Veronica Blume: No estamos tan solos ni somos tan raros como creemos

“Toda la vida escondiendo algo que creía inaceptable y con cuarenta y dos años descubro la inmensa fuerza de verbalizar la verdad”

Veronica Blume

Foto­gra­fía cedi­da por Vero­ni­ca Blu­me

 

Vero­ni­ca Blu­me (1977) es una de las mode­los más impor­tan­tes de los noven­ta. Con die­ci­séis años, en 1993, ganó el con­cur­so “Super­mo­del of the World” y con ello un con­tra­to millo­na­rio con la agen­cia Ford y una fan­tás­ti­ca pero fre­né­ti­ca vida en Nue­va York. Con vein­ti­cin­co, vuel­ve a Espa­ña para tener a su hijo y deci­de cam­biar el día a día de las pasa­re­las por la este­ri­lla de yoga. Hoy Vero­ni­ca Blu­me sigue sien­do bellí­si­ma pero ade­más sabe que la ver­da­de­ra armo­nía no es la del ros­tro ni la del cuer­po sino la que no se ve pero se res­pi­ra. Sus pala­bras trans­mi­ten tan­ta ver­dad que es impo­si­ble no conec­tar con un alma tan trans­pa­ren­te. Aho­ra Vero­ni­ca es una fabu­lo­sa maes­tra de yoga y una mujer valien­te y libre que ha habla­do hace poco de sus pro­ble­mas con la buli­mia cuan­do esta­ba en lo más alto. Tie­ne una voz sere­na y cla­ra que bro­ta direc­ta del cora­zón y escu­char sus pod­casts es real­men­te enri­que­ce­dor. (@veroblume)

“The gara­ge”, tu pre­cio­so cen­tro de yoga en Bar­ce­lo­na, cie­rra sus puer­tas.  ¿Comien­zas otro ciclo en tu vida?

¡Efec­ti­va­men­te! Se com­ple­ta un ciclo y empie­za otro… Creo que ha sido la deci­sión mas difí­cil de mi vida y está sien­do un pro­ce­so muy boni­to, lleno de gra­ti­tud y emo­ción. Con “The gara­ge” he apren­di­do lo que es el com­pro­mi­so y tam­bién a creer en mí y a conec­tar des­de un lugar abso­lu­ta­men­te libre de más­ca­ras. Eso no tie­ne pre­cio. Aho­ra ven­drán otros apren­di­za­jes pero “The gara­ge” siem­pre va a ser la pla­ta­for­ma que me cam­bió para siem­pre.

Por cier­to, al mar­gen del yoga, mucha gen­te no sabe que tie­nes una voz muy boni­ta y eres una exce­len­te comu­ni­ca­do­ra. ¿Nun­ca pen­sas­te en dedi­car­te a la radio?

Jaja­ja­ja­ja, muchí­si­mas gra­cias. El for­ma­to de pod­cast siem­pre me gus­tó y ha for­ma­do par­te de mi vida duran­te los últi­mos años. La expe­rien­cia de ser escu­cha­da sin ser vis­ta es muy sana­do­ra y pode­ro­sa para mí…y sí, el mun­do de la radio siem­pre me ha fas­ci­na­do. Tie­ne una magia espe­cial.

Ate­rri­zas, casi sin bus­car­lo y con die­ci­séis años, en el com­ple­jo mun­do de la moda. ¿Qué asig­na­tu­ra de la vida te hubie­ra gus­ta­do apren­der antes de tomar el avión a las pasa­re­las?

El valor de mí mis­ma, la con­fian­za en que, tal y como yo era, era sufi­cien­te. Creo que en la escue­la debe­ría­mos apren­der a medi­tar o a rela­cio­nar­nos con noso­tras mis­mas con res­pe­to. ¡Eso sí sería una herra­mien­ta para toda la vida!

Cuan­do tie­nes vein­ti­cin­co años y estás en lo más alto, apa­re­cen en tu vida tus dos gran­des maes­tros: tu hijo y el yoga. ¿Has pen­sa­do algu­na vez don­de esta­rías si ese test de emba­ra­zo no hubie­ra sido posi­ti­vo?

¡Uh, mie­do me da ima­gi­nar­lo! Creo que el uni­ver­so fue muy gene­ro­so con­mi­go y supe tomar la opor­tu­ni­dad.

Sí por­que hace poco habla­bas con abso­lu­ta trans­pa­ren­cia de la buli­mia. De como el que­dar­te emba­ra­za­da te ayu­dó a luchar para sanar­te. Nos cues­ta ver­ba­li­zar cier­tas cosas de nues­tra vida pero que lige­re­za cuan­do una “con­fie­sa que ha vivido”…¿no?

Gra­bar ese capí­tu­lo de mi pod­cast ha sido el ges­to más pode­ro­so que he hecho … ¿en mucho tiem­po ? … ¿en mi vida? Segu­ra­men­te. Toda la vida escon­dien­do algo que creía no acep­ta­ble y con cua­ren­ta y dos años des­cu­bro la inmen­sa fuer­za de ver­ba­li­zar la ver­dad. La ver­dad es muy pode­ro­sa, ¡me fas­ci­na! Poner pala­bras a las cosas que cree­mos que no son acep­ta­bles es, curio­sa­men­te, una for­ma de conec­tar con la ver­dad de muchos otros. No esta­mos tan solos ni somos tan raros como cree­mos. Sé que no es fácil pero el efec­to no tie­ne pre­cio.

Y con lo que aho­ra sabes de la vida, ¿Vol­ve­rías a ser mode­lo o dirías: “a mí no me pillan”…? ¿O tal vez sí pero de otro modo modo?

No cam­bia­ría nada. Ha sido per­fec­to así. Aun­que si pudie­ra vol­ver a ele­gir no empe­za­ría con quin­ce años, tra­ta­ría de dis­fru­tar­lo más y de reír­me un poco más (de mí mis­ma, prin­ci­pal­men­te).

Momen­tos increí­bles de esos de “guau” habría muchos…

Sí. Lo pri­me­ro que me vie­ne a la cabe­za es el “momen­ta­zo” en el que gané aquel con­cur­so de mode­los en 1993. De un día para otro, boom, otra vida. Había gana­do un pre­mio que no sen­tía que mere­cía , tenía 16 años recién cum­pli­dos y en ese momen­to supe que vivir en Nue­va York for­ma­ba par­te del pre­mio. Como espec­ta­cu­lar, ese momen­to. Lue­go me pasé años tra­tan­do de enca­jar las pie­zas … pero “guau” fue muy “guau”…

Por cier­to, antes las ado­les­cen­tes que­rían ser mode­los, aho­ra “influen­cers”. ¿Han des­pla­za­do las segun­das a esas gran­des mode­los que, como tú, pisa­ban las pasa­re­las con ele­gan­cia supre­ma?

Yo creo que son cosas dis­tin­tas. Las mode­los de los noven­ta eran figu­ras inac­ce­si­bles, apa­ren­te­men­te per­fec­tas, modé­li­cas, que no tenían ins­ta­gram ni solías ver desa­yu­nan­do o al natu­ral. For­ma­ba par­te de la bur­bu­ja pero tam­bién de la magia, del show, las luces y el color de los noven­ta. Otro deta­lle es que sola­men­te salía­mos en revis­tas men­sua­les o cam­pa­ñas de publi­ci­dad. ¡Era otra dis­tan­cia! Hoy ha cam­bia­do todo de for­ma radi­cal. Las “influen­cers” se posi­cio­nan entre el clien­te y la mar­ca , ins­pi­ran, influen­cian a millo­nes de per­so­nas des­de una ven­ta­na mucho más per­so­nal e inme­dia­ta.

En este mun­do que valo­ra tan­to la ima­gen es nece­sa­rio ense­ñar a los niños a mirar hacia den­tro. ¿Se pue­de ense­ñar silen­cio en medio de tan­to rui­do?

Se pue­de y se debe­ría ense­ñar, espe­cial­men­te a los mas peque­ños aun­que sé que es muy difí­cil. Mi hijo tie­ne 16 años y veo el rit­mo, la vorá­gi­ne más bien, en la que vive. Aún así, des­de que es muy peque­ño, hemos ins­ta­la­do un hábi­to muy sen­ci­llo cuan­do la cosa se des­con­tro­la: tres res­pi­ra­cio­nes lar­gas y pro­fun­das. No siem­pre lo quie­re hacer. A veces aca­ba rien­do pero siem­pre trans­for­ma algo a algún nivel.

Y con todo esto de las redes socia­les, se pien­sa (sobre todo los más jóve­nes) que la gen­te bella es la más feliz…

Como madre, vivo alar­ma­da con la visión super­fi­cial que valo­ran los chi­cos aun­que sé que has­ta cier­to pun­to mis ído­los de los ochen­ta tam­po­co eran muy rea­lis­tas. Ellos tie­nen un con­tac­to prác­ti­ca­men­te per­so­nal con sus ído­los lo cual huma­ni­za mucho y me pare­ce bien. Lo que encuen­tro más preo­cu­pan­te es que las redes socia­les son tam­bién la mane­ra en que se rela­cio­nan ellos entre sí y creo que ahí la esca­la de valo­res es peli­gro­sa.

Vivir des­de el amor y la cone­xión con una mis­ma, ayu­da a esca­par un poco del caos dia­rio pero supon­go que eres huma­na aun­que seas yogui­ni….

Muchí­si­mo. Lo que ense­ño es mi pro­pio apren­di­za­je. Como muchí­si­mos, lle­gué al mun­do del yoga con mil pre­gun­tas y nin­gu­na res­pues­ta acer­ca de cómo rela­cio­nar­me con­mi­go mis­ma y con el mun­do des­de una pers­pec­ti­va salu­da­ble. Mi prac­ti­ca me sos­tie­ne, pero eso no sig­ni­fi­ca que pier­da los pape­les a veces. Un yogui , una yogui­ni, no está siem­pre total­men­te cen­tra­do. Se des­vía del camino pero cono­ce el camino de vuel­ta.

Por cier­to, hoy pare­ce que todo el mun­do tie­ne que hacer yoga. Lo que cuan­do tú empe­zas­te era casi de “ilu­mi­na­dos”, aho­ra es “cool”…

Comen­cé en 2003 prac­ti­can­do kun­da­li­ni yoga. En aquel enton­ces era­mos muy pocos y supon­go que la ima­gen que dába­mos era de “raros” por lo menos. Hoy está muy de moda y me pare­ce fan­tás­ti­co que sea así. De una mane­ra u otra, debe­ría lle­gar a la vida de todos. Todo depen­de de si están pre­pa­ra­dos para reci­bir­lo en ese momen­to o si lo reen­con­tra­rán mas ade­lan­te.

Para ir ter­mi­nan­do, cuén­ta­nos un deseo a cor­to pla­zo y un sue­ño más lejano.

A cor­to pla­zo: una vez cerra­do “The gara­ge”, lle­nar mi agen­da de acti­vi­da­des ele­gi­das des­de el cora­zón. Segui­ré dan­do reti­ros y cla­ses. A lar­go pla­zo: unas vaca­cio­nes en Asia.

Vero­ni­ca, detrás de tus pala­bras tan lle­nas de ver­dad, se des­cu­bre un alma aún más boni­ta y sere­na que el cuer­po que la envuelve…Al final eso es lo impor­tan­te, ¿no?

¡Es lo mas impor­tan­te! Lo úni­co impor­tan­te de verdad…¡La pena es que tar­de­mos tan­to en dar­nos cuen­ta!

© 2020 Noe­mi Mar­tín. All rights reser­ved

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