
Praza do Calvario. O Rosal.
Ya se apagaron las luces de las casetas ocupadas por las bodegas de la subzona O Rosal integrante de la DO Rías Baixas y de los productores locales participantes en esta vigésima cuarta edición. El eco de las risas y las largas conversaciones hasta altas e intempestivas horas de la noche se han volatizado en el tiempo. La Igrexa Parroquial de Santa María ha sido testigo mudo de estas 3 jornadas de sol, alegría y alborozo, protegiéndonos en silencio de la chuvia. El lunes, 18 de Xullo, la Praza do Calvario de la Muy Leal Villa de O Rosal volvió a su normalidad, los más viejos del lugar volvierona a sentarse en sus bares y cafeterías para recordar los momentos especiales que han vivido durante esos 3 días: la visita del Presidente de la Xunta D. Alberto Núñez Feijóo respaldando el recién nombramiento de Festa de Interese Turístico en Galicia, la intervención del pregoeiro , y la excelencia de los vinos de la zona año tras año.

Copa catavinos de la Feira do Viño do Rosal
Los participantes fueron, como cada edición, las Bodegas implicadas en el desarrollo económico de esta zona del sur de la D.O. Rías Baixas lindando al sur con Portugal, actuando el río Miño como frontera natural. O Rosal es una de las 5 subzonas de esta DO gallega, y ofrecieron para degustar sus botellas de la cosecha 2015 recientemente calificada como “Muy Buena”. Un terruño muy especial, que gracias a su microclima ofrece dos tipos de vino: el albariño con uva albariña y el rosal a partir de la sabia mezcla de albariño, loureiro y caíño blanco. Bodegas como Santiago Ruiz, considerado como el padre del albariño, Adega Quinta Couselo, Bodegas Terras Gauda, Bodegas Lagar de Cervera, Bodega Altos de Torona, Gran Novás, Pedregales, Gaudila, Valmiñor, Quinta de la Erre y la destilería gallega Ginebelle Gin elaborada con fruta mirabel, albariño y su selección de botánicos. También estuvo presente un stand del Consello Regulador de la D.O. Rías Baixas y la Ruta do Viño Rías Baixas.

Rosa Ruiz. O Rosal

Pazo de Seoane. O Rosal

Señorío da Torre. O Rosal

Terras Gauda. O Rosal

Altos de Torona. O Rosal

Preparación del pulpo. O Rosal
Pequeños productores como la conservera A Rosaleira que desde 1940 está especializada en conservas gourmet, comprometida en el progreso de la zona con la compra de los vegetales a agricultores próximos. Esta empresa, que luce con orgullo el sello de “Producto de Galicia”, fue fundada por D. José Sánchez, maestro y alcalde de esta población pontevedresa. Un hombre inquieto y visionario para su tiempo que comenzó su aventura con la elaboración artesanal a partir de frutas para el consumo familiar. Años más tarde eligió los grelos, a pesar de las críticas en contra de sus vecinos, como primer producto del elenco actual de esta conservera. El tiempo, ese gentilhombre que decía Voltaire que coloca todos las cosas en su sitio, le dio la razón: sus latas ya forman parte indispensable del fondo de muchas despensas gallegas y españolas. La posibilidad de tener en cualquier momento verduras seleccionadas, lavadas y ya listas para su uso ha ayudado a muchas familias a tener un primer plato rápido, económico y sano. A los mencionados grelos se han unido al catálogo las berzas, las judías verdes, las setas al natural, los exclusivos y deliciosos mirabeles en almíbar (la ciruela proveniente de Centroeuropa que tan bien se ha adaptado a esta zona) la fritada al natural con tomates y pimientos, la zaragallada con tomates, pimientos y cebollas que son la base de la empanada gallega, y la de tomate que luce orgullosamente su único ingrediente: Tomate. Sin aditivos ni conservantes.

Latas vintage de la conservera A Rosaleira
Alén do Val ha hecho del mirabel ecológico su bandera. Esta fruta de color amarillo dorado con pintas rojizas, se produce excepcionalmente en este privilegiado valle del sur de Galicia y se comercializa en fresco únicamente en su período óptimo de recogida del 15 de Julio al 10 de Agosto aproximadamente. Para el resto del año se puede disponer en mermelada y también en almíbar.

Mermelada ecológica de mirable. Alén do Val
Citas externas sobre la Feira y el pregón en: DO Rías Baixas Faro de Vigo La Voz de Galicia Vinetur Galicia Suroeste

Lectura del pregón en la Feira do Viño do Rosal. Fotografía gentileza de Susana F.
Pregón de la Feira:
Sr. Alcalde D. Jesús María Fernández Portela,
Excelentísimo Sr. Presidente de la Xunta de Galicia D. Alberto Núñez Feijoo
Sr. Presidente do Consello Regulador de la DO Rías Baixas D. Juan Gil de Araujo
Demás autoridades,
Amigos y amigas
Boas Noites a todos e a todas.
Mi nombre es José María Toro y soy el creador de la web bloghedonista.com En primer lugar, quiero agradecer a la organización el poder estar hoy aquí. Para mí, es un gran honor y satisfacción, a la vez que una gran responsabilidad, ser el pregonero de la Feira do Viño do Rosal en su edición número vigésimo cuarta y aún más cuando este año estrena el título de Festa de Interese Turístico en Galicia.
Os voy a contar brevemente y a modo de paralelismo, la relación que me une a vosotros para que no me veáis como un recién llegado, como un extraño, si no más bien como un pequeño embajador de vuestros vinos, que con mi pequeño granito de arena algo he contribuido a su mayor conocimiento.
Era el año 1984, en plena década de las hombreras y también de la movida madrileña, cuando pisé por primera vez suelo gallego y concretamente llegué como recluta al campamento militar de Figueirido, muy cerca de dónde ahora estamos. Venía de lejos, la casa de mis padres estaba a más de 1.000 kms. y los medios de transporte no eran tan accesibles económicamente ni tan rápidos como ahora. Por supuesto no podía ir a casa en un fin de semana, por lo que fue mi gran oportunidad para conocer más en profundidad esta zona de Galicia. Fue en algún bar de Pontevedra dónde me encontré cara a cara con vuestro vino. Cuándo me di cuenta que existía un vino frutal, ligeramente ácido, que refrescaba y a la vez invitaba a acompañar otro de vuestros manjares: el pescado y el marisco. Tenía 22 años. A la par, ya se estaba gestando la DO Rías Baixas.
Durante ese año que duró mi servicio militar hice 5 viajes a mi casa en Barcelona, en las cuales siempre llevaba un detalle para los míos, que eran 4 botellas de vino albariño, por aquel entonces se conocían así, y un queso fresco. Eran otros tiempos, en los cuales todo esto se podía subir tranquilamente a un avión. No como ahora que se hace impensable por los necesarios controles de seguridad existentes actualmente.
Sin darme cuenta, me había convertido en un representante de vuestros vinos y no paraba de explicar a mis amigos de las bondades del vino elaborado en esta zona de O Rosal. Al mismo tiempo, ya comenzaba a ver en la carta de muchos restaurantes y en las incipientes tiendas especializadas estos vinos lo cual fue para mí una gran satisfacción, no solamente por poderlos consumir más a menudo si no también porque significaba que tenía buen criterio. Las críticas positivas en los medios de comunicación junto con un mayor conocimiento por el público en general acabó de darme el convencimiento de mi buen tino y de mi apuesta por el vino albariño Rías Baixas.
Años más tarde volví de vacaciones por esta zona y mostré interés por visitar alguna bodega, os hablo ya de 1997. Fui un precursor del incipiente enoturismo de las bodegas de la DO Rías Baixas. Quería profundizar más en el conocimiento de vuestros vinos.
Todo esto que estamos viviendo en estos momentos, no es casual si no el resultado de unos cuantos apasionados, ¡porque el vino es pasión! y aventureros que por allá los años 80 dieron una vuelta de tuerca y saliendo de su zona de confort apostaron por los vinos de calidad, haciendo oídos sordos de las voces contrarias. Fue una época dura porque al mínimo error se le hubieran echado encima todos sus paisanos. ¡Cuánto les debemos a esas personas, entre las que también se encontraban bodegueros de aquí (de O Rosal), que imaginaron un futuro que hoy ya es presente!
Hace un mes tuve la ocasión de visitar varias bodegas de la D.O. Rías Baixas y concretamente de esta subzona de O Rosal. No podéis imaginar la enorme alegría que recibí en esas intensas 48 horas al descubrir nuevas aventuras, que ya están dando que hablar y harán que las miradas de los enólogos y críticos internacionales se vuelvan una vez más hacia esta privilegiada área.
En esa corta estancia descubrí vinos modernos que hablan de tradición y que en su versión más joven seducen con sus aromas cítricos, a frutas de hueso como el melocotón o las ciruelas, también notas balsámicas de laurel y menta, con paso en boca untuoso, salinos de ese Atlántico que os regalas sus brisas y sus nieblas. Vinos jóvenes para casar con pescados y mariscos como los berberechos al vapor o las deliciosas ostras de Arcade.
Otros vinos más elaborados que se dejan en sus lías durante unos meses para ofrecernos aromas de pomelos, a pera limonera, a flores como las gardenias o las rosas blancas para armonizar con pescados como el mero, el rodaballo o el lenguado. También para platos exóticos como el guacamole mejicano o el ceviche peruano.
Por último, no me voy a olvidar de los de añadas muy seleccionadas de calidad excepcional que después de un par de años en sus lías nos obsequian con aromas de melocotón maduro, cítricos y frutos secos capaces de ennoviarse con platos más contundentes de guisos, incluso con algún solomillo de ternera gallega y un delicioso foie.
Ya más atrevido, que no imposible, es jugar a armonizar vuestros vinos con un buen chocolate negro de elevada proporción de cacao y que contengan alguno de los frutos mencionados anteriormente.
Uvas que lo dan todo como la albariño con sus intensos aromas a fruta y volumen en boca. Otras que también son autóctonas de vuestra zona como la Loureiro con buena intensidad aromática. O la caíño con sus aromas de frutas exóticas, balsámicos y gran estructura. Sin olvidarme de la treixadura y la godello que aportan sus matices.
Cuando me marché para mi casa colgué en mis redes sociales una foto con un pequeño texto que quería reflejar la melancolía que iba a sufrir a partir del momento que volviera a marchar y ese texto no era ni más ni menos que la poesía de Rosalía de Castro que se despide con tristeza de su Galicia natal, me refiero al poema “adiós ríos, adiós fontes”. No era consciente de que volvería tan rápido.
Fue a los pocos días de llegar a Barcelona cuándo recibí una llamada en la que me proponían como pregonero de esta ya más que consolidada Feira do Viño do Rosal. Una grata sorpresa y todo un honor que me ha brindado la oportunidad de regresar a estas tierras para seguir conociendo vuestros excelentes vinos. Sin duda, al igual que yo, todos los presentes tenemos una oportunidad excepcional de conocer de cerca todas las elaboraciones que aquí se hacen y de incluso degustar otros productos típicos de esta zona, como los mirabeles, una asignatura pendiente que ya he podido saldar.
Os animo a seguir investigando con los vinos de guarda, con cosechas tardías y a todo lo que dé de sí vuestra imaginación. No cabe duda de que el potencial dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas en general, y de esta subzona de O Rosal en particular, es enorme y que llevará a incrementar aún más el prestigio de los los vinos de Rías Baixas en todo el mundo.
Para finalizar quiero incidir en ese paralelismo entre vuestro crecimiento y el mío, hasta llegar al día de hoy. Me voy a despedir con un consejo: beber con moderación porque lo bueno si breve dos veces bueno y con una cita del doctor Fleming que lo dice todo: la penicilina cura a los hombres y el vino… los hace felices. Disfrutad con vuestro trabajo, seguir haciendo estos vinos y sobre todo ser Muy Felices. ¡Vivan los vinos de Rías Baixas del Rosal y viva la Feira do viño do Rosal!
© 2016 José María Toro. Todos los derechos reservados.