Etéreo

Aun­que el tér­mino eté­reo tie­ne muchas defi­ni­cio­nes, creo que al hablar de este rin­cón en el cora­zón de San­ta Cruz de Tene­ri­fe, hay que uti­li­zar las que se refie­ren a lo “sutil, subli­me o deli­ca­do”. Inclu­so las que hablan de algo “per­te­ne­cien­te al cie­lo”. Eté­reo by Pedro Nel es un espa­cio gas­tro­nó­mi­co don­de se res­pi­ra sen­si­bi­li­dad e inge­nio. Pero tam­bién amor a la coci­na de mer­ca­do, a las bue­nas mate­rias pri­mas y a los sabo­res cin­ce­la­dos con inte­li­gen­cia y cari­ño.

Foto interior del restaurante Étereo
Inte­rior del res­tau­ran­te Éte­reo

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En un entorno aco­ge­dor, don­de se cum­plen escru­pu­lo­sa­men­te las medi­das higié­ni­cas que impo­ne el famo­so virus, Pedro Nel Res­tre­po dise­ña des­de fina­les de 2018, una de las mejo­res pro­pues­tas gas­tro­nó­mi­cas de la Isla. Ori­gi­na­les entran­tes fríos y calien­tes, car­nes madu­ra­das y pes­ca­dos impe­ca­ble­men­te coci­na­dos pre­ce­den a los pos­tres que cie­rran con dul­zu­ra y delei­te una bue­na comi­da o cena.

Timbal de aguacate con langostinos y yogurt griego
Tim­bal de agua­ca­te con lan­gos­ti­nos y yogurt grie­go

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Pedro Nel, chef de ori­gen colom­biano y que en otro tiem­po lide­ró los cono­ci­dos esta­ble­ci­mien­tos “El Cova­cho” y “El Cova­cho de Pedro”, ha sabi­do crear un espa­cio cos­mo­po­li­ta y mul­ti­cul­tu­ral que no renun­cia al toque cana­rio en alguno de sus pla­tos. Y todo ello ade­re­za­do con bue­na músi­ca ambien­tal, tra­to exqui­si­to y una “cui­da­da sen­ci­llez” en don­de todo está per­fec­ta­men­te hil­va­na­do. Por supues­to, los celia­cos o into­le­ran­tes al glu­ten tam­bién tie­nen su lugar (y su pan, gra­cias). Y los aman­tes del vino, ¿cómo no? Con una amplia y fan­tás­ti­ca anto­lo­gía de cal­dos. Como leí en una entre­vis­ta recien­te al pro­pio Nel, “un buen res­tau­ran­te es como ir a la mejor obra de tea­tro que hayas asis­ti­do en tu vida, en la cual no encuen­tras nin­gu­na impro­vi­sa­ción”.

Solomillo de res con crema de queso majorero
Solo­mi­llo de res con cre­ma de que­so majo­re­ro

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Apro­pián­do­me de las pala­bras de este artis­ta gas­tro­nó­mi­co, no está de más con­si­de­rar que dis­fru­tar con cal­ma de una bue­na selec­ción de pla­tos (sobre todo si hay algo que cele­brar: el goce de vivir, por ejem­plo) es como acu­dir al tea­tro y delei­tar­se con una obra mara­vi­llo­sa o un con­cier­to inol­vi­da­ble. El hedo­nis­mo y sus eté­reos pla­ce­res que alguien diría…

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