Querido Iván, te escribo este mail desde Skópelos, una maravillosa isla griega donde se rodó la versión cinematográfica del famoso musical de Abba, “Mamma Mia”, con Meryl Streep y Pierce Brosnan. Seguro que la has visto. Realmente, este lugar es de película. Al poco de desembarcar en Skópelos y recorrer su verde y paradisiaca costa, empecé a sonreír imaginando el guión de mi futura vida “slow”: retirarme en unos años y arrendar un hotelito a pie de playa donde preparar desayunos bio con mucho yogurt griego. Además, ofrecer clases de yoga y meditación a los huéspedes. ¿Qué te parece la idea? ¿Estoy muy loca? Desde luego, soñar es fácil y más en un sitio de ensueño. Viva la redundancia y la fantasía.

Costa de Skópelos. Fotografía de Noemi Martin
Skópelos es una de las joyas del Egeo y forma parte, con unas cuantas hermanas más, del casi desconocido archipiélago de las Espóradas. Además de Skópelos, también disfrutamos de unos días en la vecina Skíathos, a donde llegamos en avión desde Atenas en sólo media hora. Desde allí tomamos un ferry hasta Skópelos. Unos cuarenta y cinco minutos para arribar en un nirvana de trazos verdes y azules.La capital de la Islita (y digo Islita porque sólo tiene noventa y seis km2 y cinco mil habitantes) se llama también Skópelos y está presidida por un puerto animado plagado de tiendecillas coquetas y restaurantes acogedores. Uno de ellos es el Kiratso Kitchen Taverna: cocina tradicional recomendada por el mediático chef inglés, Jamie Oliver. Otro, el concurrido Anna’s, con un precioso patio con aroma a azahar y deliciosa música en vivo aderezando humeantes guisos caseros. Si, además, quieres que te recomiende un hotelito cerca del puerto, anota ahora mismo: Thea Home Hotel: trato familiar, posibilidad de tomar clases de pintura, habitaciones luminosas y desayunos fantásticos (prueba el pastel de queso de Skópelos). Sólo una advertencia: los gallos te despertarán muy temprano, aunque para un búho como yo, no es problema. Abrir los ojos con un estruendoso “kikiriki” me proporciona un sublime placer infantil.

Vista sobre Skópelos desde el Thea Home Hotel. Fotografía de Noemi Martin
Además de la capital, la Isla tiene pueblitos pintorescos y un montón de antiguos monasterios y ermitas que asoman sus tejados en medio de una exuberante vegetación. La playa de Stafilos, muy cerca del pueblo, es la primera de las maravillosas sorpresas naturales que te esperan en Skópelos. Para recorrer sus parajes, lo mejor es alquilar un todoterreno: la única forma de llegar a playas desiertas y alcanzar paisajes únicos, salvo que seas aficionado al senderismo, como es tu caso. Ten en cuenta que muchas de las carreteras son intransitables con un simple turismo. Otra opción es alquilar un barquito y bordear la costa cual apacible “lobezno de mar”. ¿Tú no habías sacado el título de patrón?El segundo destino que escogimos dentro de la Isla para vivir unos días de relax absoluto fue la casi desierta playa de Panormos. Un flechazo en toda regla. ¿Oyes mi corazón? Creo que es lugar más bonito en el que he pasado unas minivacaciones. ¿Has estado alguna vez junto al mar, oliendo una mezcla de sal y bosque? El encantador hotel Blue Green Bay se encuentra en plena playa, rodeado de un espléndido bosque de pinos. Tomar una copa de vino en la terraza de la habitación es una “experiencia religiosa”. Amén.

Terraza del Hotel Blue Green Bay. Fotografía de Noemi Martin
Cerca de Panormos se encuentran las playas de Milia y Kastani, bastante más concurridas y turísticas de lo que esperaba. De hecho, a esta última, al ser unos de los escenarios naturales de Mamma Mia, suelen llegar barcos cargados de visitantes procedentes de otras islas, a pasar el día. Así que, salvo que tengas un “momento chiringuito”, evítala por la mañana y disfruta de sus aguas transparentes cuando caiga la tarde y Kastani, como una cenicienta del revés, vuelva a su originaria condición paradisiaca.El último de los lugares imprescindibles en Skópelos es la capilla de Agios Ioanis. Encaramada en la cima de una enorme roca sobre el mar, la imagen de la iglesia entre las nubes con el mar de fondo, se dibuja como un paisaje irreal. Si has visto, Mamma Mia, te darás cuenta de que es el lugar donde al final se casan los protagonistas, al menos por fuera. El verdadero interior de la capilla, al que llegarás sudando después de subir los escalones que llevan a la entrada, es mucho más pequeño y sencillo pero igualmente bello.

Capilla de Agios Ioanis. Fotografía de Noemi Martin
Como habrás comprobado por mis palabras, me he enamorado locamente de Skópelos. Espero que se me pase pronto o me veo buscando billetes para regresar en las próximas vacaciones en cuento llegue a casa. Esta Islita es mágica, te lo prometo, Iván. No te olvides de apuntarla en tu plan de viaje porque estoy segura de que tú también caerás rendido ante sus encantos y que, como a mí, te hará exclamar varias veces: “Mamma Mia”.Nos vemos pronto. I love you, my friend.
BSO Mamma Mia de Abba
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