La lenteja de Tierra de Campos se cultiva en la intersección de las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León. Es un territorio llano, con ligeras lomas que rompen la monotonía del paisaje, salpicado de palomares para recoger las palomas silvestres y evitar que destrozen los cultivos, así como de pueblos con parte de la historia de nuestro país.

Su suelo está libre de contaminantes, y sus cielos limpios permiten ver la deslumbrante Vía Láctea en esas noches claras que aquí la bóveda celeste se prodiga en regalarnos. Su clima de nviernos duros y fríos que se alternan con los veranos secos y calurosos posibilitan una maduración lenta de las excelentes lentejas de Tierra de Campos.
El cultivo de las lentejas evita la aportación de nitrógeno extra a la tierra, ya que su simbiosis con las bacterias del género Rhizobium les permite aprovechar el nitrógeno del aire y de esta manera evitar el uso indiscriminado de los nitratos.
La lenteja de Tierra de Campos se distingue por su pequeño diámetro (entre 3,5 y 4,5 mm) de color pardo y con puntos negros en la cubierta. En los platos de cocina es muy agradable por su sabor.
El consumo de la lenteja de Tierra de Campos tiene un doble beneficio para todos: por un lado, para la salud de nuestros organismos y por otro lado, por su función de crear puestos de trabajo en el campo evitando su abandono y desertización tanto humana como del territorio.
Este producto de excelsa calidad siempre se presenta envasada y lleva la contraetiqueta de identificación emitida por el Consejo Regulador de la IGP Lenteja de Tierra de Campos que es la encargada de certificar su trazabilidad.
Más información en la web de https://site.lentejadetierradecampos.es