Bienvenid@ a La Guarida.
No es una madriguera. Tampoco un escondite para ladrones perdido en la montaña. La Guarida es uno de los “paladares” (restaurantes privados) más célebres de La Habana, un icono del cine cubano y una caverna mítica en la que disfrutar de una cena gloriosa. Cuando viajes a la Llave del Nuevo Mundo, pásate por Concordia 418. Te aseguro que esta cueva única dentro de un palacete en ruinas de más de un siglo pasará a formar parte de tus recuerdos más luminosos.
Si no has visto fotos del restaurante, bajar del taxi delante de su puerta puede llevarte al pánico momentáneamente. ¿Se supone que en este lugar tan lúgubre han cenado la que fuera reina de nuestro país, políticos y deportistas de todo el mundo, cantantes y actores internacionales? ¿De verdad que aquí han comido Spielberg, Mick Jagger o Coppola? ¡Pero si se está cayendo a trozos! Una vez superado el espanto inicial, vendrán a buscarte y te acompañarán amablemente por unas escaleras de mármol cochambroso con servilletas y trapos de cocina tendidos a los lados como banderas ondeando al viento. Con los ojos abiertos y el cuerpo encogido, en el tercer piso se abrirá ante tu mirada un espacio rebosante de vida, olores increíbles y una entrañable gentileza. ¡“Bienvenido a La Guarida”! Es lo que le dice Diego a David en la famosa película “Fresa y Chocolate”. Sorpresa: estás en medio del caos y rozando el paraíso. ¡Esto es La Habana, hermano!
El menú de La Guarida es una composición única de sabores tradicionales y emergente modernidad. Podrás elegir, por ejemplo, una lasaña de papaya y salpicón de mariscos, un paté de conejo con mango y tamarindo o unos tacos de marlín ahumados con perfume de ron como entrantes. Como principal, tienes desde una jugosa langosta con quimbombó, maíz y pimienta a un cochinillo confitado pasando por un delicioso atún en caña de azúcar o tres solomillos con queso azul y chocolate. El agridulce de las calles de La Habana en estado puro se colará juguetón en tu boca mientras te acompaña como decoración una imagen de la Virgen, la foto de Pedro Almodóvar junto al dueño del restaurante o los vasos dispares de una vajilla antigua y descolorida. Como no podía ser de otra manera, el postre estrella de la casa es el Fondant fresa y chocolate, una pequeña delicia que recuerda la famosa película que se rodó en 1993 en el palacete. Tres años después, se abriría en este punto de culto para los seguidores del premiadísimo film cubano, uno de los más conocidos templos gastronómicos de la Isla.
Aunque la carta de vinos no es el punto fuerte de la Guarida –recuerda que Cuba no es tierra de caldos- no te quedarás sin tu copa de vino chileno o español. Si además eres atrevido, puedes apuntarte a un ron Havana Club 15 años o a un fabuloso Santiago de Cuba 25 años. Eso sí, no te olvides de probar el café especial de la casa, tan intenso como la ciudad que te rodea. Y para bajar la comida, ¿qué mejor que un paseo por el Malecón o tomar un daiquiri en el Floridita o en el hotel Ambos Mundos, loa favoritos de Hemingway en la capital?
Recuerda que si quieres visitar La Guarida, tienes que reservar con bastante antelación. Un e‑mail unos días antes, bastará para vivir una experiencia sensorial única cuando aterrices en la Isla. Te recomiendo que pidas una mesita en el balcón para disfrutar de todo el encanto del lugar. Y lleva efectivo porque no admiten tarjeta de crédito. El precio medio sin vino ronda los 30–35 euros por persona.
La Guarida
La BSO de este post, como no podía ser de otra manera, es el tema Chicharrones del fallecido compositor cubano Compay Segundo. Toda una delicia musical.
© 2015 Noemi Martin. Todos los derechos reservados.
Me encanta el artículo! Conozco el sitio y es una magnífica descripción del mismo! Sigue escribiendo de esta forma!
Muchísimas gracias por leernos. Le he pasado tu mensaje a Noemi que es la autora del post.
sencillo pero a la vez me hace sentir como si estuviera ahí, saludos
Muchísimas gracias!