Santiago de Chile es Paula, mi amiga: “pequeña criatura” que me regaló internet. Veinteañeras desconocidas chateando en el foro del cantautor Ismael Serrano, una a cada lado del mundo. Confesiones en horarios divergentes: ilusiones y desengaños. Chile-Tenerife. Santa Cruz-Santiago. Seseo dichoso. Secretos y sueños y Bergia entonando “Kilómetro cero”.
Lo prometimos. Pájaros en la cabeza y sangre en las manos: virtual mistura. Abrazarnos en directo. Sin cables ni tiempo. Carretear La Moneda. La Casa en el Aire y un brindis con pisco. Soltar lo que queda.

La Casa en el Aire. Fotografía de Noemi Martin
Y pasan los años. Los veinte, los treinta. Los sueños se cumplen. Aviones que llegan con versos y besos. Neruda y Machado. Allende velando. Nosotras cantando: “gracias a la vida que me ha dado tanto”.
Lo prometimos, amiga. Sentarnos en casa. Mágica familia, la mía chilena. Historias de antaño con vino del bueno. Y Lola, Guillermo, Belén y Marcela. Guardados en mi alma. Ventanas abiertas.

Monumento a Salvador Allende. Fotografía de Noemi Martin
Lo prometimos. Maldecir a los dictadores con Serrano y sus canciones. Corear “Vine del Norte”. Caminar el Museo de la Memoria. Desmemoriarnos, reír, llorar. Navegar “La Chascona”, casa encantada de Neruda: barco de lunas y flores. Y el Maipo de fondo, los Andes nevados y ese sentir hondo.
Lo prometimos. Santiago: terremoto de cariño grado nueve. Cerro San Cristóbal y caldo caliente. Plaza de Armas y amores. Mercados y empanadillas. El Barrio Lastarria, las fiestas, las alas, la luna, la gente. Mi Paula en el metro planeando huidas, recitando trovas, siempre sonriente.

Fotografía de Noemi Martin
Lo prometimos, pequeña. Y en Santiago quedan “Paraísos desiertos” cargados de historia, cargados de tiempo. Con Jara y Amanda, Mistral y Huidobro. Con recuerdos tiernos, conciertos pendientes y la amistad al hombro.
Lo prometimos, chilena. Sucede que a veces la vida es un vuelo, los sueños se cumplen y “Lunia” te espera.
BSO: Vine del Norte de Ismael Serrano
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