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Vino Hermaco by BlogHedonista de la D.O. Toro

¿Qué es la vida? Un fre­ne­sí

¿Qué es la vida? Una ilu­sión,

una som­bra, una fic­ción,

y el mayor bien es peque­ño,

que toda la vida es sue­ño,

y los sue­ños, sue­ños son.

De la obra “La vida es sue­ño” de Cal­de­rón de la Bar­ca

Hay sue­ños rea­lis­tas y otros impo­si­bles de cum­plir ‑nos pon­ga­mos como nos pon­ga­mos-. Algu­nos des­gra­cia­da­men­te se trun­can por las mil y una adver­si­da­des que nos depa­ra la vida, y nos vemos for­za­dos a rega­ña­dien­tes a tirar la toa­lla, mien­tras que otros nos per­si­guen a lo lar­go de toda nues­tra exis­ten­cia. Estos últi­mos son como la estre­lla polar que guia­ba a los anti­guos mari­ne­ros en medio de los océa­nos ‑cuan­do no se con­ta­ban con nues­tros actua­les avan­ces de posi­cio­na­mien­to– y les mar­ca­ba el nor­te. A pesar de tener cla­ro el camino, no son pocas las vici­si­tu­des que hay que supe­rar y a veces esos sue­ños entran en bucles sin sali­da, como en un tio­vi­vo que da vuel­tas y vuel­tas y otras en un ace­le­ra­mien­to ver­ti­gi­no­so de subi­das empi­na­das y repen­ti­nas has­ta lo más alto y caí­das de páni­co ‑inclui­dos tira­bu­zo­nes infi­ni­tos en un des­cen­so pre­ci­pi­ta­do- tal como una mon­ta­ña rusa. Y por si hubie­ran pocos obs­tácu­los en ese tra­yec­to hay que aña­dir el peor enemi­go que pode­mos tener: ¡noso­tros mis­mos! con nues­tras dudas y tri­bu­la­cio­nes que nos mina sin pie­dad la moral para seguir avan­zan­do en bus­ca de nues­tro obje­ti­vo final. Para supe­rar todas estas rocam­bo­les­cas situa­cio­nes se nece­si­ta, ade­más de algún gol­pe de suer­te que nos rega­le de vez en cuan­do la dio­sa for­tu­na, una cons­tan­cia inque­bran­ta­ble y una volun­tad de hie­rro para no per­der alien­to ante cada una de las difi­cul­ta­des, con­si­guien­do supe­rar eta­pas tras eta­pas has­ta alcan­zar el sue­ño final.

Vino Her­ma­co by BlogHe­do­nis­ta

Uno de mis pro­yec­tos ha sido tener mi pro­pio vino y no han sido pocos los obs­tácu­los a supe­rar para con­se­guir­lo. Años atrás alqui­lan­do viñas, más tar­de com­pran­do barri­cas para ami­gos y por fin encon­trar una bode­ga que me daba casi total liber­tad para hacer reali­dad ese deseo eno­ló­gi­co, en la D.O. Toro que pare­ce un gui­ño del des­tino con el ori­gen topo­ní­mi­co de mi pri­mer ape­lli­do. Tam­po­co es casual el nom­bre ele­gi­do para la bote­lla: Her­ma­co que es todo un home­na­je a Her­mar­co de Miti­le­ne -sin la segun­da “erre” para hacer­lo más ama­ble al pro­nun­ciar­lo- el alumno aven­ta­ja­do de Epi­cu­ro, y su digno here­de­ro a su falle­ci­mien­to de la escue­la filo­só­fi­ca grie­ga del hedo­nis­mo, con­ti­nua­dor de las ense­ñan­zas de su men­tor en el Jar­dín.

Este vino tin­to crian­za del 2010 está ela­bo­ra­do con la varie­dad tem­pra­ni­llo autóc­to­na de esta zona, más cono­ci­da como Tin­ta de Toro. La ven­di­mia se reali­zó a mano y selec­cio­na­da en el pro­pio viñe­do. Enve­je­ci­mien­to en barri­cas fran­ce­sas (70%) y ame­ri­ca­nas (30%) duran­te 14 meses. Míni­mo con­te­ni­do de sul­fi­tos ya que la alta con­cen­tra­ción de tani­nos tie­ne un efec­to con­ser­van­te natu­ral.

Nota de Cata: Color cere­za pico­ta con ribe­tes vio­lá­ceos car­de­na­li­cios que vati­ci­nan una lar­ga vida de guar­da, para con­su­mir aho­ra o en los pró­xi­mos 10–15 años. Lágri­ma den­sa. En la fase olfa­ti­va, aro­mas de fru­ta del bos­que madu­ra y con finas tona­li­da­des de vai­ni­llas y espe­cias ade­más de un tos­ta­do que recuer­da al taba­co muy agra­da­ble. En boca es un vino equi­li­bra­do, con cuer­po, car­no­so, muy bien estruc­tu­ra­do, de paso ater­cio­pe­la­do, aci­dez muy armó­ni­ca y tani­nos inte­gra­dos.

Mari­da­je: armo­ni­za muy bien con arro­ces mar y mon­ta­ña, car­ne de ter­ne­ra en sal­sa, asa­dos de cer­do y cor­de­ro y tam­bién con entre­cot a la bra­sa.

Edi­ción limi­ta­da a la ven­ta. PVP 16 euros. Intere­sa­dos con­sul­tar en bloghedonista@gmail.com Trans­por­te gra­tui­to en Bar­ce­lo­na. Para otras pobla­cio­nes y fue­ra de Espa­ña pre­gun­tar en la mis­ma direc­ción elec­tró­ni­ca.

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