El yoga te ayuda a vivir desde la felicidad plena y auténtica

Según Blanca Balaga “la respiración es la clave”

Fotografía gentileza de Blanca Balaga

Fotografía gen­tileza de Blan­ca Balaga

 

Blanca Balaga desprende honestidad, sensatez e inspiración en sus palabras y en su práctica. Empezó en el yoga de manera autodidacta, buscando mejorar una escoliosis muy severa que la ha acompañado desde los trece años. Con más de veinticinco mil seguidores en instagram (@almadeindali) y un fantástico libro titulado “Yoga para una vida feliz”, Blanca deja claro que no hay excusas para comenzar a sentir desde el alma poderosa que llevamos dentro. Y para ello, el yoga como forma de vida, es el mejor instrumento.

-¿Por qué el títu­lo de tu libro: “Yoga para una vida feliz”? ¿Qué puede hac­er el yoga para mejo­rar o cam­biar nues­tras vidas? 

Es una man­era de decir que el yoga te ayu­da a vivir des­de la feli­ci­dad ple­na y autén­ti­ca, la que se siente des­de el inte­ri­or. Esa feli­ci­dad surge de un esta­do de pres­en­cia y reconex­ión con nues­tra esen­cia más pura, lo que real­mente somos. Ese es el gran rega­lo de la prác­ti­ca: sen­tir que estás pre­sente en cada situación, per­mi­tién­dote ges­tionar mejor las emo­ciones, pen­samien­tos y acciones. Dejar de vivir de for­ma automáti­ca e inconsciente.

-¿El yoga se prac­ti­ca, se siente, se vive…? ¿Es lo mis­mo hac­er yoga que ser un yogui? 

El yoga se prac­ti­ca, se siente y se vive, a ser posi­ble las 24 horas. Después, ambos con­cep­tos son rel­a­tivos, todo depende de la per­cep­ción de cada uno. Hac­er yoga es realizar las prác­ti­cas opor­tu­nas para desple­gar con­cien­cia, cada uno las que nece­site. Pero tam­bién se puede estar prac­ti­can­do asanas (pos­turas) o pranaya­mas (prác­ti­ca de res­piración) y estar pen­san­do en el tra­ba­jo, la pare­ja, hijos, lista de la com­pra, etc.. Eso no es “hac­er yoga”, aunque tam­bién se con­vierte en una prác­ti­ca útil si acabas dán­dote cuen­ta de ello. Ser yogui tam­bién es algo sub­je­ti­vo. La defini­ción de yogui es “aque­l­la per­sona que ha alcan­za­do el esta­do de Yoga” y eso no pasa des­de la primera prác­ti­ca, de hecho habrá per­sonas que no lo alcan­cen en años o en esta vida. Hoy en día seguimos deján­donos lle­var por las eti­que­tas y des­de la primera clase ya nos auto­de­nom­i­namos yoguis…Como te decía al prin­ci­pio, es relativo.

-Estar pre­sentes en el aquí y aho­ra no solo sobre la ester­il­la. ¿Cómo se con­sigue en este día a día que muchas veces nos zaran­dea del pasa­do al futuro? ¿Es la res­piración el timón para quedarnos en el presente? 

Sin duda la res­piración es muy impor­tante, se podría decir que es la clave de todo. Diri­gir nues­tra aten­ción a ella nos sirve de enfoque, nos cen­tra. Tam­bién nos ayu­da a recoger datos de qué nos pasa o cómo nos sen­ti­mos y al cen­trarnos cal­mamos el posi­ble barul­lo de pen­samien­tos que podamos ten­er, ayudán­donos a ges­tionar mejor cada situación. Todo esto solo res­pi­ran­do pro­fun­do y sin­tien­do esa acción. Además de la res­piración hay que ampli­ar conocimien­to sobre el fun­cionamien­to de nues­tra mente para enten­der de dónde vienen las difer­entes ten­den­cias de pen­samien­to, ya sean hacia el pasa­do o el futuro. Pero sin duda sí: la res­piración es la clave.

-Por cier­to, ¿cualquiera puede prac­ticar yoga inclu­so los que se con­sid­er­an rígi­dos como palos de esco­ba? ¿A par­tir de qué edad y has­ta cuándo?

La prác­ti­ca de yoga es para todos. Sobre todo para las per­sonas dis­pues­tas a empren­der este tra­ba­jo per­son­al con com­pro­miso. El pun­to de par­ti­da puede ser muy difer­ente para cada uno pero todos son váli­dos. Quizá sí remar­caría que para la com­pren­sión de la filosofía yogui haga fal­ta cier­to gra­do de madurez. Pero todo está en adap­tar la for­ma de trabajo.

-Uti­lizas las redes sociales para difundir tu prác­ti­ca pero lo haces des­de la humil­dad y la sen­cillez. ¿Qué opinas del exhibi­cionis­mo con­tor­sion­ista que a veces vemos en las redes sociales? ¿Y de las modal­i­dades cool que se ale­jan del yoga tradicional?

Gra­cias por tus pal­abras. A estas alturas de uso de las redes y prác­ti­ca a través de ellas, más de seis años, sé que cada per­sona lo hace lo mejor que puede en cada momen­to y que todo está bien. No somos quienes para juz­gar lo que podamos inter­pre­tar a través de una ima­gen o la lec­tura de un tex­to. Al fin y al cabo la vida es un cam­bio con­stante. Quién sabe lo que pen­sarían hace cien­tos de años (sobre el s.Xlll) cuan­do tuvo lugar la apari­ción de las primeras asanas (pos­turas), tenien­do en cuen­ta que los tex­tos sagra­dos más antigu­os solo hablan de pad­masana, pos­tu­ra del loto y vari­antes para la prác­ti­ca de meditación…A la hora de usar las redes ten­emos que ser hon­estos con la inten­cional­i­dad de nues­tras pub­li­ca­ciones y tam­bién a la hora de seguir per­files. Lo que veamos al abrir insta­gram (por ejem­p­lo) es cosa nues­tra. Si no nos gus­ta siem­pre podemos dejar de seguir a quien sea.

-Ramiro Calle, uno de los más rep­uta­dos mae­stros de yoga de este país, dice que el yoga es básica­mente éti­ca…

Se podría decir así. En base a los val­ores que te mueven, pien­sas y actúas de una for­ma u otra. A mí me gus­ta decir que es una for­ma de vivir la vida.

-Y sigu­ien­do con más citas, la auto­ra de “Yoga para la depre­sión”, Amy Wein­traub, apun­ta que “a veces es impor­tante no apartarnos de las situa­ciones difí­ciles sino sen­tir­las en nue­stros cuer­pos, recono­cer el estrés, verlo”… 

Así es, rec­haz­ar el dolor, el ren­cor, la tris­teza o lo que sea, te provo­ca una situación estre­sante que refuerza esas emo­ciones. Una emo­ción es una energía que cir­cu­la por nue­stro cuer­po y que sen­ti­mos. Si esa energía no aca­ba de salir porque la hemos rec­haz­a­do o aparta­do, puede lle­gar a enquis­tarse en nue­stro cuer­po, provo­can­do un dese­qui­lib­rio y lle­gan­do a des­en­ca­denar una enfer­medad. Ten­emos que apren­der a vivir las situa­ciones con las emo­ciones que se despierten en nosotros, obser­var y acoger a esas sen­sa­ciones y apren­der a ges­tionarlas para que acaben su fun­ción y podamos dejar­las ir. Es lo que se lla­ma fluir.

-Por cier­to, ¿cómo se ali­men­ta un yogui?

Pues bási­ca­mente se ali­men­ta lo mejor que puede, como todos. La clave del tra­ba­jo per­son­al está en pon­er con­cien­cia en todo aque­l­lo que haces, en la ali­mentación tam­bién. Pero somos per­sonas con sus días mejores y peo­res. Si algo he apren­di­do en este pro­ce­so de tra­ba­jo per­son­al es que todos los extremos son mal­os. He pasa­do por épocas en las que úni­ca­mente me ali­menta­ba de for­ma veg­e­tar­i­ana, he pasa­do por otras en las que medía con lupa la can­ti­dad de pro­teí­na, car­bo­hidratos, grasas y veg­e­tal, etc. A día de hoy sigo la nor­ma que nos invitó a prac­ticar uno de mis pro­fe­sores: “come de todo, en la can­ti­dad jus­ta y nece­saria y en bue­na com­pañía”. A ver, sí que es cier­to que des­de la filosofía yóguica se invi­ta a una ali­mentación veg­e­tar­i­ana, por el prin­ci­pio de ahim­sa: no dañar a todo ser vivo que nos rodea. Hoy en día, además, se suma la relación entre la ali­mentación y la ecología, algo para reflex­ionar seriamente…Aunque insis­to en que no hay que rad­i­calizar nada. Sim­ple­mente hay que estar aten­tos a que el ali­men­to que entre por nues­tra boca sea el más ade­cua­do en cada momen­to, el que nos vaya a nutrir mejor. Y si un día nos apetece com­er­nos una bol­sa de chuch­es pues no sen­tirnos cul­pa­bles por ello tampoco.

-¿Qué sig­nifi­ca “Alma de Indali”, tu nom­bre en las redes sociales y el títu­lo de tu blog?

Indali es el nom­bre sán­scrito que se me otorgó en la for­ma­ción de pro­fe­sores. Era algo opcional a lo que yo quise acced­er ya que me impliqué al cien por cien en el pro­ce­so de for­ma­ción. Su sig­nifi­ca­do es “mujer poderosa” o “poderoso” y has­ta donde he podi­do averiguar es una pal­abra indi que todavía está en uso. “Alma de” es una ref­er­en­cia a que todos ten­emos un alma poderosa que ten­emos que cono­cer, con la que ten­emos que reconec­tarnos y des­de la que debe­mos vivir. Así pues, se podría decir que el sig­nifi­ca­do del blog es ese: reconec­tar con el alma poderosa que lle­va­mos dentro.

-¿La prác­ti­ca físi­ca siem­pre tiene que ir de la mano de la med­itación para poder hablar de yoga o bas­ta con eje­cu­tar las asanas?

La ver­dadera meta del tra­ba­jo del yoga es alcan­zar el esta­do de med­itación. Así que se podría decir que ni siquiera es nece­sario prac­ticar asanas. Las pos­turas, la res­piración con­sciente, los mudras, los mantras, todo son her­ramien­tas que nos facil­i­tan el camino hacia la med­itación. Así que creo que con esto que­da claro qué es lo real­mente importante.

-Ya, pero hay per­sonas que en tres meses están hacien­do pos­turas inver­tidas y otros que tar­dan años, ¿cómo hace­mos para que la prácti­ca no nos frustre? 

Tra­ba­jan­do el desapego por el fru­to de la acción. Siem­pre ten­emos que man­ten­er la inten­ción de dar lo mejor de nosotros mis­mos en cada instante y saber la pro­gre­sión en el tra­ba­jo que este­mos desem­peñan­do, sean asanas u otra cosa. Aunque tam­bién ten­emos que saber que es posi­ble que no llegue­mos a alcan­zar aque­l­lo por lo que esta­mos tra­ba­jan­do. Bien sea porque nue­stro camino no es el ade­cua­do (lo sabre­mos con el tiem­po) o porque no ten­ga que ser, sin más. Para pro­fun­dizar en estos con­cep­tos es nece­sario ahon­dar en el estu­dio de la filosofía yóguica o cualquier otra fuente que pro­mue­va el autoconocimiento

-Tú empeza­ste de man­era auto­di­dac­ta pero ¿no crees que hay que ten­er cuida­do a la hora de ele­gir a nue­stro mae­stro de yoga? Una mala prác­ti­ca puede per­ju­di­carnos en vez de ayudarnos…

Es muy difí­cil saber qué, cómo y cuán­to sabe un pro­fe­sor has­ta que no llevas un tiem­po en las clases. Más que cuida­do ten­emos que ser hon­estos con lo que real­mente es ade­cua­do para nosotros en cada momen­to y con­tin­uar por la sen­da que mejor nos haga sen­tir. Es cier­to que en pocos años la deman­da de clases ha aumen­ta­do y en pro­por­ción se están for­man­do muchas per­sonas como pro­fe­sores de yoga. ¿Cómo saber si en la clase que hemos elegi­do se prác­ti­ca de for­ma segu­ra? Es algo del­i­ca­do de explicar. Exis­ten muchas “for­mas” de prác­ti­ca, sobre todo la físi­ca, y todas fun­cio­nan. La cuestión es que los pro­fe­sores no sien­ten el cuer­po de sus alum­nos. Por mucho que un alum­no advier­ta de sus lim­ita­ciones a un pro­fe­sor, este podrá saber lo que le va mejor o no, pero no estará en su cuer­po ni sabrá la aten­ción que pres­ta el alum­no a las indi­ca­ciones o la inten­si­dad que apli­ca en cada prác­ti­ca. Des­de luego que una mala prác­ti­ca puede per­ju­di­carnos, inclu­so causar lesiones. Pero solo cada uno sabe lo que está hacien­do y cómo lo hace. Por lo que hay que enten­der que es una respon­s­abil­i­dad compartida.

- ¿Y qué opinas de la enseñan­za del yoga a los más pequeños? ¿No crees que el yoga debería estar más pre­sente en la edu­cación de los niños?

El yoga apli­ca­do en niños es difer­ente. Des­de luego que es una for­ma mar­avil­losa de que comien­cen su vida con una visión dis­tin­ta a la habit­u­al, con her­ramien­tas para des­cubrir quienes son real­mente y vivir la vida des­de “otro lugar”. Pero siem­pre he pen­sa­do que los niños tienen que ser niños y que su escala de val­ores y gestión per­son­al tam­bién mejo­raría si estu­vier­an rodea­d­os de adul­tos sanos y equi­li­bra­dos que les dier­an el amor y com­pren­sión nece­sar­ios para cre­cer con una buen autoes­ti­ma, entre otras cosas.

© 2019 Noe­mi Mar­tin. All rights reserved

 

20 responses

  1. Me parece una entre­vista de mucha pro­fun­di­dad. Apta no sólo para yogu­is sino para cualquier ser humano con ganas de evolu­cionar. Blan­ca Bal­a­ga es una gran maestra.

  2. Pingback: El yoga te ayuda a vivir desde la felicidad plena y auténtica — Blog Hedonista | Cheffcita Angy

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