Lloret de Mar recupera su pasado histórico gastronómico bajo el título de la “Cuina dels americanos” con el soporte de la Fundació Alícia

La gas­tronomía es cul­tura, y Lloret de Mar, con­sciente de ese val­or difer­en­cial,  quiere recu­per­ar ese lega­do históri­co culi­nario que dejaron los amer­i­canos, como aquí se llam­a­ban a los indi­anos que fueron a pro­bar suerte a las Améri­c­as. Durante el fin de sem­ana del 14 al 16 de junio de 2019 se cel­e­brará en esta población cata­lana costera la IX Fira dels Amer­i­canos (Feria de los Amer­i­canos) donde se recrea y se hom­e­na­jea a estos veci­nos de Lloret que lo dejaron todo y que volvieron a su tier­ra natal muchos de ellos con un gran pat­ri­mo­nio debido a su acer­ta­do mane­jo en los nego­cios de ultra­mar. Al regre­sar se con­struyeron man­siones seño­ri­ales de esti­lo neo­clási­co, mod­ernista o de esti­lo indefinido y que hoy for­ma parte del pat­ri­mo­nio cul­tur­al de interés turís­ti­co de esta población.

Presentación de la "Cuina dels Americanos"

Pre­sentación de la “Cuina dels Americanos”

 

El año pasa­do Lloret de Mar comen­zó una rev­olu­ción en su tur­is­mo de playa y sol ofre­cien­do una coci­na de la salud en su estrate­gia de posi­cionamien­to en el tur­is­mo de cal­i­dad con una iden­ti­dad gas­tronómi­ca propia. Des­de entonces has­ta aho­ra, Lloret Tur­isme, la Asso­ciació de Bars i Restau­rants de Lloret y el Gre­mi d’Hostaleria de Lloret, han tra­ba­ja­do codo con codo con la Fun­dació Alí­cia,  para recu­per­ar la coci­na de los amer­i­canos, y que for­ma parte de una época de la his­to­ria de Lloret. Esta cuina (coci­na) de los amer­i­canos se ha orga­ni­za­do en un rec­etario de vein­tiún platos que los lugareños y vis­i­tantes podrán sabore­ar en un total de vein­tiséis restau­rantes y hote­les del munici­pio durante el fin de sem­ana del 14 al 16 de junio de 2019.

Remon­tán­donos en la his­to­ria de Lloret, hubo una época en la que tuvo astilleros donde se con­struían bar­cos que via­ja­ban has­ta Améri­ca. Y era en esas naves que zarpa­ban hacia Améri­ca, que rep­re­senta­ba un mun­do nue­vo de opor­tu­nidades, donde jóvenes con ganas de aven­tu­ra, nada que perder y mucho por ganar se enro­laron como marineros o cocineros para pagarse el pasaje, en bus­ca de un por­venir apor­tan­do sus ideas de una vie­ja Europa en una joven Améri­ca. La Fun­dació Alí­cia ha estu­di­a­do las influ­en­cias com­par­tidas y las for­mas de com­er tan­to cata­lanas como de los país­es de acogi­das entre las postrimerías del siglo XVIII, durante todo el siglo XIX y los albores del XX. De ese movimien­to de per­sonas de un lado al otro se ha con­clu­i­do que los Amer­i­canos (indi­anos en otras pobla­ciones) solo fueron men­sajeros de un pat­ri­mo­nio gas­tronómi­co de un con­ti­nente al otro, con mer­caderías que via­ja­ban para allí y otras que venían. Gra­cias a ello ten­emos el choco­late, la pata­ta, el pimien­to o el impre­scindible tomate. Y del via­je de ida ha queda­do para la pos­teri­dad el daiquiri del coctele­ro Con­stan­ti­no Rib­al­aigua “El Con­stante” en su famoso local de La Habana, el Floridi­ta.

Sardinas marinadas con licuado de piña

Sar­di­nas mari­nadas con licua­do de piña. Acom­paña­do de una cre­ma de ron “cre­mat”

 

El rec­etario de la Cuina del Amer­i­canos está escrito a par­tir del rela­to de per­son­ajes de Lloret y se divide en 5 grandes aparta­dos con las con­sigu­ientes rec­etas, y que se podrán degus­tar en los restau­rantes aso­ci­a­dos a la cam­paña turística:

  • La coci­na del bar­co: cre­ma de ron cre­mat,  pol­lo con sal­sa a la cata­lana, tasajo a la amer­i­cana, peixopa­lo a la olla, suquet de sar­di­nas de casco.
  • La coci­na del choco­late: cala­mares rel­lenos, esto­fa­do a la españo­la, lan­gos­ta con sal­sa, pul­pi­tos con chocolate.
  • La coci­na veg­e­tar­i­ana: beren­je­nas con sal­sa, fideos con sal­sa, guisa­do con sam­faina, aji­a­co vegetariano.
  • La coci­na cata­lana en Améri­ca: patatas a la españo­la, pesca­do a la cata­lana, pesca­do habanero asa­do, pol­lo a la habanera.
  • La coci­na amer­i­cana en Catalun­ya: nava­jas indi­anas, plá­tano con vainil­la y cacao, sar­di­nas mari­nadas con licua­do de piña, ali­tas de pavo con sal­sa de cacahuete.

Para com­ple­men­tar la visi­ta a la Fira dels Amer­i­canos así como a sus activi­dades se puede pro­gra­mar con antelación la ruta de los indi­anos en Lloret de Mar: Can Gar­ri­ga (Museu Marí­tim), Pas­seig Jacint Verda­guer, Ajun­ta­ment, Església de Sant Romà, Rec­to­ria, Capel­la del San­tísim Sagra­ment, Can Font, Cemen­tiri Mod­ernista. Para reser­vas de vis­i­tas con­cer­tadas guiadas entrar en la web de Lloret de Mar

Más infor­ma­ción sobre activi­dades durante el fin de sem­ana así como de los restau­rantes aso­ci­a­dos a la cam­paña de la “cuina dels amer­i­canos” en la web de Lloret de Mar

La Fun­dació Alí­cia  es un cen­tro de inves­ti­gación ded­i­ca­do a la inno­vación tec­nológ­i­ca en coci­na, a la mejo­ra de los hábitos ali­men­ta­r­ios y a la val­o­ración del pat­ri­mo­nio gas­tronómi­co. Su nom­bre se debe a la unión de las pal­abras “Ali-mentación” y “cien-cia”.

© 2019 José María Toro. All rights reserved

La Guarida (La Habana, Cuba)

Bienvenid@ a La Guar­i­da.

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La Guar­i­da. Fotografía de Noe­mi Martin

No es una madriguera. Tam­poco un escon­dite para ladrones per­di­do en la mon­taña. La Guar­i­da es uno de los “pal­adares” (restau­rantes pri­va­dos) más céle­bres de La Habana, un icono del cine cubano y una cav­er­na míti­ca en la que dis­fru­tar de una cena glo­riosa. Cuan­do via­jes a la Llave del Nue­vo Mun­do, pásate por Con­cor­dia 418. Te ase­guro que esta cue­va úni­ca den­tro de un palacete en ruinas de más de un siglo pasará a for­mar parte de tus recuer­dos más luminosos.

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La Guardia. Fotografía de Noe­mi Martin

Si no has vis­to fotos del restau­rante, bajar del taxi delante de su puer­ta puede lle­varte al páni­co momen­tánea­mente. ¿Se supone que en este lugar tan lúgubre han cena­do la que fuera reina de nue­stro país, políti­cos y deportis­tas de todo el mun­do, can­tantes y actores inter­na­cionales? ¿De ver­dad que aquí han comi­do Spiel­berg, Mick Jag­ger o Cop­po­la? ¡Pero si se está cayen­do a tro­zos! Una vez super­a­do el espan­to ini­cial, ven­drán a bus­carte y te acom­pañarán amable­mente por unas escaleras de már­mol cocham­broso con servil­letas y tra­pos de coci­na ten­di­dos a los lados como ban­deras onde­an­do al vien­to. Con los ojos abier­tos y el cuer­po encogi­do, en el ter­cer piso se abrirá ante tu mira­da un espa­cio rebosante de vida, olores increíbles y una entrañable gen­tileza. ¡“Bien­venido a La Guar­i­da”! Es lo que le dice Diego a David en la famosa pelícu­la “Fre­sa y Choco­late”. Sor­pre­sa: estás en medio del caos y rozan­do el paraí­so. ¡Esto es La Habana, her­mano!

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La Guar­i­da. Fotografía de Noe­mi Martin

El menú de La Guar­i­da es una com­posi­ción úni­ca de sabores tradi­cionales y emer­gente mod­ernidad. Podrás ele­gir, por ejem­p­lo, una lasaña de papaya  y salpicón de mariscos, un paté de cone­jo con man­go y tamarindo o unos tacos de mar­lín ahu­ma­dos con per­fume de ron como entrantes. Como prin­ci­pal, tienes des­de una jugosa lan­gos­ta con quim­bom­bó, maíz y pimien­ta a un cochinil­lo con­fi­ta­do pasan­do por un deli­cioso atún en caña de azú­car o tres solomil­los con que­so azul y choco­late.  El agridulce de las calles de La Habana en esta­do puro se colará  juguetón en tu boca mien­tras te acom­paña como dec­o­ración una ima­gen de la Vir­gen, la foto de Pedro Almod­ó­var jun­to al dueño del restau­rante o los vasos dis­pares de una vajil­la antigua y des­col­ori­da. Como no podía ser de otra man­era, el postre estrel­la de la casa es el Fon­dant fre­sa y choco­late, una pequeña deli­cia que recuer­da la famosa pelícu­la que se rodó en 1993 en el palacete. Tres años después, se abriría en este pun­to de cul­to para los seguidores del pre­mi­adísi­mo film cubano, uno de los más cono­ci­dos tem­p­los gas­tronómi­cos de la Isla.

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La Guar­i­da. Fotografía de Noe­mi Martin

Aunque la car­ta de vinos no es el pun­to fuerte de la Guar­i­da –recuer­da que Cuba no es tier­ra de cal­dos- no te quedarás sin tu copa de vino chileno o español. Si además eres atre­v­i­do, puedes apun­tarte a un ron Havana Club 15 años o a un fab­u­loso San­ti­a­go de Cuba 25 años. Eso sí, no te olvides de pro­bar el café espe­cial de la casa, tan inten­so como la ciu­dad que te rodea. Y para bajar la comi­da, ¿qué mejor que un paseo por el Malecón o tomar un daiquiri en el Floridi­ta o en el hotel Ambos Mun­dos, loa favoritos de Hem­ing­way en la capital?

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La Guar­i­da. Fotografía de Noe­mi Martin

Recuer­da que si quieres vis­i­tar La Guar­i­da, tienes que reser­var con bas­tante antelación. Un e‑mail unos días antes, bas­tará para vivir una expe­ri­en­cia sen­so­r­i­al úni­ca cuan­do ater­rices en la Isla. Te recomien­do que pidas una mesi­ta en el bal­cón para dis­fru­tar de todo el encan­to del lugar. Y lle­va efec­ti­vo porque no admiten tar­je­ta de crédi­to. El pre­cio medio sin vino ron­da los 30–35 euros por persona.
La Guar­i­da

La BSO de este post, como no podía ser de otra man­era, es el tema Chichar­rones del fal­l­e­ci­do com­pos­i­tor cubano Com­pay Segun­do. Toda una deli­cia musical.

© 2015 Noe­mi Mar­tin. Todos los dere­chos reservados.

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