El barrio barcelonés de Ciutat Vella está cargado de historias y de leyendas, único para perderse sin rumbo fijo por sus callejuelas estrechas, por las mismas que a veces la luz del sol sólo entra de refilón, casi de puntillas y pidiendo permiso a las nubes bajas. Y en este casi laberíntico paseo, un palacio medieval felizmente recuperado de paredes sobrias y desnudas, de muros altos y anchos construidos con piedras grandes, arcos de medio punto, pinturas policromadas restauradas que han aguantado estoicamente el paso del tiempo, silencios de otra época que se cuelan por sus pasillos, y el imprescindible patio mediterráneo usado como solaz recreo de la noble familia y sus cortesanos que residían en esta mansión. Todo ello da forma a este incomparable conjunto donde se asienta el Hotel Mercer (5 estrellas GL) y el restaurante homónimo gestionado por Jean Luc Figueras.
Un recinto de ensueño, un oasis de paz dentro de la vorágine consuetudinaria de la Ciudad Condal, traspasar su puerta de entrada de la calle es como si una potente máquina del tiempo te abdujera a una época pasada.
La cocina que ejerce Jean Luc es alta gastronomía acorde al hotel que lo acoge. Platos creativos y tradicionales maridados en armonía por Arnau, un trovador poeta enamorado del vino.
Jean Luc es con los platos que salen de su fogones como la versos de una poesía y Arnau, que con su sincera sonrisa cautivadora similar a la acogedora del Profeta Daniel en el Pórtico de la Gloria, teje, en el difícil y proceloso arte del maridaje, la perfecta rima consonante. Son dos espíritus elevados capaces de componer uno de los más hermosos sonetos gastronómicos. El resto de colaboradores serían los acordes de la BSO de este post.
Menú degustado: épica galleta oreo rellena de parmesano, deliciosa crema de coliflor con caviar de la Vall d’Arán y caviar de aceite, colitas de gambas con membrillo y flores casado con una copa de Miquel Jané Sauvignon blanc. Pictórica ensalada llena de cromatismo con gambas desnudas de Palamós y dados de tomate formando el color rojo, hojas y ramas finas con sabor a guisante aportan el color verde y gotas de aceite de oliva virgen extra junto a hojas de flores amarillas son la pincelada de este color. Gnocchi de erizos para ponerse en pie y ovación cerrada con una copa de Finca Els Camps del 2010. Los mejores macarrones (de mi vida) a la trufa blanca, para llorar de emoción, servido en una no menos original sartén de cristal. ¡puro hedonismo! ¡macarrones de culto!. Sensual lubina combinada con butifarra negra, gelatina de tripa de bacalao y caldo de cabezas de gamba acompañado de una copa de La Comedia 2012. Para finalizar el apartado salado, un vibrante cochinillo con su costra crujiente para cortar con la mítica y estilizada navaja Laguiole en Aubrac todo un guiño a su origen francés, servido de una copa de Abel Mendoza Torrontés, un blanco con una acidez capaz de neutralizar la grasa del gorrino. Postre dulce de pà de pessic de avellanas con helado de chocolate emparejado con una copa de Lustau East India Solera. Los deseados petits fours: falso helado de chocolate relleno de aceite de oliva, crujiente de chocolate blanco y galleta de chocolate negro.
Excelente menú ejecutivo por 39 euros. Menú Gastronómico 55 euros.
Hotel Mercer Carrer Lledó, 7 Barcelona 93–3107480
La BSO de este post es un tema para escuchar con los ojos cerrados y sentir toda la sensibilidad que emana John Legend con la canción All of Me Su carismática voz que sostiene notas altas y profundas con mucha elegancia, te eriza la piel, te hipnotiza y te conduce mágica y melancólicamente al sueño más onírico y bello en blanco y negro con final feliz en color.
“Love your curves and all your edges
all your perfect imperfections”.
Muy interesante su reseña de esta semana. Entra hambre al leer su brillante descripción de los platos. El Podcast musical un estupendo postre. Le felicito.
Muchísimas gracias por el comentario. Mi propósito es generar interés y atención de tal manera que entre ganas de probar esos platos. Un saludo.