Sí, has leído bien. Soy rotunda. Esta Navidad me niego a desearte felicidad simple e ingenua cayendo del cielo. No quiero efímera felicidad para ti, como si fuera un bote de caramelos. Prefiero que encuentres la receta y aprendas a cocinarla con realismo y en medio de los problemas que se presenten. Porque va a haberlos, te guste o no.
Esta Navidad te deseo coraje y valentía para afrontar los días nublados. Y también luz brillante en las noches oscuras. Mi regalo navideño te exigirá abrir los ojos y tener en alerta al resto de los sentidos para encontrar la dirección correcta en medio del caos. Para ver las señales y la verdad en cada situación. También te llevará a dar las gracias cada mañana y cada noche por el regalo de un día más vivido.
En estas fechas me encantaría que consiguieras hacer de la empatía tu carta de presentación, que superaras tus miedos más antiguos y también los de reciente adquisición: esas limitaciones que nada te aportan. Esta Nochebuena pido para ti un saco de palabras que te nutran: gracias, te quiero, perdona…y una caja de adjetivos que te hagan crecer como un árbol fuerte y enraizado. No como los de Navidad, temporales y volátiles.
En estos días luminosos te deseo que aprendas a dejar que las emociones te atraviesen. Que llores y rías. Que conozcas en profundidad el término aceptación cuando sea necesario. También que te rodees de naturaleza y de gente que sume en tu vida, que no tenga la queja continua en los labios. Que vivas en el presente sin que las obligaciones ahoguen tu día a día. Que seas constructivo y cariñoso. Que des y recibas abrazos a diestro y siniestro. Que te ilusiones con las cosas pequeñas, que aprendas a respirar y sentirte cómodo en medio de la inseguridad. Que confíes en la vida. Que bailes las dificultades y que cantes en la ducha a voz en grito.
En esta Navidad te deseo unas gafas de colores para ver la realidad que no te gusta. Y también mucha fe: seguro que te esperan muchísimas cosas fantásticas en el año que llega. Te deseo serenidad y entusiasmo en tus retos. Y aprendizaje y humildad en cada fallo que cometas. Además, espero que descubras que eres una persona única y excepcional y que lo que los demás piensen de ti, no es asunto tuyo. También que el amor y la alegría no se agotan cuando lo regalas sino que, por el contrario, se hacen más abundantes.
De verdad siento muchísimo no desearte felicidad a ti y a tu familia en esta Navidad. Espero que no te lo tomes a mal y me guardes rencor hasta el 2030. Aunque… pensándolo bien: si lo que te deseo no es felicidad. Entonces, ¿qué es?
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