Entrar en el mundo de las cocinas y mobiliario de La Cornue es abrir una puerta a la elegancia y al lujo sin estridencias, a entender el refinamiento francés y el savoir faire que les caracteriza, a comprender lo que sesudos estetas siglos atrás le dieron vueltas para definir la palabra belleza.
El ideario de esta centenaria marca gala es de crear piezas únicas, al gusto del cliente, personalizando en colores, acabados, detalles, etc. de cada una de las cocinas encargadas, lo que en inglés se corresponde con la palabra bespoke. Los artesanos que la crean siguen la línea del movimiento Slow, porque las cosas bien hechas requieren su tiempo como los hornos a gas que reproducen la bóveda del metro de París y que consiguen una perfecta difusión y circulación del calor por su interior evitando que los alimentos se resequen y pierdan la humedad, todo para que se conserven los sabores originales intactos. Además del de gas para asar carnes, aves y pescados, existe la posibilidad de incorporar en los modelos Châteaux uno eléctrico especial para la precisión que exige la repostería. También en la mesa de cocción se puede customizar e incluir además de la placa Coup de Feu, la inducción, un teppanyaki o un grill de piedras.
Son piezas creadas para gastrónomos con espíritu elevado y sensible, que disfrutan con el placer de cocinar a fuego lento, de recibir y compartir con familia y amigos de las preparaciones también únicas. Personas que se identifican con la filosofía Slow Food con el objetivo último de saborear la felicidad en la cocina, lo que se conoce como Mood Food.
Para más detalles de los espacios personalizados de preparación, cocción, almacenaje y degustación se puede ver en la web de La Cornue
La colección de cocinas 1908 en los colores característicos de Mondrian es la versión para foodies urbanitas y también la más asequible de todo el catálogo de esta empresa que es todo un referente a nivel mundial.