Juana Madrid la salsa brava más molona (y sin gluten)

¡Sí, es ver­dad! todos, o casi todos, en algún momen­to de nues­tra vida hemos can­ta­do en algún bar de bar­rio la can­ción Lady Madrid, ese him­no entre año­rante y triste de los chicos de Pereza, Rubén y Ley­va, que nos recuer­da a esa chi­ca que se fue y con los años seguimos bebi­en­do los vien­tos por ella. Y como no podía ser de otra for­ma, todo los gatos y forá­neos, guardamos una amar­il­len­ta fotografía suya en nues­tra mate­ria gris más poéti­ca y román­ti­ca, por mucho que vayamos de duro y de rocan­rol del heavy, de nues­tra par­tic­u­lar Lady Madrid, cada uno tiene la suya “la chi­ca cor­ri­ente más boni­ta que ningu­na” con la Puer­ta de Alcalá detrás, la mis­ma que “ahí está, vien­do pasar el tiem­po”. Así es tam­bién Jua­na Madrid la sal­sa bra­va más molona y sin gluten.

Patatas con la salsa brava Juana Madrid

Patatas con la sal­sa bra­va Jua­na Madrid

 

Con un apel­li­do que nos trasla­da inmedi­ata­mente, y con el mis­mo ímpetu que el muelle de un resorte, a ese bar de bar­rio de algu­na esquina de la madrileña calle de Alcalá, donde nació nues­tra pro­tag­o­nista allá por 1963, entre gri­tos de los par­ro­quianos y del camarero con tablas y con inmac­u­la­da camisa blan­ca pasan­do al jefe de bar­ra con galones, la coman­da de cañas y bravas. Que no con­ce­bi­mos un bar que mole sin su ración de patatas bravas con su sal­sa casera. Con el paso de los años, nues­tra Jua­na Madrid sigue sien­do orig­i­nal pero aho­ra, y sin perder su aire más cas­ti­zo, se ha hecho mod­er­na, y con su pañue­lo al cuel­lo es tam­bién gluten free porque los tiem­pos cam­bian, pero sin perder su esen­cia, porque antes no se añadía endulzantes ni tam­poco lac­tosa y aho­ra menos. Jua­na Madrid es así, es decir, total­mente natural.

En tres var­iedades de picante iden­ti­fi­cadas en la eti­que­ta por las guindil­las: una, dos o tres: Una, para los peques de la casa o para los que no sopor­tan el picante, que haber­los hay­los. Dos guindil­las que sería esa autén­ti­ca, la de bar de toda la vida. Para los que van de guays y la pal­abra miedo no está en su dic­cionario (y su estó­ma­go puede con todo) está la sal­sa bra­va con 3 guindil­las. Como inno­vación y para los via­ja­dos, curiosos, gourmets y tam­bién para el/la hip­ster gafa­pas­ta están las var­iedades de “Bra­va Tru­fa & miel” para acom­pañar carnes al horno, a la bar­ba­coa o dar­le ese pun­to difer­ente a una piz­za, y así pasar por un cocinil­las exper­to delante de tu chico/a preferido/a. La “Bra­va cur­ry & man­go” que nos trasla­da a la India sin mover­nos de Madrid, lo mejor de ambos mun­dos en un bote, y sirve para acom­pañar mariscos, pol­lo, cer­do o arroz bas­mati. Y el últi­mo guiño es a otra cul­tura her­mana, Méx­i­co, que de picante sabe y mucho, la “Bra­va cilantro & chile ser­ra­no”, una sal­sa ¡padrísi­ma! para acom­pañar tacos, enchi­ladas, faji­tas y por supuesto los nachos con que­so. Aten­ción que si después de pro­bar esta últi­ma sal­sa os sale acen­to mex­i­cano no es con­se­cuen­cia de la sal­sa sino de las Coro­nas que os habéis bebido.

Más infor­ma­ción de la Sal­sa Bra­va Jua­na Madrid en su web así como donde encon­trar­la o para com­prar en su tien­da online.

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