Aún queda verano para disfrutarlo y saborearlo. Me resisto numantinamente a creer que hay productos y vivencias que son solamente para una estación del año ‑obviamente sino hay un cataclismo o un cambio climático a la vista, seguiremos esquiando en invierno y bañándonos en la playa en verano- para todo lo demás podemos jugar a adaptarlo con más o menos sentido, sin romper el orden natural de las cosas, es decir sin actuar contra natura. Verbigracia podemos comer helado de turrón en verano o podemos bebernos una cerveza bien fría en invierno y no por ello el cosmos se tiene que romper en pedazos.
Mi descubrimiento tardío, ya avanzado el verano, en uno de los anaqueles de la estantería de mi tienda favorita y proveedora habitual de mi despensa y de mi cava, de esta novedosa bebida elaborada a base de Vichy Catalán con los vinos de la premiada bodega Casa de la Viña de la D.O. Valdepeñas, ha sido toda una revelación en el sentido de cubrir una necesidad que hacía tiempo iba anhelando. Y me explico lo que quiero decir, por un lado buscaba una bebida para ofrecer a mis más jóvenes invitados y también para aquellos amigos/as que no beben nada de alcohol ‑unos temerosos por sus efectos colaterales, incluidas multas de tráfico, y otros por su determinación de odio visceral a todos los efluvios etílicos- y por otro lado, quería algo refrescante y ligero, apropiado para la época de calor, que me siriviera tanto para ese momento distendido y desenfadado del aperitivo, como para acompañar platos más ligeros propios del verano pero también del resto del año.
De la contracción de estas dos grandes marcas, ya citadas anteriormente, se ha construido este simpátio nombre que representa el ideario de esta novedosa empresa: ViñaChy. Una bebida chyspeante, con burbujas y de poca graduación con sólo 7%. Viene con fuerza para romper clichés y esterotipos que están arraigados en el imaginario colectivo, presentándose como una bebida optimista, jovial, alegre y rompedora para disfrutar socialmente con moderación.
ViñaChy blanco chyspeante: está elaborado con las variedades chardonnay, sauvignon blanc y macabeo de Casa de la Viña junto a Vichy Catalán para obtener un vino de color amarillo con ligeros reflejos verdosos, en boca es goloso con aromas de fruta topical, en especial fruta de la pasión y también a peras maduras. Ideal para acompañar aperitivos, mariscos, aves y pescados a la plancha y también arroces de marisco.
ViñaChy rosado chyspeante: es el resultado de la unión de las uvas petit verdot y tempranillo de Casa de la Viña a Vichy Catalán para conseguir un vino de color rosado, aromas dulces y embriagadores a frambuesa, en boca es fresco. Para maridar con un salmón ahumado, pescados a la plancha, arroces y con tartas recubiertas de frutas de bosque.
ViñaChy tinto chyspeante: nacida de la mezcla de uvas merlot y tempranillo de la Casa de la Viña y Vichy Catalán para lograr un color rojo cereza y ribetes de un bonito violáceo cardenalicio que se esconde debajo de la espuma de las burbujas. Aromas de frutas negras del bosque. En boca tiene un paso fácil y agradable. Para ennoviar con algún plato cocinado de pavo, pollo o cerdo aderezado con frutas como la pera, albaricoques o incluso higos.