co. Oigo el sonido del mar y tiem­blo. El otoño ya está aquí pero hoy la noche es clara porque una impo­nente luna llena nos acom­paña. Lle­vo un vesti­do negro y él está sen­ta­do en la mesa número siete con su camisa blan­ca y sus cen­tel­leantes ojos cas­taños. El aire huele a sal y a canela. Sue­na Ella Fitzger­ald.

Este viernes el vino es para dos.

BSO de este post The Man I love de Ella Fitzger­ald, el tema preferi­do de la pro­tag­o­nista de este rela­to gastronómico.

© 2015 Noe­mi Mar­tin. Todos los dere­chos reservados

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