The Market Barcelona Carrer Gran de Gracia, 7 Barcelona 08012 Tel. 931 864 200
Este restaurante temático de cocina peruana está situado a un tiro de piedra del Passeig de Gracia, ocupando un emplazamiento céntrico en la Ciudad Condal. El local está dividido entre una envidiable terraza exterior y un espacio interior diáfano de paredes desnudas, que a su vez está repartido entre el comedor y la la barra de cócteles donde se preparan los combinados para maridar con los diferentes platos y también para disfrutar la primera o la última copa de la noche, según se tercie. Una cocina que postula por la sorprendente fusión de la Nikkei (peruano-japonesa), la Chifa (china cantonesa), la novoandina, la criolla, las parrillas de Anticucho, la Amazónica, la cevichería, la picantería , así como cocinas regionales de la Costa, Sierra y Selva. Una mezcla de gastronomías que no deja indiferente a nadie.
Por mi parte, me uno incondicionalmente a la causa limeña y como un soldado del siglo XXI me alisto a las filas del libertador José de San Martín en pro de su divulgación y popularización. Un plato sencillo convertido en exquisito, refrescante y ligeramente picante, heredero de la más antigua tradición precolombina y que bebe directamente de las fuentes del acervo culinario del imperio incaico. Preparado a partir de alimentos básicos como la patata amarilla, el ají gualdo, el choclo o mazorca tierna de maíz y relleno de pollo desmenuzado y cocinado a baja temperatura para conseguir un sabor más contrastado de esta ave y una textura más suave en comparación con el sistema tradicional de mayor temperatura y menor tiempo. Acompañado de salsa huancaina, oliva botija troceada y el adorno de una bonita flor blanca con tintes violáceos de pensamiento para crear una paleta de color única. Ennoviado este primer paso con un cóctel Old Fashion de pronunciados aromas a canela y vainilla sobre una base de pisco, la bebida destilada originaria de este país andino y rematada con un bombón de uva, fruto de la sabia habilidad como mixólogo del bartender Patrick Weber y autor de la carta de cócteles preparados para cada ocasión.
Después de este primer plato compartido en interesante y enriquecedora conversación con el chef Nicky Ramos ‑que cursó estudios de Artes Culinarias en Le Cordon Blue de Orlando, USA- él mismo me encaminó a un festival hedonista de vistosos colores, de nuevos sabores, en especial los picantes ‑de esos que se quedan en la boca sin efectos secundarios- y aromas de su ancestral gastronomía para convertirme en un adalid y divulgador de su cultura.
La siguiente entrada fue el ya clásico, y mil veces versionado a lo largo y ancho de este mundo, ceviche de corvina para comer con cuchara acompañado de boniato torneado infusionado con anís estrellado y de una de las variedades de maíz crujiente que recuerda el sabor de las palomitas de maíz pero en elegante.
El tercer paso consistió en seco de cordero a la chiclayana -que contrariamente a su nombre es bien jugoso gracias a su cocción a baja temperatura para respetar sus sabores naturales- marinado en cerveza negra. Como acompañamiento refrescante cilantro, frejoles y arroz blanco.
En cuarto lugar ají de gallina. Un sorprendente plato tradicional de familia que se come con cuchara de palo y que en el ámbito más íntimo se sirve con la misma paleta clavada en el medio y que si se aguanta ella sola es señal inequívoca de que el alimento ya está cocinado.
El momento dulce vino de la mano de una crema volteada con su coulis de mango.