“Vivir es urgente” es el lema de la novela “Mujeres que compran flores” de Vanessa Montfort. Seguramente habrán escuchado hablar de ella porque en menos de cuatro años de vida, se han vendido más de 150.000 ejemplares.
Me gusta el leitmotiv, sin duda. Y me gustan las seis mujeres fantásticas y diferentes que protagonizan la historia y que, a tropezones, logran convertirlo en su bandera. Desde la centenaria floristería “El Jardín del Ángel” (tristemente desmantelada hace unos meses), en el Barrio de las Letras de Madrid, Montfort dibuja con acierto poético las aristas y caracteres de Olivia, Marina, Casandra, Gala, Aurora y Victoria. Probablemente nos identifiquemos con alguna de ellas, al menos a grandes rasgos, porque representan parte de las formas de vivir y amar de las mujeres actuales. Entre copas de vino y flores, se suceden muchas de las conversaciones que cambiarán el futuro de estas luchadoras. Porque las batallas se ganan con apoyo. O, al menos, es más fácil.

Mujeres que compran flores de Vanessa Montfort
Está claro que somos el resultado de los ingredientes con los que cocinamos. El producto de nuestra educación, de nuestras victorias y fracasos, de la familia, de los amores…Pero hay una buena noticia que nos anuncia esta obra: el recetario se puede cambiar. Es posible aprender de nuevo, sentir de nuevo. Porque vivir es urgente.
He leído las más de cuatrocientas páginas de “Mujeres que compran flores”, entre sonrisas y alguna lágrimas. Como la película. Y también con un marcador fluorescente al lado. No quiero que se me olviden frases tan contundentes como éstas con las que termino la reseña:
-”¿Por qué nadie nos enseña a comer con ganas, follar con ganas, a amar sin miedo? Eso sí que era proteger (…)”.
-“Si las mujeres conociéramos nuestra verdadera capacidad para el cambio, nuestro brutal instinto de supervivencia y de recuperación, nos sentiríamos indestructibles”.
-“Que menos que llegar hasta nuestros últimos días y decirnos: encantada de haberte conocido”.
Apoyemos a las demás mujeres. Comprendamos y celebremos las diferencias. Compremos flores. Vivamos.
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