Viaje por Sierra de Gata (Extremadura)

En esa esqui­na del noroes­te de la pro­vin­cia de Cáce­res, lin­dan­do con las pro­vin­cia de Sala­man­ca por el nor­te, con Por­tu­gal por el oes­te, y con la otra comar­ca extre­me­ña de Las Hur­des, se escon­de Sie­rra de Gata, un peque­ño paraí­so en Extre­ma­du­ra, de una gran rique­za pai­sa­jís­ti­ca, de pue­blos de pie­dra con mucho encan­to casi sali­dos de algún cuen­to román­ti­co, y pro­duc­tos con mucho sabor por la esca­sa con­ta­mi­na­ción del aire de este lugar pri­vi­le­gia­do.

En ese rin­cón extre­me­ño con­vi­ven per­fec­ta­men­te el cas­te­llano con otras len­guas roman­ces “a fala” que depen­dien­do del pue­blo se lla­ma val­ver­dei­ru (Val­ver­de del Fresno), lagar­tei­ru (Eijas)  o mañe­gu (San Mar­tin de Tre­ve­jo) . El ori­gen de esta len­gua se cree que pro­vie­ne de las migra­cio­nes astur­leo­ne­sas de la recon­quis­ta de la Penín­su­la Ibé­ri­ca cuan­do se repo­bla­ba el cen­tro y sur con la gen­te del nor­te. Si le aña­di­mos su cer­ca­nía a Por­tu­gal y su estre­cha rela­ción comer­cial y matri­mo­nial a un lado y otro de la fron­te­ra, se pue­de enten­der que se ha segui­do man­te­nien­do viva esta len­gua y trans­mi­ti­da de padres a hijos “a fala”.

Has­ta casi las pos­tri­me­rías del siglo XX la poca o nula indus­tria­li­za­ción, la fal­ta de carre­te­ras y los pocos medios edu­ca­ti­vos y sani­ta­rios, fue­ron moti­vos del éxo­do masi­vo,  de la emi­gra­ción de sus gen­tes. Esa situa­ción de esca­so desa­rro­llo en tiem­pos pasa­dos ha per­mi­ti­do que ese espa­cio natu­ral se haya con­ser­va­do vir­gen con una muy baja con­ta­mi­na­ción, con­vir­tién­do­la en una autén­ti­ca y pri­vi­le­gia­da far­ma­cia natu­ral. Peque­ñas empre­sas agro­ali­men­ta­rias de empren­de­do­res, han sabi­do dar­le una vuel­ta de tuer­ca a esa situa­ción y cons­cien­tes de que cada vez se bus­ca más los pro­duc­tos eco­ló­gi­cos y natu­ra­les, han crea­do en este entorno pro­duc­tos exce­len­tes como la miel de Val de Xáli­ma, en la cual sus arte­sa­nos api­cul­to­res José Anto­nio Rodrí­guez y Ali­cia Berrio cono­ce­do­res de la zona y de la impor­tan­te colo­nia de abe­jas saben enso­le­rar correc­ta­men­te sus col­me­nas para que extrai­gan toda la esen­cia de las flo­res de este jar­dín que es Sie­rra de Gata. La esca­sa con­ta­mi­na­ción per­mi­te que las abe­jas loca­li­cen los men­sa­jes quí­mi­cos de esas flo­res para comer bien. Y al mis­mo tiem­po éstas se repro­duz­can al poli­ni­zar­se por estos insec­tos tan bene­fi­cio­sos para el ser humano.

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En la tien­da de Miel y Polen Val de Xáli­ma.

La acei­te­ra y alma­za­ra As Pon­tis, pue­de pre­su­mir con mucho orgu­llo de con­se­guir pre­mios en repu­tados con­cur­sos inter­na­cio­na­les de AOVE eco­ló­gi­co. Como alma­za­ra, y gra­cias a su higie­ne asép­ti­ca de qui­ró­fano está con­si­de­ra­da como una refe­ren­cia en Espa­ña y no es de extra­ñar que reci­ba encar­gos para mol­tu­rar y extraer el oro líqui­do de esco­gi­das pro­duc­cio­nes del res­to de la Penín­su­la Ibé­ri­ca. Sabe­do­res de los nue­vos gus­tos de los con­su­mi­do­res fina­les han crea­do una línea de AOVE aro­ma­ti­za­dos como el de cho­co­la­te, de hon­gos, etc.

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AOVE Viei­ru de As Pon­tis.

La Que­se­ria Us Tres Luga­ris que con­tro­la toda la tra­za­bi­li­dad de sus pro­duc­tos ya que tie­nen gana­de­ría pro­pia de cabras y bus­can con esme­ro ese pas­to que dé de comer a sus ani­ma­les. Se encar­gan del orde­ño y de la ela­bo­ra­ción de los dife­ren­tes tipos de que­sos: semi cura­do, cura­do, en acei­te y con pimen­tón de Jaraiz de la Vera.

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Que­se­ria Us Tres Luga­ris.

Qué ver:

El soli­ta­rio cas­ti­llo de Tre­ve­jo que resis­te numan­ti­na­men­te los azo­tes del vien­to des­de su ata­la­ya pri­vi­le­gia­da que domi­na toda la comar­ca. Per­te­ne­ce al pue­blo del mis­mo nom­bre que está decla­ra­do de Inte­rés Turís­ti­co por su bien con­ser­va­da arqui­tec­tu­ra de pie­dra que le da per­so­na­li­dad.

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Cas­ti­llo de Tre­ve­jo.

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Tre­ve­jo.

El Cas­ta­ñar del Puer­to de San­ta Cla­ra con sus mara­vi­llo­sos colo­res ocres y roji­zos de la colec­ción Pan­to­ne para todos los oto­ños. El momen­to ópti­mo para cono­cer este mila­gro de la natu­ra­le­za es cuan­do el mer­cu­rio ini­cia su cur­va des­cen­dien­te hacia el frío.

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Subien­do has­ta el Puer­to de San­ta Cla­ra des­de San Mar­tin de Tre­ve­jo.

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Estam­pa imbo­rra­ble en el inte­rior del cas­ta­ñar del Puer­to de San­ta Cla­ra.

San Mar­tín de Tre­ve­jo galar­do­na­do como “Bien de Inte­rés cul­tu­ral con la cate­go­ría de Con­jun­to His­tó­ri­co” por la bue­na con­ser­va­ción de su arqui­tec­tu­ra. Casas seño­ria­les con­de­co­ra­dos en el exte­rior con sus escu­dos de armas que recuer­dan un pasa­do noble,  alter­nan con casas tra­di­cio­na­les de pie­dra a las que se acce­de a la vivien­da median­te poyos de can­te­ría. Pla­za Mayor con por­ches. Un sim­pá­ti­co rega­to atra­vie­sa este pue­blo por sus callis  para que cir­cu­le el agua y apro­ve­char­se para el rega­dío de las huer­tas cer­ca­nas.

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Pla­za Mayor de San Mar­tín de Tre­ve­jo.

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Los por­ches de la Pla­za Mayor.

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Una de las calles de San Mar­tín de Tre­ve­jo.

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Calle de San Mar­tín de Tre­ve­jo.

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Tien­da de pro­duc­tos de la comar­ca en San Mar­tín de Tre­ve­jo.

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Dul­ces de San Mar­tín de Tre­ve­jo.

 

Cuán­do ir: en oto­ño y pri­ma­ve­ra.

Dón­de comer y dor­mir:

El Buen Avío en Tre­ve­jo, con sus bue­nos vinos natu­ra­les de Villa­miel de viñe­dos his­tó­ri­cos, acei­te de oli­va vir­gen extra de la Hacien­da Navas del Rey que en 1900, el abue­lo del actual pro­pie­ta­rio,  puso una pica en Flan­des, con­si­guien­do meda­lla de pla­ta en la Expo de París para su man­za­ni­lla cace­re­ña. Migas extre­me­ñas, y tapas con pro­duc­tos de pro­xi­mi­dad como el que­so de Val­ver­de, el toma­te seco y los pimien­tos asa­dos o las con­ser­vas de setas de Nava­fría. Tam­bién cer­ve­zas arte­sa­nas.

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AOVE de man­za­ni­lla cace­re­ña Hacien­da Nava del Rey.

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Vinos natu­ra­les de viñe­dos his­tó­ri­cos.

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Migas.

 

Bar Res­tau­ran­te El Capri­cho, C/Darío Bacas, 5 de Villa­miel tel. 927 513109. Menú medio­día y buen coci­do extre­me­ño con todos sus pasos.

Hotel A Velha Fábri­ca C/ Miguel Roble­do Carras­co, 24 Val­ver­de del Fresno Tel. 927 511 933 Una anti­gua fábri­ca tex­til de man­tas y alma­za­ra recon­ver­ti­do en un encan­ta­dor hotel rural. De ese pasa­do indus­trial con­ser­va una alta chi­me­nea. Su inte­rior de pare­des de pie­dra se ver­te­bra en su pasi­llo con sus esti­li­za­das colum­nas de gra­ni­to que suje­tan el teja­do.. La Sala prin­ci­pal es cáli­da y gira alre­de­dor de la chi­me­nea, con mue­bles libre­ría que invi­tan a la lec­tu­ra en sus con­for­ta­bles sofás o para alar­gar la sobre­me­sa con una bue­na con­ver­sa­ción. Deta­lles de fósi­les de todos los tama­ños y for­mas ador­nan las estan­cias comu­nes. Dis­po­ni­bles apar­ta­men­tos inde­pen­dien­tes y cómo­das habi­ta­cio­nes en for­ma­to dúplex. Acti­vi­da­des para des­cu­brir Sie­rra de Gata: sen­de­ris­mo, a caba­llo, etc.

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Inte­rior A Velha Fábri­ca.

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Sala común de A Velha Fábri­ca.

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Deco­ra­ción con fósi­les.

El Duen­de del Cha­fa­ril C/ Los Caños, 29 San Mar­tín de Tre­ve­jo Tel. 927 513 051. Una anti­gua casa seño­rial de 1822 recon­ver­ti­da en hotel rural con spa. Un lugar con mucho encan­to que guar­da su pro­pio “duen­de” y que habi­ta en cada una de sus 10 habi­ta­cio­nes para con­ver­tir­las en expe­rien­cias úni­cas e irre­pe­ti­bles.

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Ensa­la­da de naran­ja y fru­tos rojos.

Agra­de­ci­mien­tos a la Aca­de­mia Extre­me­ña de Gas­tro­no­mía por la orga­ni­za­ción y a Alber­to Díaz de Trip Extre­ma­du­ra por hacer más fácil y cómo­do todo el via­je.

© 2016 José María Toro. All rights reser­ved