Rambla Raval, 43 Barcelona 08001 Teléfono 934 436 579 Suculent casa de menjars (casa de comidas)
Situado en el barrio más hipster de Barcelona, en el corazón del Raval, donde se da una confluencia de culturas asiáticas, africanas y europeas.
Una casa de comidas a la antigua usanza, donde predomina el producto, su elaboración con cariño y a favor de la recuperación de sabores olvidados, la de nuestros mayores, cuando le dedicaban horas y horas a fuego lento, una época en que el tiempo apenas corría, slow food en definitiva, recuerdos de los guisos de puchero de mi abuela María cuando nos llamaba desde el zaguán de la casa a mis primos y a mí a la hora del mediodía, recuerdos de un pueblecito pequeño de la España profunda de cielos nítidos y estrellados donde jugábamos a pedir deseos mientras contábamos las lágrimas de San Lorenzo, y esos recuerdos, olores y sabores de la infancia es lo que nos transmite su cocinero Antonio Romero. Como me gusta su atrezzo estético de recuperación de elementos de la antigua tasca sobre la que se levanta, como la madera ( puertas, mesas de tablones, marcos), la barra de azulejos cubierta por un mármol blanco de Macael, el teléfono de pared vintage, el botijo blanco para tener el agua fresquita como en la entradas de las casas del Sur, el cartel de baldosas con el anuncio de “Estrella Damm deliciosa”, los cuadros de toreros con una fotografía del malogrado Manolete, una capote de paseo en la balconada, sombreros cordobeses y flamenquito del bueno como banda sonora identificativa de este local.
Me gusta sus patatas bravas en cucurucho de freiduría para acompañar el vermut con sifón en la terraza exterior los mediodías de sol primaveral y otoñal. Me gusta las ortiguillas de Cádiz, la cecina de León con salsa de alcachofas, los macarrones en cazuela de barro, los excelentes buñuelos de auténtico bacalao, y las croquetas de rabo de toro con trompetas de la muerte ¡para sacar al cocinero a hombros por la puerta grande!
También me gusta el rabo de vaca vieja ¡va por ustedes! y muchos me gusta al delicioso y crujiente costillar ibérico Maldonado ¡para mojar pan sin vergüenza y rebañar bien el plato! ¡un plato de ovación en pie para este primer espada de la cocina! Y un último me gusta al espectacular pastel de queso brie.
Vino para acompañar: Ninin D.O. Ribera del Duero.
Para finalizar os cuento un secreto pero no os lo digo, ¡la bomba! un clandestino que es un acertijo que tiene premio para el que lo acierte, es la trastienda con un menú de pucherito-puchero-pucherazo con puerta secreta tras cazuelas de zinc que esconden lo que no puedes ver pero que si te gustará, y como decía la presentadora del Un, dos, tres.… “hasta aquí puedo leer”… lo que ya os he dicho tenéis que encontrarlo. Mínimo 8 personas. Con vuestra astucia sabréis leer entre líneas. La recompensa vale la pena. Para los que se rindan y como consolación pueden probar con “el arroz del domingo”. Suerte con este enredo.
Precio medio 40–50 euros.